DULCES PESADILLAS

La chica despierta, descubriendo un ambiente bizarro, el oso de peluche que tiene a su lado demuestra sus dientes afilados y le muerde, ella saca su cuchillo y se lo clava, dejándolo sangrar, se levanta de su cama y esta toma forma de un señor en zancos, usando la sábana como capa, después de dar brincos y maromas alrededor de la chica, gira en sí mismo en el aire y desaparece dejando la sábana a merced del viento, alejándose por el horizonte. Se le queda viendo; sale del trance al escuchar algo extraño en el piso, raro ser con rostro horrible y patas de araña, esa cosa viene acompañada de más cosas y comienzan a perseguir a la chica de cabellos negros, obviamente sale corriendo y para su suerte pisa a un gusano, el cual es tan pegajoso que no puede mover su pie izquierdo, en eso las pequeñas criaturas se retiran corriendo pues una caja está frente a la muchacha, pronto se abre y la cabeza le devora. Después de pasar por su esófago cae en arena y a lo lejos distingue una figura. Se acerca y resulta ser una majestuosa estatua de la Reina de espadas, vistiendo un hermoso vestido de agua, repleta de pirañas, Ella comete el error de acercarse demasiado porque rápidamente es absorbida por estas aguas; todo por su curiosidad. Al ver cómo las pirañas salían de las faldas saltando y volvían a regresar a estas; los animales rápidamente comienzan a morderle, dejando rastros de sangre excitando a las criaturas, voltea hacia arriba y queda anonadada: en el centro de la estatua-pecera late un corazón. Con todo su esfuerzo llega hasta él y lo apuñala, como respuesta, la Reina suelta su espada dibujando en su rostro, cubierto por una excéntrica máscara, una mueca de dolor, acto seguido cae de espaldas quebrándose y con todos los peces esparcidos en el suelo; ella, herida, se levanta con dificultad, el hermoso ojo verde de la Reina le sigue viendo hasta que muere.

Un niño, con una máscara horrenda, le señala que la siga, van corriendo y de pronto el chico se detiene abriendo su boca y producir un sonido insoportable, a pesar de ver el sufrimiento de su víctima, total, después de todo es divertido joder al prójimo; sin aguantar más, ella sale corriendo aun tapándose los oídos. Por no fijarse casi choca contra una mujer araña que tiene hambre. Utiliza su fina tela para atrapar a su presa, pero al tenerla cerca le clavan un cuchillo en su vientre, de donde salen todos su huevecillos mezclados en su sangre. Y el aire se vuelve un poco denso. Algo se encuentra alrededor de ella; la sábana blanca tiene un rostro terrible con colmillos amenazadores y está a punto de deborarle la cara…

Despierta. De nuevo se encuentra en su blanca habitación, la risa macabra del osito destrozado inunda el ambiente, unas gotas de sangre manchan su camisón, su largo cabello oscuro cubre sus facciones la cual toca y queda sorprendida. Pero ¿Por cuánto tiempo aquella melena podrá esconder ese semblante, con esa mejilla deformada a mordiscos?