Souless.
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Él no me ama. Él no siente nada por mí.
Él está conmigo sólo por lástima. Porque sabe que no podré valerme por mí mismo. Porque sabe, y se vanagloria de que yo sin él no seré nada en esta vida. Y es así como vuelvo a verle a los ojos y comprendo lo mismo.
Él no me ama, nunca lo ha hecho. Y nunca lo hará.
¿Qué me hace a mí creer que él algún día me amará?
Nada.
Todos aman a Ciel, todos quieren a Ciel, todos quieren estar cerca de Ciel. Todos quieren ser algo para Ciel. Ciel, Ciel, Ciel. TODO GIRA A TU ENTORNO.
Desearía que estuvieras muerto antes que tener que soportar que alguien más me diga que me ama, a pesar de solo decirlo por lástima. Porque en realidad; te aman a ti, en mí ven la copia barata de lo que un día pudiste ser si nunca hubieras encontrado a Sebastián.
O si él nunca te hubiera encontrado.
Todos miran en mí; lo que deseaban para ti, destrucción, repulsión, angustia, miedo, dolor. Toda la pudrición de tu alma vino a caer en mí. Toda la basura infernal que a mí me condena, que en un principio me pertenecía…
Todos te aman.
Y a mi, el suplicio de la lástima ajena y ciega es lo único que me acaricia.
