Digimon © Akiyoshi Hongo

Capítulo I

Continental Airlines, anuncia la llegada de su vuelo CO0008 provinente de Tokio, con una hora de retraso. A todos los afectados, disculpen las molestias.

American Airlines anuncia la llegada del vuelo AA0114 provinente de Los Ángeles en estos momentos.

La muchedumbre corría agitada de un lado a otro, las azafatas atendían a algún necesitado o esperaban su turno para trabajar, las maletas pasaban de las máquinas correderas a las manos de sus dueños y viceversa…Gritos de alegría, lágrimas de felicidad, de despedida, gente diciendo adiós, gente esperando a amigos o familiares, incluso alguna que otra persona durmiendo en el suelo o en los asientos era la visión que el Newark International Airport ofrecía desde su interior.

Una mujer castaña avanzaba a toda velocidad en dirección al punto de atención al cliente. No aparentaba tener más de treinta años, pero probablemente si se le preguntaba la edad, aceptaba decírtela y te decía la verdad, quedarías sorprendido por su respuesta. A su lado, y cogido de su mano iba un niño de unos ocho años, castaño como ella y con el pelo ligeramente ondulado y largo. El pobre muchacho avanzaba a trompicones y grandes zancadas para no perder el paso de la adulta a la que iba agarrado.

- ¡Siempre pasa igual, tanta modernidad y facilidades que dicen tener para esto! – Se quejó sin perder la velocidad y claramente enfadada – Miles, lo siento pero la próxima vez nos vamos en tren – dijo mirando al niño que iba con ella que se limitó a mirarla sin expresión alguna y sin decir palabra.

No dijo nada más y continuó caminando hasta que llegó a su objetivo, en el que ya se habían agolpado varias personas, en su mayoría, quejosas por el mismo motivo que ella: la pérdida de maletas.

- Ahora a esperar – dijo la mujer cruzándose de brazos, se acuclilló un momento hacia el niño – cariño, si te cansas de esperar, puedo avisar a Albert para que te lleve a casa – le dijo en tono dulce y cariñoso. El niño negó con la cabeza manteniendo la misma expresión indiferente de antes.

A pesar de ser una mujer que rozaba la cuarentena parecía tener poco más de treinta, puede que por su metabolismo, puede que por algún que otro detalle con el bisturí pero su cuerpo y belleza seguían siendo arrolladores. Nadie diría nunca que aquella delicada y fina mujer de figura estilizada y vientre plano era la madre del castaño y guapo niño con el que estaba hablando; tal vez si los observabas bien podías encontrar alguna que otra similitud, como los enormes ojos color miel y el castaño color de pelo pero poco más tenían en común y, más, si entrabas en detalles psicológicos.

La mujer se quedó anonadada mirando a su hijo durante una buena docena de minutos, un nudo indefinible se había formado en su garganta y la tristeza había invadido su rostro. Un sentido lo siento pasó por su mente.

- ¿Señorita disculpe quiere algo? Si no tendré que pasar al siguiente turno.

No escuchó la voz, cuando se sumergía en su mundo y, sobretodo, en esa clase de pensamientos, era casi imposible hacer que reaccionara si no era porque ella misma lo decidía.

- Perdone pero es su turno.

Seguía ignorando lo que le decían hasta que su hijo le tiro de la manga y le señaló hacía un cincuentón que tenía justo delante sacándola de su aturdimiento.

- Disculpe, ¿Qué me decía? – le preguntó al rechoncho hombre.

- Que es su turno, la chica la está llamando desde hace un buen rato.

Miró hacía la chica que estaba en la recepción y le sonrió, volvió a girar un momento hacia el hombre.

- ¡Sí! Lo siento, es que estaba pensando, ya sabe, cuando uno se pone a pensar y pensar se le va la cabeza y se pierde en su mundo, olvidando lo real y yo siempre he sido de ese tipo de personas que desconectan fácilmente. ¿Nunca ha pensado lo intrínseco y misterioso que puede llegar a ser el cerebro? – le contestó al hombre en tono misterioso con otra sonrisa en el rostro y volviendo a la posición erguida.

- La verdad es que yo… - el hombre estaba perplejo y no sabía que contestar.

- Señorita…- la chica se giró de nuevo hacia la recepcionista y el hombre suspiró aliviado.

- Perdone, le estaba agradeciendo al señor que me ayudara. De bien nacido es ser agradecido, ya sabe lo que dicen y yo siempre que puedo intento ser agradecida porque…- esta vez, mientras hablaba se dirigía hacía la recepcionista volviendo a coger a Miles de la mano y dándole las gracias al cincuentón. Pero sus planes se vieron frustrados cuando un rayo rubio, atractivo y trajeado le pasó por delante y se puso a hablar con la recepcionista, saltándose así toda la cola.

- Oye Ken, hay una cosa que se llama cola, así que agradecería que me dejara pasar, porque éste era mi turno, así que dirijase a la cola – le dijo al rubio, al que no le había visto la cara aún, dándole toquecitos en la espalda.

- Me sé la teoría niña, pero tengo prisa así que la práctica ya la tendré en cuenta cuando tenga tiempo – le contestó casi ignorándola y haciéndole aspavientos con la mano para que lo dejara en paz.

- ¿No le han enseñado lo que es el respeto? – le respondió ya algo enfadada.

- Oye niña sólo será dos segundos así que olvídame…-le contestó soberbio.

- No soy una niña y lo justo es que haga cola o por lo menos pida por favor que le dejen pasar porqué tiene prisa, y puede que entonces le deje o puede que yo también tenga prisa y lo obligue a hacer cola – le contestó ella resabiada, él bufó.

- Si eres tan buena samaritana mejor déjame tranquilo y así acabaré antes y no me provocarás dolor de cabeza con esa vocecita – le volvió a contestar aún sin girarse a mirarla prestándole más atención a la recepcionista para que solucionara sus asuntos.

La castaña estaba sorprendida, primero por la mala educación de aquel insufrible rubio, segundo porque ninguno de los presentes se habían quejado de que pasara por delante de ellos y, tercero, porque la recepcionista lo estaba atendiendo. No aguantó más y se dirigió al mostrador para replicar.

- Lo siento pero es mi turno – dijo alzando la cabeza y golpeando el mostrador – así que primero me atenderá a mí, porque yo también tengo prisa – dijo remarcando las palabras yo y prisa.

Hoy no es mi día, pensó para si la trabajadora mirando a ambos chicos. Rió algo al ver la dignidad que los dos intentaban mostrar. – Los dos tan guapos y tan amargados – susurró.

- No, me atenderá a mí – contesto desafiante aún sin mirarla.

- Es un… - se giró la castaña por primera vez a su interlocutor y al verlo, la sorpresa fue tal que no se atrevió a acabar la frase - ¿Ishida?, ¿Yamato Ishida? – preguntó incrédula.

La pregunta lo sorprendió y se giró a mirar a aquella odiosa niña.

- ¿Se puede saber cómo…-sabes mi nombre hubiera acabado, pero tampoco pudo - ¿Mimi? – la miró extrañado.

Ambos se quedaron perplejos y el escándalo que estaban causando, aquellos que estaban presentes se lo tomaron como un número cómico y entretenido, fue precedido por el silencio hasta que un tercero lo rompió: una risa infantil, oxidada y masculina.

- ¿Miles? – Mimi, olvidando a Yamato, se giró y vio a su hijo riendo a carcajadas. Esto le sorprendió aún más que encontrarse con su… ¿amigo?


N/a: New fic! Las actualizaciones serán muy irregulares, al menos en un principio, porque a pesar de tener una idea clara de lo que va a ser el fic todavía no tengo bien expuestas y claras las ideas y su desarrollo. La longitud de los capítulos, por los pocos que llevo escritos, también será muy variable.

Me va ser difícil plasmar la madurez de adultos de casi 40 años cuando no tengo ni la madurez de alguien de mi edad, así como tratar el problema de Miles, pero esos son dos de los retos que me muero de ganas por superar ^^.

Este fic surgió por la profunda rabia que me producían ciertos defensores irracionales del Sorato y detractores del Mimato que alegaban felicísimos que en el epílogo del 2025 Sora y Matt acababan juntos y bla, bla, bla, muy bien, de acuerdo, es cierto, pero ¿eso les garantiza que continuaran juntos para toda la vida? No, sólo se nos dice que en el 2025 están pero, ¿qué pudo pasar después? Y este fic es una simple idea de lo que pudo ser después, concretamente en el 2027, demostrando que nada es absoluto, excluyendo a los Digimons, porque no sabía como incorporarlos (xD).

Espero que os guste ;D y vuestras críticas constructivas ^^.