Mientras el agua pasa fresca

y corre un rio de lamentaciones,

Mientras la luna nos enferma

y nos contagia soledades,

asi la vida no es perfecta,

y se me escapa y no molesta,

Porque me sabe mal vivir

si tu no estas...

***

She left me, and it hurts like hell

***

-¡Ya, Edward hermano, supéralo! Bella se casará muy pronto, esta embarazada de unos ¿Cuántos, cuatro meses? Yo que tu me iría olvidando de ella, a no ser, que ahora te hayas convertido en un destruye-hogares- Emmet regañó a su hermano, no solo para que no haga algo estúpido, sino porque hayan como hayan sido las cosas, él no merecía sufrir.

-¡Maldición, Emmett! ¿Es que no entiendes, verdad? Ese hijo que Bella dice ser de Jasper, es mío. Los cálculos concuerdan, a demás de todo lo que pasó entre nosotros, también hicimos el amor ¿sabes?- Confesó Edward, su mirada se perdió entre recuerdos cuando terminó aquella frase, los bellos de los brazos se le erizaron de sólo recordar la suavidad de esa piel, el aroma de ese cabello y el sabor de esos besos.

-Hey…eso es algo con lo que no contaba- el grandulón quedó estupefacto, sabía que entre su hermano y su amiga, habían pasado cosas grandes, pero esto era demasiado.

-Te juro, Emmett, que cuando ella me dijo que me amaba, que correspondía a mis sentimientos, creí que sería el comienzo de la felicidad absoluta. La perfección hecha realidad a mi alrededor me abrumó y sentí que nada podía arruinar lo que teníamos ¡Cuan equivocado estaba, maldita sea!

El sonido de cristales rompiéndose atrajo la atención de Alice, amiga de Edward, que se encontraba en la habitación de huéspedes de la casa de su amigo, por unos días. Bajó corriendo las escaleras asustada, por los gritos y el sonido a cosas estallando.

Cuando llegó al living, el panorama no era distinto al que imaginaba.

Edward había golpeado con su puño la mesa ratona de vidrio que se ubicaba en el centro de la ronda que formaban los elegantes sillones de cuero negro. El tenía la mano sangrando a borbotones, al subir la mirada, notó que su rostro estaba surcado en lágrimas, de dolor. Pero apostaba su vida que ese dolor no tenía nada que ver con su puño sangrante.

Provenía de una herida distinta, de su corazón.

-Edward…te has hecho daño…-Dijo Alice con voz estrangulada por la pena, la suya y la de su amigo, mientras se acercaba para atenderle la mano.

-No es nada- Contestó Edward mordaz.

-Edward, vas a necesitar sutura…Por dios mírate como estas ¡Esa perra no merece que sufras así!- Gritó ella con las lágrimas en las esquinas de lo ojos.

-Alice, por favor, no es buen momento para tus berrinches- Emmett intentaba aplacar a la chica, que lejos estaba de calmarse.

-No Emmett, no son berrinches, es la verdad ¿No lo ves? Mira como está él por culpa de esa arrastrada a la que tu llamas tu amiga- Contestó Alice, no lo hizo gritando como antes, pero no dejaba de destilar ira por sus poros.

-Alice, ella no es una arrastrada, si Jasper la eligió a ella antes que a ti, no significa que ella tenga la culpa. Esto no se trata de Edward para ti, ni de cuan destruido esté, se trata de tu propio dolor por haber perdido a Jasper. Pues tengo noticias para ti, las cosas no van a cambiar, ya supérenlo, aunque duela como los mil demonios, tienen una vida, vívanla lo mejor que puedan- Dijo Emmett, lo último refiriéndose tanto a Edward como a Alice.

-Por supuesto que también se trata de mi propio dolor, porque ella no sólo le rompió el corazón a Edward, rompió al mío en el camino también. Esas son cosas que no se perdonan, ni se olvidan, es un dolor tan intenso que se graba en tu memoria para siempre- Contestó Alice en susurros ahogados por los sollozos.

-¿No te has puesto a pensar que quizás fue tu Jasper, quien les arruinó la vida a ambos?- Inquirió Emmett, exponiendo una cara distinta de los sucesos.

-No se si ella lo ha pensado, pero yo sí. ¿Y saben qué? El tipo no es culpable de nada lo mires por donde lo mires- Dijo Edward, hablando por primera vez.

-Explica eso- Insito Alice, sorprendida y confusa por aquello.

-Jasper no nos debía nada a nosotros, Alice. El tipo se mudó aquí hace menos de un año, y Bella es nuestra amiga desde…desde siempre. Es ella quien nos traicionó, traicionó tu confianza y tu amistad desde la primera cita que tuvo con Jasper, sabiendo que lo amabas desde que lo habías visto haciendo su mudanza. Y se cagó en mí, pisoteó mis sentimientos al decirme que me amaba, al hacerme creer en un mundo hermoso junto a ella para luego dejarme sabe Dios porqué y comenzar a salir con él. Y no le alcanzó con hacerlo frente a nosotros, sino que se comprometió a matrimonio con él, cargando con un hijo que bien yo se que es mío. El pobre tipo Jasper no nos debía ese respeto que ella sí tendría que habernos tenido, por ser quienes fuimos en su vida desde que llegó a Forks, por haber sido su familia y su sostén. Siempre ha sido una perra fría malagradecida, pero no lo había demostrado hasta ahora. Nosotros fuimos los tontos de no darnos cuenta antes, yo fui un imbécil por no haberme dado cuenta antes de enamorarme de ella- Tanto Emmett como Alice quedaron fríos en su lugar, con los ojos abiertos como platos ante tal descripción.

La mirada de Edward, que en un pasado había sido de un verde esmeralda digno de envidia, ahora se había oscurecido, tenía sombras en lugares impensados. Estaba más blanco que de costumbre, sus ojeras se acentuaron con forme pasaron los días y aunque no lo demostrara todo el tiempo, estaba lleno de ira y rencor.

Porque de ese amor ilógico que el sentía por Bella, sólo había surgido dolor y frustraciones en su vida.

Jamás ese sentimiento tan noble le había retribuido nada más que con penas y sufrimientos. ¿Es que era mucho pedir un poco de compasión?

Recordaba cada palabra, cada gesto que había hecho Bella, el día que le arrancó el alma de un tirón, dejando a su cuerpo sangrante y con un frío que le calaba hasta los huesos más pequeños.

-Edward, tienes que entender, por favor.

-Pero, mi amor, anoche, cuando por fin te confesé mis sentimientos, cuando hicimos el amor, tú me dijiste que me amabas. No estoy loco ¡yo te oí!- Decía Edward desesperado, mientras trataba de sostener sus manos para que ella no escapara.

Se encontraban en el jardín de la casa de Edward, sentados en un tronco caído, bajo un cielo oscuro que amenazaba con una tormenta inminente.

-Sé lo que dije, pero fue un error. Lo nuestro es un error, lo siento pero no puedo estar contigo, Edward- Bella pronunció las palabras muy lentamente, como si además de convencerlo a él, quisiera hacerlo con sí misma.

-No, Bella. No puedes estar hablando en serio, sé que hay algo más detrás de esto que tu llamas error. Bella, antes de que pasara nada entre nosotros, éramos mejores amigos, aún puedes confiar en mí, dímelo- Rogó Edward tratando de enfocar su mirada con la de ella, pero le era imposible, ella le esquivaba por alguna razón.

Bella suspiró.

-Es que no hay nada que decir, supongo que anoche confundí las cosas y me dejé llevar, yo no quiero estar contigo- Sentenció Bella, y sólo en ese momento levantó la mirada para encontrarse con la de él, que estaba tan cristalina que creyó que derramaría lágrimas en cualquier segundo.

Edward se vio reflejado en los iris chocolate de Bella, los ojos desde donde siempre sintió que podía ver el alma de ese cuerpo, con la diferencia que esta última vez no pudo ver nada. Solo vacío.

-Supongo q-que e-esa es una razón justa, no puedo hacer nada contra eso- Contestó Edward entrecortadamente, como si cada palabra que pronunciaba desgarrara su garganta.

-Creo que no, tu sabes…no se manda en el corazón- Dijo ella con la mirada gacha de nuevo, en susurros avergonzados.

-Me pregunto donde estaba esa convicción anoche, cuando dijiste que también me amabas- Atacó Edward mordazmente, sin poder contener el impulso de su ira en crecimiento.

-Ya te dije que estaba confundida, pero quizás podamos intentar seguir siendo amigos, yo creo que…

-No.- Le cortó Edward- Me mantendré lo más lejos que me sea posible de ti, por si acaso vuelves a "confundirte", tu entiendes- Dijo Edward con la voz firme, fingiendo desinterés o algo por el estilo. Sus sentimientos se mezclaban con sus emociones, y no lograba pensar correctamente.

-Edward, entiende…

-No permitiré que vuelvas a lastimarme, nunca más, Isabella.

Se levantó del tronco, y con pasos largos y decididos se encerró en su casa, dejando a Bella sola. Se encerró en su habitación y se dejó llevar por su desesperación. Mientras caía en un sopor el cual no le permitía relacionarse con el mundo exterior, percibió un sonido sordo, como un lamento. Pasaron unos cuantos minutos hasta que comprendió que era el sonido de sus propios sollozos.

Mientras el mundo respire a mi que más me dá

Por mas que sople el viento a mi me falta el aire

Mientras tu te vas

yo no te olvidaré

No importa el mundo, por desgracia

el mundo gira aunque no estes...

***


Bueno, espero que les haya gustado la idea, esto tiene mucho ultrafondo, no se fien. De todos modos es un MiniFic, asi que solo seran un par de caps, no mas de 3.

Y ya tengo el segundo escrito asique, lo termino en unos días. Cuentenme a ver que les pareció ;)

Besos.