Este personaje pertenece a Rowling,
y es un buen personaje.
LOS VALIENTES SON LOS QUE SON DE VERDAD.
Fang descansaba en el cálido suelo de madera de la cabaña. Los ojos se le cerraban, y el fuego crepitaba en la chimenea.
Hagrid murmuró un par de palabras y le palmeó el lomo al cachorro. Luego salió, y Fang se quedó solo al cuidado de la pequeña casa.
Fang odiaba quedarse solo, y sentir la ausencia de su compañero. Se levantó y se acercó a la ventana, afuera llovía, muy suave, pero llovía, y a Fang no le gustaba la lluvia, prefería el calor del fuego y un buen sofá.
Sofá.
El perro se alejó de la ventana, y se encaminó al sofá, miró la puerta, y después de asegurarse de que Hagrid no entraba, dio un salto y se recostó entre los almohadones y la manta. Aquella casa olía a hierba, pensaba siempre Fang, a hierba recién cortada y a tierra, a madera vieja, a fuego y a calor, definitivamente, olía a Hagrid.
En poco tiempo, se le cerraron los ojos y solo quedó para justificar que seguía vivo la respiración lenta y pausada de sus pulmones. Entonces el sueño del perro fue interrumpido por la odiosa sensación de sentirse observado, abrió un ojo, con pereza, y luego otro.
Desde lo alto del sofá vio un pequeño animal de alas escamosas y pequeños dientes. Se puso en pié y lo miró con recelo. El pequeño lagarto lo examinaba desde el suelo, con curiosidad y ojillos inocentes, tosió un poco de humo, y las escamas verde botella de su cuerpo se estremecieron, abrió las alas.
Fang gruñó, se sentó sobre el sofá y esperó, pero el dragón no se movía de allí, ladeaba la cabeza, a un lado, al otro, daba un pasito, y se acercaba al sofá, donde el perro retrocedía y se escondía entre mantas.
Fang aún era un cachorro, Hagrid lo tenía apenas unos meses, pero ya había aprendido que de cualquier cajón de aquella casa, podía salir cualquier cosa, incluido dragones.
El lagarto verde tosió fuego, y Fang ladró alarmado. El dragoncito retrocedió y miró a ambos lados, buscando la causa de tal alboroto. Avanzó y con un tremendo esfuerzo y el batir de sus pequeñas alas, se encaramó al viejo sofá. El cachorro lo miró, y el dragón pareció sonreír, orgulloso de su escaso vuelo, como diciendo ¿lo viste?,¿viste lo que hice?. Fang se tumbó y apoyó la cabeza en uno de los almohadones, de nada servía intentar echar a la pequeña criatura de escamas verdes. El lagarto alado mordió la ya gastada manta y se recostó a un lado del perro, sus ojitos brillaron de felicidad, y tosiendo una vez más volutas de humo se durmió a un lado de fang,
y esque a él tampoco le gustaba la lluvia, ni sentirse solo, ni la ausencia del bueno de Hagrid, él prefería el fuego, el olor a madera vieja y un buen sofá.
es muy corto, y muy simple, pero esque este personaje merecía lo menos esto:) porque yo a este perro lo quiero, lo quiero cantidad:)
espero les haya gustado,
¿algún review?;)
N/A: el título está basado en la canción de dieciseís añitos, de Dani Martín.
