Esto es un pequeño experimento que decidi escribir, me gustan las historias donde suceden cosas raras.
Contar una historia es fácil, pues generalmente se sabe cuál es el inicio y cuál es el final, siempre hay un comienzo que permite conocer a los personajes, un momento de la historia donde todo se complica y finalmente un desenlace que acaba con las ilusiones de las personas que leen la historia, en esto último esta no es diferente, pero, se podría decir que es difícil encontrar exactamente donde empieza todo, y en qué momento empiezan a complicarse las cosas, pensaría que porque siempre todo fue complejo.
Al no saber por dónde empezar a contar todo, creo que es mejor hacerlo desde el momento en que me vi involucrada en esa serie de acontecimientos, en algunos momentos tendré que remitirme a cosas que sucedieron anteriormente, pero en este momento y a pesar de la confusión considero que es la mejor forma de contarlo todo.
Todo empezó un día normal… que lejano suena eso, en este momento me parece mentira que alguna vez mi vida fuera normal, y con eso me refiero a despertarme, desayunar, ir a trabajar, salir del trabajo y regresar a casa sin ninguna complicación o novedad, en realidad no sé si anhelar esa rutinaria vida pueda parecer patético, pero ahora ser patética no me importaría.
Ese día "normal" se salió de mis manos cuando al dirigirme a mi casa encontré en la calle un pequeño niño que caminaba solo, eran alrededor de las 6:30. Y él aproximadamente tenía 3 años, Estaba muy cansada y tenía problemas, pensé que no tenia porque encargarme de asuntos de otros, si sus padres no lo cuidaban adecuadamente eso no era mi problema; esos pensamientos atravesaron por mi mente mientras continúe mi camino dándole la espalda al pequeño, podrá parecer despreciable, pero así es como era, de repente escuche un freno seco y un golpe y me voltee rápidamente a mirar, en el suelo había sangre, pero nada no se veía nada más, el niño no estaba, y del automóvil descendió un hombre histérico que me preguntaba si me encontraba bien, que absurdo, no era yo quien debía preocuparle, era aquel niño. Hasta el momento se podría catalogar esto como una tragedia, un suceso desafortunado motivado por de descuido de unos, la imprudencia de él y la negligencia de otra. Pero las cosas no eran como parecían y me entere cuando me di cuenta que era yo quien yacía en el suelo y aquella sangre que cubría la acera, no era de nadie más, sino mía.
Se preguntarán ¿y el niño? Lo mismo que yo declare a aquel extraño quien parecía no entenderme, es más el sujeto gritaba frenéticamente "oh Dios mío , Esta muerta".
Yo, ¿muerta?, estaba bromeando, pero al pensarlo me di cuenta que no sentía ninguna clase de dolor, bueno… dicen que el cuerpo tiene una especie de mecanismo de defensa que impide que uno sienta dolor de inmediato, con eso trataba de explicar la situación, cuando me percate que a pesar de la lluvia no sentía tampoco las gotas que caían sobre mi rostro, allí fue cuando de repente me sorprendí a mí misma observando mi cuerpo inerte sostenido por aquel hombre.
Sentí nauseas, asco… qué sé yo, tal vez porque el sujeto que al parecer había segado mi vida sostenía mi cuerpo y se encontraba ileso; como pudo no mirar por donde iba, a caso no le importa las demás personas. Aunque de mi boca no salían palabras empecé a gritarle que era un bastardo egoísta, y que esperaba que se pudriera en el infierno, de repente me di cuenta que pudo haber sido ese niño quien sufriera el accidente, aquel que ignore fortuitamente, por un momento deseé que hubiera sido así, pero en ese mismo segundo me di cuenta que quien merecía todos aquellos insultos no era aquel infeliz, era yo misma.
Aquel hombre me había causado tal daño pero al parecer se encontraba arrepentido, y ahí me encontraba yo anhelando que fuera el pequeño niño quien estuviera en mi lugar, nada puede describir cual miserable y repugnante me sentí.
Pero fue en ese preciso momento que el mundo a mi alrededor se oscureció, ¿ya había llegado el fin?
Espero saber que piensan de este pequeño experimento. Para saber si vale la pena seguir con él. Gracias.
