Había una vez una niña muy bonita. Ella solía visitar a su abuelita, llevarle pasteles y esas cosas. Lo hacia tan seguido que los niños comenzaron a llamarle caperucita
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado de la ciudad, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar la ciudad era muy peligroso, ya que siempre andaban acechando por allí unos pandilleros llamados "los lobo".
Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar toda la ciudad para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas y los conejos (que pandillas enemigas de "los lobo")
De repente vio a uno de "los lobo", que era enorme, delante de ella.
- ¿A dónde vas, niña?- le preguntó el pandillero con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita- le dijo Caperucita.
- No está lejos- pensó el lobo para sí, dándose media vuelta y alejándose del lugar. Planeado ir hasta allá y robar en la casa de la abuelita.
Caperucita se detuvo cerca de la estación de autobuses y se entretuvo jugando videojuegos: - El pandillero de "los lobo" se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le diga que al fin maté a Rugal en The King Of Fighters
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era el panadero. Un chico de la pandilla de los conejo, al que apodaban "el cazador" que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.
El hombre comenzó encerró a la abuelita en el closet y comenzó a robar todo lo de valor. Mientras trataba de desconectar la pantalla LCD de la abuelita, vio por la ventana que alguien se acercaba.
Entonces se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita llegó enseguida, saltando de alegría.
La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita, abuelita, ¡que ojos tan grandes!
- Son para verte mejor - dijo el hombre tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita, abuelita, ¡que barba tan genial tienes!
- es para impresionar a tu abuelo- siguió diciendo el lobo.
- Abuelita, abuelita, ¡ qué brazos tan tatuados tienes
- Son para...¡estrangularte mejoooor!- y diciendo esto, el hombre malvado se abalanzó sobre la niñita y encerró en el closet, lo mismo que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, "cazador" se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones aquel hombre, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un amigo, alias " el segador" y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al ladrón de la pandilla " los lobo" a punto de escapar por la ventana.
Enseguida "cazador" saco de su bolsillo una pistola y le disparó haciendo que el pandillero callera por la ventana directo hacia una coladera del drenaje donde fue comido por un cocodrilo gigante.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita había aprendido la lección. Tenia que comprarse un coche para asi no tener que andar caminando por las peligrosas calles y prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las sabias recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá, y andaría para todos lados en su coche.
FIN
