Primero quiero indicar que los personajes de Narnia no me pertenecen, pertenecen al honorable señor C. S. Lewis.

Quise escribir un fanfiction de Rabadash y Susan porque la verdad me llamaba mucho la atención esta pareja en el libro del Caballo y el Muchacho, así que di riendas a mi imaginación y aquí está el resultado.

Por favor toda clase de critica que me ayude a mejorar pues será bienvenida.

Mi Señor.

Capítulo 1.

Pedazos de libertad, presa ante su poder.

No sabía que estaba pasando pero lo único que sentí fue un fuerte golpe en la nuca y perdí el conocimiento por completo.

Lo que recuerdo vagamente fue el grito desgarrador de mi hermano Edmund antes de desmayarme por completo y caer en los brazos de quien fuera mi captor.

Y ahora estoy aquí en medio de la oscuridad, en un cuarto que estoy segura que no es el mío. Claro como comparar una linda recamara de Cair Paravel, con esta que es más parecida a una mazmorra.

Sentí el sonido de la puerta al abrirse. Me voltee bruscamente y me encontré con un par de ojos destellantes que parecían querer comerme viva. Aunque mi espalda estaba recta y mi rostro a más serio no poder, debía admitir que en el fondo quería gritar del terror al reconocer esos ojos como los del Príncipe de Calormen, Rabadash.

Que era lo que quería de mí, eso lo iba a averiguar a toda costa.

Maldita perra bárbara, pretendías huir con tu hermano el rey Edmund,pero no conatabas con que estaría preparado para no dejarte ir. Ya que yo siempre consigo lo que quiero y se me antoja y en estos momentos te quiero a ti como más preciada pertenencia.

La rabia invadía su ser al pronunciar aquellas palabras, su voz era tan tosca pero a la vez en ella había un toque de lujuria al afirmar que yo era suya.

Pero cuan equivocado estaba este hombre yo no le pertenecería a él ni en sus más preciados sueños exóticos.

Me arme de valor y le dije.

Como osas tan solo tocar el preciado nombre de mi hermano, EL REY EDMUND, EL JUSTO. TE ASEGURO QUE TU ALTANERIA SERA LLEVADA AL SUMO MONARCA PETER Y EL SE ENCARGARA DE JUZGARTE.

Pude notar como la rabia en su cara crecía sin control alguno. Una de sus manos se apoyó en mi cadera y me estampo contra su firme pecho.

Como osas tú en hablarle a si a tu señor, a tu dueño. Niña tenme más respeto no soy tan paciente como aparento ser. Si yo quisiera ahorita mismo te tomara aquí y en esta cama como mía y creme te encantara sentirme dentro.

Sus palabras hicieron que mis cachetes blancos como la porcelana se pintaran de un rojo intenso. Pero segundos después esto despareció y opte por lo que tenía en mente.

Fue algo fugaz más rápido que un rayo mi mano quedo estampada contra la mejilla de Rabadas, haciendo que este girara la cara de la fuerza en que lo golpee.

Su cara estaba totalmente virada a la derecha, la giro lentamente y pudo notar con horror la marca de mi mano y aun mas su rostro que resplandecía con una sonrisa pícara.

No pasaron ni dos minutos y mis labios se vieron estampados contra los de él. No por querer mío claro, era este quien me había sujetado fuertemente del cuello y me había atraído violentamente hasta él.

Luchaba por separarme, pero era imposible, era más fuerte que yo, su lengua me lamia los labios pidiendo entrada desesperadamente. Yo lo negaba. Pero fue en ese momento cuando casi me desvanezco al sentir una de sus manos acariciar mis piernas y muy pronto mis muslos con pasión. Me estampo contra el más fuerte y no pude evitar abrir los ojos que casi se me salen de orbita al sentir algo tan duro como una roca chocar contra mi vientre.

Definitivamente luche y logre separarlo, este me miraba con sorpresa y con un poco de rencor.

Vendrá una mucama a atenderte pero por ahora descansa.

Su rostro se volvió serio como a la vez frio.

Pero no dudes, mi linda Susan, que te tendré para mi tarde o temprano. Recuerda eres mía

Cerro la puerta de un solo golpe, pero que cambio de humor, hombre más bipolar no puede haber.

Me lance a la cama y no evite soltar dos pequeñas lágrimas