Starlight.
Spoilers para quienes no vieron el Zero 4.
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Más de una vez me pregunté… ¿Y si jamás volvía a verte? ¿Y jamás volvías a estar a mí lado?
Watt… A veces me pregunto ¿Dónde estarás? ¿Dónde habrás quedado después de aquélla vez? Después de aquélla vez en la que todo se resumió en una noche llena de miedo y punición. En ese momento yo no podía jurar que tenía alma, o un corazón que me permitiera cargar con tu despedida. Se resbaló entre mis manos de manera salvaje y todo se enfrió dentro de mí. Había dejado que te fueras, había dejado que me dejaras… Inclusive, aunque yo sabía que algo malo podía ocurrir.
Al principio pensé que ni siquiera me había importado y por eso no había hecho nada; después volví a recordar. Las escenas volvieron a aglomerarse en mi cabeza, hundiéndome en la fría e irrefrenable oscuridad en la que por años había estado sumido y por la que tantos años había luchado… Tanto, tanto he deseado escapar de ella que llegó un momento en el que ya no importó nada ni nadie más. Había llegado a un momento en el que sólo quería gritar ¡BASTA! y que todos se dieran cuenta del daño que me hacían. Cuando te perdí, volví a recordar lo vacía que es la vida, silenciosa y cristalina. Volví a recordar lo valiosas que eran las palabras, y lo importante que era decirlas antes de que fuera demasiado tarde.
Entonces me di cuenta muy tarde, pero quizás… Así lo quería. Que no hubiera marcha atrás. Y de nuevo las escenas comenzaron a inundarme… ¿Y si no había hecho algo, por el simple hecho de que no quería?
Más de una vez, ambas preguntas rodearon mi cabeza, fueron noches enteras sin poder dormir. Noches en las que perdí la cabeza y la consciencia por horas y me preguntaba si estaba bien o mal… Después vinieron las dudas de si había bien y mal, de si Dios existía o no… Días y noches viendo torrenciales lluvias azotar contra Londres; viendo los ríos de sangre pasar frente a mi ventana. Viendo los hilos de agua correr por mi techo y darme cuenta de que si no hubiese sido así tal vez habría olvidado mi venganza hacía mucho.
O tal vez no, pero entonces él me dio otro motivo para perseguirle…
También, a veces me pregunto si no fue ese su deseo: Que le siguiera hasta que cada una de mis neuronas explotaran y perdiera la cordura para arrastrarme mientras babeaba e imploraba perdón… Porque eso era lo único que yo iba a conseguir, perseguir, buscar, cazar, arrepentirme, volver al inicio, perderme y morir. No iba a llegar a nada más… Entonces nada había valido la pena. El fuerte sonido de los demás gritando Feliz cumpleaños me sacó por un momento de mis cavilaciones… Y volví a la realidad sólo por un momento; han pasado tantos años desde aquélla noche que ya ni siquiera recuerdo cuándo fue, Watt…
Watt… Watt…
Hoy, que veo llover día con día aquí en Londres, me pregunto ¿Por qué tenías que irte? ¿Por qué el destino se empeñaba en quitarme a todos los que quería, y eran importantes para mí? Ahora, es cuando más me arrepiento y cuanto más deseo tenerte a mi lado. Volver a darte un beso de las buenas noches, con la certidumbre de que estarías ahí al día siguiente… Con la confianza de que al despertar, sólo giraría el rostro y podría ver tus cabellos esparcirse en la almohada graciosamente. Hoy, que miro el cielo grisáceo típico de ésta región, es cuando más estúpido me siento, porque tengo ese pedazo de capa roja con estrellas amarillas que había en la habitación calcinada; y de mis ojos las lágrimas no pueden parar de brotar, porque la furia y la impotencia me arrastran hasta la misma oscuridad densa y sólo puedo pedir que en el cielo mis padres te cuiden.
…Nunca podré perdonarme el no decirte cuánto te quería.
