Notas: asdfghjkl cuanto tiempo sin hacer esto, me oxido por momentos pero tenía muchas ganas de regresar, y que mejor forma ara eso que escribiendo un reto! La verdad es que no puedo estar más feliz, me estoy preparando para escribir los cien capítulos y todo. También tengo planeados ya varios fics, a ver si encuentro tiempo e inspiración y vuelvo de una vez por todas a las andadas c:
Con todo mi lov, espero que el siguiente drabble os guste a todos.
Besitos de Diane :)
Advertencia: Universo Alterno. Posibilidad de spoiler para la gente que acaba de empezar con Fairy Tail.
Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece. Este fanfic participa en la misión de 100 años: ¡Cien formas de decir te amo! del foro: Cannon Island
Misión de 100 años:
Cien formas de decir "Te amo"
Chapter I
- Detente. Déjame conducir un rato. -
.
.
Eran las once de la noche y la carretera estaba en silencio, escuchándose solo los ruidos lejanos de las ruedas de los coches sobre el asfalto.
Lucy y Natsu se encontraban en un coche, volviendo a Magnolia desde los terrenos Heartfilia. El chico se había empeñado a acompañarla a visitar las tumbas de sus padres para que no fuera sola, y ella mentalmente se lo agradecía. Pero se había hecho tarde, y Lucy no había querido quedarse a dormir en su antigua casa, por lo que después de cenar había casi obligado a su mejor amigo a volver en coche en medio de la noche.
Una vez se subieron al automóvil, Lucy comenzó a conducir para volver a casa. A pesar de los mareos, las pequeñas quejas de Natsu y todas las maldiciones de camionero que soltaba el camino fue en parte tranquilo, obviando algún que otro pequeño incidente que estuvo a punto de costarle a la rubia el brillo de la tapicería de su querido Ibiza. Ya llevaban tres horas en coche cuando a la Heartfilia se le empezaban a cerrar los ojos por culpa del cansancio y el sueño.
—Luce… -La chica se sorprendió de que su mareado amigo pareciera que se encontraba mejor y fuera capaz de pronunciar una palabra, por lo que lo miro un segundo antes de volver la mirada a la carretera para que el pelirosa supiera que lo había escuchado.
—Detente. Déjame conducir un rato. –Natsu sonrió, con una de esas sonrisas que hacían que Lucy confiara en él sin importar la situación. —Estas cansada, déjame a mí el resto del camino.
Esta sonrió aliviada y al cabo de unos minutos paro en una estación de servicio donde compraron una pastilla para el mareo del Dragneel, a pesar de las quejas de él por su mal sabor, y repostaron el tanque de gasolina del coche, cambiando de asientos al volver. La rubia se sentó en el asiento del copiloto mientras su compañero se acomodaba en el del conductor y arrancaba el coche.
Porque el chico nunca lo diría en voz alta y ella no necesitaba escucharlo, pero ambos sabían que por Lucy, Natsu se tomaría todas las pastillas antimareos del mundo y conduciría hasta donde fuera necesario para verla feliz.
· ~ · ~ · ~ ·
#PorCienAñosDeHermosaCursilería
