Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer, el restito es solo mío.

Summary: "Sí, tienes razón, tú eres la que muere…" Replicó Jacob mirándome a los ojos. Su expresión no era la mejor "sin embargo, yo soy el que vive, lo que es más difícil" y luego desapareció dejándome sin palabras.


Luz de Noche


Imprimación


El alba se asomaba entre las colinas, la luz del sol alumbraba mis ojos lobunos que se acostumbraron al instante a tal cantidad de luminosidad.

Mi pelaje blanco brillo como nieve recién caída del cielo nublado. Y aún que fuera toda esta majestuosa belleza, desagradaba el momento en que me convertí y toda mi existencia, odiaba este cuerpo de licántropo, detestaba no poder ser una humana común y corriente… y para variar la única mujer lobo.

Incomodo de cómo me miran los chicos cuando se ahí que salir de fase para poder ponernos nuestras ropa e ir a casa. Y ahora que los vampiros no vegetarianos fueron extinguidos de nuestro territorio, los vegetarianos vienen a interrumpir con la paz y tranquilidad de la Reservas, la Push y Forks. Que más quisiera yo no ser esta cosa peluda que tanto me da asco, poder caminar en dos precisos pies por toda mi vida y no de vez en cuando con cuatro patas peludas y blancas.

Corro, corro por que desearía escapar de todo esto que me tiene atada al mundo, atada a esta bestia de lobo blanco y grande. Para mi más grande desgracia es una orden de Alfa ser parte de la manada. Escapar si puedo, pero no debo ni quiero. Lo único que me divierte de este trabajo es… matar vampiros, muchos vampiros. Mi gran obsesión, la que nunca dejare de hacer, por que esos seres sin vida no merecen seguir en la tierra, es mejor que desaparezcan del planeta… por y para siempre.

"Bella. Deja de hacer tonterías y regresa, tenemos que recordarle el tratado a los Cullen .Ese… era Sam, Alfa de la manada, se supone que yo debería de serlo, pero renuncie al puesto, ya que no quería ser esto. Él es una gran lobo negro, imprimado de Emily, una chica hermosa, peo en su caso enmarcaban tres horrible cicatrices de lobo.

"Ya voy", respondo sin ganas. Reanudé mi marcha, pero esta vez al lado contrario del que ya estaba corriendo, ahora, en dirección a la línea divisora. "¿Por qué ahí que recodarles siempre el tratado? Yo que sepa ellos tienen tan buena memoria como nosotros".

"Es nuestro deber como manada", respondió en un gran gruñido "No podemos arriesgarnos a que muerdan a un humano. No deseo una pelea entre especies… puede salir con muchos lastimados y además de que el peligroso.

"Bien, lo que tú digas" .No deseaba luchar, menos con el Alfa.

Seguí corriendo.

Odiaba la idea de estar cerca de vampiros y no poder despellejarlos con mis dientes largos y filudos. El maldito tratado me quitaba todos esos lujos de muerte a los fríos que el corazón no les late. Imposible que lleguen a sentir dolor por sus desmembramientos o sientan algo por alguien alguna vez en su larga y endemoniada vida de porquería. Estos fríos tienen los ojos dorados por la misma razón en que son vegetarianos, la sangre de animal se los mantiene de esa forma tan horripilante.

Yo era un lobo por culpa de esas cosas sin vida, los genes licántropos se me activaron, al igual que todos los demás, cuando un gran clan de vampiros normales paso matando y mordiendo todo a su paso, lo genes fueron rápidos en reaccionar, la cantidad de gente muerta fue increíble, al parecer mi padre aun investiga algunos casos para disimular un poco.

Otra cosa que me dio este gen y que odio sin conocer como era verdaderamente, es mi padre, un hombre que desconozco ya que se que Charlie y Reneé me adoptaron cuando era un bebé, mi madre murió en un accidente y mi padre desapareció al poco tiempo, al parecer no soporto estar sin su imprimada, si es que se imprimo de ella. Entonces mis dos padres adoptivos saben lo del gen licántropo y el peligro que corre su hija estando por estos parajes… ¿Pero al quien le importa?

Llegué al lugar de reunión, los vampiros nos esperaban al otro lado, como siempre, ahora eran ocho, por lo que decían las leyendas al parecer solo eran cuatro, pero el numero a aumentado durante los siglos y eso simplemente es peligroso, por lo menos si deciden contraatacar a la manada de Sam, a mis hermanos… ¡Que blasfemia!... se supone que los vampiros, por lo que dicen las películas sobre ellos, no pueden sobrevivir sin sangre humana, me convierto en loba y resulta que me encuentro con unos vegetarianos que pueden sobrevivir con sangre de animales que se pasean por estos parajes.

Todos los de la manada se encontraban mirando ferozmente a los fríos. Y yo, como siempre, legando de última, como siempre perdiéndome toda la acción de los acontecimientos.

Uno de los pálidos sin vida, con pelo rubio, bien peinado para atrás y con una sonrisa serena dio un paso en nuestra dirección. Nada paso, todos quietos. Sus ojos dorados, como lo de todos los demás, nos miraban con detenimiento. Dio otro paso y mi cuerpo se tensó al máximo al sentir tan amenaza que no dejaba de acercarse, solo mi corazón se encontraba en pleno movimiento.

Todos gruñeron a excepción de mí, lo de que me arrepentí luego.

—Buenas tardes —saludo

¿Ya se paso la hora de almuerzo?

—Creo que alguno ya debe de conocerme, soy Carlisle Cullen y esta es mi familia —Indicó a todos y su dedo se detuvo a una hembra—; Esme —esa tenía la cara en forma de corazón y una cara con movimientos maternales. Lo tomo de la mano y lo miro con amor—, Edward —un chico guapo dio un paso, su pelo era cobrizo y su sonrisa torcida—, Emmett —era fortachón, como si cada día fuera al gimnasio para ejercitar esos músculos y una gran sonrisa plasmada en la cara—, Rosalie —esa era más seria, su cara mostraba puro odio. Eso me gustaba. Ella no se movió, solo se dedico a mirarnos—, Alice —una pequeña duende apareció saltando a sus espaldas y con el pelo corto terminado en punta nos saludo a todos con una sonrisa y un gesto de manos—, Jasper —demasiado serio y sin expresión en su rostro— y Jacob.

Pose mis ojos sobre el último, se encontraba apoyado sobre un árbol, con los brazos cruzados sobre su pecho bien formado, su pelo era negro y brillaba como estrellas en el cielo de noche, estaba cortado y totalmente despeinado a un estilo rebelde. El color de su piel era un tostado pálido, pero aun se notaba demasiado la dureza y frialdad de esta… y sus ojos, al mirar sus ojos como dorados como perlas de oro… el mundo dejo de girar, los segundos se convirtieron en años, todo lo demás dejo de ser hermoso comparado con lo que tenía en frente. Era como una siega mirando por primera vez el sol.

Todo mi amor hacía las demás personas se convirtió en un pequeño gramo comparado con el amor que ahora me invadía cada célula de mi ser. Ya nada se encontraba en total sentido excepto por aquella magnifica escultura de hielo, solo él era algo en estos momentos… la vida y destino estaban tratando en mi contra.

"No nos interesa" ,gruñí. Intentando en no pensar en lo que acababa de pasar y que cambiaría radicalmente mi vida. Los de la manada, por suerte, no tomaron en cuenta la gran atracción que se creo la imprimación en mi cabeza.

El chupasangre llamado Edward me miro con el ceño fruncido.

—¡¿Y ahora qué? —preguntó con ironía—. No tienes por que ser así, no hemos matado a ninguno de tus hermanos —me encontré confundida, toda confundida—. Puedo leer las mentes —arreglo él al ver mi confusión— y la tuya por lo menos me esta hablando en el oído. No debes de sorprenderte… que yo sepa lo que piensas.

"No te metas en mi mente" ,refuté casi en un grito desesperado ¿Y si notaba mi imprimación?... Di un paso en su dirección posando una postura de pelea. El se pudo en defensa y poco tiempo los restantes vampiros llegaron a protegerlo… Incluyendo a ese… vampiro "¡Salte! Esto es entre él y yo".

"Bella ¡Para!" Dijo en tono de Alfa Sam. Tal era el tono que todos notaron que era una orden echa y derecha. Rompí mis defensas rápidamente. Todos los de la manada, que se pusieron tensos cuando me protegí, se relajaron como perros bien entrenados y los chupasangres hicieron lo mismo. Más el de pelo negro brilloso no dejaba de mirarme a los ojos… y eso… era incomodo. Me sonroje, junto con una pizca de rabia que aun quedaba gravada en fuego dentro de mi mente.

Sin dejar de mirarlo me senté en mis cuartos traseros… Y… Espere… A que alguien diera la primera e interesante palabra. Sam se disculpo por mi carácter y mis intenciones de matarlos. Guarde silencio, aún que muy dentro de mi reclamaba sin parar.

"Solo hemos venido a recordarles las leyes del tratado" ,el lee mentes tradujo lo que dijo Sam mentalmente y el señor cara de seamos amigos asintió con la cabeza como si el hablar no le fuera posible ¡Demonios! Si que detestaba a esas cosas. "No pueden morder a ningún humano, no se puede atravesar la línea divisora y no podrán lastimar a uno de los nuestros como nosotros a uno de los suyos".

La sanguijuela traductora lo tradujo.

—Bien —respondió—. Lo tendremos en cuenta —miró a su colección de vampiros… Edward me gruño y yo de vuelta. Sentí una mirada sobre mi, pero no le hice caso—. Es hora de irnos, ya no tenemos nada más que hacer —, Miro al lindo vampiro, lo mire y me percate de que desviaba la mirada de algo que hace poco vio—. Hasta luego —Y todos se alejaron a su velocidad máxima por el bosque de Forks.

Todos guardaron silencio… por unos míseros segundos… desgraciadamente.

"¿Por lo menos no puedes comportarte un poco mejor?... ¿Acaso quieres una guerra entre especies para que todos mueran y por fin seas feliz? Yo no fui el que te hizo esto Bella, ni tampoco otro de la manada, así que no nos pongas en peligro… es una orden. Tienes que aprender a controlarte mejor, ellos son más que nosotros" ,no tome en cuentas sus montones y montones de excusas que me hacía para no meterlos en problemas, en verdad no me interesaba. No me agradaba que me regañaran y regañaran todo lo que me queda del día. Nadie de la manada entendía como era que todo esto de la licantropía me afectaba de mil formas diferentes.

Salí corriendo, yo era la más grande y rápida de todos, —Se que suena egocéntrico pero era verdad— la licantropía raramente no le afecto a mi cuerpo humano, no soy más alta ni se me ha desarrollado rápidamente el cuerpo como si tomara asteroides, los brazos los tengo un poco más fuerte y la piel algo más oscura, pero eso no más, nada de gran importancia. Antes mi piel era blanca, tanto que se parecía a la de los vampiros y eso si que era terrorífico.

Me agradaba mi yo anterior, aun que no era perfecto, peo me agradaba. Mi cuerpo, desde que me transforme por primera vez, cambia solo una poco todos los días, pero tan insignificante que no se tomaba en cuenta.

Llegué a mi casa y detrás de los árboles me vestir con las prendas que siempre dejaba atada detrás de mi tobillo, para no romperlas o ensuciarlas demasiados en todo el día que la pasaba como lobo. Me arregle mi pelo que me llegaba hasta el inicio de la espalda, ya que no se podía tenerlo muy largo como lobo, ya que eso le afectaba al animal. Entre a mi hogar. Nadie se encontraba en su vació interior.

Oscuro y tenebroso.

Olisqué un poco el aire para asegurarme de que nada raro le pasaba, si algo no encajaba como debería ser… nada… de nuevo. Entro con seguridad. Subo las escaleras sin ganas, porque —Como ya dije— ¡Mi vida es un asco!

Entre a mi pieza, una ventana ligeramente abierta para que dejara entrar un poco de aire al lugar oscuro. Paredes azules claros, con un cuadro de un lobo en una montaña y un par de decoraciones más, mi cama con la cabecera pegada a la pared que esta al lado de la puerta de entrada. Una cámara nueva que se posa sobre el escritorio que ocupa mi computador, en el cual tengo mi gran diario de vida, se que es algo cursi, pero escribir sobre lo que pasa en mi cabeza es algo emocionante. Un espejo grande que ha puesto mi madre, y un gran librero casi repletos de libros de todos los tipos y formas. Me encanta leer, pero últimamente no tengo mucho tiempo.

—¡Joder! —le pegó a la pared que se encuentra a un lado, sin mucha fuerza, le pego con toda la rabia contenida desde que lo vi a él apoyado sobre un árbol con los brazos cruzados sobre su pecho y su mirada seria. Ese hermoso y único vampiro… Justo lo que disfruto de mi vida se echa a perder por la imprimación, esas cosas que es más fuerte que el amor a primera vista, y me toca con él… que se notaba tan serio, como si lo único que le importara en la vida fuera esa familia de chupasangres ¡¿Y de que me preocupo yo?

Me desvestí y luego me puse mi pijama nuevo. Aun que fuera tempranas horas de la tarde. Necesitaba dormir, el turno me agotaba un poco, ya que los lobos no se cansaban. Y ahora tenía un reciente problema, la imprimación… Me acosté y mire al techo… Me imprimé de un vampiro, al cual le tengo odio y a todos los de su especie, no puedo mirarlo bien, lo asqueo si me toca la piel con la suya fría como el hielo, no deseo que me toque… pero, deseo con toda mi alma, al mismo tiempo, que haga todo lo que quiera conmigo y mi cuerpo… por que yo ya era totalmente suya… de algún modo…

No se en que parte de mis cavilaciones, hora o minuto del día caí dormida entre sabanas de color blanco y morado, pero Morfeo me dio uno de sus grandes abrazos que desconectaban mi mente de cualquier cosa que me rodeaba, hasta de mi propia mente. Solo tengo el vago recuerdo de que los rayos de sol entraban por la ventana de mi pieza y la iluminaban por toda su estancia. Me senté en mi cama, ligeramente desconcertada, era raro, muy raro, que hubiera sol en Forks ¿Querrá decir que ahí buenas noticias?... Tal vez. Y esa era que hoy no tendría turno, pues hice los dos ayer y todo para mi estaba un poco mejor, no del todo, solo un poco… solo saldría y trataría de disfrutar del instituto.

Me pongo lo primero que veo en el armario, algo que sea abrigado para ocultar mi temperatura ya que el frió no es mi mejor amigo, pero no mi enemigo. Mi cuerpo al ponérmela, ya que frío era imposible sentir, mi temperatura era de cuarenta grados, o puede que un poco más.

Saqué de mi armario lo primero que mis ojos pudieron divisar como prenda para el día, me la coloque en un tiempo record y baje a tomar desayuno. Me serví solo un poco de leche con cereal, era poco para una loba, pero no quería comer más, si necesitaba comer más ya que el transformarse gastaba muchas energías además de estar corriendo todo el día, pero yo quería seguir siendo lo más humana posible. Cuando termine salí corriendo a mi hermosa camioneta y me subí para partirla de una… En poco tiempo me encontraba estacionando mi Chevy roja en el aparcamiento del instituto.

Me bajo con mi mochila llena de mis libros y cosas que algunas veces traigo de más. Empecé a caminar en dirección hacía la entrada, a medio camino dos amigas vinieron en mi búsqueda o compañía, Ángela y Jessica, mis dos amigas, Jessica daba saltitos mientras sonreía y aplaudía como niña loca, Ángela solo daba una tímida sonrisa mientras caminaba con total naturalidad. Y detrás de ellas, divise a mi amigo… Mike… el cual caminaba tranquilo con una sonrisa picara en sus labios, ojala no sea que me quiera conquistar de nuevo… ni siquiera de nuevo, nunca lo logro y nadie nunca lo lograra, ni menos esta imprimación que me tiene dando vuelta la cabeza como loca de remate.

Me sonrojé por su penetrante y dura mirada. Por suerte mi piel, al estar más oscura, provoco que no se notara… una cosa buena.

—¡Bella! —llamo Jess en un saludo rebosante de alegría mientras se acomodaba a mi lado y de Ángela, que le gano en llegar y camino con nosotras a la entrada, la cual ya se encontraba en cima de nosotros en poco rato y por ultimo a nuestras espaldas— ¿Cómo estas? —iba a contestar, pero su emoción me dejo callada, era mucho mejor dejarle soltar todo eso que la tenia tan urgida y dando saltitos pequeños de emociones— ¿Sabes la buena nueva? —negué, como ya dije, era mejor no hablar—, pues… han llegado alumnos nuevos ¡En las últimas semanas! ¿Pueden creerlo? Yo ya vi a uno y puedo decir que es increíblemente guapo, pero al parecer ya le gusta una chica… ¿Cómo era que se llamaba? —lo medito por unos segundos increíblemente cortos— Jacob Cullen —me tensé al tiempo que algo en mi pecho quemaba.

Iba a decir algo, pero ni siquiera pude abrir la boca cuando Ángela hablo:

—Si, los he visto igual. Puede que todos tengan novio ya Jessica, así que no te ilusiones, yo he visto a varios con sus parejas, lo que es extraño por que son de la misma familia —era raro, nunca escuche hablar a Ángela de esa forma, naturalmente era Jessica la que se fijaba en esas cosas sin sentido.

—Espero que este año tengan un chico para cada una chicas —le dije para que no se decayeran por su gran derrota. Los que yo sabia era que Jessica le gustaba Mike y que a Ángela, Ben, pero ninguna de las dos lo dice… al parecer se callaran por el resto de sus vidas humanas.

Una vida que desearía tener.

—Si eso es lo que espero —dijo Jessica mirando a Mike que recién se reunía con nosotras— ¡Hola Mike!

– Hola Jessica, Hola Bella, Hola Ángela – Saludo a cada una – ¿Qué cuentan? – Curioseo mientras arqueaba un poco ambas cejas.

—¿Conoces a los Cullen? —pregunte. Él asintió —, pues las chicas se emocionaron al saber que ellos son de este instituto y trataran de quedarse con uno – Me rió irónicamente – Apuesto que no lo consiguen – Moleste – Aun que intentar no cuesta para nada.

—¡Bella! —reclamaron ambas al unísono.

Me reí.

Divertida por todo esto y por que estaba mejorando notablemente mis estados de ánimos, olvidándome de todo lo que estaba pasando con mi cabeza y por una vez desde la imprimación era rueda de locura empezaba a dejar de girar, para tranquilizarse un poco y ser cordial, normal como cualquier locura que ahí en la vida.

Entre en la sala de clases, ahora me tocaba biología, pero vana fue mi felicidad cuando entre y vi que mi puesto tenia un acompañante, no era cual quiera acompañante que encontrarías en un restaurante o se podría a hablar contigo al ver que uno se encuentra en su totalidad sola, no, este no era una compañía agradable, era únicamente y proporcionalmente desagradable tenerlo como compañero de puesto, ya que era el único asiendo vació y ser yo a la que miraba con esos ojos dorados.

Una sonrisa endemoniada se asomaba por sus perfectos labios, dejando mostrar sus dientes, pero no sus colmillos, pero puede que no los tenga, aun que yo creo que es lo contrario. Jacob se encontraba sentado mientras sus ojos nuevamente se cruzaban con los míos… y esa rueda de la locura diera vueltas tan rápido que me sacaba humos… Los dedos me temblaron un poco, pero no era el temblor de transformación, este temblor era nuevo, único… y no me gustaba.

Me senté a su lado sin mirarlo, como si fuera una escultura perfecta he invisible, por eso no se podía divisar. Sentí la tensión de sus músculos, tan tentadores y hermosos. Para poder fijarme en otra cosa mire las cosas que estaban cobre nuestra mesa, era unas cositas de cristal y un microscopio en perfectas condiciones, aun que era de los mas antiguos que se puede existir en la historia ¿Qué hacia ese en mi mesa? Tal vez nos harían ver algo en la clase, ya que en poco tiempo empezarían las pruebas finales, si apenas faltaban unas semanas para terminar todo esto y graduarse, lo que no era posible que ese Cullen pasara de curso, o tal vez si, que se yo y tampoco debería de preocuparme por eso.

El profesor entro en la sala con las hojas en las manos, revisándolas, eso quería decir que tendríamos que hacer un trabajo grupal o individual… por favor que sean individual, apenas soporto tener a este frió sin vida a mi lado y no creo que sea mejor dármelo como compañero… por favor.

Y como ya dije, la vida y futuro siempre esta en mi contra. El profesor saludo y luego:

—Alumnos, tengo que revisar esto antes de que termine el semestre, por lo que les deje un trabajo lo que tendrás que hacer con el compañero de al lado —se sentó.

Mi corazón latió desbocado en mi pecho, gire un poco mi cabeza y lo mire, él me miraba con aun esa gran sonrisa en sus labios, pero por alguna razón note que no era de felicidad, solo fingía, como yo algunas veces… creo que no me podía caer tan mal… ¿¡Que estaba diciendo? Los de su especie me hicieron esto y nunca se los perdonaría.

Él tomo el microscopio, pero yo se lo quite tomando la primera muestra y la puse para ver lo que contenía. Note su sorpresa ante mi brusquedad y luego una sonrisa ligera que me lleno en rabia. Solo si pudiera darle un golpe sin que nadie en la sala lo note, pero de igual manera no sentiría, ya que ellos no sienten nada… otra desventaja, me imprime de alguien que no siente aprecio hacia las cosas o personas y mujeres lobas como yo, no se si eso era mejor… o peor, si tenia que entristecerme o ponerme a saltar de felicidad, las emociones en mi eran completamente confusas, todas en si no tenían el menor sentido.

—Célula vegetal —murmuré mientras se lo pasaba delicadamente. No lo mire, solo sentí su mano fría sobre la mis y como un escalofrió me recorrió la espina dorsal al sentirlo tocarme, lo que fue cambiad repentinamente por mis instintos y el cuerpo me tembló en rabia, se supone que esas cosas no deben tocarnos al menos que estemos en una pelea de vida o muerte donde ellos morían a causa de nuestras garras o colmillos, pero que relajante era poder quitarles el cuerpo que los mantenía aun con los ojos abiertos, por que vivos ellos no se encontraban… en absoluto.

Él miro en el aparato y dio una sonrisa, alto torcida. Me lo quede mirando como tonta… acto seguido, sacudí mi cabeza y no deje que la imprimación me afectara en mi bien estar, por que el daño que me hacia era poder traicionarme a mi misma con mi odio de paso, pero no, no lo quería.

—Tienes razón —su voz es aun más perfecta.

—No me hables —gruño en voz baja lo suficiente como para que un humano común y corriente pueda escuchar, solo el y yo. Nadie más, o si no, si fuera lo contrario, me moriría de vergüenza al saber que todos me podrían estar mirando. Eche una pequeña vista a la sala. Nadie miraba en mi dirección.

—Tu me has hablado primero ¿Por qué yo no a ti?

—Por que tienes la suerte de que no te pueda matar o en estos momentos te destrozaría por dirigirme la palabra. Además, yo soy, en cierta parte, una dama, te puedo hablar, pero los vampiros no tienen cortesía, no me tienes para que hablar ¿Entiendes lo que te digo? ¡No. Me. Hables!

—En este momentos estamos teniendo una importante conversación… una pregunta —lo ignoré, o por lo menor trate algo imposible—, ¿Qué es lo que te he hecho para que odies a mi y a toda mi familia de esa forma tan sádica? – Lo mire y por un rato la profundidad de su mirada de hipnotizo. La desvié.

—Ustedes, lo de su especie, me convirtieron en esta abominable bestia, nunca desee esto, lo detesto —reclamé. Él solo me miraba atento a todo lo que decía—, ser esto me cambio la vida, algunas cosas me gustan, pero más detesto otras.

—¿Qué es lo que te gusta de ser un licántropo?

—Matar vampiros, destrozarlos, pero tu familia esta segura… por desgracia —no respondió ante mi pregunta. Solo se me quedo mirando, no me gustaba para nada la forma en que sus ojos dorados me miraban quietos… tan muertos—, ¿Querías una respuesta? Pues la tienes.

Él aparto la mirada, como si lo que yo le dije lo hubiera vuelto a la realidad, pero algo en mi empezaba a hacer efecto en contra de la imprimación. Yo odiaba a los vampiros, trataría de que eso nunca cambiara, siempre será igual, al menos que mi imprimación quiera lo contrario, entonces dejaría las cosas en manos del destino.

—… A mi me gusta los de su especie y siempre, en toda mi vida, he querido saber que es lo que son —me dijo luego de un momento. Como si todo este tiempo se estuviera debatiendo entre decirme eso o no. Lo miré y me fije en que su vista miraba por fuera de la ventana—. No me importa si no me dejaras ver como son. Igual los investigare, solo una cosa ¿Me ayudarías?

Lo mire por un rato… pensativa.

—Nunca me han agradado los vampiros. No —me miró. Sus ojos eran como dos quilates de oro puro y su sonrisa picara era como una luna menguante hecha a la perfección… como no, si se supone que los vampiros son perfectos, pero para mi la perfección no existía para nada.

—No te hemos hecho nada. ¿Por qué tan salvaje con nosotros? No estábamos aquí cuando te transformarse, además no creo que sea nuestra culpa que tengas el gen y te... pasará esto.

—Si es su culpa —me miró sin entender—, los genes licántropos se activan cuando los lobos están cerca —él rió ¡Demonios! Le había dado una pista de los lobos. Me callé de golpe y miré para la pizarra.

Si quería respuestas, que las consiga él.

No hablamos en toda la clase. Yo no quería ir a la próxima, así que en cuanto toco, decidí ir a la secretaria para ir a buscar un pase y decir que faltaría en todo el día, una excusa… estaba enferma. Hice como si tosiera, la seora regordete me creyó y me dejo salir del instituto… era mejor, a medio camino me encontré con Mike, quien, al parecer, me ha estado buscando todo el recreo, por su respiración agitada puedo decir que estuvo corriendo un gran rato, pues el es bueno asiendo ejercicios, su resistencia era increíble.

—¿Qué paso Mike? —pregunté al verlo tan cansado —. ¿Ha pasado algo malo?

—No —respondió mientras me miraba a los ojos—, es que Bella, te he buscado todo el día, para saber… si… —estaba nervioso, lo sabia—, Querías ir a la fiesta de graduación que se hará a fin de año, conmigo, tú ya sabes.

Me quede en blanco por unos segundos… luego supe mi respuesta:

—Lo siento Mike, pero sabes que yo no bailó… —Me miró apenado. Se me ocurrió una idea—, pero invita a Jessica, de seguro ella espera que la invites, yo se que ella quiere —le guiñe un ojo—. En fin, me voy a casa, tengo una tos —tosí al momento en que me llevaba una mano a la boca—. Adiós.

—Adiós —respondió él.

Y esa fue la señal para que saliera un poco más rápido del instituto, no quería, ni deseaba, que nadie me detuviera de mi escapada falsa, pero, al mismo tiempo, escapando del vampiro, del cual me he imprimado, al mismo que odio y es mi compañero de clases.

Llegue al aparcamiento, al otro lado de este, se encontraba, como siempre, mi camioneta roja, mi viejo cacharro. Sonreí. Me alejaría de ese vampiro, aun que fuera, todo lo que pudiera, pero, aun así, no dejaría el instituto, no era buena idea dejarlo. Si quería llegar a fin de año bien y graduarme para así poder alegarme de todo esto, tal vez, a fin de año, ya no seria una loba y seria completamente humana.

Crucé la calle, ensimismada en mis pensamientos, sin darme cuenta, que al cruzar, todo cambiaria. Solo fue un bocinazo el que me saco de mis cavilaciones de cómo escapar de mi imprimación, la cuales hicieron que me diera cuenta que algo se dirigía en mi dirección, algo negro que brillaba, algo metálico y que tenia puesta ruedas para movilizarse, algo… que en esos momentos chocaba con mi cuerpo, delicado por la falta de alimentación.

El sonido de mis huesos crujir me alerto, mi cerebro se desconectaba de a poco, pero aun conciente del dolor que proporcionaba mi cuerpo, del dolor del frío que choco contra mis piel fría y un nuevo frío que sostenía mi cabeza, ese frío se me hacia familiar, pero no recordaba el nombre de nada, ni siquiera el mío propio, era como si algo borrara los recuerdos y los guardara en una caja para que fueran protegidos.

—Bella —alguien murmuró mi nombre, o lo gritó.

El dolor abarca cada rincón de mi cuerpo, y me conecto un poco, estoy en el suelo. Estoy muriendo tal vez, la falta de alimentación de debilita, pero el frío que siento es como si la vida, o alma, quisiera escaparse de mi cuerpo para irse a cualquier lugar lejano.

Lo único que me quedaba claro, era que este dolor físico acabaría con mi vida de un momento a otro y que las cosas borrosas que se encontraban a mis costados, eran simples humanos que presenciaron con mi muerte, mi futura muerte.

O aún muerte presente.

No sabía… todo era tan confuso…


¿Algo que comentar el respecto? Solo estaba mejorando los capítulos, tal y cual puse en mi perfil que los haría. Espero que no sea de su molestia, pero sinceramente si ya leyó esto se habrá dado cuenta en cuanto empezó el Fic :D Así que les pido un review.

¡ Viaje bueno a todos!