Capítulo uno. Helado de kalúa
La tiza el pizarrón, el pizarrón la tiza.
Vamos- se repitió- no es tan difícil solamente es una vulgar integral, vamos tú puedes, tú puedes…
¿No tiene ni idea, verdad señorita Neeson?- dijo el profesor de matemáticas.
Sabine se giro sonriendo nerviosamente mientras se alborotaba el cabello.
Je, la verdad… no- dijo dejando caer los brazos- ¿me tengo que quedar después de clases otra vez, verdad?
El profesor solo suspiro.
No, ya me canse de tenerla en sesiones especiales siempre, le designare un tutor, ahora por favor regrese a su asiento- dijo el hombre mientras tomaba la tiza.
…………………………
Oh mon Dieu, de la vie!- dijo la señorita Aline.
La profesora de francés era de las personas más pacientes y aun así Sabine Neeson siempre terminaba desesperándola.
Otra vez- dijo la chica- déjeme adivinar ¿sesión extra por fallar en el subjuntivo?
NO, tu ma cherrie, necesitas ayuda extra, te designare un tutor- dijo la señorita.
Un tutor más, genial, y eso que el horóscopo de la mañana había dicho "Leo, tu suerte cambiara…"
…………………….
Estupido Walter Mercado- dijo Sabine azotando la cabeza contra el casillero.
No fue tan malo- dijo Pauline a su lado- además la señorita Aline no te quito puntos esta vez.
Gran alivio Pauline, gran alivio- dijo Sabine con cara de pocos amigos.
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Un día más de clases terminaba, Dios bendiga los jueves, un día antes del viernes y con eso el preámbulo de un gran fin de semana.
…………………..
Sabine salió dando saltitos al estacionamiento donde le esperaba su motocicleta morada "Muse Violet" la llamaba, se acercó a la motocicleta.
Bon soir, ma cherie!- saludo en francés Sabine.
Bon soir mademoiselle Sabine!- dijo la moto.
Presumida, odio cuando te luces- dijo Sabine quitando la cadena
Eso lo mereces por no estudiar, y por dejarme encadenada como a un perro terrestre- dijo la motocicleta sacudiéndose.
Pues actúas como mi cachorrito- dijo Sabine poniéndose el casco- vamos no te enojes, ya tengo suficiente, mañana me asignan un tutor.
Pues haber si te ponen a estudiar- dijo la motocicleta arrancando.
Como sea, estudiare después de ver a los demás- dijo la chica mientras la moto avanzaba.
……………………
Punto de encuentro… la colina donde todas las tardes los autobots refugiados de la Tierra se detenían a la espera de algún nuevo refugiado…
Como siempre, nada, ni una señal.
Sam y Micaela estaban abrazados sobre el cofre de Bumblebee.
Ah que tiernos- dijo Sabine después de girarse sobre la hierba donde estaba tirada de panza junto a Muse.
La motocicleta estaba de cara a la hierba mientras movía distraídamente su pierna.
Deja de verlos- dijo Muse.
Es que son tan románticos- dijo Sabine mientras buscaba otro dulce en su mochila.
Jazz estaba recargado junto a un árbol observando a la humana y su motocicleta.
Oye- dijo Sabine dándole un codazo a Muse.
¿Qué?- preguntó ella sin muchas ganas.
Creo que ese lindo y atractivo Pontiac te esta viendo- la molesto.
Muse levanto la cara, Jazz ¿estaba viendo hacia donde ellas estaban?
Na, lo estas imaginando- dijo la motocicleta regresando a su posición.
No, yo no lo imagine; Jazz te esta viendo- dijo Sabine mascando un chicle
Muse iba a protestar.
Sólo piénsalo, él y tú, compartiendo uno de esos abrazos como Sam y Micaela con una romántica puesta de sol como esta, tu entre sus brazos ahhhhhhhh- dijo Sabine fingiendo cada movimiento.
Dije que no me molestes- dijo Muse acercando su cara a la de Sabine.
La humana se sonrió peligrosamente mientras hacia una bomba de chicle cada vez más grande y más grande y
PUM!
Muse terminó con la cara manchada de color rosa con esa goma desagradable.
Eres un cerdo- dijo molesta mientras intentaba limpiarse.
Sabine lo tenía por todo el cabello, ahora tendría que bañarse llegando pero al menos había valido la pena.
Y te sigue observando- molesto la chica.
Muse giro con la cara manchada de rosa. Jazz seguía viéndolas ahora con una sonrisa en esa carita felina.
Muse se sintió apenada y decidió transformarse.
Eres tan obvia- la molesto Sabine mientras sacaba otro chicle.
……………………….
Viernes, bendito viernes, los estudiantes te saludan.
Sabine bajo corriendo las escaleras de la preparatoria lista para el fin de semana.
Primero iré al cine- se dijo- no, mejor primero voy de compras, no, primero por un helado, si un helado de kalúa, mmmh kalúa.
ZAZ
No se dio cuenta hasta que chocó con alguien de que el pasillo no estaba solo.
Ay me dolió- dijo frotándose la frente- ¡estas muy duro, mastodonte!
Sabine quiso que se la tragara la tierra.
Oh por dios, oh por dios, lo lamento, lo lamento, lo lamento- decía mientras se torcía el cabello nerviosamente.
Frente a ella Alex Malkovich, el corredor del equipo de football americano de la preparatoria, el chico rubio más lindo que Sabine no había conocido nunca, su motivo secreto para intentar ser porrista, el chico al que ella y Muse siempre perseguían, una por ver su mirada azul, la otra por su Kawasaki.
No te preocupes- dijo Alex- wow que tienes la cabeza dura- dijo frotándose la zona afectada.
Sabine estaba atontada, ese perfecto lavadero, ladeo extrañamente su cabeza, jo, si, ya lo imaginaba en los vestidores después de que su equipo ganaba el partido.
¿Me escuchaste?- volvió a preguntar Alex
Sabine no había escuchado.
Bueno, tomare eso como que estás bien- dijo el chico levantando a Sabine- nos vemos luego…
……………….
¿Y que paso después?- preguntó emocionada Muse mientras la chica le contaba.
Nada- dijo Sabine camino a la heladería- sólo me levanto.
Y a mi me molestas con Jazz- dijo Muse.
Vamos, lo que hay entre Alex y yo es aun más profundo- dijo Sabine.
¿lo de ustedes? Por favor, solo te levanto- dijo Muse estacionándose.
Como sea- dijo Sabine- el punto es…¡mira es Jazz!
El Pontiac solstice estaba estacionado muy cerca de la heladería que Sabine frecuentaba.
Eh- dijo dándole un codazo a la moto- te esta cazando…
Deja de molestar- dijo Muse
…………………………
Sabine salió con el helado más grande de tres bolas sabor kalúa que nunca hubiera devorado antes.
Eso ira a tus caderas- dijo la motocicleta.
Cállate, tienes envidia- dijo Sabine- ¿y Jazz?
El Pontiac ya no estaba.
Se retiró después de que te metiste- dijo la motocicleta.
¿Y se despidieron con todo y besito?- molestó la chica.
La motocicleta hizo rugir el motor, Sabine dio un paso hacia atrás resbalando con una lata de refrescos que estaba tirada… chocó con alguien.
¡Mi helado!- dijo la chica fingiendo el llanto.
¡Mi camiseta!- dijo la voz de un muchacho.
El grito de Sabine fácilmente pudo ser escuchado en tres condados.
Alex miraba la mancha café en su camiseta de The Killers.
¿Se te esta haciendo una costumbre esto, sabes?- dijo el chico.
Sabine quería que la tierra se la tragara en ese momento, el motor de la motocicleta solo hacia un sonidito como de ronroneo, Muse se estaba burlando…
Continuara…
