Manejó cuidadosamente por las calles tratando de evitar los baches y que el vidrio del parabrisas no se empañara por el vapor de la humedad de la lluvia. El aire acondicionado se había arruinado haciendo que le pareciera desesperante ya que sin esto el parabrisas se empañaba fácilmente; limpiaba con su mano repetidamente tratando tener más visibilidad pero la lluvia y la noche no le ayudaban mucho. Las luces de los carros brillaban borrosamente ante sus ojos, posó su vista en el espejo retrovisor para pasarse al carril derecho.

¿Adónde iba? Ni ella lo sabía, lo más normal era irse a su casa pero en ese momento no tenía ganas, tan sólo quería ir a un lugar callado ya que todo le había ido mal en ese día. La exposición que habían preparado desde hace un mes se había ido al excusado por algo tan tonto que se pudo haber evitado, pero no fue así, y sólo por culpa de una cabeza hueca. Se preguntaba a sí misma con rabia como es que Dios hizo personas tan estúpidas en este mundo, lo peor de todo es que ni le podía responder a su pregunta.

Divisó cerca en la acera un local con un cartel iluminado por pequeños focos, sus ojos leyeron con dificultad "Café y bar". Hizo una mueca con sus labios y se pregunto ¿Por qué no? Se lo merecía, después de todo sólo sería un trago. Acercó su automóvil Volkswagen beetle color rojo oscuro cerca de la acera buscando un lugar perfecto donde estacionarse.

Prefirió posicionarse dos calles más abajo ya que no encontraba un espacio cerca y los que habían ya estaban tomados. Podía irse a otro lugar más accesible pero por varias razones optaba mejor quedarse ahí, uno era que ese lugar quedaba en la ruta para llegar a su hogar y así no gastaría gasolina; además no tenía ganas de irse a casa ya que no había licor y la idea de tener un baño caliente no le resultaba nada atractivo, aparte que no había ningún supermercado donde comprar al menos una botella de vino blanco.

Asió su cartera café para guardar las llaves del auto, esperó sentada en el asiento pacientemente para que la lluvia aminorara, mientras tanto observó su rostro en el espejo para ver si tenía el cabello desarreglado o el maquillaje corrido, aunque no estaba en busca de alguien para ser pareja o en una expresión vulgar "cogerse a alguien" simplemente era una mujer profesional y pocas veces se la podía apreciar de esa forma tan elegante. Al ver que todo estaba en su lugar, agarró su cárdigan de color beige claro al igual que su cartera y se dispuso a salir aprovechando que la lluvia había disminuido su torrencial. Corrió rápidamente por la acera evitando los charcos formados en ella, llevando su prenda siempre en la cabeza evitando así que sus cabellos al igual que su rostro se empaparan.

Llegó a la puerta del bar secando apresuradamente las suelas de sus botas cafés en el tapete el cual decía bienvenido en ingles, la abrió escuchando un móvil con hilos anunciando un nuevo cliente. El bar tenía una luz agradable en el ambiente, música del genero Ambient sonaba por los rincones, mesas de vidrio con sus patas metálicas y las sillas del mismo material, solamente los taburetes y la barra se encontraban hechas de madera pintadas de negro; le pareció… decente. Se acercó pausadamente a la barra dejando su cárdigan en un taburete al igual que su cartera y se situó a la par de ellas, su vestido beige subió enseñando su rodilla al cruzar las piernas.

El camarero se acerco a ella con una sonrisa en sus labios la cual respondió amablemente.

— ¿Se le ofrece algo de tomar, señorita? —preguntó cortésmente el caballero.

—Un whisky en las rocas, por favor —contestó Tenten Ama, entrelazando sus dedos y apoyando su rostro en ellos. El bartender se alejo sonriéndole para prepararle el trago a lo que ella se dedicó simplemente en observar el lugar.

No estaba lleno como una discoteca, había personas de traje que mantenían una reunión y habían dos parejas, una acaramelada y la otra discutiendo; hombres en la barra con gestos preocupados y uno que otro mirándola a ella. Esas miradas hacia su persona la hacían incomodar y más cuando ella las enfrentaba observando como los idiotas le guiñaban el ojo; suspiró abatida ante esto, estudiando por que los hombres tenían que hacer eso simplemente para impresionar a una mujer, tal vez pensaban que por su físico y haciendo ese gesto cualquiera se derretiría más sólo daban a entender como estaban de desesperados. Bueno tal vez alguna que otra chica cayera después de todo para gustos había colores y que los hombres hicieran ese gesto ante ella no le llamaba la atención en lo más mínimo.

El bartender puso una servilleta de tela colocando el vaso bajo y ancho con el contenido dorado acompañado de hielo en el.

—El señor al extremo de la barra dice que paga su bebida —anunció el camarero señalándole al joven que momentos antes le había guiñado el ojo. A lo que Tenten se limitó en reír por lo bajo y respondió con humildad.

—Dígale que no es necesario, estoy esperando a mi esposo para que lo pague.

Una mentira poco convincente ya que no tenía ningún anillo de casada en su dedo anular pero no estaba dispuesta a que un desconocido le pagara una bebida que ella perfectamente podía pagar, tal vez una cena pero una bebida alcohólica no.

Tomó un sorbo pequeño de whisky sintiendo el golpe amargo en su lengua y una ligera quemazón en su garganta. No iba a mentir, era la primera vez que tomaba eso, había escuchado que era fuerte por lo tanto sólo se necesitaba uno para ponerse ya mareado y ella por experimentar lo ordenó. Agarró el vaso y lo movió en forma circular a la altura de sus ojos observando como los cubos de hielo se movían al movimiento, alzó los hombros indiferentes determinando en ese momento que era el trago perfecto para relajarse de ese odioso día.

Recapituló en su mente la expectación con todos los de su grupo al ver el trabajo que habían desempeñado y la ansiedad para presentárselo al cliente pero claro, no siempre la dama de la suerte sonríe para uno, al final tenían un cuervo negro que les picaban los ojos sin darse cuenta y ese cuervo tenía nombre: Kin Tsuchi. La maldita había olvidado algo tan simple y tan pequeño; eso era el cañón de proyección, después de mandarle tantos mensajes donde le decía la hora de la reunión, el lugar, y a la vez llamarla un día antes de la exposición le resultaba sospechoso que ella lo hubiera "olvidado" por así decirlo.

Recordó a la chica presentándose una hora tarde y con la cara de un cachorro inspirando lastima había dicho un simple— se me olvido —cómo deseo sacarse las botas y clavárselos en los ojos. Su jefe, Shikamaru Nara trató de tranquilizar al cliente que con mayor razón se encontraba furioso, ya que había le habían hecho perder el tiempo pero hallo una forma de que la señorita Tsunade les diera una oportunidad.

Shikamaru se limitó a decirle que por favor vigilara más a sus miembros para que no pasara de nuevo, y ella lo aceptó sumisa bajando la cabeza. Se sentía humillada y decepcionada, totalmente fuera de lugar, apretó el vaso de vidrio y suspiró ofuscada llamando la atención del camarero.

— ¿Mal día? —preguntó el hombre acercándose de nuevo a ella.

—Por así decirlo —respondió Tenten con una sonrisa en sus labios, posó su vista en la ventana observando como la lluvia seguía sin descanso—. Además que este clima no ayuda mucho.

El caballero tomó la toalla en su hombro y comenzó a limpiar los vasos— el hombre ha seguido insistiendo —comentó en voz baja enfrentando la mirada de Tenten— ya pagó la bebida y piensa a invitarle a otro.

La frente de Ten-Ten presento una arrugación, eso era algo que le exasperaban. Hombres que no se rendían en ese tipo de cosas, generalmente los consideraba demasiado peligrosos o demasiado perseverantes. Una persona tenía que ceder cuando debía o cambiar la estrategia. Sonrió para si misma y miro al camarero.

—Hagamos algo, yo pagare esta bebida y el dinero que él le dio tómelo como una propina —el camarero la observó sorprendido y sonrió en complicidad— con respecto a la bebida que él quiera invitarme hágame el favor de no servírmela.

—Esta bien, veré que puedo hacer —dijo asintiendo con la cabeza, Tenten lo observó de arriba abajo. Extrañamente le resultaba familiar, esas cejas pobladas, los ojos grandes y ese cabello cortado al estilo de los Beatles en los sesentas más esa cómica camisa verde entallada a su cuerpo. Recordó a un tipo llamado Rock Lee en los años del colegio, un chico hiperactivo, sensible, educado y sobretodo un buen amigo a quien había perdido comunicación desde que se graduaron.

¿Sería él quien estaba enfrente de ella? Su curiosidad la venció y decidió averiguarlo, de todas formas no tenía nada que perder.

— ¿Lee?

El susodicho la volteó a ver con extrañeza dejando de limpiar el vaso.

— ¿Sí? —esa confirmación hizo que Tenten riera con sorpresa.

— ¿No me reconoces? —preguntó la chica con ansiedad a lo que Lee solo alcanzó a negar con la cabeza, en seguida soltó su cabello castaño del moño que llevaba y con sus manos hizo esta vez dos moños en su cabeza— ¿Y ahora?

— ¿¡Tenten!? —Exclamó incrédulo el chico mirándola de arriba abajo— ¡por Dios! Estas tan cambiada.

Tenten río alegremente agarrando las manos de Lee y besándolo en la mejilla, había pasado bastante tiempo y ambos se encontraban tan cambiados. Al tener las manos de su amigo noto cierto brillo en uno de sus dedos, un anillo de oro descansaba en el dedo anular; Tenten sonrió con picardía y para calmar su curiosidad se dedico a sacarle sutilmente información

— ¿Cuanto tiempo a pasado? Escuche que te habías ido a los Estados —dijo ella con cierto brillo en sus ojos, a lo que su compañero asintió con su cabeza.

—Pues fui ahí solamente en vacaciones luego volví a regresar a Japón —contó Lee arremangando su camisa hasta los codos— y lo deteste.

—En serio —preguntó incrédula Tenten ya que sabía que los Estados Unidos era el "sueño americano" más codiciado para cualquier persona.

—Sí, lo bueno que tome buenas fotografías —anunció el chico con una sonrisa orgullosa la cual desapareció rápido al ver desde el hombro de su compañera.

—Disculpe —una nueva voz hacía llamar su atención captando por que Lee había callado de pronto, observó al hombre que había tocado su antebrazo— le invitó a un trago.

—No, gracias —se negó la chica mirando hacia otro lado incomoda— para eso esta mi esposo.

—No seas así nena, no tienes anillo que lo compruebe —Tenten sintió de inmediato un roce sutil en su antebrazo. Enarcó la ceja perpleja; le había llamado nena un adjetivo que no aguantaba y de paso la estaba tocando. Miró al hombre demostrando sus ojos cafés un signo de inusitada agresividad, y con suavidad alejo su brazo del contacto físico que estaba recibiendo.

—No —contestó ella contrariada y con la defensa en alto, esperaba que con eso el hombre se iría ya pero no estaba muy segura que eso pasaría.

— ¡Oh! no seas así, muñeca —exclamó el hombre emitiendo en el aire el olor de su aliento, mezcla de tabaco y vodka.

Tenten lanzó un bufido exasperada, trataba de ser paciente pero tipos necios como él siempre la ponían a prueba, lo observó de arriba abajo, la verdad no parecía un hombre sino más bien un chico probando ser interesante.

—Yo conozco a su esposo —anunció una voz que se había mantenido al margen en ese asunto. Tenten observó a Lee con sorpresa tratando de disimularla al parecer su compañero estaba tratando de protegerla.

— ¿Su esposo? —preguntó el joven con tono de incredulidad— No me tomes por un imbécil, se nota que no se habían visto desde mucho tiempo.

Lee no contesto de vuelta tan sólo entrecerró los ojos, su silencio demostraba lo contrariado que se hallaba, inconcientemente estaba demostrando que el mozalbete tenía razón. Se escucho las campanitas de la puerta, sonido que ninguno le presto atención en ese momento, Tenten decidió ponerle fin a la discusión.

—Mira "chico" sin ofender, pero no tengo ningún interés en ti.

—Vamos amor, como puedes decir eso si no me has dado la oportunidad —comentaba el chico insistente acercándose cada vez más y esta vez posando una de sus manos en su estrecha cintura.

Eso era suficiente como para que Tenten ya no fuera dueña de si misma, se separó violentamente lejos de la alcance de esas manos que le provocaban escalofríos.

— ¡Oye tú!...

—Lamentó llegar tarde —anunció una voz ronca a su espalda interrumpiéndola en el acto, volteó rápidamente topándose con unos ojos grises sorprendentemente claros. Un hombre de porte serio y alto se había situado casi a la par suya manteniendo una distancia corta entre ellos dos, vestía un traje de negocios con su respectiva gabardina del mismo color que su vestido, el cual descansaba en su brazo derecho. El hombre desvió su atención de ella concentrándola en el chico que se encontraba sentado.

—Estas en mi puesto, niño —informó con un tono perceptible de frialdad y dándole énfasis a la última palabra que acababa de pronunciar. El chico trató desafiarle la mirada pero enseguida la evitó y se levantó del taburete farfullando un "con permiso", se dirigió a la puerta dispuesto a irse. A todo esto Tenten miraba asombrada por la facilidad que el chico se había levantado sólo con una mirada, sintió como el hombre pasaba suavemente a la par de ella ignorando su presencia. Se sentó en el taburete libre que el chico había dejado segundos antes.

Tenten se acercó a su silla calladamente, admitiendo que si no fuera por él probablemente ella le hubiera reventado alguna botella al atrevido mocoso en la cabeza para que la dejara en paz, empleando de práctica la frase de "el listo a señas y el bruto a palos". Paso su mano quitando un mechón de su rostro para pasarlo a su oreja.

—Gracias —fue todo lo que pudo decir con un tono de humildad en ese momento, rápidamente percibió la intensa mirada del desconocido puesta en ella; ahora sabía por que el chico la había desviado tan rápido, y es que sentía una inexplicable sensación de intimidación sin que se hubiera dicho alguna palabra pero a diferencia del chiquillo, ella no la evitaba.

— ¿De que? —preguntó con indiferencia el individuo enarcando una ceja, cosa que la hizo fruncir el entrecejo confundida, sus labios lograron a emitir un imperceptible "¿Eh?". Para ella lo más normal sería agradecerle por haberla defendido contra un patán, y que la situación no pasara a mayores pero al parecer su agradecimiento no significaba algo para él. Entrecerró los ojos confusos sin responderle al hombre de vuelta y tomó su bebida la cual siguió dando pequeños sorbos.

La risa de Lee hizo que ambos lo miraran al mismo tiempo.

—Ya era hora que llegaras, Neji —dijo Lee dejando de reír, el aludido solamente formuló un gruñido.

—Ya me disculpe por eso.

Esas palabras hicieron caer en cuenta a Tenten que la disculpa de su tardía llegada eran para Lee y no para ayudarla a ella, tal vez era de esas personas que se encaprichaban con un asiento y hacía que la persona ocupante huyera debajo de esa muda intimidación. Sonrió avergonzada, por lo visto lo había malinterpretado pero de todas formas se encontraba aliviada de no estar lidiando con ese chico de nuevo.

—Iré al baño —anunció Neji, levantándose del taburete dejando la gabardina en ella. Tenten lo siguió con los ojos observando la ancha espalda de este, y el cabello largo de un color café oscuro amarrado por una liga.

— ¿No lo reconoces? —la voz de Lee la hizo desviar la vista y posarla en él. Ella enarcó la ceja y negó con la cabeza. Su mente comenzó a maquinar haciendo recordar unos episodios que mejor prefería borrar, el nombre que se había mencionado comenzó a brotar como si fuera una semilla luchando por salir en la tierra. Abrió los ojos pasmada y miró a su amigo de nuevo; sus labios se movieron cuidadosos pronunciando una palabra.

— ¿Hyuga?

—Neji —terminó de completar Lee sin desaparecer la sonrisa de sus labios. Tenten trago saliva y se rasco con nerviosismo su cuello—. No creo que te haya reconocido.

Tenten entrecerró los ojos escéptica, observó el vaso de whisky y su escaso contenido, comenzó a apurar su bebida; era verdad que era él, se preguntó como no pudo reconocer esos ojos tan claros y ese cabello sin cortar. Vació el resto de su bebida y miró a Lee con una sonrisa.

—Todavía tiene el pelo largo —comentario que hizo que Lee riera a carcajadas— sigue siendo el mismo.

—Sí, el mismo amargado, siempre me pregunto por que no tiene contacto con su fuego interno —definió Lee con voz baja, frase que a hizo a Tenten emitir una leve risa—. Trabaja con su familia, siempre viene este día a recolectar mis fotografías así las pone en su revista.

— ¿En serio? —preguntó Tenten asombrada, encontraba interesante que alguien como Neji trabajara en una revista, especialmente cuando él había sido un inteligente sobre calculo de matemáticas y física. Consultó su reloj de pulsera, las agujas del reloj anunciaban las ocho de la noche, hizo una mueca.

—Me retiro —anunció tomando su cartera y sacando su billetera— pero antes de irme quiero que me digas algo —diciendo esto presenció como Lee apoyaba los brazos en la barra y adquiría un aire expectativo—. ¿Cuándo te casaste?

Lee comenzó a reírse y negó con la cabeza repetidamente— no me he casado es sólo que… digamos que es una símbolo de afecto —confesó Lee refiriéndose a su anillo.

— Uhh ¿Quién es la afortunada? —Preguntó Tenten tomándole la mano y examinando el anillo—. ¿La conozco?

—Diría que sólo de vista —contestó Lee— no estudió con nosotros.

Tenten no insistió más de todas formas ya se tenía que ir, se vistió con su suéter y agarró su cartera. Sonriéndole a Lee se despidió de él con un beso en la mejilla.

—Nos vemos, tal vez venga de nuevo y gracias por el intento de protegerme.

Lee respondió con un gesto en la cabeza agarrando el vaso y limpiando la barra. Tenten salió de la puerta y aspiró el aire ya despejado de la noche, el viento frío se sentía en su rostro haciendo que su cabello suelto se moviera un poco, se arrebujó en su cárdigan y comenzó a caminar calle abajo directo donde se encontraba su auto.

El nombre de Neji Hyuga volvió a su mente, habían sido buenos amigos hasta podría decirse que Lee, Neji y ella era el trío de los mejores amigos, pero claro que en cualquiera relación la curiosidad de cruzar la raya hace cosquillas, sea conciente o inconcientemente hasta que la amistad ya no vuelve hacer la misma. Todo cambia para bien o para mal, lamentablemente para ella había resultado lo último.

Siendo cosa del pasado ella misma se decía dejarlo atrás y no recordarlo, ya que no se detenía a pensar en cosas que ya habían pasado si estaban las más recientes.

Su día había sido suficientemente nefasto como para terminarlo con un encuentro incomodo de viejos "amigos".

Los tacones de sus botas hacían ruido al caminar, la calle estaba casi desierta y mojada, el brillo de las piedrecillas negras brillaban a la luz artificial de los postes. Inexplicablemente sentía que algo no encajaba, percibía en su nariz el olor a tabaco en el ambiente y unos pasos pausados a una distancia considerable a la de ella. Apuró el paso sacando las llaves del bolso.

Justo cuando había llegado a su auto sintió un impacto en la espalda que la hizo estrellarse contra la puerta del conductor, dicho impacto había hecho que se le cayeran las llaves. Trató de darse vuelta pero con la misma velocidad que le habían arremetido, sintió que su cabeza estaba aprisionada sobre el techo del auto, lanzó un quejido al sentir un dolor en su cuello.

Algo duro y puntiagudo se presiono contra sus costillas, un escalofrío corrió en todo su cuerpo haciendo que sus vellos se erizaran. Trató de pensar en esa incomoda posición algo para contrarrestar a su atacante y es que ella no se dejaría que la agarraran como una mujer indefensa. Recordó la lata de gas pimienta que se encontraba en su cartera y con desilusión se dio cuenta que el bolso había corrido el mismo destino que sus llaves, entonces la única arma que le quedaba era su propio ingenio.

— ¿Qué quiere? —susurró Tenten tratando de ver a su agresor cosa que se le había imposibilitado.

— ¡Cállate! —masculló una voz que rápidamente la reconoció, al parecer el mocoso que la abordo seguía insistiendo y de no muy buena forma.

—Oye chico no me pongas en esta posición, a mi se me hace bastante incomodo —contestó Tenten tratando que su voz fuera lo más calmada posible, contrariadamente de todo lo que sentía en su interior.

— ¡He dicho que te calles, perra mal nacida! —Tenten mordió su lengua de furia sintiendo como el agudo objeto se oprimía más a sus costillas, debía de conservar la calma sea como sea, no tenía que incitar al chico que le había atacando ya que en su situación no lo hallaba nada favorable.

—Haré todo lo que quieras pero teniéndome en esta posición no creo que lo haga —la voz de Tenten trato de sonar convincente, su plan era dar la vuelta para darle una patada en su entrepierna y alcanzar la lata de gas para descargárselo en su rostro ó en el peor de los casos salir corriendo como alma endiablada.

— ¡Haras lo que quieras a mi manera! Maldita put… —Esa palabra insultante no llego a completarse, en seguida la presión aplicada en su cuerpo dejo de ceder, los oídos de Tenten percibieron los sonidos de un forcejeo y el quejido de alguien siendo aventado hacia unos botes de basura. Se dio la vuelta lentamente masajeando su cuello adolorido.

A una distancia corta se encontraba a la última persona que esperaba haberla defendido. Neji Hyuga estaba a espaldas de ella con respiración agitada, se dio la vuelta enfrentando la mirada café de Tenten quien se encontraba todavía recargada en el carro. Se acercó a ella tomando la cartera del suelo más las llaves que se encontraban desperdigadas.

— ¿Crees que puedas llegar a tu casa? —una pregunta que le pareció algo extraña, ya que lo más normal sería la repetida frase de ¿Estas bien? Pero de todas formas aunque es pregunta se ventilara tendría que mentir ya que la verdad; no estaba bien. Tenten se limitó a asentir con la cabeza, extendió su mano para agarrar sus pertenencias y notó como sus dedos temblaban ligeramente cosa que no paso desapercibida para Neji.

—Hace frío —expresó torpemente Tenten, agarrando sus manos tratando de detener el temblor de su cuerpo, y es que era tan extraño. En medio del peligro se mostraba tranquila e inclusive enojada pero ahora que la situación había pasado, el temor se le hacía presente de forma inconciente; culpó el efecto del alcohol sobre esta reacción retardada. Aunque le había parecido estúpida la excusa del "frío" pero tal como era ella, seguía siendo alguien que trataba que las cosas no le afectaran y verle el lado positivo aunque en ese momento le costaba ver que era lo positivo; probablemente sería que si Neji no hubiera aparecido ella ya no estaría en ese momento.

Al pensar esto las lágrimas se galoparon en sus ojos cafés y bajo la cabeza avergonzada de mostrarse frágil, ya que nunca se había dado el lujo de hacerlo con alguien pero Neji era la excepción; había sido el único que le había mostrado ese lado años atrás e irónicamente se lo mostraba de nuevo. Sólo rogaba que él no la haya encontrado familiar y siguiera creyendo que ella era una desconocida.

Sintió el contacto de unas manos heladas que mantenían las suyas temblorosas haciéndola salir de sus preocupaciones, y trató de enfocar la vista observando como unos guantes negros se deslizaban suavemente en sus manos emitiéndole un calor reconfortable.

Enfrentó a Neji con expresión interrogante mas este sólo se limitó a observarla con su misma expresión inalterable.

—Hace frío ¿Verdad? —preguntó al momento mantenía entre sus manos las manos femeninas enguantadas.

El rostro de Tenten se iluminó rápidamente con una sonrisa haciendo que las lágrimas desaparecieran inmediatamente tal como habían llegado. Que Neji le siguiera la corriente le encontraba gracioso, y a la vez predecible; sabía que él no le abrazaría para consolarla y ese pequeño contacto era lo más normal que podría sacar de él en una situación así.

Emitió una suave risa al momento que susurraba un "sí". El quejido proveniente de los botes de basura los interrumpió dándoles a entender que el chico ya estaba despertando. Neji la soltó rápidamente dándole la espalda.

— ¿Estas segura que puedes llegar a tu casa? —Preguntó sacando de su bolsillo un celular marcando el número de emergencia.

—Sí —afirmó Tenten tomando sus llaves y metiéndolas en la portezuela. Observó su mano enguantada recordándole lo que había pasado minutos antes, apresuradamente sacó los guantes de sus manos y se los entregó con un aire más calmado— emmmm —articuló tratando de llamar su atención, ya que no quería arriesgarse a llamarlo por su nombre.

Neji simplemente la miró de soslayo— quédatelos —le indicó con su típica seriedad restándole importancia al detalle anterior—. Llamaré a la policía, puedes irte si quieres —le informó fríamente al momento que se situaba enfrente del chico evitándole así escapar.

Tenten lanzó un suspiro y se metió a su automóvil metiendo la llave en el encendido y observando por la ventanilla a su ex-compañero de colegio. Preguntándose si no tendría problemas con la policía pero al parecer él se haría cargo de todo, y le agradecía internamente eso mismo ya que todavía se sentía un poco asustada.

Encendió el auto y dejo escapar un último vistazo a Neji Hyuga quien todavía se encontraba parado enfrente del chico con el celular en la mano. Su corazón le pidió algo que su propia mente le negaba pero sabía que no era momento para darse lujo de ser neurótica, bajo la ventana antes de irse y lanzó un simple— gracias Neji —captando así la atención de él.

Neji simplemente le correspondió con un asentimiento de cabeza y ella se fue por las calles en medio de esa noche helada, tomando el timón fuertemente en sus manos observó los guantes negros que le quedaban grandes. Sonrió con melancolía, era probable que tal vez no lo volviera a ver pero al menos tenía un nuevo recuerdo de él; de todas formas mañana ya sería un nuevo día para ella.


Los personajes de Naruto no me pertenecen.


Pues haré un nuevo fic de esta misma pareja, espero tener el mismo apoyo al igual espero que les guste, como ven es un universo alterno. Y pues que más que decir: disfrútenlo :3.