Caminó por la aldea, y caminó, y caminó, y caminó…

Y como siempre, todo era aburrido a un nivel que dudaba posible. Jonins y Chunins entrenando, Genins corriendo detrás de sus Maestros realizando misiones de rango D, mercaderes ofreciendo sus bienes, gente de dudable reputación en los callejones, fulanas baratas en las esquinas y olor a cloaca.

…Espera, ¿ya había llegado a casa? Por la choza de tres al cuarto a punto de derribarse sobre su propio peso, y las características de la zona que había observado anteriormente parecía que sí. –En fin, al mal paso darle prisa. O eso dicen- Murmuró con pesadumbre. Palpó sus bolsillos traseros, con extrañeza y un ceño fruncido paso a los laterales, y siguió sin encontrar lo que buscaba. Durante ese proceso recordó que chocó contra un aldeano el cual no le miro de la manera que se podría definir como "Amable".

-Ese hijo de puta me ha robado las un gruñido y un ceño, si cabe, más fruncido aun, busco en una zona de la fachada donde se veian algunos ladrillos al descubierto Se acercó a ellos y con algo de esfuerzo logro mover uno.

Sonrisa triunfal y llaves en mano, se adentró a la casa a paso ligero pero a la vez apesumbrado, curiosa combinación pensaría alguien que le viese. También si se diese tal caso notaría las profundas, y ya no oscuras sino negras marcas debajo de sus ojos y unas cicatrices en el cuello y otras más pequeñas en la cara. –La academia no me deja dormir por la mañana, igual monto alguna para que me echen un par de dias… No, eso llamaria la atencion demasiado. Mejor los dejo como están, que no están más guapos ni molestan menos, pero que se le va a hacer…- Caminando por su casa y esquivando pequeños montículos de basura concentrada llego a la cocina y abrió la nevera.

Creo que hoy no comere nada -comentó ante el panorama que le ofrecia su frigorifico-

-Deberías comer más- Y ahí estaba, aquella tétrica voz de nuevo. Salió al pasillo y se encaminó hacia el cubil que hacía llamar "Habitación", ahí había un bulto de tamaño humano que parecía estaba sentado en una silla, tapado por una tela raída y sucia. Quito la tela y ahí la vio.

Una armadura negra Azabache, con un diseño aterrador, cada placa de la misma acababa unos milímetros por encima de la anterior, haciendo que diese la sensación de que estuviese aserrada. Lo más destacable, y a la vez curioso, era la falta de Yelmo, así como la parte superior del torso o lo que correspondería a la mandibula superior, ya que el cuello de esta era un poco largo, parecía una hilera de filosos y letales dientes férricos -¿Por qué no te metes en tus asuntos? Tengo cosas más importantes que hacer que hablar con "Algo" que solo piensa en decapitar gente, matar gente, despellejar gente… Podría seguir así un cacho, pero me moriría de hambre antes- Le ¿Respondió? A la Armadura. Un segundo después el mismo sonido invadió su mente y el aire a la vez –Sabes muy bien que no necesitas venir aquí para hablar conmigo, más lo sigues haciendo. No entiendo cómo funcionan los humanos pero se ve que gustáis de realizar actos inútiles- Se mofó la misma. La respuesta tardo poco –Y habla el trozo de chatarra el cual encontré tirado en las cloacas. Aunque supongo que me serás de utilidad en cuanto pueda utilizarte, al igual que esa espada. ¿Cómo alguien blandía algo tan absurdo? Menos mal que aprendí sellos Básicos para guardar esa cosa…- El ente se rió y después hizo un amago de suspiro –Ah. La Matadragones, que recuerdos me trae esa espada. Y con respecto a cuándo me abriré. Bueno, lo sabrás pronto chico. Mañana es el último día de esa cosa… ¿Cómo se llamaba? ¿Academia, quizás? Después de ello supongo que tendrás libertad para entrenar en alguno de esos campos… Y librarte de esos críos- Ríe con algo de malicia – ¡Aunque tú seas uno!- El rubio la miró con ojos cansados y se dio la vuelta sin mediar palabra.

La armadura quedó silente. Había visto en su corazón su historia, y su Odio. Encontrado en medio de una aldea en llamas como único superviviente. Siendo las sombras de aquella noche los únicos testigos de aquella inhumana masacre. Habían sido unos Jonins que volvían de misión los que hicieron que el infante no se convirtiese en ceniza por las llamas que había aun en los edificios circundantes. Este niño le encontró y liberó de las cloacas en las que se encontraba sellado. Por culpa de estúpidos y gente aburrida se propagó el rumor de que el pequeño había tenido que ver con aquel suceso, haciendo que el pueblo estallase en historias cada una más absurda que la anterior. Algunas decían que fue él el perpetrador de dicho acto, otros que él era el sacrificio para horrores inenarrables.

Quizás fuesen ciertas, quizás no, eso nadie lo sabría.

Cavilando en sus propios recuerdos, no noto como Naruto se metía en su cama y apagaba la luz de la estancia.

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Se levantó, sabiendo que era el último día de clase en la Academia Shinobi pero no por ello con menos sueño. Se acercó al baño al lado de su habitación y empezó con las labores diarias de aseo. Una ducha y quince minutos después habían dejado su cabello limpio y su cuerpo libre de impurezas. Regresó a su habitación y eligió su atuendo favorito, conformado de pantalones cortos negros, zapatillas negras y una sudadera gris holgada con una camisa blanca ajustada debajo. Haciendo caso a las llamadas de emergencia de su estómago bajó las lustrosas escaleras del primer piso y con paso raudo se encaminó hacia la cocina en busca de alimento, luego se acordó que no tenia ni comida ni dinero. Rió de manera acida y se encaminó a la puerta.

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En su camino se encontró con gente Hyuga o de Clanes menores que o bien le ignoraban o bien le miraban raro, como quien ve algo que altera su rutina. –Aun después de tamaño fracaso. Sigues viniendo aquí, diría que es admirable pero seguramente vomitaría en el proceso- Aquella hiriente frase retumbó ligeramente en sus sienes. Lo que hizo que por instinto golpease a la persona que había puesto una mano en su delgado hombro. Una mano enguantada a medio dedo paro su golpe con facilidad pasmosa. El defensor era un moreno de ojos negros profundos. Camisa, pantalones cortos, y sandalias totalmente negras –M-Menma… Lo siento no quer- La acalló un fuerte golpe en el labio, rompiéndoselo en el proceso – ¿Así es la forma en la que tratas a tu hermano? Qué vergüenza, Lauda, pensaba que Papá y yo te habíamos enseñado mejores modales. –Permaneció en el suelo, como sabía que debía hacerlo después de un golpe suyo. –En fin, espero que no nos decepciones más de la cuenta hoy, recuerda que día es- Sin aguardar respuesta procedió a ingresar a las instalaciones, perdiéndose en el mar de estudiantes. Soltó una escapista lágrima, pero no dejó que más le siguiesen, después de todo si lo hacía bien, a partir de hoy sería libre…

Cuán ilusa puede ser la juventud.

-Sería estúpido preguntar si estás bien.- Resonó a su espalda, giró su cabeza coronada de albinas hebras y observó al chico delante de ella. Era alto, de ropajes oscuros y rubios cabellos, le estaba tendiendo la mano, la cual tomó no con firmeza, pero si con algo de calma después del pasado incidente. –No deberías dejar que ese saco de mierda te golpease, pero siempre te digo lo mismo desde hace un año y nunca atiendes a razones- Suspiro con pesadez e inicio su camino a la puerta. – ¿Vienes o te quedas ahí parada?- Miro el reloj que había en la pared del hall y murmuró un par de maldiciones. –Ya se pasan cinco minutos, pero no es como si fuera dios y pudiese venir al instante. Que se le va a hacer… Tonta armadura…- Con ese extraño comentario y al estar ella detrás pudo observar una extraña marca de color negro que subía desde donde ella veía su espalda hasta la parte alta de la nuca, haciendo un dibujo curvado y entrecruzado de color negro noche. Se guardó las ganas de preguntar y entró al aula.

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- ¡Naruto!- Con parsimonia y toda la lentitud del universo, levanto la cabeza de sus cómodos antebrazos. – ¿Shee?- El profesor intentaba reprimirse de darle soberana paliza. –Te toca…- Con una sorpresa mal realizada a posta, se levantó de su silla y salió del aula, para un minuto exacto después entrar. –Bien, ya estamos todos, ahora toca la parte intelectual del examen de graduación- Repartidas las hojas el único sonido que llenaba el aire era el de madera nueva y lápices rasgando papel de manera casi frenética. Con una cantidad de ganas menor que 0 "Firmó" el examen y le dio la vuelta.

Una hora después todos habían terminado, Naruto el primero, pues ni podría ni quería rellenar la dichosa hoja por falta de conocimiento, y de ganas. –"Te maldigo mil veces trozo de chatarra…"- Esos eran sus frases mentales más comunes junto con una desgana y cansancio inusuales en él.

-Ahora pasaremos al ya reglamentario Torneo Juvenil, que como todos sabéis también nos sirve para evaluaros y así poner una tercera nota, haciendo media con las otras dos y creando la final. El torneo se dividirá por categorías, como supongo que intuís, al menos alguno…- Mira hacia Naruto fijamente, el resto de la clase dándose cuenta y dejando escapar ligeras risas malogradas. –Las categorías son los Sexos. Por cortesía irán primero las mujeres.

Después de unos muy ligeramente interesantes combates, la ganadora fue sorprendentemente Hinata debido a su buen Taijutsu, mucho mejor que el de la academia, pero aun así pobre, ya que eran eso, niños recién "Horneados" de la academia y la comodidad de sus casas. –La paz sí que afecta al poder… Una lástima- El rubio aunque miró todos los combates los más interesantes fueron los de aquella chica llamada Lauda. Aun después de un año de conocidos seguía sin saber por qué quería seguir este camino, el cual absolutamente todo el mundo sabía que estaba teñido de sangre y penas. Le veía que le faltaba de todo a su estilo. Práctica, fluidez, potencia. Pero se veía que le sobraba una cosa a raudales.

Ganas de superarse.

Aun después de un año, seguía siendo un misterio por que la trataban tan mal… Según tenía entendido el Hokage trataba bien a sus hijos. Después de tales cavilaciones, se levantó de su silla y se encaminó a la pequeña arena al escuchar su nombre. –Las reglas son simples. 3 minutos, el que deje inconsciente o fuera de combate al otro gana. Si lo saca de la arena también gana. ¿De acuerdo?- Naruto y Menma asintieron. Naruto lo último que quería ahora mismo era un combate, aun así se puso en guardia y esperó. – ¡Empezad!- Naruto siguió esperando a que su oponente diese el primer paso. Lo cual hizo después de unos diez segundos esperando. De manera impulsiva se lanzó confiando ciegamente en la vieja táctica de tirarlo abajo de un solo golpe. Naruto reaccionó como lo habría hecho en una pelea de verdad. Había enterrado ligeramente la puntera de su pié en la arena, esperando a que se acercase lo suficiente para hacer un movimiento con su pierna y cegar a su oponente de la que venía. Menma al estar sin visión no se percató de la patada espartana que estaba a centímetros de probablemente partirle una costilla. Acertó su movimiento y con un sonoro "Crack" lo mandó fuera del área. A regañadientes Iruka admitió. –El ganador es Naruto. Siguiente combate, combate final. Sasuke Uchiha contra Naruto.

Sasuke bajó, y espero para darle la "paliza de su vida" a su oponente, obviamente vio la tactica de la arena, por lo que estuvo observando constantemente sus piernas, pensando en cómo atacaría. Debido a la posición defensiva del contrario decidió provocarlo de una manera un tanto sucia. – ¿Tanto miedo me tienes que no vienes?- Al no observar reacción alguna pasó a algo más fuerte. –Tu madre la fulana, ¿Acaso la viste haciéndote un hermanito bastardo en algún callejón? Estoy seguro de que lo tiene tan arruinado que ni los viejos quieren con ella- Con algo de malicia esperó una reacción, pero no estaba preparado en lo más mínimo lo siguiente. –Habló el soplapollas que encontraron en la masacre Uchiha chupándose el dedo. ¿Acaso estabas llorando y literalmente cagado de miedo porque tu hermanito te dio fuerte y flojo por esa boquita tan sucia?- El golpe emocional fue tan fuerte que ni se enteró cuando Naruto había avanzado contra él. Placándole a la altura del estómago, para posteriormente en vez de echarlo de zona, lanzarlo por encima del hombro para posteriormente pisarle la tráquea con la puntera y cebarse a patadas con su riñón e hígado. Antes de que lo matase o mandase grave al hospital. Iruka paró la pelea. – ¡Ganador, Naruto!- Ahora el rubio ostentaba el "Título" del mejor de su clase en Taijutsu, título que sinceramente le sudaba mucho, pero tampoco se le pueden pedir peras al olmo. Vaya, al parecer los has humillado, bien hecho- Sonrió muy levemente mientras recogía su bandana. –Como si fuese un reto, no es como pelearse contra tres jodidos ladrones con navajas y algún Kunai. Por dios, si parecen jodidos niños de guardería fantaseando con rescatar princesas. En mi mundo esa princesa sería un ninja enemigo disfrazado dispuesto a cortarte el pescuezo a la primera de cambio.- De la que salía observó a todos los chavales de su clase hablando con sus padres de lo felices de graduarse que estaban. Les habían dicho que les sería asignado un Maestro y equipo acorde a sus habilidades. Pero había una disparidad, la niña llamada Lauda. No tenía bandana y estaba en el columpio de un árbol, meciéndose al ritmo de una triste melodía que tarareaba. – ¿No pasaste? Es una pena. Se te veían las ganas a millas- Ella levantó la cabeza e hizo un amago de sonrisa. –No está mal. Eres más guapa sonriendo- Ese simple cumplido la había sorprendido bastante, además de pillarla con la guardia baja. Agachó la cabeza sumergida en sus propios pensamientos y sólo la levantó al escuchar el sonido seco de un golpe siendo detenido. – ¿Acaso tu Madre te enseña a pegar a las mujeres? Aparte, dudo mucho que te haya hecho nada para merecérselo- Menma le miró con gesto agrio y viró la cabeza hacia ella. –Prepárate para lo que te espera en casa- Con la tácita amenaza se encaminó hacia la zona de los clanes, desapareciendo entre sus calles. Después de confirmar que se haya ido, Lauda cayó de rodillas e intentó contener un pavoroso sollozo, Naruto, en un gesto de compasión la apretujo contra sí, intentando confortarla.

-No se por que te tratan así, pero recuerda, todavía me tienes a mi- Con esas palabras, y la mente mas calmada, Lauda pudo levantarse y agradecerle. Con una indecisión palpable, la dejó ir. -Si te pasa algo, ven donde siempre, estaré allí- Ella asintió, y se encamino a su casa. Suspiró -Menuda mierda de día resultó ser...-

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Un golpe, sangre cayendo de su frente y su cuerpo rebotando contra la madera del suelo eran las unicas cosas que se escuchaban, ni un grito, ni un gemido de dolor, nada. Ella soportaba los golpes haciendo un titánico esfuerzo para no llorar, el castigo al fin paró, ella se levantó y no dijo nada. El hombre rubio frente a ella al fin habló. -No se como es que si quiera pasaste a ultimo curso, bueno, no es como si importase que hayas suspendido, te meteré en un equipo con sitio. Retírate, como castigo dormirás fuera, ahora que eres Genin deberás aprender disciplina- Seguidas de esas palabras, ella hizo una profunda reverencia, que fue totalmente ignorada -Si, Minato-Sama- De reojo vio a Menma en el marco de la cocina, con solo una mirada supo que ya deberia irse, iba a subir a su habitación cuando -Padre, ¿no crees que estaría bien que fuese solo con lo que lleva puesto?-torció el gesto- O, se me ocurre una mejor idea…-No, con que lleve lo puesto esta bien, antes de que lo digas, ya te entendí. Bien, Lauda, tienes prohibido llevarte nada de tu cuarto, deja todo dinero o herramienta que lleves, considéralo un "Entrenamiento de Supervivencia Urbana", no vengas hasta dentro de un mes- Estaba asustada, mucho, no sabia como sobreviviría un mes en la calle, mas no puso objeción alguna, sabia que seria peor y mas doloroso a parte de que podrían ampliar el "entrenamiento" a mas de un mes.

Cuando se encontró en la calle, se dio cuenta de que no tenia a donde ir, salvo un lugar…

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-Estas seguro de que vendrá, ¿No?- Cabeceó ligeramente -Si, llamalo instinto o presentimiento- Hubo silencio durante unos minutos, hasta que empezó a tener algo de sueño…

Se despertó de golpe, a la vez que sacaba un kunai y lo ponia contra la garganta del que osó tocarle dispuesto a degollarlo, hasta que vio que la había cagado hasta el fondo. Lauda estaba al borde del llanto, rogándole perdón. Sintiéndose como una mierda, la abrazó de nuevo, y le pregunto que había pasado. Ella le respondió, dudosa, que solo quería salir un rato de casa, sonrió para intentar hacer mas creíble la historia, no quería que se enterase que…

-Mientes- Dijo solemne, ella se quedó muda-No puedes engañarme, mientes muy mal, no estas hecha para ello. La llevó hasta un tocón que antes era un árbol, árbol con el que él entreno hasta que se partió.-Cuéntame, que ha pasado- Estaba preocupado, principalmente, por que ellos dos se parecían, no tenían a nadie mas y eran elementos extraños a los ojos de todos.-Yo… Simplemente estaban muy enfadados por que no pase…- Lauda rezó a todas las entidades que conocía para que se lo creyese, él estrechó la mirada y ella tragó saliva, hubo un momento mas de tensión hasta que Naruto habló.-Esta bien, te creo, por ahora. Bueno, ¿qué quieres hacer?- Preguntó-Me gustaría ver las estrellas… Contigo- Le costó horrores articular esa ultima frase, pero por algún motivo a la vez también estaba tranquila, era extraño.-No es como si me incumbiese pero, ¿no te caerá bronca si vas tarde? Solo pregunto- Ella intento mantener la compostura-No pasa nada, hoy tengo… Mas tiempo- Ella lo susurró, se extrañó, aquí había algo que no estaba viendo, eso no le gustaba, tenia que averiguar que era ese algo.-Esta bien, vamos, ven- Dijo echándose y palmeando su estómago, ahora que la apreciaba, parecía estar mas bella que hace unos meses, pelo cenizo, ojos marrones con un tono de verde, y aunque no era muy alta, si estaba en la media. Se echó con algo de parsimonia, y ahí se quedaron hasta que anocheció, hablando sobre plantas, arboles, animales, el cielo, o simplemente pasando el tiempo, en esos momentos recordó por que entró en ultimo curso, decían había sido decisión del Hokage, algo no le olía bien, pero no era nadie para decir absolutamente nada.

Llegó la hora que según ella se le había impuesto, por lo que se despidieron, pero ella no contó con que él la siguiese, curioso y picado por ese algo que le decía que no todo estaba en su sitio. A la hora de seguirla se dio cuenta.-Esta dando vueltas ¿pero para qué? Estamos por la zona roja, esto no me gusta…-No mucho después vio como bajaba a un callejón y se ponía a rebuscar algo, segundos después saco un par de cartones, Naruto se hacia una idea, pero no quería aceptarlo, ella colocó como bien pudo su improvisada cama, durante todo ese tiempo tuvo los ojos perdidos y una sonrisa de lo que parecia ser felicidad.

Se echó, acto seguido empezó a derramar lagrimas sin parar, a la vez que intentaba reprimir unos sollozos, Naruto estaba hecho un torbellino, de furia, tristeza, frustración, y Odio, Odio en cantidades abrumadoras, una armadura se empezó a materializar en su cuerpo, y un casco, con cabeza en forma de Lobo empezó a reptar por su espalda, esperando nublar su visión y desatar su ira. Se controló como pudo y con ayuda de un par de volteretas cayó al lado de la chica, se había dormido después de llorar casi al instante, la cargó como pudo y fue hacia su apartamento.-Eh, hazme un favor, límpiame al menos mi cuarto-Dijo -¿Qué gano yo?-Se le ocurrieron un par de cosas-Se que si te llevo puesto sientes lo mismo que yo, ¿te interesaría que lo hiciese mañana? Igual nos hacen una prueba, y quien sabe, puede que tengas sangre- Sonrió-Acepto- Dijo al instante.

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Se despertó con dolor de cabeza, y apoyándose en la cama… Espera, ¿Cama? Miro a su alrededor y empezó a entrar en pánico, no reconocía el lugar-¿Lauda? Parece que ya estas despierta, bien, ahora explícame que hacías durmiendo en la calle- Su tono sombrío era casi palpable, casi como su seriedad- Veras, yo…- Llegó a la conclusión de que de nada servía intentar cambiar lo sucedido por lo qie se lo contó.

Luego de la explicación, quedó pensativo un rato, hasta que llegó a una conclusión

-Bien, a partir de ahora, vivirás conmigo.

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JO-DER

Pues si que me ha costado terminar este prologo, ya llevaba con el año y pico, quizá mas, aunque lo habre trabajado 2-3 dias por falta o de ganas, o de tiempo. Espero vuestros comentarios, si hay una falta u teneis una opinion, no os las guardeis, soltad toda la bilis que podais, me alimento de ella

Eso ha sonado raro, estaré trabajando en el siguiente cap durante la proxima semana.

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