Hola!! Traia esta idea dandome vueltas en la cabeza desde tanto tiempo, que cuando me di cuenta, ya estaba escribiendo esto. Bien, espero ke les guste y me dejen muchos reviews xD

// bla bla bla// Hablar a la vez.

"bla bla bla" Pensamientos

Negritas ( se escuchara raro pero...) conversar con la mente.

1

Sorpresas

-Albus¿estás seguro?

-Mi querida profesora, no tenemos otra opción, esta es la única manera de que estén protegidos.

-Eso espero Albus, eso espero…

5 a.m….

Los primeros rayos del sol se alzaban por la calle en esa fría mañana.

Las mujeres salían a la entrada para recoger los botes de la leche, y una en especial se llevaría una no muy agradable sorpresa.

Petunia Dursley abrió la puerta de su casa como cada mañana, sin saber que ese día no seria para nada como los demás, ya nada sería igual…

-¡AAAH!

-¡BUAAA!

-¡BUAAA!

Dos pequeños bebés de negro cabello azabache comenzaron a llorar, asustados por el grito de la mujer.

-¡Vernon! –Gritó Petunia -¡Vernon, ven pronto!

-¿Qué pasa? –El obeso hombre obtuvo la respuesta en cuanto vio a los niños que lloraban fuertemente. -¡¿Qué esperas¡Mételos antes de que los vecinos se den cuenta!

Petunia tomó a uno de los bebes mientras su marido hacia lo mismo con el otro.

-Mira Vernon, tiene una carta. –Entre la sabana que cubría al bebé que tenía en brazos, pudo observar un sobre.

-Pues léelo, tal vez puedan localizar a sus padres con eso. –dijo viendo al bebé que traía en los brazos con desagrado.

Ambos se sentaron en los sillones de la sala y Petunia tomó la carta.

Petunia Dursley

Decía el sobre hecho de pergamino, con letra color verde.

Cuando Petunia terminó de leer la carta, miró a su esposo con preocupación.

-¿Qué decía? -Exigió saber.

-Dice… dice que Lily y su marido murieron, y que estos niños son los únicos que sobrevivieron al ataque de no sé quién, y que debemos quedarnos con ellos o morirán… (N/A: Que sutil ¿no? ¬¬)

La mujer volteo a ver a los niños y notó que ambos tenían unas finas cadenas de oro con un dije, uno de ellos tenía un H de oro y una J de plata entrelazadas, y el otro tenía un H de oro y una L de plata, también entrelazadas.

Y entonces los niños abrieron los ojos, dejando ver unos tristes orbes esmeraldas…

Seis años después…

-¡Arriba holgazanes!

Harry y Heily Potter despertaron sobresaltados en la pequeña y oscura alacena en la que dormían. Ahora eran pequeños y podían acomodarse, pero se convertiría en un problema arreglárselas para dormir ahí cuando fueran mayores.

Heily se dejo caer nuevamente en la colchoneta y hundió la cara en su almohada.

-Lo sé, pero se enojará si no nos levantamos. –le decía su hermano.

La niña sólo lo miro con gesto suplicante.

-No Heily, anda, levántate y vístete.

-Ya voy, ya voy… eam… ¿Harry?

-¿Si?

-Estas sentado sobre mis pies…

-Lo siento.

Después de algunos golpes y patadas (accidentales, claro) y muchos lo siento, salieron de la alacena usando lo que parecían harapos, pero en realidad eran las ropas usadas de su primo Dudley.

-//Buenos días// -Dijeron amablemente mientras entraban a la cocina.

-¡Ya les he dicho que no hagan eso! –grito tía Petunia.

-//Lo sentimos//- Y con eso se ganaron una nalgada por parte de su tía.

-//! AUCH!//

-¡Mírate nada más niña! –dijo Petunia al ver la maraña indomable que era el cabello de la niña. -¡Ven aquí! –le ordeno mientras se sentaba en una silla y tomaba un cepillo que estaba sobre la mesa (ya era una rutina).

La niña se paró de espaldas frente a su tía, preparándose mentalmente para el tormento que era cepillar su cabello.

-¡Auch¡Auch! –La niña se gano un fuerte coscorrón en la cabeza y tuvo que reprimir las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos.

-¡Y tú! –Dijo dirigiéndose a Harry. -¡Haz el desayuno!

El niño le dedicó una mirada de comprensión a su hermana. A él también le dolía cuando intentaban peinarlo, aunque no tuviese el cabello tan largo como su hermana. Siempre habían tenido una extraña conexión, podían sentir lo que el otro estaba sintiendo, incluso lo que estaba pensando, para ellos una mirada era suficiente para darse a entender.

El pequeño acerco una silla a la estufa y comenzó a preparar el desayuno.

Una vez que estuvo listo, y el cabello de Heily había quedado medio decente, tío Vernon y Dudley entraron al comedor para desayunar.

Cuando todos terminaron y Harry y Heily habían recogido y lavado los platos, tía Petunia los llamo a la sala.

-Escuchen- dijo. –Iremos a visitar a mi madre.

Los ojos de los gemelos se desorbitaron, no tenían idea de que tenían una abuela, creían que toda su familia había muerto.

-Cuando estemos allá, seremos la familia perfecta que siempre hemos sido –dijo dirigiéndole una sonrisa a Dudley – Y nadie lo hechará a perder¿Entendido? –Dijo mirando severamente a los gemelos, quienes sólo asintieron. –Bien, ahora, vayan a bañarse, saldremos en tres horas.

Extrañados, ambos salieron de la sala.

-¿Piedra, papel o tijera? –Preguntó Heily mirando a su hermano.

-No, mejor tu primero, seguramente la tía Petunia querrá peinarte de nuevo, y con el cabello mojado tardará menos. –Respondió Harry.

-Rayos…

-Jaja, anímate, ya se cansará y te dejará en paz, ya se rindió conmigo.

-, y realmente no lo entiendo ¬¬.

-¡Ya vete a bañar!

-¡Ya voy!

Heily subió las escaleras y se dirigió al baño, mientras que Harry se iba a la alacena.

No era que le gustara mucho ese lugar, pero al menos ahí podía pensar y estar tranquilo sin que su primo lo golpeara o sus tíos le dieran órdenes.

Ambos niños estaban pensando en lo mismo; En tan sólo cuestión de horas conocerían a su abuela…

N/A: que les parecio? espero ke me dejen muchos reviews, y se los pueden dedicar a los personajes xD

Besos

RebecaNara