Josefina es una estudiante argentina de antropología forense que vive en Londres. Junto a su amigo Bruno, emprenden un viaje hacia una feria, de la que más tarde se arrepinten de haber ido.

Mezcla de mi imaginación con la película La casa de cera y algo de vampiros xD

Ojalá que les guste!

Lu


Ese aparentaba ser un día como cualquier otro. Mi monótona rutina diaria se repetía por enésima vez: despertarme a las seis, preparar la cafetera, bañarme, desayunar y salir rumbo al trabajo, en el que sólo estaba 2 horas.

Mi trabajo no tenía nada que ver con lo que estudiaba: si alguien cree que publicar historias y redactar notas para un diario londinense tienen que ver con la antropología forense, por favor avísenme.

Cuando encendí mi Macintosh en la oficina, muy inspirada por cierto – cosa que rara vez ocurre a las ocho de la mañana -, vi que me había llegado un e-mail titulado La feria del dolor.

"La feria del dolor" era una especie de parque de diversiones, que en lugar de tener juegos "sanos" tenía atracciones sádicas, morbosas y masoquistas. En definitiva: era hiper sangriento, el regocijo de todo forense y todo asesino, y el sueño de todo fanático de CSI. Por desgracia, un chico de unos 17 años había muerto allí, por lo que las autoridades lo habían cerrado.

El e-mail decía algo así:

Salido de las más retorcidas mentes,

vuelve la feria más sádica y la más

terrorífica de todos los tiempos.

Ya nada será igual cuando salgas de

La feria del dolor

Para serles sincera, yo era, soy y siempre seré una persona algo morbosa, y eso explica el por qué de muchas cosas, sobre todo de mis estudios. Si bien no era capaz de matar a una cucaracha, siempre tuve el presentimiento de que terminaría con atención psicológica. Ese golpe que me di contra la estufa al año y medio me obligó a terminar frente a un neurólogo (que, según me dicen, no tenía ni dos dedos de frente, pero que se yo…ya había olvidado ese episodio hace mucho). Y así quedé.

Estaba algo deprimida, así que dije "¿por qué no?". Más tarde me arrepentiría de haber tomado esa decisión.

La feria abría sólo los sábados a la noche. Debía viajar unos 29 km. al sudeste de Londres. Quedaba cercano a Titsey, aunque no quedaba en un sitio en particular, sólo era "en medio de la ruta" como lo llamo yo. Como no quería ir sola, llamé a mi amigo Bruno:

-Si vos quieres, puedes ver el mundo en blanco y negro y tener esos deseos de asesinarte. Pero si quisieras, podrías tomar todo con optimismo y olvidar tus penas.- me dijo

- Ya tomé esta decisión- le respondí -. Además hace rato que quiero ir.

-Como vos digas Josefina, después no vengas llorando.

-Si, justo yo voy a ir llorando a tus brazos.

-No sería mala idea

-...

Preparamos nuestro equipaje para viajar el viernes a las siete de la tarde. Pasaríamos la noche en Titsey y al otro día recorreríamos el lugar. Por la noche, iríamos a la feria.

Subimos al porsche verde de Bruno e iniciamos el viaje. Era una noche cálida, y había luna llena.

-Ahora sale un hombre lobo y te come- bromeó Bruno

-Malditos licántropos- mascullé

Mi amigo no hizo más que reírse estruendosamente.

-A veces pienso que sos vampira- me dijo

-¿Por?

-Además de que sos extremadamente pálida, odias el sol, repudias a los lobos pero no a los perros, y sos muuuuuuuy sádica-

-Ya quisiera yo ser vampira- le respondí