Piscina
- Iván~
- Yao - le sonrió.
- Va a abrazarlo - tanto tiempo... ¿cómo has estado aru?
- Lo recibe entre sus brazos - bien... gracias por preguntar Yao... - y acaricia su rostro - pero te he extrañado...
- Yo también... - le besa los labios - por cierto, hoy viene Kiku a comer, y te hice un regalo - se separa y va a buscar un ramo de girasoles - ten... - mira hacia el mas algo con un sonrojo.
- Ju... - recibió con emoción aquel ramo, China conocía bien sus gustos. - Gracias... me encantan...
- Sonrió ampliamente hacia su vecino y luego volvió a sentarse en la mesa - ¿hace mucho frio en Rusia aru? - le mira de reojo.
- Si... el tiempo esta terrible... el general de invierno azota con fuerza... - suspiro, olía aquellas flores con placer...
- Ya veo... pero... - sonríe y se acerca a él, tomándole su bufanda acercando sus labios a los propios - aquí no hace tanto calor aru… - le dijo un tanto tierno, al oído, quería provocarlo, hace mucho que no se veían.
- Claro... me gusta el clima de tu casa Yao... - beso sus labios siguiendo la iniciativa del otro.
- La verdad es que a mí me está dando calor - se quitó su chaqueta y abrió un poco los botones de su camisa, poniéndole a Iván una cara provocativa - Iván... sígueme aru - se soltó del albino para ir a las afuera de la casa, al patio, donde estaba la piscina, comenzando a desnudarse.
Se limitó simplemente a sonreír y se adentro en la piscina, completamente desnudo, saliendo de nuevo meneando ese pequeño y bien formado trasero, tomando un jugo de naranja, antes de sumergirse nuevamente en el agua.
Su cabello castaño oscuro se desparramaba por el líquido transparente, y hacía que llegara a su cadera cuando este salía del agua y se sumergía otra vez. La visión era hermosa.
Iván se mantenía observando aquella escena desde su posición, era demasiado pronto para unirse a aquella diversión.
Le miro con el seño fruncido reprochándole el porque aun no se había unido a él.
- Iván, ven a meterte aru - le dijo nuevamente desde de la orilla de la piscina.
- Sonrió para entrar a la casa, al rato salió sin su típica bufanda ni su abrigo, a cambio llevaba una camiseta estampada de un color crema, y sus pantalones negros, en sus manos llevaba una fuente con unas frutas picadas en cubos.
No comprendía al otro, a veces odiaba eso en su relación o más bien en Iván, que siempre le sonreía sin explicarle nada.
Salió desnudo como estaba y fue a abrazar a Iván mojando toda su ropa, para pescar una fruta y comerla.
- ¿No te quieres meter conmigo? - pregunto mirando el suelo.
- No recuerdo haber dicho eso Yao... - le sonrió mientras llevaba aquella jugosa fruta a su boca - ¿no has pensados que el agua quita energías y provoca apetito?
- Ah... es cierto pero, ¿no has escuchado que cuando te satisfaces en el sexo pierdes apetito? - Le sonrió de medio lado, tomando la fruta y sentándose a la orilla de la piscina, moviendo sus pies en el agua.
- Claro... pero no tener energías mata el acto en el instante... - estaba sin zapatos, se acerco al borde de la piscina donde estaba China y lo empujo al agua como un niño travieso. - Te atrape... - rio para seguirle y entrar al agua con ropa y todo.
- Casi se ahoga ya que lo tomo por sorpresa y ni siquiera pudo coger aire. Comenzó a toser un poco sonrojado y luego molestándose - ¡TU!, ¡MALDITO, VEN AQUI! - comenzó a perseguirlo por la piscina, con un puño alzado, estaba convencido de que le daría en la cabezota - ¡¿cómo te atreves aru? ¡casi me ahogo por tu culpa aru! - cuando lo pillo, dicho y hecho, le pego en la cabeza - malcriado - Lo miro con ojos chiquitos y luego rio un poco.
- Rio al sentir el golpe de Yao en su cabeza ya que este no había sido tan fuerte - eso fue gracioso... - lo arrinconó hacia uno de los muros de la piscina y le observo con una sonrisa muy diferente a la que traía antes. - Ahora... - le tomo por la cintura. No le era difícil ya que por su altura alcanzaba perfectamente el fondo de esta - serás... uno con Rusia... - beso su cuello.
Se sonrojo de golpe, a todos le pedía ser eso, por eso esa frase le molestaba en cierto sentido.
- Deja de decir estupideces, aru... - lo miro a los ojos aun con su sonrojo, y abrió las piernas por inercia, dejando que Iván lo invadiera.
- No era como si quisieran terminar pronto con todo, pero el tiempo transcurrido entre la última vez que se había visto a ahora les había hecho ahorrarse el proceso de excitarse mutuamente, "el tiempo ya se había encargado de eso" pensó el más alto cuando comenzó a penetrarlo efusivamente.
Ni una reparación, ni lubricación, nada, parecía que el agua era suficiente para que Iván invadiera sus paredes de una forma exquisita. Su cadera se empezó a mover, sintiendo el miembro de su amante resbalarse por él, las secreciones, los jugos de su cuerpo, todo lo estaba embriagado.
- ¡Ahh! - arqueo su espalda y volvió mover su cadera.
- Lo empujaba una y otra vez en los muros, cada vez más rápido, cada vez mas profundo, tomaba sus muslos y los apretaba al tiempo que sus labios recorrían su piel, marcándola mojándola.
Sus uñas se clavaron en la espalda de Iván, su sus gemidos se alojaron en su oído, llenándolo de su calor, llenándolo de él.
Apretó su esfínter, y volvió a clavarse duramente con el miembro de Iván.
- ¡Ah sí!... - susurro nuevamente, mientras sentía que su pene chocaba en el vientre de ambos.
- Um... Yao, te estrechaste... - decía suavemente en el oído de China.
- ¡Ahh lo sé! - le dijo pues se había estrechado a voluntad. Pesco el rostro de Iván y lo besó fogosamente compartiendo su saliva con la de él, danzando su lengua con la de Rusia, mientras su cadera se movía ansiosa, sensual.
- Pronto ambos llegaban al clímax, el agua se sentía fría en comparación a sus cuerpos calientes, Iván comenzó a acelerar más sus movimientos hasta que pronto acabó dentro del otro.
Al sentir aquel liquido espeso dentro suyo, también termino por correrse entre el cuerpo de ambos manchando la piscina, aunque sabía que el filtrado la limpiaría.
Miro a Iván y le dio un fogoso beso al terminar.
- Iván por unos cortos segundos se quedo apoyado en el cuerpo de Yao en silencio, después alzo la vista y le sonrió - China me quedare en tu casa toda la semana... da...
- ¿Eh?, ¿en serio aru?, ¿y eso a que viene? - se extraño viendo a los ojos a Iván mientras lo abrazaba y juntaba su nariz con la de el - Bueno no importa mucho, pero… sácame de aquí, mi espalda me duele aru...
- Claro... - sonrió y sin mucho esfuerzo lo alzo recostándolo a la orilla de la piscina en el suelo cálido bajo la calidez del sol.
- Creo que me he hecho moretones, cuando estábamos en eso… - pensó en vos alta pues había chocado con la pared en cada embestida.
Sintió que tocaban el timbre y se acordó de Kiku, se puso una bata y salió a abrir, entonces Kiku le sonrió y le abrazó, últimamente estaban en buenos términos.
- Rusia observo como el otro se apresuraba a abrir la puerta, "seguramente sea Japón" pensó, el por su parte salió de la piscina con sus ropas mojadas se acerco por la espalda de Yao para "saludar" a Kiku - hola Japón... - abrazo a China por la espalda alejándolo del otro.
- Ah, eres tú, ¿por qué EL está en Asia? - alzo una ceja mirando a Yao.
- Bueno... - suspiró - es mi invitado y se quedara en mi casa una semana, tampoco tienes que enojarte tanto con el aru...
-…Pero... - Japón miró a Rusia y jaló a China hacia sí - entonces… espero divertirme con Rusia-niichan... - le sonrió de medio lado mientras abrazaba a Yao.
- Claro... nos divertiremos Kiku... - le devolvió la sonrisa mientras una de sus manos sostenía posesivamente la de Yao.
- Ya... voy a hacer comida entonces - se desató de ambos y se escabullo hasta la cocina.
- ¿Que le has hecho a Nii-san? - pregunto Kiku mirando a Iván.
- ¿Realmente quieres saber?... - sonrió - tal vez Grecia te lo pueda mostrar.
- No hablas de Grecia-san con tus sucios labios - le miró obviamente molesto - tu no le haces bien a nadie.
- Eso no te incumbe... mocoso...
- ¿Mocoso? piensa en tus palabras antes de usarlas cabeza hueca, me voy con Nii-san - se dio media vuelta para ir a la cocina abrazando a Yao por la espalda - nii-san, Rusia-san me está molestando - como un gatito, siempre manipulando a su dueño.
- Iván, ¿estás molestando a Kiku?
- Claro... Yao... - sonrió y hablo como un niño siguiéndole el juego a Kiku - porque el pregunto acerca de lo que hacíamos en la piscina... ¿aun quieres saberlo? - aquello ultimo lo dirigió a Japón.
A Yao se le crisparon los nervios cuando Iván dijo aquello, y se sonrojo hasta las orejas.
- ¡No le digas nada aru! - miro a Kiku y le sonrió - solo nos bañábamos, como antes lo hacía contigo.
- ¿Entonces, te bañarías conmigo en la tarde? - le pregunto mirando de reojo a Iván.
- Pero... ya estás grande - miro a Iván, y pidió disculpas con la mirada - bueno, nos meteremos a las termas con Iván, ¿de acuerdo?
- Será divertido da... - sonrió ante la invitación.
Japón siguió pegado a Yao toda la tarde, luego era hora de ir a las termas, aunque Yao había estado desnudo prácticamente la mayoría del día, solo lo cubría una bata.
Kiku lo seguía a todos lados, cualquiera que no supiera su historia pensaría que Japón trataba de conquistarlo.
- Aun eres muy dependiente de Yao... - comento Rusia con su típico Vodka entre sus manos - deberías prestarle más atención a Grecia.
Claramente Yao no estaba con ellos en aquel instante ya que había ido a "cambiarse".
- No metas a Gracia-san en el tema, además, es distinto, Nii-san es algo mas allá que tu nunca podrás entender, por tu horrible y maldita infancia, eres un marginado - le miro a los ojos, frio, como casi nunca se portaba.
- Mas bien actúas como un crio celoso... - no se dejaría molestar aunque detestaba que hablaran de su niñez, aquello le traía recuerdos horribles, y abría muchas heridas - no puedes decidir por Yao...
- No decido por él, pero estamos unidos por algo más que rasgos... por cultura... ¿entenderías tu eso?, no lo creo - suspiro pesadamente, realmente detestaba a ese tipo.
- Pues... no pensaste en que tan unidos estaban cuando decidiste dejarle solo... - respondió para ponerse en pie, Kiku le estaba molestando bastante y prefería alejarse de este antes de causarle algún daño, ya que eso lastimaría a China y eso era un problema para el - no pensaste en el daño que le causaste cuando le abandonaste y cuando te pusiste en su contra durante la guerra... solo lo recuerdas cuando notas que alguien más se le acerca... que pendejo mas celoso... - sonrió para salir de la habitación.
Yao salió a buscar a ambos, ya estaba listo para ir, sin embargo, noto a Kiku con lagrimas en los ojos y a Iván ausente.
- ¿Japón? - le tomo el rostro y el chico se lanzo a sus brazos, diciéndole que Iván le había herido, hipócrita.
Yao abrazo a Japón hasta que este beso sus labios.
- ¿P-porque hiciste eso?
- Porque eres mi nii-chan - le dijo con su expresión seria.
China se levanto y salió corriendo en busca de Iván, ya estaba atardeciendo cuando lo encontró.
- ¿Paso... algo? - agacho su rostro enormemente rojo, recordando el beso que le dio Kiku.
- Yao... estoy cansado de que siempre sea lo mismo... - dijo con suavidad, estaba realmente molesto, miraba el cielo nocturno de espaldas a China - hace mucho tiempo que note los celos de Kiku hacia mi... y se a la perfección que aquellos celos no son precisamente de un hermano... - de entre sus prendas extrajo una pequeña petaca metálica y comenzó a beber su contenido. - No le he lastimado por el gran cariño que le tienes... - se giro a observarle, pudo notar como en el rostro cabizbajo de este había un notorio sonrojo - paso algo con Kiku mientras estaba fuera ¿verdad? - lo miro, el otro pudo notar que en Iván no estaba la típica sonrisa que lo caracterizaba, tampoco había molestia, solo una mirada fría.
Abrazo a Iván por la espalda, no podía aguantarlo, el también estaba cansado, pero por el respeto que le tenía a Japón nunca le decía nada, era también su culpa en cierta forma.
- Me besó - susurró a su oído y lo abrazó aun más fuerte, buscando sus manos frías tapándolas con las cálidas que él tenía.
A pesar de todo notaba la molestia de Iván, pero también sabía que era el único que podía acercarse a él cuando Rusia estaba de aquella manera.
- Solo se quedara un rato mas, tiene que volver a su casa después, no puede descuidar a su gente - beso su cuello por posterior - y aunque él me quiera de esa forma, yo lo quiero como mi hermano menor, a quien amo es al gigantón que tengo aquí - le hablo suavemente.
- Nadie toca lo que me pertenece... - susurro, giro completamente su cuerpo abrazo al más bajo a su cuerpo, bajo sus labios hasta alcanzar los de China, estaba claro... "no podre destruir la conexión de aquellos dos, pero creare una aun mas fuerte por mi parte". - Se que me amas... - acaricio su rostro, al fin le sonreía de nuevo. - Es mejor volver...
Asintió con la cabeza, se sentía demasiado cohibido como para decir algo y se levanto con dificultad, dirigiéndose a las termas donde Kiku lo esperaba, acercándose a él, y apoyando la cabeza en el hombro de Yao.
- Je... Kiku están muy empalagoso aru...
- Nii-san nunca me va a ver... - dijo sin más, y por fin supo el porqué de los celos de Kiku hacia Rusia.
- No puedo - miro el suelo - sabes que tu nación me discrimina por mi política, por lo mismo que descrinas a Rusia... por eso... no sería mejor... ¿que nos alejáramos Japón?
- Rusia por su parte había decidido dejar a China a solas con Japón a petición de Yao, al principio no le agradaba para nada aquella idea, pero debía mantener la confianza en este, así que decidió quedarse en la sala.
Rusia por su parte había decidido dejar a China a solas con Japón a petición de Yao, al principio no le agradaba para nada aquella idea, pero debía mantener la confianza en este, así que decidió quedarse en la sala.
- Iván lo tomo en sus brazos y le abrazo fuertemente - tranquilo Yao... - dijo simplemente, le agradaba la idea de que Japón se hubiese ido al fin pero le inquietaba que "su" China llorase por culpa de esto.
Se recargo en el hombro de Iván descargando toda su pena allí, abrazándolo con fuerza y apretándolo a su cuerpo.
- Ah crecido mucho... es todo... - susurro a su oído y se mordió el labio, ahora si los pequeños hipeos de llanto comenzaban a escucharse, - Iván, ¿viste sus ojos?, él...vendrá por guerra...
- Descuida Yao... - acaricio sus cabellos - el pensara muy bien las cosas antes de causarte algún daño... después de todo es Japón...
- Puede que... puede que tengas razón - lo miró a los ojos - gracias Iván - besó sus labios y lo abrazó, incorporándose sobre el cuerpo de ese para luego apoyar su cabeza en su pecho.
- Entonces... mañana será otro día, ¿nos bañamos juntos?
- Claro... - sonrió y lo tomo en brazos para llevarlo a las termas.
- Ah... Iván... Si te quedaras por una semana, no es porque estarás huyendo de tu hermana nuevamente o ¿sí?... - tenía un mal presentimiento respecto a Bielorrusia.
- Ella... a veces es un dolor de cabeza... - suspiro. - pero no es por eso... quiero pasar mucho tiempo contigo Yao... - lo beso.
- Pues somos naciones, podemos pasar todo el tiempo que queramos juntos aru - le tomo la mano y le sonrió, casi como si fuera un pacto.
