parejas:

Oishi x kikumaru

Tezka x Fuji

Atobe x ryoma

Sanada x yukimura

Inui x kaidoh

Shishido x chotarou

Yanagi x kirihara

Yagyuu x niou

Akusu x kawamura

Sengoku x dan taichi

Momoshiro x kamio

Shiraishi x kintaro

Tachibana x ibu

Oni x kanata

Ryoga x kazuya

explicacion qde que es un omegaverso: (sacado de )

Alfa / Beta / Omega o Alfa / Omega (ocasionalmente Alfa / Beta ) es una torcedura tropo que algunas o todas las personas se han definido los roles biológicos sobre la base de un sistema jerárquico , con los términos procedentes de la investigación del comportamiento animal. Puede haber hombre lobo , anudado , u otros elementos animalistas implicados o los caracteres pueden ser de otra manera puramente humana.

Alphas son generalmente dominante y capaz de impregnar Omegas. Alphas masculinos suelen tener un nudo en estado de excitación.

Betas están subordinados a Alphas y pueden o pueden no ser capaces de impregnar Omegas, en algunos Betas obras de los fans no están presentes y el tropo es conocido como Alpha / Omega, en otros se toman el papel y las funciones de los Omegas y Omegas no están presentes .

Omegas son generalmente más bajo en la jerarquía (aunque en algunos trabajos de fans omegas son raros y preciada). Omegas masculinos son auto- lubricantes y tienen la capacidad de convertirse en embarazadas , a veces referido como ser criados o acoplado. Los amantes pueden formar vínculos de pareja con una conexión especial con cualidades telepáticas o empatía. Alphas apareadas pueden ser celoso y posesivo con su pareja, mientras que el Omega puede llegar a ser sumisa. Omegas y Alphas pueden entrar en calor y la necesidad de tener relaciones sexuales, lo que puede ser la única vez Omegas son fértiles.

Relacionado:Knotting , MPREG , BDSM AU , jerarquía de dominancia ,vinculación , de calor , de acoplamiento , hombre lobo

es mi primer fic omegaverso disfrútenlo :D


Todo Alfa sueña con un Omega sumiso y tierno para ser su consorte, una extraña fantasía que tenían al ser muy jóvenes y no conocer del todo como gira el mundo. Un Omega sueña con su libertad y diversión, guiados por su instinto.

La jerarquía estaba clara, pero últimamente se a peleado por la igualdad. Los Alfas son los amos y señores del mundo, los Betas son los pacifistas y personas libres de elección, y por ultimo los Omegas son los sumisos y rosas del hogar que nada pueden hacer…, aunque muy lejos de la realidad están.

Les contare una historia donde el amor abrirá los ojos y la igualdad será la última meta.

Ryoma Echizen despertaba cuando los rayos del sol se colaban por las entreabiertas cortinas, sus ojos castaños se abrían mostrando una expresión cansada, se paseaba sin ánimo su mano por su cabellera azulada. Ryoma es un Omega de una familia acomodada, es bastante serio y frío, con quince años asiste a la escuela Hyotei Academy, en ella solo asisten Omegas y se les enseña las materias básicas, más economía del hogar y sexualidad.

Ya preparado y listo baja al comedor de su hogar donde se encuentra su madre, su padre y su hermano, les da los buenos días.

- Ryoma…

- si padre - dirige su mirada a su progenitor.

Su padre estaba serio, eso era raro, lo usual era que estuviera bromeando con Ryoga, tampoco era usual que lo llamara por su nombre de pila, siempre era por ochibi o algún apodo similar.

- ya es hora de que tengas un prometido.

El aire estaba tenso, se sorprendió por las palabras dichas por su padre. Miro a Ryoga, él lo mirada con lastima, miro a su madre y ella aparto la mirada.

Ryoma tenía ganas de llorar, pero no soltó ni una sola lagrima.

- claro padre…

Pero a pesar de sus esfuerzos, la voz quebrada lo delato. Ryoga se arrojo a los brazos de su hermano pequeño, Ryoga siempre lo protegió, lo mimo y enseño, si por él fuera encerraría a su hermanito donde ningún Alfa pudiera encontrarlo y lo cuidaría por toda la eternidad, pero lo cuentos de hadas son solo fantasías.

- se que es difícil – dijo su padre – eres mi bebe y por eso quiero dejarte en manos de un buen Alfa – sus ojos se cristalizaron y prosiguió – eres muy codiciado hijo mío, yo se…

- lo se padre, te amo – beso y abrazo a su padre, mostró una agradable sonrisa y dijo – y que candidatos te gustan para que le joda por el resto de su vida.

- ochibi – suspiro Ryoga y junto con su madre cerraron el abrazo familiar

Ninguno estaba de acuerdo, la jerarquía era detestable, pero las leyes son claras, los Omegas antes de cumplir dieciséis años deben tener prometido elegido por los Alfas de la familia. Las leyes contra los Omegas eran detestables, existían solo por que eran escasos y se temia que pusieran fin a la humanidad, pero las familias con hijos Omegas peleaban por la igualdad y sus derechos pero con escasos resultados.

Las leyes dictaban que:

- él Omega debe ser sumiso, callado, nunca dirigirse en igual de condición a algún Alfa o Beta, servir y no opinar.

- él Omega debe ser instruido sexualmente para complacer al esposo.

- él Omega a los dieciséis ya debe estar comprometido con un Alfa.

- Omega que se sospeche no ser virgen antes de matrimonio el esposo es libre de comprobar si lo es o no con cualquier método, si resulta que no es virgen es castigado con 3 latigazos públicos o privados y luego preñado, y si resulta que es virgen se acelera la fecha del matrimonio para guardar el honor del Omega en cuestión.

- Omega que cometa adulterio es castigado con cinco latigazos públicos o privados y luego debe ser preñado.

- Omega que aborte es castigado con siete latigazos públicos o privados y luego debe ser preñado.

- Omega que consuma algún tipo de remedio o yerba que detenga el proceso de ovulación sin pleno conocimiento del esposo es castigado con diez latigazos públicos o privados y luego es preñado.

- Omega que Agreda a algún Alfa o Beta es enjuiciado de acuerdo a la magnitud del acto.

Claro que también existían leyes para protegerlos, escasas pero la había:

- al Omega agredido por su esposo o prometido puede pedir compensación y anulación del matrimonio.

- Omega que tenga pruebas de alguna violación por parte del prometido o algún otro antes de matrimonio, puede pedir anulación del matrimonio y no recibirá reprimendas por perdida de su virginidad.

- Omega viudo puede guardar luto por un total de cinco años y luego comprometerse si es así su gusto o por su familia.

- Omega que pierda algún hijo por suceso anexo a este, deja de tener hijos si así es su decisión.

La familia Echizen soñaba por algún cambio en el futuro, adoraban a Ryoma y querían lo mejor para él.

La escuela Hyotei habría a las siete en punto y a las ocho comenzaban las clases. Era un curso por nivel ya que los Omegas eran escasos, la escuela se dividía en preescolar, primaria, secundaria y preparatoria cada conjunto en un edificio diferente. Ryoma asistía a primero de preparatoria. Al entrar al salón se sienta junto con Kintaro Tooyama, un Omega muy enérgico, infantil y adorable, ambos por así decirlo son mejores amigos. Conversan un rato y luego llega Dan Taichi, un Omega sumiso, tímido y tierno, se integra en la conversación, hasta que toca para el inicio de las clases.

En la escuela los Omegas pueden sentirse libres y ser como son al no haber Beta y Alfa alguno por los alrededores. Realizan deportes, actividades y sociabilizan.

Para el término de las clases, el trío se dirige a las canchas de tenis donde entrenan por las mañanas y tardes. Allí se encuentras Omegas de distintos niveles, fuertes y hábiles. Se dirigen con los titulares de preparatoria, son los únicos de primero que lograron ganar un cupo muy bien merecido.

- ¡eh!, ¡ochibi!

Se escucho luego de que un chico cayera encima de Ryoma, se trataba de un Omega de tercero Eiji Kikumaru, era igual de enérgico e infantil que Kintaro, acróbata de naturaleza y con un ciento aire de… ¿gato?

- Kikumaru-sempai puede salirse de encima de mí ahora – dijo Ryoma fríamente.

No fue una pregunta y Eiji lo sabía muy bien, así que se retiro. Luego del extraño suceso llegaron un montón de Omegas más, todos titulares del equipo de tenis de preparatoria.

Todos se llevaban muy bien, con alguno que otro rose pero en fin bien.

- bueno comencemos con el calentamiento – dijo Yukimura Suichi, capitán del equipo

- mmm… claro – dijo Syusuke Fuji el sub-capitán – muy bien ¡diez vueltas a las canchas ahora! – dijo con cierto tono sicópata.

Todos sabían lo que era capas Syusuke y nadie quería tentar su suerte así que cumplieron con las ordenes de inmediato.

Yukimura era tranquilo y sabia manejar al equipo muy bien, era muy paciente y alegre, asistía a tercero de preparatoria, hace unos años se le detecto síndrome Guillain Barré, pero por el equipo logro recuperarse contra todo pronostico, admira a Ryoma ya que este es un prodigio aun más fuerte que él mismo.

Syusuke era un chico misterioso y retorcido, nada se les escapa, con un extraño gusto por los picante y cosas extremadamente raras, va a tercero de preparatoria.

El entrenamiento fue normalmente agotador, pero todos concordaron con algo, Ryoma se comportaba raro. Algunos ingenuos no sabían de que se trataba, pero otros los sabían perfectamente de que se trataba, ese chico con cierto gusto por el sarcasmo y la ironía no podía ser perturbada por nada excepto por lo que temían todos los Omegas.

Luego que fallara un saque Yukimura hizo que se tomaran cinco minutos de descanso y fueron a consolar al pequeño.

-ochibi, estamos contigo – dijo kikumaru radiando a Ryoma con su brazos

- desahógate si quieres Ryoma – le dijo Takashi Kawamura un Omega de tercer año, dulce y amable pero con un extraño problema de personalidad al tomar un raqueta.

- todos pasamos por lo mismo- dijo Shinji Ibu un Omega de segundo año.

Todos los titulares estaban allí con él. Akira kamio un chico de segundo año que dejo de parlotear por su ritmo solo para apoyarle. Kaoru Kaidoh otro de segundo que dejo de pronunciar su adorado "shhh" para darle energía. Choutarou Ootori también de segundo que le estaba entregando su corazón através de su mirada cariñosa. Akaya Kirihara otro de segundo dejo su devil mode en un segundo para darle la mano. Kintaro y Dan también estaban con el como también Yukimura, Kawamura, Kikumaru y Fuji.

- y-yo… yo – las lágrimas comenzaron a caer del pequeño príncipe.

- ya-ya shhh… pequeño llora todo lo que quieras dijo Kawamura recostándolo en su regazo.

- tengo miedo… mucho miedo –dijo apartando la mirada y escondiéndola en las piernas del mayor.

- yo también tuve miedo – comenzó Kamio – pero recuerda que un ángel siempre te cuidara

- tampoco es que tus padres te entregaran a un dequisiado – dijo Ibu – pero de cualquier modo, nos tienes a nosotros, somos tus amigos y compañeros.

Ryoma sonrío, una gran sonrisa se poso en los labios de serio príncipe de las canchas, se sentía querido y apoyado, era muy agradable. Todos se sorprendieron por que el ochibi mostrara una sonrisa, ya que siempre llevaba su típica cara de poker pero fue la mejor recompensa pudieran recibir de él.

- ¡eso es, sonríe!- grito Kintaro y junto con Dan y Kikumaru comenzaron un ataque de cosquillas que saco un montón de carcajadas.

En la residencia Echizen se encontraban Nijirou y Ryoga Echizen, padre e hijo comenzaron con el proceso para elegir al prometido de Ryoma, muchas propuestas habían recibido, el Omega era muy codiciado y eso hacia más difícil elegir a uno de ellos.

Las propuestas venían de todas partes, de América, Asia, Europa. Su familia era invitada a muchos eventos y es así como cada uno de esos hombres había posado la mirada en el pequeño.

Ryoga lo que quería en ese momento era quemar cada uno de esos papeles pero sabia que se lo debía a su hermanito y debía elegirle al mejor. Su padre muy lejos de los pensamiento de su hijo no estaba por él su hijo sería virgen toda la eternidad pero la ley era clara.

Esos pensamientos retrasaban todavía más la elección. La señora Echizen miraba desde la cocina los movimientos de sus dos amores, como mujer Omega paso lo mismo que estaba pasando su hijo pero confiaba que su esposo le encontraría un marido tan digno como lo era Naijirou o como lo era Ryoga.

Pero algo fuera de lo normal sucedió. El timbre sonó y al abrir la puerta la señora de la casa se encontró con una de las familias más millonarias de Japón, no es que ellos eran tan pobres pero estos se bañaban en diamantes.

- Señor Echizen, gusto en conocerlo – dijo el patriarca de dicha familia

- El gusto es mío, señor Atobe – dijo Naijirou para brindarle un apretón de manos – por favor pasen y pónganse cómodos.

Con tal invitación entraron con la elegancia digna de su familia. Tal familia se conformaba por tres personas, el patriarca, su consorte y el hijo de ambos Keigo Atobe. Los Omegas normalmente tenían entre dos a diez hijos pero cuando se trataba de familias de esta categoría solo tenían al primogénito y heredero. Se instalaron en la sala de estar y la señora Echizen les ofreció algo para beber.

-bueno… ¿y a que le debo su grata visita señor Atobe? – dijo Naijirou con cierta desconfianza.

- dígame por mi nombre Naijirou, dejemos las formalidades – dijo este recargándose en el cómodo sofá.

- entonces Katsura, ¿a que le debo su visita? – no muy convencido

-¿conoce a mi hijo Keigo?- el nombrado dio un gruñido

-¡los modales Keigo!- dijo Tenshi el consorte de Katsura exaltándose

La familia era de lo más refinada y elegante, el patriarca era un masculino Alfa, alto de cabellos negros y ojos azules, muy guapo. Tenshi era un Omega encantador, bajito y delgado, de cabello castaño-negro opaco y ojos grises. El hijo de ambos era su perfecta combinación, igual de masculino como Katsura y encantador como Tenshi, un perfecto Alfa de diecinueve años. Pero el chico no estaba muy a gusto con la visita a la residencia Echizen.

- pues – Katsura carraspeo – supimos que buscaba prometido para su hijo menor, ¿es eso cierto?

- si esta en lo cierto…- Naijirou ya veía venir lo que los traía a su hogar pero lo dejo continuar.

- mi hijo Keigo ya esta en edad para un compromiso - una sonrisa se poso en sus labios – así que le traigo una propuesta de matrimonio.

Naijirou estaba incomodo, no entendía que hacían aquí si eran millonarios y habían más Omegas con mejor posición que su hijo. En su rostro se mostraba con claridad lo que pensaba así que Katsura prosiguió.

- se lo que esta pensando, pero hijo es perfecto. Lo investigue, sus calificaciones son perfectas, posee una actitud de Omega perfecto, sigue ordenes, es serio y calculador para los distintos temas que le pongan en la mesa y cerrando con broche de oro su apariencia es de un ángel – recargo su cabeza en sus manos – fue una larga búsqueda Naijirou, solo por el Omega perfecto y tu hijo es mucho más que eso.

- la verdad… no se que decirle

- piénselo… le pido solo eso – su voz sonaba muy segura y eso incomodaba más a Naijirou.

- señor Atobe, ¿desea comer algo?, creo que esta conversación dará para más – dijo la señora Echizen para calmar el tenso ambiente que se había generado.

- ¡pero que encantadora mujer!, claro tráigame lo que usted desee – dijo Katsura soltando una carcajada

- te ayudo – se ofreció Tenshi con una sonrisa para la mujer.

-¡claro!, Keigo-kun, ¿deseas algo? –le pregunto al joven

-oh, no gracias madame… - se revolvió el cabello y mostró su mejor sonrisa.

La conversación se prolongo algunas horas más, al parecer encontraron al candidato perfecto para el pequeño Ryoma, claro que este no estará muy feliz de escucharlo.

A las siete el menor de los Echizen llego a casa, saludo a su madre y se encontró con los dos Alfas de la casa, lo invitaron a sentarse y así lo hizo. Incomodo sabiendo a lo que venia esa reunión. Se sentó y pregunto.

- y… ¿Quién será? – toqueteándose el cabello nerviosamente.

- Keigo Atobe – dijo Ryoga sorprendiéndolo.

-¡¿Keigo Atobe?!- pregunto exaltado.

- nos llego su propuesta hace poco y aceptamos, era el mejor candidato. Nos sorprendimos igual que tu hijo.

- cl-claro padre…

- él vendrá mañana para conocerte, tendrás que comportarte – dijo seriamente Naijirou

-si padre, me comportare.

Su hermano lo abrazo y sonrío burlonamente.

- eh, quien lo diría que un ricachón te puso los ojos, pero como no si eres más…

No alcanzo a pronunciar la frase para que hermano lo atacara con una serie de golpes que esquivaba con facilidad. Reía sonoramente y enfurecía todavía más al pequeño Omega de la casa.

- ¡padre dile algo!- dijo indignado Ryoma

Pero su padre se reía más fuerte y indignado se fue a recostar a su habitación. Al llegar se tiro a su cama y pensó en su resiente prometido, ¿Cómo será?, ¿Cómo me tratara?, ¿será tierno?, ¿será agresivo? Se preguntaba el pequeño y entre tanta pregunta se quedo dormido.

Un nuevo día, era sábado y hoy vendría su prometido. Se levanto y baño temprano, le pidió ayuda a su madre para elegir el mejor atuendo para estar presentable y desayuno.

Como a las seis el timbre sonó, la señora de la casa abrió y se dejo ver al heredero de la familia Atobe. Vestía elegantemente, con un terno gris y corbata dorada desamarrada. Su porte elegante embriago a Ryoma.

-¡Keigo-kun!, aquí esta Ryoma, saluda hijo – dijo la señora Echizen con una sonrisa encantadora.

Ryoma contra todo pronóstico se comporto tímidamente con el hombre, pronuncio hola y bienvenido y mostró una pequeña sonrisa. Atobe sonrío arrogantemente a tal reacción del pequeño.

- vamos Ryoma – ordeno el mayor

-cl-claro – dijo el nombrado para posar su mano en el extendido brazo de Keigo

- ¡que se diviertan!- dijo la madre de Ryoma

-gracias señora, hasta luego- dijo Atobe besando la mano de la mujer.

- adiós madre…- pronuncio Ryoma un poco incomodo por la escena.

- ¡pero que encantador!

La mujer se despido y ambos jóvenes partieron. En silencio se aproximaron a una motocicleta, Atobe saco dos cascos uno para el y otro para Ryoma, el mismo se lo coloco al menor y se subió a la moto para que Ryoma le siguiera.

-sujétate fuerte- dijo para arrancar.

Ryoma así lo hizo y escondió su cabeza en la espalda del mayor. La velocidad lo asustaba así que ni por ningún motivo se soltaría de donde estaba. Atobe sonrío más por el acto del menor, lo enternecía y pensó que esto no fue tan malo que digamos, más bien todo lo contrario.

Prosiguieron su camino hasta parar en un restorán costoso en el centro de la ciudad. Pidio una mesa para dos y se sentaron.

- y dime Ryoma, ¿juegas algún deporte?- pregunto curioso

-si…, juego tenis- susurro incomodo

- oh pero que coincidencia yo también, algún día podríamos jugar juntos, ¿no crees?-dijo antes de pedir una bebidas y la especialidad de la casa.

- ¿de verdad?, pues claro, ¿por que no?- para sonreír.

Atobe casi se atraganta, el niño era muy hermoso y tierno, ¡era un encanto! Sus padres si que habían sabido elegir al mejor candidato para ser su esposa o consorte.

-dime, ¿tienes algún interés aparte del tenis?- se acercó un poco más al pequeño para verlo de más de cerca.

- la verdad es que me gusta la cocina, me gusta mucho la cocina- sonrío

Comenzó a relajarse, el Alfa se estaba comportando muy bien con el, casi lo podía ver como un príncipe azul de algún cuento. Se estaba sintiendo muy bien, ya casi no se preocupaba.

Siguieron hablando de trivialidades durante toda la cena, Keigo le contaba anécdotas que le hacían reír encantadoramente y comenzaron a conocerse mejor, todo parecía de color de rosa, hasta que el celular de Ryoma los tuvo que bajar de la nube.

Ryoma miro la pantalla de su teléfono, que aparecía "idiota" llamando, ese es el nombre que le había puesto para Kintaro. Miro a Keigo para pedirle permiso de contestar.

- contesta, debe ser importante – dijo sonriéndole al pequeño.

El menor no espero más y contesto preocupado por su amigo ya que este solo lo llamaba para cosas muy importantes.

-¿kintaro? - ¡WAAAAAAAAA!- kintaro no grites, ¿Qué sucede? - ¡estoy comprometido eso es lo que sucede, WAAAAAAAAAAAAAA! – no llores amigo, sabes que estoy contigo. Mira desahógate kintaro, luego te sirves un té y te duermes para que se te pase la pena – ok…!snif! - te apoyare en todo, no te preocupes. Mañana si quieres lloras sobre mi todos el día, ¿ok? – gracias amigo ¡snif!, bye mañana te veo… - hasta mañana kintaro, duerme lo necesitas.

Al cortar, miro a Atobe que le sonreía, era un Alfa muy comprensible.

- ¿un amigo?

-si, mi mejor amigo de hecho- dijo para recordarlo y sonreír.

-eres un buen amigo- dijo el mayor para acercársele- y muy adorable.

Atobe le tomo la mano mostrando la calidez que estas poseían. Se quedaron en silencio toda la velada, no uno incomodo si no uno agradable. Ryoma se recargo en el hombro de Atobe y este le mimaba.

- Keigo-san… ¿soy adorable?-susurro el pequeño

-más que eso, eres un encanto- le acarició el cabello- un ángel caído del cielo, te pareces mucho a mi pa'

-¿en serio?- pregunto curioso

-si, y mucho, parece que tengo el mismo gusto que mi padre- para soltar una pequeña carcajada y el menor también lo hizo sonrojado.

-tenia miedo de cómo fueras y como me irías a tratar… -confeso el menor atrayendo la mirada del mayor a sus ojos – pero resultaste ser como un príncipe…

- ¿un príncipe?- pregunto – eres muy lindo, como una princesa de cuentos de hadas.

El menor se sonrojo fuertemente, Keigo era un encanto Alfa, el sabia que los Alfas eran dominantes y agresivos, pero este pareciera que no tuviera ninguna naturaleza, si no fuera por su olor, diría que es un Beta.

- será mejor que te lleve a casa –dijo tras ver la hora.

El mayor pago la cuenta y se subió a su moto seguido de Ryoma, este lo abrazo fuertemente por la cintura y se fueron. Keigo disfruto todo el viaje al tener al menor recargado en su espalada. Tras llegar a la residencia Echizen, se detienen en la puerta, viéndose cada uno a los ojos, perdiéndose en los iris del otro.

- Ryoma…- le tomo la mano, y se acercó lentamente, para tomarle la cintura con la otra mano.

-Keigo…- dijo el menor para posar su mano en el pecho de su acompañante.

Lentamente los rostros de ambos se fueron acercando, hasta posar sus labios en los del otro. Un rose tierno y suave, saboreaban el sabor del otro, disfrutando cada segundo de la magia que generaba tal acto. De a poco el beso se hizo más pasional. Ryoma entreabro los labios dejándole la entada mayor, este aprovechó y entro su lengua enrollándola con la del pequeño. Ambas lenguas jugaron un rato juntas, hasta que la falta de aire se hizo presente. Jadeantes se miraron y siguieron abrazados unos minutos más, se despidieron con otro beso y con una sonrisa Ryoma entro a su hogar.

Al entrar Ryoma se encontró con su madre y con Ryoga que lo miraban con una mirada cómplice y burlona, el se sonrojo y subió a su habitación, para luego acostarse y soñar con el heredero de la familia Atobe.

Keigo afuera seguía viendo la puerta, si pensar y embobado, sonrió y rió de verdadera alegría, lanzó unos pocos gritos más por su suerte y se regreso a su mansión.


se dice que dejar un RW no mato a nadie~~~