Disclaimer: All allusion to Harry Potter's fantastic magic world inside this literary work is merely referential without ends of profit, for the such thing, the author of this history admits that all the names, prominent figures and his indicative ones are property of Warner Brothers Entertainment, Inc., J. K. Rowling, as well as to his respective owners.

Il renonce : Toutes l'allusion le monde fantastique magique de Harry Potter à l'intérieur de cette oeuvre littéraire est simplement référentielle sans Finnois de lucre, par le tel, l'auteur de cette histoire reconnaît que tous les noms, personnages et ses indicateurs sont propriété de Warner Brothers Entertainment, Uncertain., J. K. Rowling, ainsi que à ses propriétaires respectifs.

Er tritt zurück: Der ganze Hinweis, um fantastische magische Welt des Töpfers innerhalb dieser literarischen Arbeit Zu verwüsten, ist ohne Enden des Profits für solche Sache bloß Verweisungs-, der Autor dieser Geschichte gibt zu, dass alle Namen, prominente Gestalten und seine bezeichnenden Eigentum der Warner Bruder-Unterhaltung, Inc sind. J. K. Rowling, ebensogut wie seinen jeweiligen Inhabern.

Renuncia: Todas alusión al fantástico mundo mágico de Harry Potter dentro de esta obra literaria es meramente referencial sin fines de lucro, por lo tal, el autor de esta historia reconoce que todos los nombres, personajes y sus indicativos son propiedad de Warner Brothers Entertainment, Inc., J. K. Rowling, así como a sus respectivos propietarios.


Capítulo I – La Llegada

Un automóvil familiar gris se adentraba en el garaje de la casa marcada con el número 4 de Privet Drive, en el tranquilo vecindario de Little Whinging, situado en el condado de Surrey, Inglaterra. Inmediatamente después de detenerse bajo del coche para entrar rápidamente a la casa un enojado y malhumorado Vernon Dursley, un hombre grande y corpulento, con un grueso y corto cuello, con un largo bigote de morsa y cabello de color negro y ojos azules, poco después de él, lo siguió su esposa Petunia Dursley, una mujer con manos huesudas, cara de caballo, cuello muy largo y delgado, cabello color castaño y ojos grises seguido de su hijo Dudley Dursley un chico de cabello rubio más ancho que largo de ojos azules muy parecido a un ballenato. Y por último Harry Potter sobrino de Petunia y Vernon Dursley a su vez, primo de Dudley Dursley, Harry era un chico delgado, de pelo negro y revuelto, con gafas redondas, ojos color verde esmeralda intenso y una extraña cicatriz en la frente en forma de relámpago, el cual sus tíos y primo acababan de recoger de la estación de trenes King's Cross en Londres, ya que él regresaba de un curso del colegio donde asistía, el cual no era un colegio común y corriente, si no Hogwarts Escuela de Magia e Hechicería, donde jóvenes magos y brujas asistían para aprender a controlar sus poderes, esa era una de las tantas razones por la cual tanto tío Vernon, tía Petunia y Dudley lo trataban como a un fenómeno, y la causa del repentino mal humor de su tío.

Ya que antes de que Harry saliera de la estación con sus parientes, algunos de los miembros de la Orden del Fénix cruzaron unas cuantas palabras sobre el trato de sus tíos hacía con Harry, más bien los amenazaron que si volvían a tratarlo mal alguien iría a tener una "sana" conversación sobre la forma de cómo tratarlo, así que sabiendo lo que seguro le esperaba en el interior de su "hogar" entro arrastrando un pesado baúl y una jaula que contenía una hermosa lechuza blanca como la nieve, a la cual Harry consideraba su única familia.

Una vez en el interior de la casa, Harry se dirigió a la sala en donde, de seguro sus familiares lo estaría esperando, resignado y con muy pocas ganas fue donde ellos para recibir una "gratificante" charla. Y no se equivocaba en la pulcra sala se encontraban reunidos sus tíos y su primo.

— Muy bien muchacho quiero que entiendas, que a pesar de lo que digan esos raros amigos tuyos, no podrás hacer lo que te venga en gana, solo esto me faltaba, después de que te hemos acogido en nuestro hogar y te hemos alimentado de nuestra mesa por quince largos años, ahora vienen esos locos y nos amenazan, pero entiende chico eso a mí no me interesa, así que no creas que voy hacer lo que ellos dicen — le dijo un furioso Vernon Dursley a un Harry Potter demasiado deprimido que a duras penas y lo escuchaba — me entendiste — le grito al ver que su sobrino no le prestaba atención.

— Si tío Vernon — contesto sin muchas ganas Harry.

— Ahora quiero que subas tus cosas a tu cuarto y no bajes hasta que te hablemos para cenar, entendiste — le dijo un poco más tranquilo.

— Si tío — fue su única respuesta ya que no tenía la intención de iniciar una discusión ahora.

— Entonces qué esperas, acaso crees que yo voy a subir tus cosas a tu cuarto, pues te equivocas, así que sube tus cosas ahora… a y otra cosa, antes de que te vayas no quiero que ese animalejo tuyo haga ruido, ni quiero que la dejes salir de día, los vecinos podrían pensar que en esta casa viven raros — le replico gritando al ver que no se iba.

— No tío, Hedwig no los molestara solo la dejare salir de noche y ya me voy — le dijo mientras tomaba sus cosas bajo la mirada de los tres Dursley y salía rumbo a la escalera.

Arrastrando sus pertenencias se dirigió a una pequeña habitación situada en segundo piso, ya dentro del cuarto y sin muchas ganas coloco su baúl a los pies de la cama, retiro la jaula y la coloco sobre un pequeño y desgastado escritorio, saco su capa de invisibilidad, un viejo pergamino conocido también como el mapa del merodeador, su saeta de fuego y el espejo que había pertenecido a su padre durante su época de estudiante, todas estas eran sus más valiosas pertenencias la única posesión que tenia de sus seres queridos, la razón por la cual las colocaba dentro de un agujero el cual estaba debajo de una tabla floja del piso de su cuarto, al lado de su cama, era que no quería que sus tíos o su primo los tocaran, poco después se acostó sobre una cama bastante vieja y desgastada, en donde comenzó a rememorar alguno de los eventos recién ocurridos.

Poco tardo para sumirse en un mar de tristeza, se sentía que se ahogaba, este sin duda alguna sería el peor así como el más triste y difícil verano de toda su miserable existencia, primero y lo más importante porque acababa de perder a su padrino Sirius. El ser más cercano a un padre, algo así como un hermano mayor, sin poder evitarlo varias lagrimas se deslizaron por su rostro, él había sido la única persona con la cual sentía la suficiente confianza para contarle sus tristezas, penas, inquietudes y sufrimientos, el único que de verdad se preocupaba por su bienestar, no como las demás personas, que solo lo veían como una arma, a la cual deberían mantener protegido, para que en un futuro tuviera la oportunidad de acabara con la maldita amenaza que representaba Lord Voldemort, ese maldito nombre, al cual muchos temían incluso al ser pronunciado, este no era su caso, no a él, ya que el solo le causaba un profundo sentimiento de odio y una inmensa sed de venganza, Voldemort era el principal causante de todo el dolor y sufrimiento de su vida, primero fue el causante de la muerte de sus padres, por consecuente el culpable de que tuviera que ir a vivir con sus asquerosos parientes muggles los Dursley, donde fue condenado a soportar durante 11 años todo tipo de humillaciones, maltratos, abusos, así como una falta total de cariño alguno, y un total desprecio hacia su persona. Desde que se enteró de su verdadera naturaleza la cual le había sido negada, ya que sus parientes odiaban todo lo que tuviera que ver con la magia, siempre se había preguntado porque Lord Voldemort heredero de Salazar Slytherin, considerado como el señor oscuro más poderoso de todos los tiempos, había asesino personalmente a sus padres.

En un principio pensó que sus padres y él fueron perseguidos por Voldemort, por estar en contra de los ideales de la pureza de sangre, y apoyar abiertamente a Albus Dumbledore el enemigo acérrimo de Lord Voldemort, o porque sus padres James Potter al ser un mago de sangre limpia al haberse casado con una nacida de muggles, se le consideraba un traidor a la sangre, o porque a su madre Lily Evans la cual por ser de origen muggle eran repudiada por Lord Voldemort y sus mortifagos.

Pero no, ahora con la información que recién le había dado Dumbledore todo cobraba sentido, Tom Sorvolo Ryddle, nunca anduvo detrás de sus padres, sino que el objetivo principal era él, Harry Potter, el cual representaba una severa amenaza para el señor oscuro y sus planes futuros, esto era lo más confuso de todo el asunto.

Todo comenzó poco antes del nacimiento de Harry, cuando Sybill Trelawney aspirante para el puesto de profesora de adivinación solicito una entrevista con Albus Dumbledore, director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el cual acudió a la cita a la Taberna Cabeza de Cerdo en el pueblo de Hogsmeade, pero pronto se decepciono, la aspirante no demostraba aptitudes para la materia, pero cuando estaba a punto de decirle que no contaba con lo necesario para el puesto, fue cuando Sybill Trelawney entro en una especie de trance y con una voz más profunda que la suya dijo algo que cambiara para siempre las vidas de varias personas.

"El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca... Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes...

Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pues tendrá un poder el cual el Señor Tenebroso desconoce. Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos pueden vivir mientras el otro siga con vida...

El único capaz de vencer al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes..."

Pero ya sea para mala o buena suerte un espía al servicio de Lord Voldemort logro escuchar la profecía, pero solo la primera parte de esta, antes de salir corriendo a contarle a su señor que había escuchado una profecía en donde habla que nacerá un niño que será el único con el poder para vencerle y quienes podrían ser los padres así como la posible fecha del nacimiento, por lo que no le pudo advertir sobre la otra parte de la profecía que sería de gran importancia para los acontecimientos futuros.

Esta profecía marcaba al principio a dos posibles candidatos a los hijos de los Longbottom y de los Potter, ya que eran los únicos que cumplían con las características que mencionaba la profecía, por ese hecho estas familias fueron perseguidas por los mortifagos y el por el propio Voldemort, así que se tuvieron que esconder para proteger a sus hijos de posibles ataques, pero aun en contra de sus ideales, Lord Voldemort a quien siempre considero una verdadera amenaza fue al pequeño hijo de los Potter, Harry, un mestizo como él y no a Neville un sangre pura que según los ideales de Salazar Slytherin los cuales el tanto defendía, eran los únicos dignos de ser llamados magos, y fue el hecho de que también se viera reflejado en el pequeño Harry lo que lo llevo a intentar asesinarlo esa fatídica noche de Halloween, ya que desconocía la segunda parte de la profecía nunca fue consciente del peligro al intentar matarlo y así fue como fue sellado el destino del pequeño Harry Potter, que a partir de ese momento sería el único con una oportunidad de derrotar al Señor Tenebroso, ya que al no morir cuando le fue lanzada la maldición asesina esta revoto en el dejándole como única marca una extraña cicatriz en forma de relámpago, causando la desaparición del Voldemort, se había cumplido con la segunda parte de la profecía la cual habla sobre que será marcado como el igual de Lord Voldemort otorgándole así parte de sus poderes a causa de la maldición fallida como el de hablar Pársel.

Dentro de él también se había formado un sentimiento de rancor hacia un hombre, un hombre que en el pasado siempre considero como su mentor, más aun, algo así como el abuelo que nunca había tenido, pero ya no más, de ahora en adelante Albus Dumbledore ya no era una persona en la cual pudiera confiar, no después de los acontecimientos recientes, no solo lo condeno al infierno en la tierra al dejarlo con los Dursley cuando solo tenía un año de edad, obligándolo a regresar cada verano, sino que también lo ignoro todo el año anterior en el cual hasta llego a creer que él había hecho algo para que lo odiara, en su defensa Dumbledore había alegado que lo había ignorado por que tenía miedo que Voldemort lo usara para atacarlo mediante la conexión que lo unía al Lord Oscuro, agregándole un poco más, lo obligo a asistir a las clases de Oclumancia con el profesor Severus Snape, a sabiendas que Snape lo odia tanto o más de lo que había odiado a su padre, y si no fuera bastante es corresponsable de la muerte de Sirius, ya que al ocultarle lo de la profecía el no pudo saber que si asistía al Departamento de Misterios caería en una trampa ideada por Voldemort, para poder obtener la profecía y saber el contenido completo de ella, para poder saber al fin como deshacerse de Harry para siempre.

También tenía una deuda pendiente con tres asquerosos mortifagos el primero Peter Pettigrew al ser el traidor de sus padres, así como el causante de que Sirius fuera encerrado injustamente en Azkabán culpado por crímenes que no cometió, el asesinato de Cedric Diggory y el resurgimiento de Lord Voldemort, segundo Bellatrix Lestrange por ser la acecina de su padrino, la causante de la locura de los padres de Neville, y tercero pero no menos importante Severus Snape el hombre era responsable de que el no aprendiera a cerrar su mente adecuadamente ya que debes de enseñarle algún método de Oclumancia efectivo, solo se limitaba a decirle que pusiera su mente en blanco, ridiculizándolo cada vez que no lograba bloquear sus intentos de entrar a su mente.

Sin duda esas eran las principales personas a las que les debía todo el sufrimiento y dolor que le habían causado estas sin duda eran Lord Voldemort, Albus Dumbledore, Peter Pettigrew, Bellatrix Lestrange y Severus Snape personas que de mayor, a menor medida tenían que pagar por el daño que le habían causado, pero para eso tenía que estar preparado, ya que en este momento no contaba con las habilidades, ni el poder, ni con la experiencia y conocimiento necesario para ello.

En su mente comenzó a idear un plan con el cual podría lograr sus objetivos, pero para ello necesitaría invertir mucho tiempo y esfuerzo, pero el sacrificio valdría la pena, tendría que comenzar lo antes posible si es que quería tener una oportunidad verdadera de salir con vida de esta guerra. Por qué de seguro de ahora en adelante, eso sería cada día de su vida, una guerra constante contra muchos, porque no permitiría que nadie volviera a manipular su vida mientras él pudiera evitarlo.

Lo primero en su plan era poder lograr alcanzar un manejo avanzado de la Oclumancia, para así poder evitar que otra persona pudiera conocer sus planes y sabotearlos, este primer punto sin dudarlo era de vital importancia, ya que tanto Lord Voldemort, como Dumbledore son excelentes maestros en el arte de la Legilimancia junto con Severus Snape tres de las personas de las cuales intentaba vengarse.

La segunda parte era el subir sus niveles tanto mágico, como físico, ya que los dos estaban intensamente ligados, gracias a la experiencia que había adquirido al haberse enfrentado tantas veces en duelo con Lord Voldemort, había llegado a la conclusión de que la magia era como un musculo que entre más se ejercitara más fuete se volvía, así como el físico influía sobre la capacidad mágica, ya que algunos hechizos, encantamientos y maldiciones necesitaban de una gran resistencia física para no sucumbir ante sus efectos secundarios, por lo cual tendría que ejercitarse para poder lograr un mejor estado físico, tendría que practicar todos los hechizos, encantamientos y maldiciones así como contra maldiciones que había aprendido hasta ahora en el colegio, pero primero tendría que encontrar una forma de poder realizar magia de forma libre sin ser detectado por el Ministerio y sus enemigos.

La tercera parte era comprar diferentes tipos de libros en el Callejo Diagón de encantamientos, hechizos, maldiciones, transfiguración y otros que le pudieran servir. Así como comprar ropa adecuada para diversos fines.

Eso sería la primera fase de su plan, sabía que era demasiado y no tenía ni la menor idea de cómo comenzar o como lograr todo por el momento, pero estaba seguro que más adelante se le ocurriría alguna forma de poder lograr sus objetivos sin mayor contratiempo.

Con estos pensamientos se quedó profundamente dormido, sin duda este sería uno de los más difíciles veranos que haya vivido en su vida y posiblemente más reconfortante que jamás haya tenido nunca.

— NOOO SIRIUUUS — se despertó sobresaltado y sudoroso a causa de una pesadilla, en ella revivía los acontecimientos ocurridos en el departamento de misterios, todo había sido tan real, vio cómo su padrino caía en cámara lenta a través del velo de la muerte, esta imagen le causo un sentimiento de impotencia, sin querer un par de lágrimas se escurrieron por sus mejillas, miro hacia la ventana no sabía exactamente cuántas horas se había quedado dormido, pero debería ser bastante tarde por que el sol ya se estaba ocultando por el horizonte, sin duda hoy no comería esto realmente no le preocupaba demasiado en realidad no tenía hambre. Un toque en la puerta hizo que se sobresaltara sin duda esos deberían de ser alguno de sus tíos que le venía a reprender a causa del grito que había.

— Muchacho baja a cenar ahora — le ordeno su tía inmediatamente pudo escuchar como ella bajaba la escalera, encontrar de sus deseos bajo al comedor donde sus tíos y su primo ya estaban cenando en silencio se sentó en su lugar en donde lo esperaba una muy pequeña ración de comida.

— Chico que esta sea la última vez que oigo que gritas — le dijo muy molesto tío Vernon en el momento de que Harry se sentó — recuerda que esta casa es de personas normales y no fenómenos como tú y lo más importante de todo, los vecinos podría pensar que uno te está maltratando, así que procura no volver a gritar me entendiste muchacho — dijo mientras comía.

— Si tío no te preocupes, no volverá a ocurrir — le contesto Harry sin poner mucha atención a lo que su tío le acababa de decir, aun no podía alejar de su mente como Sirius caía a través del velo.

— Eso espero muchacho, bastante tenemos con tener que soportar que vivas con nosotros todos los veranos y tener que renunciar a nuestras vacaciones como para tener que estar soportando tus griteríos todas las noches como el año anterior — le contesto su tío bastante molesto todavía para después centrarse en engullir el contenido de su plato

— Si por mi fuera, nunca volverían a verme nunca jamás — les dijo entre dientes, por lo cual no lograron escucharlo.

Aparte de esa conversación sus parientes no le volvieron a dirigirle la palabra en toda lo que duro la cena, cosa que él agradeció desde lo más profundo de su corazón, no se sentía con las ganas para entablar una discusión con su familia, después de cenar levanto los platos que había ocupado y en silencio se dirigió a su alcoba en donde después con mucho esfuerzo pudo lograr quedarse profundamente dormido.

Acababa de despertarse y por raro que fuera, la noche pasada milagrosamente pudo dormir tranquilamente sin ningún tipo de pesadilla es como si le hubieran dado una poción para dormir sin soñar, le dio un vistazo a su habitación y pudo comprobar que todavía era muy temprano el sol apenas salía, Hedwig dormía tranquilamente en su jaula, se levantó y fue rumbo a su baúl busco algo de ropa que le pudiera servir y por fin encontró algo medianamente adecuado para la ocasión eran una playera vieja de Dudley, unos pantalones deportivos bastantes grandes para él y unos tenis, una vez vestido bajo sin hacer ruido.

Salió a la calle en donde hacía bastante frio, siguiendo su plan original, se puso a correr en dirección rumbo al parque, en donde tenía pensado dar varias vueltas corriendo hasta que ya no aguantara más y luego regresaría a la casa de sus tíos para poder darse un baño y darle una repasada a todos los libros que tenía de los cursos anteriores, tenía que recuperar todo el tiempo que había perdido lo antes posible, si era tan parecido físicamente a su padre como todos decían e igual de carácter que el de su madre de algo estaba seguro no podía seguir siendo un estudiante mediocre como lo había estado siendo hasta el momento.

Su padre aun siendo uno de los bromistas más grandes en la historia de Hogwarts era uno de los mejores estudiante de su generación y ni que hablar de su madre era la mejor estudiante solo podían rivalizar con ella los tres merodeadores (James, Sirius y Remus) así como muy una persona demasiado disciplinada no por algo había sido prefecta de Gryffindor, por ningún motivo él podía estar por debajo de los logros de sus padres los cuales habían sido premios anuales por Gryffindor en su último curso en Hogwarts.

Aparte todo ese conocimiento que él hasta ahora había despreciado podía ser de vital importancia en un duelo o para salvarse la vida, sin duda en lo que tendría que esforzarse más seria en pociones aun aunque no hubiera obtenido el TIMO en pociones si lograba obtener un conocimiento sobresaliente de la materia podría volver a presentar su examen en el ministerio y así seguir con su sueño de llegar a ser Auror.

A medida que iba avanzando por el parque se fijó que no erael único que hacia ejercicio a esas horas, la mayoría de las personas lo veían con algo de recelo – de seguro tío Vernon les ha dicho la misma mentira que a los vecinos de que estudio en el Instituto San Brutus para jóvenes delincuentes – fue el pensamiento de Harry ante la reacción de las personas, sin darle mayor importancia siguió corriendo.

Esto será mucho más difícil de lo que pensé, apenas le he dado una vuelta entera al parque y ya estoy muerto — era el pensamiento de Harry después de una hora de haber empezado a correr — pero no importa, tengo que lograrlo, nadie dijo que esto sería fácil al fin de cuentas apenas he comenzado.

Cuando regreso a la casa de sus tíos ya había salido por completo el sol, asumiendo que sus tíos no se habían levantado aun, entro a la casa evitando hacer ruido, entro y subió a su cuarto para poder quitarse la ropa sucia que traía y darse un baño para comenzar con el repaso a sus libros del colegio.

Una vez de que se hubiera dado un baño y puesto ropa limpia, empezó a buscar sus libros, tendría que empezar por los de primer año hasta llegar a los de quinto, tenía pensado que después de terminar de estudiar todos los libros de los años anteriores se daría una escapada a Londres para poder ir al Callejón Diagón para comprar libros y suministros para pociones.

Poco tiempo paso para que oyera movimiento proveniente del cuarto de sus tíos, de seguro tía Petunia se acababa de levantar para preparar el desayuno y tío Vernon se estaría arreglando para ir a trabajar, sin prestarle más atención comenzó a repasar el libro de Encantamientos de primer año, esto no le llevo más de media hora, continuo con el de Transformaciones, Defensa Contra las Artes Oscuras, Herbología, Historia de la Magia, Astronomía y Pociones para cuando termino estaba más que asombrado nunca le había costado tan poco poderse aprender algo.

— Puede que sea que esto ya lo había estudiado y mi cerebro identifico la información – se dijo a si mismo aun sorprendido de lo rápido de lo que le resultaba el estudiar — ojala pudiera practicar los hechizos y maldiciones pero si lo hiciera de seguro no tardarían los del ministerio en intentar expulsarme de Hogwarts, romper mi varita y llevarme a Azkabán, pero si puedo practicar pociones creo que me sobraron ingredientes del curso pasado — dijo comprobando en su baúl si tenía lo necesario para poder crear las pociones que venían en su libro de primer año.

— Solo tengo para las de primer año, ni modo esa visita al Callejón Diagón tendrá que ser antes de lo pensado — sin querer levanto la mirada rumbo al escritorio en donde Hedwig lo veía como reprochándole que aún no la haya sacado de la jaula — los siento amiga pero no te puedo dejar salir de día, tú también escuchaste a mi tío así que tendrás que esperar hasta la noche — como única contestación por parte de su lechuza fue un fuerte ulular.

Saco todo lo necesario para poder realizar sus pociones, ahora el único problema era el método para la cocción, sin duda necesitaba algún tipo de mechero o algo que generara calor suficiente para poder realizar las pociones pero nada de lo que tenía a mano serbia y sin magia mucho menos, una idea le cruzo por la mente, sus tíos le habían comprado un juego de química a Dudley cuando iban a la primaria, el cual su primo jamás llego a utilizo porque consideraba a la Química una pérdida de tiempo, estaba seguro que se debería encontrar en la alacena junto con las demás cosas descompuestas de Dudley, ya que poco antes de que él asistiera a Hogwarts sus tíos desocuparon la segunda habitación de su primo para dársela a él y todas las cosas la llevaron a la alacena debajo de las escaleras, así que con cuidado bajo a la planta baja con algo de suerte su tía no lo llegaría a escucharlo, una vez a bajo fue directo a la alacena, la cual le trajo a su mente una infinidad de muy malos recuerdos de su niñez cuando sus tíos lo obligaban a dormía dentro y era castigado siendo encerado incluso por días enteros si poder salir, ni comer absolutamente nada incluso ni tenía permitido poder ir al baño.

Alejando esos malditos recuerdos de su mente, siguió avanzando, a lo lejos pudo escuchar como tía Petunia comenzaba a preparar el desayuno, con cuidado abrió la puerta para entrar a la alacena, una vez dentro la cerró con el mismo cuidado detrás de él, comenzó a buscar entre las cosas viejas que había dentro, no tardo mucho al encontrar una caja vieja que contenía lo que tanto buscaba.

Con la caja que contenía el juego de química de su primo en sus manos se dispuso a salir no sin antes ver que nadie estuviera a fuera por la rejilla de la puerta, con el corazón latiéndole a cien salió y haciendo el menor ruido posible cerró la puerta de la alacena, con gran rapidez y sin hacer absolutamente ningún sonido subió las escaleras para entran a su cuarto, una vez dentro pudo relajarse, una vez relajado con mucho cuidado vacío el contenido de la caja sobre su cama el cual era juego de piezas básico para laboratorio busco entre las cosas y ahí estaba un mechero de alcohol y un encendedor, sin tiempo que perder comenzó realizar todas las pociones sin el menor problema, en pocos minutos la habitación no tardo en llenarse de los vapores que desprendía sus pociones, la verdad es que le estaba agarrando el gusto a eso de la fabricación de pociones, al no tener que soportar los constantes comentarios sarcásticos e hirientes del profesor Snape, no estaba muy seguro pero sin la presencia de su "querido" profesor sin duda alguna día podría llegar a convertirse en un gran conocedor de la materia en si a él nunca le había desagradado la materia, sino lo que le desagradaba bastante de ella era el que la impartía.

Poco tiempo le llevo terminar todas las pociones que venían en el libro de primer año después de verificar que fueran del color y consistencia adecuado vertió el contenido de cada una de ellas en los tubos de ensayo del juego de química de su primo los tapo y los guardo dentro de su viejo armario para evitar que su tía los encontrara, sin duda alguna le podrían llegar a servir en algún momento realmente no habían hecho muchas pociones ni eran demasiado difíciles la mayoría eran sumamente fáciles casi todas eran para quitar dolores y curar pequeños malestares o alguno que otro antídoto para venenos no letales. Después de limpiar y guardar todo se recostó sobre su cama entre el ejercicio y el estudio había quedado muerto, se fijó en su reloj y casi se ahoga de la impresión no había pasado más de dos horas de que había comenzado a estudiar sin duda esto era sumamente extraño él estaba consciente de que todo le estaba resultando excesivamente fácil pero nunca creyó que fuera para tanto, en toda su vida jamás había terminado sus tareas tan rápido, pero no le dio más importancia y sin pensarlo, poco a poco se quedó dormido cuando un grito junto con un golpe en la puerta hizo que se sobresaltara haciendo que se cayera de la cama del susto.

— Chico baja a desayunar — se oyó el grito de tía Petunia, la cual lo llamaba para que bajara a desayunar.

Más de fuerza que de ganas se paró para bajar a "desayunar" hubiera preferido quedarse dormido, pero tendría que ir, ya que no quería hacer enojar a sus tíos, que de seguro seguían molestos por la pequeña "charla" amistosa que tuvieron ayer con algunos de los miembros de la Orden antes de que lo trajeran a Privet Drive, aparte de verdad estaba muy cansado y deprimido como para discutir, con muy pocas ganas salió de su cuarto poco a poco bajo cada uno de los escalones de la escalera para después dirigirse al comedor donde su tía estaba terminando de servir el desayuno, cuando fijo su vista en él lo vio de una manera rara, Harry pudo ver en los ojos de su tía algo extraño pero no supo identificar el que, así que no le prestó mucha atención, por lo que se dispuso a sentarse.

— Muchacho que era ese olor tan desagradable que venía de tu cuarto — le pregunto su tía poco después de que Harry se hubiera sentado y para su asombro lo dijo con voz tranquila y suave sin gritarle como normalmente lo hacía cada vez que se dirigía a él.

— Eh este yo eh… — se había quedado sin habla, no sabía que contestarle, no había tenido en cuenta que los vapores de sus pociones podrían llegar a delatarlo, sin duda ahora se le armaría una grande, se preparó para lo que de seguro se le vendría encima.

— No importa, déjalo, solo quiero que esto no se vuelva a repetir, entendiste, si tu tío se llegara enterar se molestaría muchísimo, y tanto tú como yo no queremos eso, así que lo que sea que estabas haciendo no lo vuelvas a hacer — le dijo tía Petunia con el mismo tono de voz para después seguir con el desayuno.

Harry para estos momentos estaba realmente sorprendido no solo con la forma extraña en que tía Petunia lo había mirado y la falta de desprecio al hablarle sino que también no le había gritado, ni castigado por lo de las pociones, algo raro le pasaba a su tía sin duda, pero daba gracias a lo que fuera que tuviera por que se había librado de una gran discusión y de un buen castigo, sin darle mayor importancia se apresuró a tomar su desayuno.

— Buenos días, Petunia querida — saludo a su esposa Vernon al entrar al comedor ignorando olímpicamente a su sobrino.

— Buenos días Vernon, cariño — contesto al saludo dándole un beso en la mejilla.

— Que fue ese olor tan raro querida — comento tío Vernon después de sentarse a la mesa dispuesto a desayunar para después dirigirse al trabajo.

— Es que se me quemo un poco de tocino, cariño — le contesto dándole una mirada significativa a su sobrino, el cual estaba si esto era posible más impresionado que antes.

— Ah — fue la única respuesta de Vernon antes sentarse para empezar a comer — y donde esta Duders — comento al no ver a su hijo sentado a la mesa.

— Durmiendo querido, mi pobre Popkin ayer estaba tan cansado después de estar todo el día estudiando con sus amigos en la casa de ese chico tan agradable de Piers, que preferí dejarlo dormir otro poco más para que pueda descansar bien — le informo Petunia.

— "Cansado, aja, si pero de golpear a niños pequeños, de fumar, beber y tirar piedras a los automóviles que se le cruzan en su camino" — era el pensamiento divertido que tenía Harry en ese momento el cual mostro una pequeña sonrisa casi imperceptible.

— Sin duda alguna Dudley, es idéntico a mí, un gran estudiante, excelente deportista y sobre todo muy apuesto como yo cuando era joven — dijo Vernon inflando el pecho con gran satisfacción es su rostro.

— Sin duda alguna Vernon, sin duda alguna — fue la única contestación de Petunia antes de sentarse a desayunar.

El desayuno fue de lo más tranquilo solo por uno que otro comentario de tío Vernon sobre lo mala actuación de los políticos y uno que otro chisme de tía Petunia sobre alguno de sus vecinos, cuando Harry termino de desayunar recogió y lavo los platos que había utilizado le dio las gracias a su tía por la comida las cuales fueron contestadas con un pequeño asentimiento de cabeza de parte de ella, después subió a su alcoba donde apenas entrar se arrojó sobre su cama para quedarse profundamente dormido.

La comida fue igual que siempre con la única diferencia de que nadie le prestaba la mínima atención cosa que agradecía bastante, la causa de esa actitud hacia él, podría ser gracias a las amenazas de algunos miembros de la Orden del Fénix como Remus Lupin, Arthur Weasley, Alastor Ojoloco Moody y Nymphadora Tonks que le hicieron a sus parientes en la estación de Kings Cross.

En la noche antes de acostarse por fin podría dejar salir a su fiel amiga Hedwig ya que gracias al cansancio del día anterior se había olvido por completo de ella, así ella pudiera casar y poder despejarse un poco, cuantas veces deseo poder tener alas para poder volar y así poder alejarse en el cielo poder sentir esa sensación de libertad como la que le daba el volar en su escoba.

— Bien Hedwig te dejare salir, pero quiero que seas muy cuidadosa no te dejes ver por nadie y no quiero que te alejes e pequeña — le dijo Harry cuando la estaba sacando de su jaula esta como respuesta le dio un pellizco cariñoso antes de salir volando a través de la ventana que Harry acababa de abrir.

— Bueno será mejor que me acueste, mañana tendré que ir al temprano al Callejón Diagón para poder comprar las cosas que me hacen falta y si no me duermo temprano no podré hacer todo lo que he pensado — dijo en un suspiro viendo como Hedwig se perdía en la oscuridad de la noche, dejando la ventana y la jaula de Hedwig abierta, se dirigió a su baúl en donde busco su pijama — sin duda mañana será un día demasiado complicado — dijo en un susurro después se puso su pijama y se quitó las gafas poniéndolas sobre la mesita de noche al lado de su cama y se acostó.

En toda la tarde había estado pensando como haría para poder ir al Callejón Diagón sin que sus tíos y primo se dieran cuenta de su ausencia, y a su vez como burlar la vigilancia de la Orden que de seguro sin ser demasiado petulante de su parte lo seguía vigilándolo ahora más después de los acontecimientos recientes. Después de mucho pensar y pensar logro idear un plan para poder salir sin ser reconocido por nadie.

Primero usaría la capa de invisibilidad de su padre, para poder salir sin ser visto por nadie ya que si no se equivocaba los únicos miembros de la Orden que lo podrían estar vigilando serian Alastor Moody, Remus Lupin o Mundugus Fletcher ya que los demás tenían misiones que cumplir, para él solo uno era una verdadera amenaza el que podría frustrar sus planes y ese era ni más ni menos que el ex Auror retirado Alastor Moody mejor conocido como Ojoloco ya que gracias a su ojo mágico podía ver incluso debajo de su capa de invisibilidad. Una vez afuera se dirigiría Magnolia Crescent en donde sin que nadie lo viera se quitaría la capa de invisibilidad, para poder llamar al Autobús Noctambulo para que lo llevara al Caldero Chorreante en Londres, y de ahí ir al Callejón Diagón para comprar las cosas que necesitaba y luego regresar de la misma manera, el único inconveniente de su viaje seria el cargar la mayoría de las cosas pero eso lo resolvería en su momento.

Todo esto tenía que hacerlo sin que nadie se diera cuenta de su ausencia, sería demasiado complicado pero él, pensaba que lo lograría antes de que sus tíos lo llamaran a desayunar que era aproximadamente entre las 10 y 11 de la mañana, sino llegaba antes de esa hora fingiría que había salido al parque, para poder despejarse un poco, así no tendría problema con sus parientes, en pocos minutos se quedó profundamente dormido esperando que el día siguiente todo le saliera como lo había planeado y que la suerte le sonriera una vez más como en otras ocasiones, ese fue su más profundo deseo, ya que este viaje seria el principio de una nueva vida, donde no existía la posibilidad de cometer los mismos errores que antes, no importaba el costo y el esfuerzo, pero lo haría por el bien de sus seres queridos y de él mismo.