Descargo de responsabilidad: Quinn, Rachel y cualquier referencia/personaje de glee no me pertenecen.


Christmas through the years

Por primera vez en 18 años Rachel iba a pasar la Navidad sola, bueno, no sola pero si sin su familia y en una ciudad casi desconocida para ella, en la que vivía desde hacía solo unos meses. Pero extrañamente no le molestaba tanto como había imaginado en un principio. Santa ya no venía durante la noche mientras dormía, sus padres directamente le daban el regalo estipulado antes de desearle buenas noches e irse a la cama, también había dejado de ser sorpresa porque días antes de comprarlo ellos le preguntaban que quería y eso mismo tenía. Nada era como cuando era niña y deseaba que llegara la mañana de navidad para abrir sus regalos y descubrir que le había traído ese señor de barba blanca y traje rojo tan simpático. Y de todas formas en casa siempre se celebraba con más entusiasmo Hanukkah que Navidad. Pero ninguno de esos motivos era el que le había llevado a quedarse en Nueva York en lugar de volver a casa.

La culpable tenia nombre y apellidos, Lucy Quinn Fabray. O como repetía mentalmente cada vez que la veía, su novia. Si, si, Quinn Fabray ex jefa de animadoras era su chica, ni ella misma se lo creía a veces. Era raro y no porque fuera una chica, nunca le gustó cerrarse puertas y estaba completamente segura de poder enamorarse de un chico o una chica pero nunca imaginó que su primera chica sería la rubia que la torturaba en la adolescencia. Mucho menos fue capaz de predecir que Quinn lo haría de ella, aunque técnicamente nunca le había dicho que estuviera enamorada o que la quería, pero cada vez que la miraba podía sentirlo y eso era suficiente por ahora.

Su relación era algo reciente a pesar de que la química y la tensión siempre había estado ahí, y con la rubia en New Haven y ella en Nueva York verse eran solo un par de horas de viaje en tren. Por lo que casi todos los fines de semana de los últimos cinco meses se habían visto, excepto aquellos en los que los padres de la morena viajaban a la gran ciudad para visitarla y comprobar que su hija seguía en perfectas condiciones. Quinn no quería molestar cuando eran solo amigas durante los meses de verano que ambas pasaron en respectivas ciudades para adaptarse, y desde que los dos últimos meses su relación era algo más, en la única visita de la pareja, casualmente tenía mucho que estudiar. Semanas después le confesó, bajo presión, que no estaba preparada para enfrentar a sus padres y Rachel lo aceptó. Igual que aceptó pasar las Navidades juntas cuando su chica se lo propuso ilusionada, aunque Rachel no tenía claro si era por estar con ella o por pasarlas en la ciudad. Quinn quería visitar el enorme árbol de Rockefeller Center y patinar en la pista de hielo bajo el, pasear por las calles iluminas e impregnadas del espíritu navideño, ver Central Park cubierto de nieve, Times Square… había tantas cosas que hacer y todas tan típicas de turistas que hacia dudar a la morena pero si Quinn quería…. Iba a ser una semana muy intensa empezando por esa noche.

¨ ¡Estoy lista! ¿Por qué no estas lista? ¨ Preguntó Quinn apareciendo de la nada en el salón donde Rachel descansaba cómodamente en el sofá. Casi parecía enfadada o molesta, pero era difícil para la diva asegurarlo puesto que su chica apenas dejaba ver su cara. Entre el gorro de lana que tan bien le quedaba, el abrigo y la gigantesca bufanda que cubría su cuello y parte de su cara, era imposible reconocerla.

¨ Estoy lista¨ Aseguró la morena conteniendo la risa para no molestarla. Si no fuese porque estaba preciosa seria hasta ridículo verla vestida así. ¿Había mencionado el par de guantes en cada mano, las botas y los dos pantalones que llevaba puestos? Pues todo eso hacía de Quinn casi una bolita de nieve, como un muñeco en cuanto salieran a la calle y sus mejillas se tiñeran de rojo.

¨ ¡¿Qué?! ¡No puedes salir así! ¨ Gritó alarmada. ¨ Te vas a congelar ahí fuera¨ Añadió poniendo pucheros. La primera vez que lo hizo quiso convencerla para ir al Museo metropolitano de arte, y después de reírse por más de cinco minutos por la actitud infantil de su entonces amiga, fueron al museo. Horas y horas de aburridas obras de arte, pero a cambio las dos noches que Quinn pasó en la ciudad la arrastró hasta Broadway para ver musicales. La segunda vez fue para suplicar por volver al apartamento después de una noche de fiesta con los pocos amigos de la morena en la ciudad, y no sabe muy bien si por el alcohol o por su actitud de nuevo, que acabó robándole un beso. Beso que dio paso a muchos más durante esos dos meses.

¨ Llevo el abrigo ¿Qué más quieres que me ponga? ¨ Quinn movió sus manos sin decir una palabra. ¨ Quinn que tu tengas las manos siempre congeladas no significa que yo también, no voy a ponerme guantes. No hace tanto frio ¨

¨ Como quieras¨ La rubia no deseaba pelear. ¨ Y no tengo las manos congeladas, tú las tienes demasiado calientes¨

¨ Solo cuando tu estas aquí¨ Habló sin pensar sonrojándose bajo la atenta y sorprendida mirada de su chica. Ninguna fue capaz de decir nada más durante un tiempo porque ninguna sabía muy bien que decir. Después de dos meses viéndose solo los fines de semana, aunque hablando casi a diario, su relación estaba en un punto en el que habían hecho casi de todo, caricias, besos, roces nada inocentes, pero nunca iban más allá de quedarse en ropa interior y muy, muy excitadas. Siempre había algo o alguien que las interrumpía, o ellas mismas se impedían dar el siguiente paso. Rachel esperaba en silencio que en aquellos días completamente a solas en su apartamento acabara la tortura que era no poder terminan nunca lo que empezaban. Y nadie más que ella sabía lo tortuoso que era tener a Quinn casi desnuda entre sus piernas y no poder hacer nada.

¨ Estas babeando¨ Rachel se burló de ella al verla con la boca ligeramente abierta a los pies del enorme árbol iluminado. Le había costado un poco tener la confianza suficiente para burlarse de ella pero ahora que la tenía, era una de sus cosas favoritas.

¨ ¡Que dices! Eso es mentira¨ Quinn protestó frunciendo el ceño. Odiaba que se burlara de ella, Rachel lo sabía pero también sabía que con una sonrisa su novia no le diría nada.

Patinaron, se cayeron y rieron durante una hora, y poco a poco la gente fue abandonando la pista, era tarde y en solo diez minutos cerrarían, pero Quinn insistió tanto en ir justo esa noche que no pudo decir que no. Y solo por ver la risa constante de la rubia adornando sus labios merecía la pena aguantar el frio y la ligera nevada. Si, debería haber hecho caso a la rubia y haberse abrigado más pero nunca lo iba a reconocer.

¨ Estas helada¨ Quinn no tuvo ni que preguntar para darse cuenta del frio que estaba pasando. A veces asustaba lo mucho que la conocía.

¨ No es nada. Aun tienes 10 minutos para patinar, no te entretengas¨ Ella ya estaba parada en una de las esquinas desde hacía algunos minutos, estaba cansada y tenía frio pero no quería estropear la noche de su chica.

Quinn ignoró sus palabras más no a ella y patinó hasta quedar justo delante, frenando en el último momento haciendo que Rachel cerrara los ojos temiendo el inminente choque. El mismo nunca ocurrió y al abrir los ojos descubrió a su novia bajando la cremallera de su abrigo sin dejar de sonreír.

¨ No quiero tu abrigo¨ Rachel se apresuró en hablar para evitar que se lo quitara.

¨ ¿Quién dice que te lo voy a dar? No estoy tan loca… y no me gustas tanto ¨ Apuntilló guiñándole un ojo. Después tomo su manos y la obligó a meterlas bajo el abrigo rodeando su cuerpo, quedando así las dos abrazadas y cubiertas por la prenda.
¨ ¿Mejor? ¨ Rachel asintió dejándose arrastrar por Quinn al centro de la pista.

Ya estaban solas y el reloj indicaba que solo tenían cinco minutos más. Rachel hubiera deseado que fuesen muchos más, toda la noche incluso. Quinn parecía tan…feliz, que solo deseaba que esa sensación durase en ella para siempre.

¨Me encanta la navidad¨

¨ Eso parece¨ Rachel susurró imitándola a ella. Sus cuerpos estaban pegados y sus frentes apoyadas la una en la otra, no hacía falta hablar más alto.

¨ ¿Sabes por qué? ¨

¨ ¿Por qué? ¨ Preguntó sabiendo que si no lo hacía nunca lo sabría.

¨ Porque todo el mundo parece olvidar el resto del año por muy malo que haya sido. Cuando era niña era la única época en la que mi familia parecía una familia de verdad. Sin peleas, sin gritos, sin mis padres borrachos… hasta mi hermana era capaz de sentarse y decorar el árbol y la casa con nosotros, o hacer galletas ¨

¨ Eso es…¨

¨Triste, lo sé. Pero era así cada año y a mí me gustaba¨

¨ ¿Recuerdas como se hacen las galletas? ¨ Rachel la sintió asentir contra su frente.
¨ Podemos hacerlas cuando estemos en casa, si quieres¨ Volvió a sentir como su chica afirmaba, esta vez acompañada por una sonrisa.

¨ Rachel¨

¨ Mhm? ¨ Murmuró con el ceño fruncido al verla alejar su frente. Se relajó al ver que solo era para poder mirarla.

¨ Te quiero¨

¨ Te quiero Quinn¨ Suspiró aliviada y después la beso con dulzura. Apenas un roce de sus labios, casi como el primero que se dieron siendo amabas conscientes de lo que hacían, con cierta timidez pero un beso cálido y seguro, lleno de promesas no dichas y sentimientos puros y nobles.

Esa noche hicieron mucho más que galletas, jugaron mientras las hacían llenando todo de harina, se besaron, hablaron, volvieron a besarse y continuaron haciéndolo mientras veían ´Pesadilla antes de Navidad´, y una vez más cuando estaban en la cama y una fina camiseta cubría el cuerpo de la morena y nada , salvo su ropa interior, el de la rubia.

¨Rach… Rachel esp… ¨

¨Quinn¨ Rachel se detuvo pero no para dejarla hablar sino para bajar a su cuello, la clavícula y cuanta piel pudiera tocar con sus labios. Era adicta al sabor de su piel ¨ Por favor, por favor…si paramos ahora voy a morir por combustión instantánea o algo así¨

¨ Combustión espontánea¨ Corrigió la rubia casi riendo.

¨ ¿Qué más da? Solo sé que me voy a morir si paramos ahora¨

¨ No quiero parar¨ Rachel lo dudó y la rubia tuvo que besarla casi con agresividad para demostrárselo. ¨ No quiero ¨ Repitió y ella asintió sin palabras. ¨Pero no puedo esperar para darte tu regalo de navidad¨

¨ ¿Ahora?¨ Quinn asintió antes salir corriendo de la habitación hasta sus maletas, que seguían en mitad del salón donde las había dejado esa tarde al llegar, y volvió con un pequeño y perfectamente envuelto paquete.

¨También me gusta la navidad por los regalos¨ Dijo cuando volvió entregándole su regalo a la morena. Ésta giro los ojos porque ¿a quién no le gustan? Y sin esperar rasgo el papel navideño dejando al descubierto una caja roja con un lazo en el mismo color, y dentro de ella un fino y elegante colgante con dos notas musicales en el.

¨ Es… me encanta ¿Me lo pones? ¨ Pidió inmediatamente con una gran sonrisa. Quinn no le hizo esperar y tomando la cadenita entre sus manos se la colocó.

¨ ¿De verdad te gusta? No es gran cosa ¨ Menosprecio el regalo encogiéndose de hombros. ¨ Pero lo vi y me acordé de ti…supuse que sería un buen regalo¨

¨ Te quiero¨ Dijo Rachel por segunda vez en el día. No había nada mejor que decir. Le gustaba, claro que sí, podía no ser el regalo más caro pero tampoco hacía falta, era de Quinn, era un detalle precioso y eso bastaba.

¨ Ahora podemos seguir con lo que estábamos¨ Quinn murmuró con media sonrisa a la vez que gateaba sobre la cama hasta colocarse sobre la morena y empezar a besar su cuello.

¨ ¿No quieres tu regalo? ¨

¨Lo tengo justo delante… o debajo más bien¨ Aclaró sonriendo. Rachel la imitó y Quinn tomo eso como una invitación a seguir adelante. Pero un nuevo beso se vio interrumpido por las palabras de la diva insistiendo en el regalo.

¨Lo tengo en el armario¨ Rachel señaló a un lado amagando con levantarse, algo imposible con Quinn encima.

¨Mañana Rachel¨

¨ Pero… ¨ Quinn la silencio colocando un dedo sobre sus labios y Rachel no vio mejor oportunidad para jugar, aprovechando el descuido de su chica para morder en el.

¨ ¡Auch! ¨ Se quejó. ¨ Eso te va a costar caro¨

¨ Mañana ¨ Susurró Rachel con media sonrisa que enloqueció a la rubia. Tenían mañana y el resto de la semana para hacer muchas cosas y descubrir otras tantas sobre la otra. Una semana para reír, pelear, aprender y sobre todo, para amarse. Navidad no iba a ser tan mala después de todo.


Lo primero de todo Feliz Navidad a todos y todas! Espero que estáis pasando unas bonitas y felices fiestas xD ,a quienes las celebréis jeje) y sino pues felices días también jeje

El titulo de esta historia creo que dice bastante pero bueno, es un pequeño fragmento de las navidades juntas de esta parejita, así que esto tendrá varios capitulo que iré publicando en estos días. Aviso, por las dudas, que esta historia no tiene nada que ver con la otra que escribo.

Si hay algún error (que seguro que si) me disculpo pero no he tenido tiempo de repasarlo.
Nada mas, feliz día de nuevo y ojala os guste.