Los personajes NO me pertenecen obviamente (no soy capaz de crear tan buena historia como lo es Magi), pertenecen a Shinobu Ohtaka.


1a Noche:

Encuentro

POV Morgiana

Era un día normal, como todos los otros. Eran las 19:55, es decir, faltaban cinco minutos para que terminara mi turno. Trabajo en una cafetería llamada "Rukh" para poder ayudar a mi madre, Falan. Ella está enferma desde hace seis meses y su estado empeora cada día. Tenemos problemas financieros así que necesito el trabajo para comprarle los medicamentos. Vivo sola con ella desde que mi hermano mayor, Masrur, se fue a estudiar a la universidad. Nuestro padre murió en un accidente hace tres años.

Al principio no me gustaba trabajar en "Rukh" pero, con el tiempo, me terminó gustando. La verdad, es agradable estar aquí. Siempre está llena ya que es una de las mejores cafeterías de Tokio. Mi jefe, Jamil, no es de las personas más agradables del mundo pero le estoy agradecida por darme este trabajo cuando solo tengo 16 años. No es un secreto que estoy trabajando aquí, de hecho, todos mis amigos y mi madre lo saben. Mi madre siempre dice que tengo que esforzarme para cumplir mis objetivos, por eso, no me avergüenza trabajar a los 16, todo lo contrario, me siento orgullosa de mi misma.

-¡Morgiana-chan!- escucho que me llama Leila. Ella también trabaja aquí solo que no por dinero como yo, sino por una habitación que le ofreció Jamil. Leila es nueva en Tokio así que no tiene dónde quedarse. Sus ojos son celestes y su cabello rubio es corto atrás y un poco largo adelante. Tiene 18 años y, a pesar de que soy menor que ella, solo es 3 cm más alta que yo. Mide 1,64 y yo 1,61.

-¿Qué pasa, Leila-san?- le pregunté.

-Sé que tu turno ya terminó y que quieres ir a ver a tu madre pero...¿Podrías darme cinco minutos de tu tiempo, por favor? Prometo que seré rápida- me pide y yo quede sorprendida. Leila nunca me había pedido que conversara con ella después de mi turno. Siempre hablamos durante el trabajo cuando ya atendimos a los clientes presentes. También quede sorprendida de que ya fueran las 8, la verdad, siempre me sumerjo en mis pensamientos y pierdo la noción del tiempo.

-Claro, Leila-san, no hay problema- le dije con una sonrisa y ella se acercó a mi, sentándose en la silla que estaba al lado mio.

-Es que...Necesito pedirte un favor- comienza y suspira como sí dudase si me lo debía pedir. Eso me preocupó porque entendí que sería algo que no me gustaría.- Mi novio, Olba, viene a Tokio para verme. Nosotros marcamos una cita para mañana que es cuando él llega a Tokio. Quería pedirte que me cubrieras en el trabajo. ¡Te prometo que será solo por mañana!

No me esperaba eso. Si sabía que Leila tenía un novio, ella me lo había dicho una vez. También sabía lo dedicada que era Leila con su trabajo, ella no quería perder su habitación, de lo contrario quedaría en la calle y no tenía dinero para volver a su hogar. Además, tampoco tenía familia. Pero lo entiendo, ella tiene la oportunidad de volver a ver a su novio, a alguien que conoce de su ciudad, yo tampoco querría perder esa oportunidad.

-Está bien, Leila-san. No habrá problema- le dije.

-Sabes que eso significa que tendrás que quedarte más tiempo trabajando, ¿no? ¿Segura que estás bien con eso? Por mi no hay problema. Veré otra forma, no quiero molestarte, Morgiana-chan, eres mi única amiga aquí.

-Descuida, no me molesta, Leila-san. Tu harías lo mismo en mi lugar.

-¡Arigato, Morgiana-chan!- dice y me abraza emocionada.- Cuando necesites que te cubra, no habrá problema, cuenta conmigo.

Cuando llegué a casa, me encontré con mi madre preparando la cena.

-¡Mamá! ¿Qué estás haciendo? Te dije que descansarás. ¿No escuchaste al doctor? Tienes que estar el menor tiempo posible de pie, es por el bien de tu salud, mamá. Descuida, yo haré la cena.

-Morgiana, por favor, estoy enferma, no inválida. Además, no me siento cómoda en mi cama, cariño. Siempre fui inquieta y lo sabes, no puedo estar en un mismo lugar tanto tiempo.

-Mamá, es por tu salud. Estás demasiado débil y no puedes estar esforzándote yendo de un lado a otro. Por favor, mamá.

-Morgiana, no quiero ser una carga para ti, cariño. Estás trabajando a los 16 años por mi culpa, para ayudarme, cuando deberías estar concentrada en tus estudios. Morgiana, mi enfermedad está muy avanzada y ya no habrá forma de detenerla. No quiero que descuides tu vida por mi culpa.

-¡Mamá, no hables así! Encontraremos una forma de curarte, ya verás- dije tratando de contener mis lágrimas. "No puedo rendirme", siempre me digo eso cuando me despierto. La medicina ha avanzado mucho estos últimos años, de seguro, encontraron la cura para la Tuberculosis.

-Mi enfermedad está demasiado avanzada, cariño, ya han pasado seis meses...Ni siquiera la medicina será capaz de curarme, Morgiana. Por favor, no quiero que crees falsas esperanzas porque al final, sufrirás más...Cuando yo me vaya, quiero que me prometas que seguirás con tu vida, Morgiana, debes cuidarte a ti misma.

-¡Mamá!- ya no podía contener mis lágrimas que se deslizaba libremente sobre mi cara y me lancé a los brazos de mi madre.- ¡No digas eso! No puedes morir, mamá. ¡No puedes! Ya perdí a papá, no soportaría perderte a ti también.

-No estarás sola, cariño- dice mamá acariciando mi cabello tiernamente como solo ella sabe hacerlo.- Tienes a tu abuelo, Shambal. Mi padre no tendrá problemas en cuidarte. También tienes a Masrur, tu hermano, él estará para ti siempre.

-¡Lo sé, mamá, lo sé! Pero he estado esforzándome tanto para poder ayudarte y, al final, he sido una completa inútil. Gomenasai. ¡Gomenasai, mamá!

-No es tu culpa, Morgiana. Es mi destino, este es el camino que el destino eligió para mi... No culpes al destino, Morgiana, nadie puede huir de nuestro destino.

-¡El destino es cruel! Las personas más amables mueren, ¿qué clase de destino es ese, madre?

-El destino tiene reservadas grandes cosas para ti, estoy segura. Y sí mi muerte significa el inicio de esas cosas, entonces, moriré feliz, hija mía.

-¡Mamá!- grité pero ella me dio un beso en la frente y se dirigió a su habitación.-¡Te llevaré la cena!- le dije y fui a terminar de cocinar lo que ella había empezado. Hoy cenaremos Yakisoba (tallarines fritos). Cuando terminé, los serví en un plato que lo coloque sobre una bandeja de madera con patas para llevarle a mi madre. Luego serví lo que quedó en otro plato para mí. Agarré al bandeja y entré a la habitación de mi madre, que tenía la puerta abierta.

Vi a mi madre sentada en su cama leyendo un libro. Estaba tan concentrada que no notó mi presencia hasta que yo le hablé. Ella sonrió al verme.

-Mamá, te traje la comida. Espero que te guste- le dije y dejé la bandeja al lado de ella en la cama.

-Morgiana...Enserio, cariño, no quiero que desperdicies tu vida conmigo. Estaré bien porque acepto mi destino.

-Mamá...Gomenasai- dije simplemente y me fui de su habitación, cerrando la puerta. Agarré mi plato y me senté en la mesa para comer. Miles de pensamientos estaban en mi mente, no podía aceptar la muerte de mi madre. Ya perdí a mi padre hace tres años, no soportaría perder a mi madre en tan poco tiempo. Es cierto que tengo a Masrur pero sé que puedo cuidarme sola. También tengo al abuelo Shambal Ramal, el padre de mamá, pero el tiene un problema con las apuestas. Siempre apuesta y siempre pierde. No entiendo por qué sigue haciéndolas, supongo que es por su orgullo ya que antes era muy famoso.

Terminé de comer y lavé mi plato. Luego, fui a la habitación de mi madre y la vi profundamente dormida. Con cuidado, agarré la bandeja que tenía el plato vacío y salí de su habitación. Lavé el plato y fui a mi habitación, acostándome en mi cama. Quedé unos minutos mirando el techo y cuando traté de dormir, no lo conseguí. Estaba inquieta y tenía un mal presentimiento. Me levanté de mi cama y fui a buscar un vaso de agua. Media hora después, conseguí dormir.

Al día siguiente, me levanté temprano ya que tenía que ir a la academia. Estudio en una academia llamada "Alma Toran". Mi mejor amiga, Kougyoku Ren, también estudia ahí. Kougyoku pertenece a la familia Ren, la familia más prestigiosa de Japón. Su padre, Koutoku Ren, es el director y dueño de "Alma Toran", también es dueño de la empresa "Kou", la más importante de Japón. Kougyoku es la menor de 5 hermanos, Kouen, Koumei, Kouha y Kourin son sus hermanos mayores.

-¡Morgiana, no olvides tu merienda!- escucho que dice mi madre desde su habitación.

-Sí, mamá. Adiós- grité y salí de mi casa rumbo a la academia "Alma Toran". En el camino, me encontré con Kougyoku. Ella también tiene 16 años y estamos en la misma clase. Es 2 cm más alta que yo. 1,63 mide. Su cabello es rosado oscuro y sus ojos también son rosados pero claros. Siempre lleva el pelo recogido y, la verdad, nunca la he visto con el pelo suelto.

-¡Morgiana!- exclama feliz de verme.

-Hola, Kougyoku- le respondo sonriendo. Caminamos juntas hasta llegar a "Alma Toran".

-¿Cómo te va en "Rukh"?- me pregunta.

-Bien, ya me he adaptado y, la verdad, me está gustando.

-¿En serio? ¡Que bien! Algún día iré a allá.


POV Alibaba

Mi nombre es Alibaba Saluja. Tengo 18 años y estudio en "Alma Toran". No soy el más inteligente de la clase pero si el más despistado. Siempre se me hace tarde para ir a la academia por eso salgo corriendo y olvido mi merienda.

-¡Ahhh! ¡Se me hizo tarde otra vez, adiós!- les grité a mis hermanos al ver el reloj, agarrando mi mochila.

-¡No olvides tu merienda!- grita Sahbmad, mi hermano mayor. Mis padres son Rashid Saluja, dueño de una empresa llamada "Balbadd", y Anise, una costurera. Tengo dos hermanos mayores Ahbmad y Sahbmad.

-¡Gracias!- grité y agarré mi merienda. Salí corriendo de casa. Como todos los días. Llegué a tiempo está vez ya que todos estaban entrando a sus respectivas clases. Corrí hasta mi salón que estaba en el tercer piso pero choqué con alguien. Ambos caímos por el golpe.

-¡Gomenasai! ¿Te encuentras bien? ¿Te lastimaste?- pregunté. Para mi sorpresa, era una chica. Siempre tuve mala suerte con ellas, ninguna se interesaba por mi. ¡Que vida injusta!... Está chica es la chica más linda que he visto en mi vida. Tiene el cabello fucsia y los ojos del mismo color aunque un poco más claros. Su pelo largo estaba suelto pero tenía una coleta larga en la parte superior izquierda de su cabeza. ¡Era hermosa!

-H-hai. Estoy bien- dice. Yo me levanto practicamente de un salto y le ofrezco mi mano para que ella se levante, con una sonrisa. Ella me mira sorprendida pero toma mi mano y se levanta.- Arigato.

-¿Q-quién eres tu?- me pregunta la chica que la acompañaba. Tenía el cabello rosado oscuro y los ojos rosados claros.

-Soy Alibaba Saluja. Estudio aquí, en la clase 3-C. Un placer conocerlas- me presento.

-Soy Kougyoku Ren. Ella es Morgiana Fanalis. Ambas estamos en la clase 1-A- se presenta la chica que la acompañaba.

-Llegaremos tarde, Kougyoku- dice Morgiana como si yo no existiera. No entiendo por qué me sigue sorprendiendo que una chica me rechace o ignore.

-Tienes razón. Sayonara, Alibaba- dice Kougyoku. Morgiana y ella se van dejándome solo. Realmente mi vida es injusta. Luego de unos segundos, me doy cuenta de que voy a llegar tarde. ¡Rayos! Sin perder tiempo, corro lo más rápido que puedo hasta mi salón. Cuando llego, la clase ya había comenzado.

-Al fin llegas, pensé que no vendrías, Saluja- me dice la profesora de Literatura, Mira Artemina.

-Gomenasai, Mira-sensei, pero es que cuando venía para acá, choqué con una chica de primero- dije.

-Eso no es excusa, Saluja. Siempre llegas tarde y tu excusa es la misma. Hoy cambiaste esa excusa por una más patética. Ve a tu lugar así puedo continuar con mi clase- dice la profesora señalándome mi asiento. Los pupitres son bipersonales, es decir, una mesa para dos personas. Mi compañero es mi mejor amigo, Kassim Fukuyama.

-¿Otra vez llegas tarde? Nah, es lo normal- me dice Kassim. Su cabello es violeta con extensas rastas que son sostenidas en una cola de caballo en la parte trasera de su cabeza. Tiene 18 años al igual que yo y mide 1,72 mientras que yo mido 1,68. Lo conozco desde que eramos niños, siempre jugábamos juntos con su hermana Mariam Fukuyama.

-Es verdad que choqué con una chica de primero. Su nombre era Morgiana. Ella estaba acompañada de una chica llamada Kougyoku, supongo que es su mejor amiga- le dije.

-Te creo...¡Espera! ¿Dijiste Kougyoku? ¡Ella es la hija menor del director!- exclama gritando y parándose de golpe de su asiento. Todos nuestros compañeros, incluyendo a la profesora, nos miran.

-¿Qué?- dije apenas sin poder creerlo. ¡Soy un verdadero baka!

-Sí no les importa, Saluja y Fukuyama, quiero continuar mi clase. Háganme el favor de mantenerse en silencio o van a dirección los dos- nos dice la profesora molesta por la interrupción.

-Gomenasai- dice Kassim y se vuelve a sentar.

-Gomenasai, Mira-sensei- dije por segunda vez en el día. Sin duda, este no es mi día.