Hace unos años, Izana se convirtió en Rey y dentro de poco, se casará con Haki. Ryu está en el Castillo del Norte, trabajando como jefe del departamento de medicina en el Castillo del Norte. Él se encarga personalmente de los cuidados de la madre de Izana y Zen. Shirayuki está estudiando en Lyrias, junto con científicos procedentes de reinos vecinos. Ella ha manifestado mucho interés en la medicina oriental que se ha desarrollo en el lejano Reino de Yuen. Zen va de un lado a otro junto con Mitsuhide, Kiki y Obi, a diferentes lugares de Reino de Clarines, como el principal vocero de su hermano. Él se encarga de arreglar conflictos altamente delicados que requieren la presencia de una persona de absoluta confianza del rey.

Aunque Izana es un buen gobernante, sus relaciones con la nobleza se han complicado, por el impulso de normas tributarias que restringen su capacidad para acumular riqueza. Él está convencido que el Reino necesita elevar el poder adquisitivo de la población para volverse más próspero. Por eso, debe evitar que los nobles se aprovechen del crecimiento económico y cobren tributos injustificables en eras de ensanchar sus arcas.

De manera particular, se han agravado sus diferencias con los nobles del Norte, porque se ha opuesto a que usen la dependencia tecnológica de otras regiones del Reino, en su beneficio. Él ha usado su autoridad real para que los conocimientos y herramientas producidos en ciudades como Lyrias se lleven a los poblados con mayor rezago, a costos accesibles, en detrimento de los intereses de distintos empresarios.

En este escenario político, Zen se ha convertido en una figura bastante clave para la prosperidad del Reino. Por ello, él realiza su trabajo con mucho entusiasmo, a pesar de que sea bastante extenuante y arriesgado. En más de una ocasión, ha tenido que sancionar a nobles y empresarios. Hasta ha llegado a quitarles el título o cerrar negocios. Si bien, ha ejecutado todas estas decisiones, bajo la autoridad de su hermano, no deja de ser el hombre que los ha delatado frente al Rey y les ha traído desgracias. En los últimos meses, ha tenido que fortalecer los mecanismos de seguridad durante sus viajes, por temor a sufrir un atentado.

Eso sí, su trabajo no es del todo malo. Dado que debe viajar con frecuencia a Lyrias, puede ver a Shirayuki, más a menudo. Sin lugar a dudas, esto alegra su corazón y lo hace sentir menos ansioso. Al fin de al cabo, nunca le gusto del todo que Izana decidiera enviarla a Lyrias por un largo tiempo junto con Ryuu y luego, le pidiera quedarse más tiempo, como parte del equipo de investigación internacional. Sin embargo, no puede negar que durante su tiempo el Lyrias, Shirayuki ha crecido profesionalmente. Ha ayudado en el desarrollo de varios descubrimientos botánicos y ahora estudiando para aplicar mejor sus conocimientos en la prevención y tratamiento de distintas enfermedades. Además, ha cumplido su palabra. Durante su última reunión, le entregó un anillo del tesoro real para que después de su boda con Haki, le proponga matrimonio a Shirayuki. Finalmente, ha obtenido el permiso del rey. Solo falta que ella le dé el sí.

Precisamente, Zen se preparaba para ir a la región del Norte. De acuerdo a los reportes de inteligencia instalados en el reino vecino, se habían detectado flujos irregulares de mercancías en la frontera. Al parecer, se había articulado una red de contrabando que permitía exportar herramientas tecnológicas de uso comercial y militar a un alto costo. Más allá de la evasión tributaria, el asunto se había vuelto complicado, ya que los compradores eran un grupo insurgente que ponía en peligro las relaciones de cordialidad con la monarquía del reino vecino. Zen debería ir para investigar la situación, encontrar a los culpables y procesarlos.

Aunque parecía una misión arriesgada, la asumió con tranquilidad. En la pasado, ya había atendido cuestiones similares. Izana, Mitsuhide, Kiki y Obi también pensaron que todo estaría bien. Nunca imaginaron que ese viaje cambiaría su vida para siempre.