Estoy leyendo el manga de Ajin, lo recomiendo. Serán algunas viñetas de toque yaoi, según como vayan saliendo y del humor del día. La amistad que "mantienen" los dos protagonistas en el manga, se convirtió en una pequeña idea para escribir. Gracias por leer.
"¿Me lo estás preguntando?. Estaba muerto aparentemente. Pero tengo el hábito desagradable de despertar una y otra vez".
Como el río de sangre corriendo por todo el asfalto de la carretera, simulando ser una amenaza, queriendo ahogar las desdichas de todo el mundo. Con el frío de temporada que estaba resintiéndose en los cuerpos atormentados, que rechinaban los dientes al presenciar un evento impresionante, pero a la vez discrepante. El aparatoso accidente que acababa de ocurrir, con la muerte de algunas personas inocentes y de los carros volcados encima del suelo como cual acero imperfecto en medio de un día gris. Los agentes del gobierno y unos cuantos semi-humanos llamados con el diminutivo científico de "ajin", estos mismos que buscaban desaparecer y sumergirse en la oscuridad hasta el tope de las insipideces, por las torturas de discriminación y de la caza de los experimentos desalmados del que estaban siendo víctimas.
El semi-humano de tez pálida llamado Nagai, beso los labios de su amigo Kaito, dándole una promesa dinámica de amor malsano y simbólico. Siendo a la vez, que este mismo trataba de ignorar esa apelmazada sensación de tener la cortina de sus cabellos rubios adhiriéndose a los lados de su sudoroso rostro, apreciándose su nariz recta y las marcadas ojeras bajo sus hinchados ojos. Mientras Nagai tenía una mirada enardecida, tan abrumada, con el golpeteo de su agitado corazón y la desarrollada tensión en sus rígidos músculos.
Siendo un pacto entre un medio inmortal y un humano, con decisiones cruciales a futuro. Que la larga vida, esté del lado de los dos jovencitos.
Al mirar hacia el futuro, uno pretende seguir caminando en encrucijadas, porque uno nunca sabe lo que se podría hallar detrás de las vaporosas capas que quebraban el tiempo actual. Si vienes de una raza inmortal o del linaje humano que se desgasta en lo imperfecto, y en el instante impávido de la vida que se forjara con la pluma y la tinta letal del destino. Es una historia escrita en sangre y en desilusión, que sigue y sigue, sin permitir que algún alma divina remiende los dolorosos errores.
Los dos muchachos estaban viendo que lo que es el día de hoy, al día siguiente se puede convertir en la infortunada nada, porque nadie alcanza a escapar ni a evadir, la travesía desalmada del tiempo.
La mano izquierda de Kaito, que tenía ligeros callos en los dedos por los trabajos casuales de uso rudo que a veces ejecutaba, la iba acercando con lentitud a la mano derecha del estresado joven Nagai, para luego tomársela con delicadeza y darle un buen apretón para intentar trasmitirle alguna pizca de alegría. El corazón de ambos palpitaba con mucha fuerza, los rin tintín de sus sonrisas amargas y las miradas cargadas de añoranza, porque el mundo se caía a pedazos, se partía en trozos de podredumbre y de corrupción amarga, que se les escurría de las manos como los riachuelos turbios de un bosque eterno.
Los dos varones vieron el último resquicio de humanidad que se desvanecía en sus corazones y en sus ojos.