Los personajes de esta historia no me pertenecen son propiedad de CLAMP

13 de Enero de 2013, Londres Inglaterra

Shaoran

Carajo carajo carajo!

Era obvio que dios lo odiaba, en primer lugar hacia demasiado frío como para que cualquier persona en su sano juicio estuviera despierto a las 6:00 am, segundo hoy era su primer día de trabajo en el London Clinical Center y tercero y más importante ya se le había hecho muy tarde!

No había suficiente tiempo para tomar una ducha y a decir verdad tampoco deseaba bañarse y después salir a las frías calles de Londres, se lavó la cara, se puso una camisa blanca con una corbata verde esmeralda, saco, pantalones, calcetines y zapatos negros.

Fue hasta su cocina para atragantarse con jugo de naranja y 2 rebanadas de pan con mermelada

Se enfundó en su abrigo, bufanda y unos guantes de cuero antes de salir, no importaba que hubiera vivido aquí toda su vida, simplemente odiaba el frío.

Un viento helado lo azotó y prácticamente tuvo que correr a su auto.

Una vez dentro su móvil comenzó a sonar, intentó contestar, pero sus guantes le quitaban mucha movilidad a sus dedos.

-Maldita sea!- gruñó aun tratando de quitarse los guantes. Cuando por fin estuvo libre de esas infernales cosas su teléfono había dejado de sonar.

Tomo el teléfono en el momento que este comenzaba a sonar nuevamente.

-Diga!- gritó exasperado por la insistencia.

-uyyyy alguien amaneció de malas … no fuiste capaz de "cumplirle" a la mesera de anoche?- preguntó su amigo Eriol.

-¡Jódete Eriol!- respondió Shaoran mientras encendía el auto y comenzaba a avanzar por las calles tratando de no matar a ningún peatón.

-Oye! Yo no tengo la culpa de que ya no te funcione bien … lástima y solo tienes 31 años- siguió bromeando Eriol.-Bueno bueno antes de que me sigas diciendo cuánto me amas quería decirte que ya es muuuuy tarde-.

Shaoran rodó sus ojos aunque sabía bien que Eriol no podía verlo.

-Gracias por el corte informativo- le dijo a la vez que giraba hacia una gran avenida, desde la cual ya podía divisar el hospital.

-Hombre ya en serio tienes que apurarte, hubo un terrible accidente a las entradas de la ciudad, hay muchos heridos y no dudo que vayamos a necesitar de un buen cardiólogo.- comentó Eriol con voz más seria.

-Ya estoy aparcando en el estacionamiento- y corto la comunicación.

Él era uno de los cardiólogos de más renombre en el país sin mencionar su popularidad con las mujeres y la verdad es que por más humilde que quisiera ser, sabía que podría proponerla a cualquier mujer una noche en su cama y ella aceptaría gustosa.

Tenía una buena carga genética, cabello desordenado color chocolate que hacen juego con sus ojos, además de un cuerpo lleno de músculos bien marcados gracias a una infancia rodeada de artes marciales y por si esto fuera poco había decidido estudiar medicina y posteriormente especializarse en cardio… era obvio que era un buen partido.

Miro al edificio y se impresiono por su tamaño, ocupaba toda una cuadra y contaba con alrededor de 13 pisos. Pues bien este sería su nuevo entorno de trabajo.

Se encamino hacia las puertas de cristal para llegar a una recepción, a la derecha habían varias sillas de metal y sillones de cuero que servían para los familiares de los pacientes mientras esperaban a las secretarias detrás de unos grandes escritorios negros con el logotipo en plateado de LMC (London Medical Center) para ser atendidos.

A la izquierda se encontraban los elevadores y justo al lado un tablero de cristal grabado con las especialidades del hospital, en que piso estaban y los doctores del departamento.

Busco cardiología en el tablero, se dio cuenta que su nombre ya estaba grabado en ella y que su piso era el 8.

Tomo el ascensor hacia el piso 8 y mientras veía como se cerraban las puertas esperaba que su día mejorara.

Sakura

Se encontraba frente al espejo del baño para personal y bueno… era un desastre.

Podía ver ojeras debajo de sus ojos verdes esmeralda, su cabello castaño claro alborotado por todos lados y su uniforme quirúrgico (filipina azul con franjas grises y pantalón gris con franjas azules) arrugado y ligeramente manchado con gotas de sangre.

Amaba su trabajo, nadie estudiaría medicina sin sentir amor y pasión por ella, pero en estos momentos en lo único en lo que podía pensar era en estar en su cama.

Lo único que podía hacer por el momento era cepillar nuevamente su largo cabello y amarrarlo en un moño alto y después echarse agua en la cara para espabilarse un poco.

Llevaba sin dormir 36 hrs. y por lo que había escuchado en las noticias serían más.

Y es que ser una doctora especializada en Ortopedia y Traumatología significaba vivir en la sala de emergencias y en el quirófano.

Cuando considero que su aspecto había mejorado considerablemente, salió del baño hacia la cafetería para comprar un café bien cargado y algo que desayunar.

Al entrar en la cafetería vio a Eriol haciéndole señas para que se acercase, sonrió como siempre que lo veía y se caminó a él.

-Buenos días Sak- saludó Eriol dedicándole una sonrisa.

-Buenos días Eriol- respondió Sakura mientras se sentaba y se recostaba en la mesa.

-¿Cansada? ¿No se supone que ya deberías de estar en tu casa?- le preguntó el ojiazul.

-si… estaba a punto de irme cuando escuché sobre el accidente en las noticias y, bueno en accidentes como esos mi departamento es el que tiene más trabajo- explicó Sakura.

- oh pequeña- le dijo con una mirada llena de cariño y preocupación.

-Pues sí pero estos son los gajes del oficio- contestó incorporándose, para ver a Eriol a los ojos y asegurarle con la mirada que estaba bien.

Todos en el hospital siempre habían visto su amistad como algo más allá de eso, y es que siempre llegaban juntos, desayunaban, comían y en ocasiones cenaban juntos.

Ellos eran muy similares, no físicamente ya que los ojos de Eriol eran azul profundo al igual que su cabello y su tez era demasiado blanca, típica de todo buen inglés, mientras que ella tenía ojos del color de las esmeraldas, cabello castaño claro y tez blanca pero no tanto, sin embargo ambos eran bromistas, ruidosos, pícaros, sarcásticos y muy competitivos.

Ambos son hijos únicos y no conocieron las ventajas y desventajas de tener un hermano mayor o menor, así que se adoptaron el uno al otro como hermanos.

La mayoría de la gente pensaba que ellos serían la pareja perfecta y puede que en parte tuvieran razón, ambos conocían los gustos del otro, conocían sus debilidades y temores, pero ellos ya habían intentado una relación amorosa en el pasado y no dio buenos resultados. Además estaba Tomoyo, su querida amiga que si había logrado conquistar el corazón de Eriol y estaba próxima a convertirse en su esposa.

-Tenemos un nuevo cardiólogo- le dijo Eriol sacándola de sus pensamientos.- Es amigo mío de la infancia-.

-Uhhhhh carne fresca! ¿Cómo es?- le preguntó Sakura entusiasmada.

-¿No se supone que estas saliendo con el paramédico ese "como se llame"?- mientras sus labios se curvaban en una sonrisa.

-Travis, pero ya te dije que solo es algo casual- respondió Sakura quitándole importancia.-Así que no importa se le echo un ojo al menú- .

-Pues el platillo principal está ahí- apunto Eriol en la dirección en la que un castaño iba ingresando a la cafetería.

Cuando volteo a verlo todas sus terminaciones nerviosas se activaron, enviándole un cosquilleo a su estómago… y un poco más abajo.

¡Dios! Solo llevaba 3 días sin sexo y con el primer hombre que veía se excitaba.

Es necesario señalar que ese hombre era alguien a quien valía la pena admirar, aun con el traje quirúrgico se podían ver sus músculos bien trabajados, tenía cabello color chocolate y sus ojos combinaban a la perfección.

Cualquier mujer ya estaría con la boca abierta y la baba fluiría fuera de esta, pero no Sakura, ella había aprendido a no desvivirse enviando señales de atracción a los hombres y mejor darse a desear para que ellos la buscaran a ella. Este hombre no sería la excepción.

-Shaoran te presento a Sakura Kinomoto- los presentó Eriol.- Sakura él es Shaoran Li nuestro nuevo cardiólogo.-

-Mucho gusto- respondió Sakura extendiéndole la mano y sonriéndole fugazmente.

-Igualmente- atinó a decir Shaoran algo distraído por la profundidad de sus ojos.

-Bien parece que encontraste tu traje… Sak ¿puedes creerlo? vino al hospital de traje- habló Eriol reprimiendo una carcajada.

-¿Es enserio?- dijo Sakura dejando escapar una risa.- ¿Si sabes que este es uno de los mejores centros de atención en urgencias, no? Tu traje no hubiera durado ni 5 minutos limpio-. Continúo molestándolo.

-Eso veo- comentó Shaoran señalando las gotas de sangre en la filipina de Sakura.

-Mierda- recordó.- tengo que irme a cambiar nos vemos después.- les sonrió y se alejó de ahí camino a los vestidores.

Al cruzar por la sala de urgencias alguien dijo su nombre.

-¡Dra. Kinomoto!, paciente masculino de 33 años involucrado en el accidente, presenta taquicardia, presión alta, frecuencia respiratoria aumentada, temperatura normal, ingresa por fractura expuesta de tibia y peroné en pierna izquierda además de múltiples golpes en el cuerpo. El paciente está consciente y orientado.

Bueno manos a la obra, pensó.

Shaoran

¿Uniformes? ¿Qué es esto el jardín de niños? , pensó mientras caminaba por un pasillo en dirección a su oficina.

En el momento que paso por la estación de las enfermeras no pudo evitar sonreír ampliamente al notar que atraía la mirada de todas las mujeres en ese lugar.

A pesar de eso recordó a la Dra. Kinomoto, sus hermosos ojos, su cabello medio alborotado como si acabara de salir de la cama luego de una intensa sesión de sexo, ese pensamiento desvió su atención a su esbelto cuerpo, facciones finas y delicadas, unos senos de buen tamaño, cintura estrecha y un trasero envidiable cubiertos por el estúpido uniforme gris.

Se preguntó cuál sería su especialidad, ella no era particularmente alta, sus manos se veían pequeñas y delicadas… tal vez ginecología o pediatría, ciertamente combinaban con su apariencia.

El sonido de su localizador lo saco de sus pensamientos. 911, leyó en la pequeña pantalla.

Rápidamente tomo el elevador y corrió hasta la sala de emergencias.

-Dr. Li- comenzó a informarle una enfermera.- el paciente en la cama 3 está teniendo un infarto.

-Vamos para allá- le dijo.

En cuanto encontró la cama número 3 se acercó y vio que el paciente no tenía buena pinta, se veía pálido, sudoroso y más importante se quejaba de mucho dolor en el pecho y adormecimiento del brazo izquierdo.

En seguida saco su estetoscopio y comenzó a auscultarlo, en ese momento se percató de que el monitor marcaba fibrilación ventricular.

-¡Desfibrilador!- gritó a las enfermeras, quienes rápidamente le pasaron las paletas y colocaron gel conductor, él se encargó de untar ambas paletas.-carga a 200 … ¡despejen!- les indicó mientras colocaba las paletas en el pecho del paciente, no ocurrió nada.-carga a 300… ¡despejen!- volvió a gritar y esta vez logro regularizar su ritmo cardiaco.

-Preparen un quirófano tenemos que averiguar la causa del infarto- les dijo con voz firme a las enfermeras.

Se hizo a un lado para dejar pasar a las enfermeras y luego seguirlas, pero al pasar por la cama 1 diviso a la Dra. Kinomoto.

Qué raro, no recuerdo haber visto a ninguna mujer embarazada o a algún niño- pensó Shaoran.

Shaoran se quedó con la boca abierta al ver como la Dra. Kinomoto jalaba la pierna del paciente mientras este gritaba hasta que se escuchó un leve crack y luego comenzaba a entablillarla.

-Listo Neil, tu pierna va a quedar como nueva, pero me temo que vamos a tener que inmovilizarla por unas cuantas semanas, no te preocupes te daremos algo para el dolor.- informó a su paciente con una sonrisa.

Creo que ya sé cuál es su especialidad…