Disclaimer
Shaman King no me pertenece, es propiedad de Hiroyuki Takei.
Antes de comenzar, quisiera aclarar que este fic se situa 15 años despues del torneo de Shamanes.
Prologo, Introducción.
La blanca nieve cubria practicamente todo en el exterior, y el frio en el interior de la casa se habia intensificado tanto que Yoh no queria ni levantarse de la cama. Pero tenia que hacerlo... Se incorporo lentamente, se tallo los ojos y se levanto con tanta pereza que casi se iba hacia atrás.
Busco entre sus ropas lo mas calido que tuviera, encontrando un sueter algo viejo y una pantalonera un tanto gruesa, y comenzo a bajar con exasperante lentitud las escaleras, rumbo a la cocina, sabiendo que el desayuno tendría que hacerlo él.
Y, nuevamente, sintio que el hambre se le iba, de sólo recordar que otra vez estaba solo, en una casa en la que facilmente cabian otras dos personas. El vacio se sentía; la carencia de ruido le daba a todo un toque espeluznante. Se preguntaba que estarian haciendo ellos ahora. Kousuke estarian en la escuela, y Anna... seguramente estaria en el trabajo, hacia tiempo ya que se habia acostumbrado a la idea de que su sueño de una vida llena de comodidades comenzo a desvanecerse desde el momento en el que firmo el acta de matrimonio.
Y la habia borrado por completo al firmar la del divorcio.
Urgo un poco en la alacena, para encontrarla semi-vacia. Dios. Esas ultimas dos semanas habia sido la mas largas de su vida. Entre las firmas y los abogados, inclusive habia dejado de comer apropiadamente.
Tomo en sus manos una caja de cereal casi vacia, y se puso un poco en un plato, junto con algo de leche. Se dirigio a prender el radio, pero por alguna extraña razón no queria tomar ningun tipo de señal.
"Seguramente es por la nevada" pensó, y saco un cd del cajón del mueble. Se dirigio nuevamente a la mesa, mientras la musica tranquila comenzaba a llenar la habitación.
Me enseñaste a no fumar sin desayuno.
Me enseñaste a dividir,
Que la suma de uno y uno siempre es uno
Si se aprende a compartir.
Me enseñaste que los celos son traviesos,
Que es mitad falta de sesos y mitad inseguridad,
Me enseñaste a ser pareja en libertad.
Me enseñaste que el amor no es una reja
Y que es mentira la verdad;
Me enseñaste que no es bueno el que te ayuda,
Sino el que no te molesta.
Me enseñaste que abrazado a tu cintura
Todo parece una fiesta.
Me enseñaste muchas cosas de la cama:
Que es mejor cuando se ama y que es tambien para dormir.
Me enseñaste entre otras cosas a vivir.
Me enseñaste que una duda pesa mas que una razón.
Se quedó mirando un momento el cereal, sin darle importancia; toda su atención estaba concentrada en la canción.
Cuanta coincidencia, parecia que estaba hecha a su medida.
Pero fallaste mi gurú,
Se te olvido decirme que hago si no estas tu.
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
Desde filosofia hasta como tocarte,
A saber que el afrodisiaco mas cumplidor
No son los mariscos, sino el amor,
Pero no me enseñaste a olvidarte.
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
A convertir una caricia en una obra de arte,
A Saber que los abogados saben poco de amor
Y que el amor se prohibe en los juzgados;
Pero no me enseñaste a olvidarte.
Pero no me enseñaste a olvidarte...
Dio un suspiro, y dejo a un lado el plato. Se habia esfumado su apetito. Se preguntaba cuando habia bajado de peso, probablemente dos o tres kilos. Se estiro en la silla, y se quedo con la vista fija en el techo.
¿En verdad las cosas no tenian otra solución?
¿Qué fue lo que hizo mal?.
Recordo las ultimas palabras de Anna, antes de subir al auto junto con Kousuke...
"No te preguntes que fue lo que hiciste, sino lo que no supiste hacer".
Y aun seguia preguntandoselo.
Hizo todo lo que le pidio: labores domesticas, las compras... todo. Todo.
¿En que habia fallado?. ¿En la educación de su hijo?.
No.
Kousuke habia crecido como un niño normal, feliz y saludable.
¿Habia caido en algún vicio?
No.
Ni siquiera habia tocado una cerveza en años, y solo un cigarro llego a sus labios en el pasado.
¿Habia sido un mal amante?
No.
Estaba casi seguro de ello. Despues de todo, habian tenido un hijo¿no?. Y él seguia siendo joven, apenas 29 años.
Entonces, ¿qué?.
Se puso de pie, dejando su seudo-desayuno en la mesa. Subio las escaleras, escuchando con tristeza sus pasos sonar en la casa; se tumbo nuevamente en el futón, mirando al techo, con las manos en la nuca, suspiro ligeramente, y trato de recordar...
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Ese es el primer capitulo, o mejor dicho una especie de introducción o prologo. Ahora bien, hacer algunas aclaraciones: primero, la canción no la escribi yo (como podria escribir yo algo tan hermoso?), sino el maravilloso Ricardo Arjona, asi que todo el credito le pertenece; segundo, pensé que la canción tendria algo que ver con la clase de relación que tienen Yoh y Anna. Y mejor ya dejo de parlotear, por que si pongo notas me quitan el fic. Dejen review.
