Primero que nada, Hola a todos :D Bien, Escribo esta historia, por uno sola razón o tal vez dos, me leí el manga y aunque el final fue uno "bueno" me dejo gusto a poco , así que quise darle una pequeña continuación con cierto toque de drama, humor (cosa que creo no faltara, a menos que sea demasiado aburrido para ustedes) y romance :O jajaja Esta sera una historia más o menos corta. tal vez cinco episodio, máximo siete.

Ahora lo siguiente, sobre mis otras historias, no me ah dado la motivación de escribir en estos momentos sobre ellas y estoy escribiendo esto ahora por que al ller el manga me dio muchos feels. Perdón soy bastante sensible a algunos mangas ajajaja buenoo, espero que lo disfruten. ( Alguien lee fanfic de sket- dan? Lo averiguaremos...)


Ya han pasado 10 años desde la graduación del Sket-dan. Aquellos adolescentes ruidosos ya no lo eran más, crecieron, maduraron e hicieron sus vidas. Pero de la misma forma de como pasaron los años, aquel líder de sombrero rojo, no había vuelto en 10 años a su ciudad natal.

- ¡Apresúrate! ¡Apresúrate! ¡Llegaremos tarde a tomar el avión! ¡Despierta dormilón! - Una voz infantil golpeaba lo que parecía un tumulto de frazadas en un rincón de la cama.

- ¡No~! Solo 5 minutos más…- La voz sonaba a la de un adulto en sus 25-27 años de edad

- ¡Eso me dijiste hace cinco minutos, y el mismo proceso se ha repetido hace media hora! ¡Realmente nos perderemos el vuelo así! ¡Solo levántate! - Rugió como un cachorro tirando con todas sus fuerzas aquellas frazadas, pero choco contra la pared golpeando un mueble en el proceso. Los objetos que se encontraban allí comenzaron a moverse y golpeándose una tras otra, finalizando con golpear el reloj de la habitación y gracias a nuestra amiga gravedad, el reloj termino cayendo en la cabeza de un durmiente adulto. El sonido de las campanas del reloj despertador sonó en toda la habitación junto al quejido del adulto.

-¡Aah! ¿Por qué hiciste eso? Creo que hay mejores formas de despertarme ¿no crees? – El adulto reclamo a la otra persona de la habitación, pero cuando levanto la vista, ya no había nadie más en la habitación- Tsk, Se escapó... Bueno, da lo mismo. ¿Qué hora es? – Tomando el Reloj fijándose en la hora, una de sus cejas se crispo- ¡Pero si son las cinco de la mañana! ¡Nuestro vuelo sale a las 9 de la mañana! ¡Faltan 4 malditas horas! ¡Ya te las veras conmigo, mocosa! ¿¡Cuán emocionada estas!? ¿¡Has dormido siquiera!?

Solo la risa de un pequeño diablillo juguetón se escuchaba en aquel apartamento de New York.


-Haru ¿Realmente tienes todo empacado? ¿No se te olvido nada? ¿El oso Boo? ¿La jirafa Melman? ¿El León Alex? ¿La cebra Marty? ¿La hipopótamo Gloria? ¿Los pingüinos Skipper, Rico, Kowalski y tu favorito, Cabo? - El hombre empezó a nombrar los nombres de los peluches

- ¡No tengo ningún peluche con esos nombres! - Responde la niña ya harta de esas preguntas- Has estado preguntándome lo mismo por 10 minutos, tranquilízate un poco, no es nuestro primer vuelo, además yo no soy a quien se le olvidan las cosas, no quiero recordarte a quien fue que se le quedo todo el dinero en el apartamento y volvió llorando hacia el hotel asustando a la recepcionista.

-E-eso paso hace mucho ¡no tiene nada que ver con el ahora! - Responde de manera infantil

-…-La niña miraba al hombre fríamente- Fue hace un mes

-¡AAAH! ¡No te oigo! ¡LA~LA~LA~!- El hombre se tapaba los oídos con fuerza mientras recitaba una canción desafinadamente. Los transeúntes solo miraban divertidos la escena frente a sus ojos.

-¡Compórtate como tal, estamos en un lugar público, me avergüenzas!- La niña forcejeaba con el hombre mientras este solo se reía burlescamente.

Un timbre de los parlantes llamo la atención de los dos que estaban tonteando.

Aeropuerto de New York anuncia su vuelo 561 con destino a Tokyo saldrá en 20 minutos

-Ahí esta nuestro vuelo, ¿Lista? – El hombre le pregunto a la pequeña a su lado

- ¡Siempre! – declaro con firmeza aferrándose a la mano de aquel hombre- ¡Vamos Papá!

- ¡Si! - El padre sonrió por la actitud de su hija, adentrándose en el río de gente, con la maleta en una mano y la otra tomando la mano de su hija.

Llegaron a la entrada del túnel y su padre se tocaba los bolsillos buscando los boletos. Estuvo un minuto buscando los boletos, pero no los encontraba por ningún lado. Empezó a sudar nervioso, la recepcionista empezaba a mirarlo con pena y se ponía más nervioso.

- ¿¡Enserio, me molestabas a mí que si no había olvidado algo y a ti se te olvidas donde dejaste los boletos del avión!?- Grito la pequeña Haru exasperada hacia su padre

- ¡Déjame! ¡Estoy seguro que los deje por algún lado! - El hombre lloraba cómicamente mientras buscaba por todo bolsillo de sus ropas

- ¡Pues claro que lo tienes que dejar en algún…! - La niña metía las manos en los bolsillos de su chaqueta y pudo sentir el sonido del papel y junto a ese detonante le vinieron memorias a la cabeza


Flash back.

-Hey Papá- La niña se dirigió a su padre que estaba metiendo las maletas dentro del taxi

- ¿Qué sucede? – El hombre ocupado ponía media atención a su hija

-Dame los boletos del avión, no sea que los pierdas como hace 1 año en Singapur, los guardias casi te echan del aeropuerto al llorar por los boletos que pensabas que te lo habían robado espías de una organización del bajo mundo

- ¡No me recuerdes eso por favor! ¡Papá va a llorar! - El hombre grito con pequeñas lagrimas asomándose, pero pasándole los pasajes a su hija, mientras que ella los ponía en sus bolsillos

FIN Flash Back.


-e-emm Papi

- ¿Q-que sucede, amor? Papá tiene problemas para encontrar los boletos y la mirada de la señora recepcionista no ayuda a controlar mi nerviosismo - el hombre desesperado en el suelo miro a su hija que tenía el rostro un poco rojo y evitando su mirada un poco. La pequeña estiro su mano y su padre recibió lo que tenía en la mano. El hombre solo puso una mirada vacía hacia lo que estaba frente a sus ojos- ¡Así que los tenías tú! ¿¡Tanto te gusta ver sufrir a tu pobre padre!? ¿¡Te gusta verlo sufrir en frente de tantas personas y la señora recepcionista que no dejaba de mirarme como si quisiera matarme!? ¡Ya estaba a punto de ir a llorar al baño!

- ¡E-esa no era mi intención! ¡Además, tu siempre eres el que me avergüenza en público, no te vengas a hacer el niño inocente frente a todos!

- ¿¡Entonces esto es solo una venganza de todo el amor que te demuestra tu padre!?

- ¡Ya cállense de una buena vez! ¡Que el avión ya va a partir! -La recepcionista no soporto más el acto idiota de aquel padre e hija.

Tanto padre como hija se pusieron nerviosos y rojos de vergüenza- L-lo sentimos mucho- Pasaron los boletos y partieron inmediatamente dejando a una recepcionista fuera de sus cabales.


-jeje…Siempre te quedas dormida de inmediato…- El hombre solo reía por las caras graciosas que formaba su hija mientras dormía, acariciaba su largo cabello negro mientras observaba los detalles de su rostro dormido, una piel blanca, nariz pequeña y respingada, labios fruncidos, pestañas largas y bajo de sus parpados unos orbes esmeraldas. El padre empezó a picotear con su dedo la mejilla de su dormida hija que se quejaba en sueños- Shishishi- La sonrisa del padre no podía ocultarse al jugarle esa broma a su pequeña hija

-Pa…pá- La niña se quejó mientras fruncía mas el ceño y sus labios. A pesar de eso, jaloneaba la manga de su padre para acercarlo a ella.

La abuela que estaba al lado de ellos solo observaba atentamente como el hombre adulto molestaba a la pequeña, sacándole una baja risilla. El hombre se dio cuenta y rascándose la parte de atrás de la cabeza le devolvió una pequeña sonrisa.

-Se nota que le gusta molestar a su hija- La abuela soltó aquel comentario

-Yeah, es una venganza de cómo me despertó a las 5 de la mañana para tomar este vuelo- El hombre dijo siniestramente mientras apretaba con sus dos manos las mejillas de su hija, provocando más risa en la señora

-Jojojo puedo decir que son muy unidos- La señora miro con cariño la escena, recordando momentos de antaño de su vida.

-Sí, es lo más importante en mi vida- El hombre miro a su hija con amor, acariciando su frente removiendo los cabellos hacia un lado.

-Ya veo…- La señora pudo sentir la tristeza que venía con aquella mirada de amor que dirigía a su hija- ¿Van en un viaje de placer? - Preguntando para cambiar de tema y no afectar al hombre con momentos tristes

-Bueno, no es precisamente eso, es más como decir, regresando a casa, aunque será la primera vez en Japón para ella –

-Oh entiendo, al parecer haz estado mucho tiempo lejos de donde naciste-

-Sep, diez años- El hombre suspiró al notar la mirada sorprendida de la abuela

-Ya veo, eso es bastante- La señora solo sonrió con compasión a lo que aquel hombre solo rio nervioso.

La conversación siguió por bastante tiempo después, las risas no paraban de salir, las personas en el mismo avión comenzaron a escuchar la conversación del hombre y la abuela entretenidos por las ocurrencias y recuerdos de ellos, interfiriendo e uniéndose a la conversación, compartiendo juntos. Misteriosamente el aura que emanaba el hombre hacía sentir cómodo a todos alrededor.


-¿Q-que pasó aquí? – La niña que recién despertaba de su larga siesta se encontraba rodeada de personas desconocidas riendo y conversando con su padre. Con nerviosismo jalo de la manga de su padre que reía junto a los desconocidos- P-papá… ¿cuánto falta? - Su padre y todo el mundo se dio vuelta a verla sorprendidos, de un momento a otro solo sonreían e intercambiaban miradas con su padre-

-Ya despertó la pequeña Haru-chan- hablo una señorita junto a un joven, al parecer una pareja joven

-¿Eh? – La chica desconcertada por las risas amigables de aquellos a su alrededor

-Bienvenida a la tierra de los vivos Haru-chan- un caballero de edad que parecía un oficinista se reía

-Es como dijo tu padre, eres bastante dormilona jaja- Un adulto joven se reía junto a su padre desconcertándola más

-Toma Haru-chan un dulce- Una abuela le ofrecía dulce que solo pudo aceptar de inercia

-G-gracias- hizo un pequeño movimiento de cabeza

-Toma también Haru-chan- otra persona le dio otro dulce

-Aquí lo mismo- Le entregaron una pulsera bastante bonita

-Doma Hadu-chan- Un pequeño niño de no más de 4 años le dio un juguete de súper héroe

La pequeña solo recibía y recibía no sabiendo que diablos pasaba

"¿¡Q-que pasa aquí!? ¿¡Porque me dan tantas cosas unos desconocidos!? ¿¡Y por qué me dicen Haru-chan como si me conocieran desde que nací!? ¿¡De nuevo mi papá hizo algo!?"

- ¡Papá! ¿¡Qué hiciste ahora!?- Casi en las lágrimas con todos los regalos en sus manos

- ¿¡Yo!? N-nada ¿Qué te hace creer eso? - El hombre se puso nervioso y evitaba la mirada de su hija

- ¡No evites mi miraba! ¡De nuevo, empezaste a avergonzarme enfrente de todos! ¿¡verdad!? ¡Siempre pasa, pero ahora me dan regalos de la nada! ¿¡Que les dijiste!?- La niña desesperada por las estupideces que dice y hace su padre mientras duerme la empiezan a atormentar, zamarreaba y golpeaba a su padre en el brazo totalmente roja.

Todos a su alrededor empezaron a reír ante la escena. Esto duro hasta que dieron el aviso que abrocharan sus cinturones. Habían llegado.

-Te arrepentirás luego de esto, Papá- La chica seguía refunfuñando totalmente roja mientras su padre reía nervioso por lo que le deparaba el futuro y la venganza que vendría a manos de su hija.


Ya eran las 6 de la mañana cuando habían llegado a su destino, las personas estaban arreglando sus últimas cosas mientras salían del avión despidiéndose de todos amigablemente, como si fueran amigos de toda la vida. La pequeña Haru solo suspiraba, su padre provocaba un efecto extraño en las personas en tan solo conocerlas, así que estaba un poco acostumbrada a este tipo de escenario, pero aun así era todo un misterio de como su padre provocaba aquel sentimiento en los demás. ¿Carisma tal vez? ¿O será su sinceridad? Haru se planteaba muchas cosas, pero aun lograba descubrir que es lo que era realmente, tal vez sea toda su persona el secreto de su misterio. Pero pensaría esto después, ya es difícil caminar con tantas cosas en las manos y todo por los regalos de esas personas. Suspiro nuevamente.

Junto a la ayuda de su padre logró bajar sin ningún problema, recogieron sus maletas de la cinta y fueron hacia la salida. Tomaron un taxi hasta el lugar que sería su nuevo hogar.

Tardaron en llegar, gracias a la distancia del aeropuerto junto a donde se ubicaba la casa más el tráfico, fue un verdadero martirio.

Era una casa de dos pisos, blanca y techo de tejas, un poco alejada, pero al parecer esta prefectura fue donde vivía papá antes de que se fuera. Esta ciudad fue el lugar donde papá nació y creció.

- ¿Qué sucede, Haru? - Su padre preocupado por el rostro repentino de su hija

Tal vez, aun no lo asimilaba del todo. Tener un lugar fijo al cual llamar su verdadero hogar. Es un poco difícil. ¿Pero realmente era así? Siempre teniendo a su padre al lado, siempre y cuando este con el, cualquier lugar seria su hogar. Pero tener un lugar físico y permanente llamado hogar...

-Mm... - La chica negaba con su cabeza- Solo que, un hogar, digo, nos quedaremos bastante tiempo aquí, en Japón ¿Cierto? - La chica miro directamente a los ojos de su padre, este comprendió lo que quería decir su hija y sonrió. Levanto su mano y acaricio la cabeza de su hija junto a un abrazo.

-Sí, Haru. Así es- El hombre soltaba una pequeña lagrima solitaria mientras su hija lloraba desconsoladamente en su pecho.