°Lazos de Sangre°
°Prólogo°
El ser oscuro más poderoso de todos los tiempos, un mago tenebroso para ser más exacta, se encontraba mal herido sosteniéndose casi sin fuerzas sobre su cuerpo, era la batalla final, la decisiva, solo tenía que ganar, aunque a decir verdad no todas las posibilidades estaban a su favor. Estaba batallando casi solo, va, solo, ya que todos sus hombres estaban desparramados en el suelo, en una agonía indescriptible, y los que se habían salvado habían unido, entiendo al fin lo tan equivocados que estaban y de seguro estaban en eso momento en busca de su familia, para tratar de reponer los cuantos errores cometidos. ¿Cuál había sido su error? Tal vez tenía que pensarlo demasiado, o era que tenía que ver en su interior y darse cuenta de su peor error, que era tan visible a los ojos de lo demás. Pero lo que si estaba claro, que ese no era el momento para detenerse en ese detalle, ya que lo que más importaba en este momento, era tratar de salvarse, o si no, no quedaba de otra y morir, igualmente, aunque desapareciera, seguiría siendo temido, odiado, y por qué no, respetado.
Suspiró mientras un dolor agudo e insoportable recorría lentamente su cuerpo, asiéndole sentir como si muchas agujas estuviesen clavándose en su cuerpo una y otra vez. Sus ojos se entrecerraban, ya no aguantaría mucho despierto, y no aguantaría mucho tiempo más con vida.
Estaba todo por terminarse, de ahora en más se podría soñar aunque en verdad, ahora, antes y siempre, a pesar de todo lo ocurrido, de todos esos días de sangre, de muerte, de oscuridad, de espanto, aún, se podía soñar, la gente de la comunidad mágica aún soñaba, conservaban una gota de esperanza, conservaban la fé en el "niño que vivió". Ese ser de pelo negro azabache, oscuro como esos días y de esos ojos brillantes de color esmeralda. ¿Él sería el vencedor? ¿Él los salvaría de todo ese caos?
Parecía que si, pero no todo es fácil, a pesar de nada últimamente era fácil y mucho menos placentero.
Pero Lord Voldemort no podía morir, no ahora, no en este momento, y nunca, el no podía simplemente desaparecer, no podía abandonar en ese mundo, no podía irse, había recuperado su cuerpo de adolescente unos meses atrás, aparentaba de unos gloriosos 16 años, y tenía que quedarse así, apoderarse de todo y de todos, y vencer, aunque ese no era en verdad el trofeo de todo, ni lo más importante. La única razón por la cual el Lord Oscuro no podía dejar en este mundo y ninguna, era porque él, Tom Riddle, no había conocido lo que era amar.
Levantaron las varitas al mismo tiempo, el pelinegro tenía todas sus fuerzas, no estaba tan bien, pero tampoco muy mal herido, en cambio el Lord, estaba que se caía en cualquier momento.
Y algo que nadie entendió sucedió. Tan deprisa, tan repentino, tan inesperado. Algo comenzó a pasarle a nuestro Lord. Y eso que le habían pasado ya muchas cosas extrañas para que sucediera así de pronto otra. Un espeso humor negro apareció en el lugar, rodeando el cuerpo de Tom Riddle, todos los combatientes del lado bueno, que luchaban por la paz y la justicia del mundo mágico, comenzaron a desesperarse, tratando de que ese humo no se filtrara por su ser y les haga daño, tosiendo y tratando de respirar como podían, se alejaban poco a poco, pero sin perder de vista, ese humo que estaba desapareciendo.
Gritos ahogados por la desesperación aparecían, pero no eran de una persona adulta o adolescente, eran gritos de... ¿Un bebé? ¿Un llanto de un bebé?
El niño que vivió, traspasó, luciendo su valentía de león, y recogió algo, o alguien del piso. Un bebé lloraba a todo pulmón, en un llanto desgarrador, reclamando atención, cuidado, alimento y bueno... reclamando más que nada y fundamentalmente... amor.
Que ironía, ¿No era Harry Potter el que varios años atrás estaba indefenso en su cuna, frente el ser más temido de todos? Ahora no, la historia de repetía, pero había cambio de papeles, salvo el detalle de que Tom no tenía un año, solo unos meses, era tan chiquitito, y claro, Harry no era un mago tenebroso, y no tenía tantos años como aquella vez en que Riddle lo había atacado.
Lo importante en este momento era saber que se haría con el pequeño Tom, porque a pesar de todo lo que él había cometido, Harry no atacaría y no mataría al bebé que seguía llorando en sus brazos, siendo observado por todas las personas, con cara de asombro, con cara de angustia, con preocupación.
Después de largas horas de meditación, de la leche del pequeño Tom, e idas y venidas de parte de todos, la solución fue inmediata, aunque no muy aceptada por las personas que tenían que cumplirla. No era una muy buena misión. Y tampoco era la mejor de todas.
Su nueva madre agarró al pequeño en brazos, que cesó de inmediato su llanto desesperado, acurrucándose en sus mantas y durmiendo de inmediato junto a su "madre" ¿Quién iba a decir que esa mujer se haría cargo de ese ser que años atrás la había "atacado" teniendo solo 11 años? Pero bueno, en ese mundo, lo extraño era normal, no podría esperarse menos.
Es aquí cuando comienza nuestra historia, bueno, ya había comenzado, pero bueno, no es necesario aclarar la vida de Tom Riddle, ya que a partir de ahora comenzaba una nueva, tal vez mejor, tal vez peor, pero eso no se sabe, pero de algo había que estar seguros, es que puede ser que ahora, Tom Riddle, bueno, su apellido ya no era Riddle, ahora es otro, pero eso no viene al caso, lo que si hay que decir, es que él, encontraría y disfrutaría o sufriría, de esa cosa extraña, llamada amor.
~*~
Felicitaciones por leer algo tan feo como esto XD. Bueno, este es mi nuevo fic, que ya no me acuerdo que número sería. Para no perder el tiempo, seré rápida. Este fic es para Erica, una buena amiga del MSN y que la quiero mucho. Sin más que decir, espero les aya gustado, y lamentablemente tengo que informarles que esto seguirá. Aún no terminé de escribir el capítulo uno, pero ya casi lo tengo.
Nos veremos pronto, en el capítulo 01 de Lazos de Sangre.
Lolit XD (con ya casi 16 años XD)
PD: ¡El miércoles 25 es mi cumple! Si me regalan a cierto profesor de Pociones estaría bien *^^*, aunque un con un review ya soy feliz.
