PRIMERO LO PRIMERO, NADA DEL UNIVERSO DE HARRY POTTER ME PERTENECE, SOLO LOS TOMO PRESTADOS.
LA UNICA
O POR SU NOMBRE ORIGINAL, COMO CONOCÍ A SU MADRE, NINGUNA RELACIÓN CON LA SERIE DE TV.
CAPITULO 1.
Ron despertó esa mañana más por la sensación de ausencia a su lado que por la alarma desquiciante de su radio-despertador, se quedó mirando ese espacio vacío dentro de las sabanas y después de repetirse por milésima vez que ELLA estaría ausente apenas por una semana, una terrorífica semana, sacudió su rojo cabello, restregó su cara con sus manos y se levantó.
Una larga hora después tenía tres bolsos con almuerzos dispuestos, la mesa para el desayuno y su taza de café servida con una cucharada de azúcar, se lo merecía todo iba según lo acordado. Reviso una vez más su reloj y molesto por el retraso subió las escaleras rápido para apresurar a sus hijos, toco repetidamente las puertas.
-Rose…Hugo…se hace tarde- les grito a la par que tocaba con sus nudillos las puertas de sus hijos- vamos que tienen que desayunar algo antes de salir.
Fue en vano la mesa se quedó servida, la leche y el jugo volvieron como habían salido al refrigerador y quedo una taza en la cafetera, la costumbre de que dos tomaban café por la mañana.
Ron no podía creer en que momento había perdido a sus hijos, Hugo que iba en el asiento del copiloto solo miraba por la ventanilla perdido en algún lugar de su mente, mientras Rose y sus dedos mágicos tecleaban mensajes a velocidad luz. Tuvieron que salir antes pues Ron entraba al trabajo a la misma hora que los chicos tenían que estar en la escuela, por la distancia del colegio el trasporte escolar no era una opción y además llovía.
La última vez que él los había llevado al colegio Rose aun jugaba al futbol y adoraba charlar sobre eso, por lo que cada mañana era una pelea garantizada con Hugo por el asiento del copiloto, esa mañana se lo había cedido sin problema alguno y aunque adoraba a Hugo, extrañaba su largas platicas con Rose, Hugo era más bien soñador y callado.
Una luz roja le detuvo, apenas habían pasado 5 minutos de los 45 que tardarían, cada día de esa semana, en el camino a la escuela y Ron podría dejarlo pasar pero no podía, no quería dejar ir a sus hijos sin dar un poco de pelea. Había ese pequeño juego de preguntas y respuesta que siempre funcionaba cuando los viajes eran largos, tenía que intentarlo.
-Juguemos como antes, a ese juego de preguntas que les encantaba cuando niños- dijo determinado y definitivamente hubo reacción por parte de los chicos Rose dejo de teclear, pudo escucharla y se cercioró de eso por el espejo retrovisor, tenía una mueca un poco extraña, dubitativa. Hugo por su parte le miraba ahora directamente.
-Tú lo has dicho es un juego de niños- respondió Rose, ahora tenía los brazos cruzados y parecía molesta, solo lo parecía pero había dejado el celular de lado y eso era buena señal.
-Pues yo quiero jugar- dijo Hugo por su parte, algo de alivio sintió Ron.
-Bien en ese caso…- comenzó Ron.
-En ese caso comienzo yo- le corto rápidamente Rose y dirigiendo toda su atención a su hermano, soltó- ¿Por qué odias a Scorpius?
Ron intento calcular si aquella pregunta derivaría en una discusión pero no tenía idea, además a que venía Scorpius Malfoy al tema. Ron miro a Hugo, que se había cruzado de brazos y ahora veía directamente al frente.
-Yo no lo odio- respondió cortante.
-Claro que sí, seguro por eso no se acerca porque con la mirada que le das siempre que te lo cruzas…
-Deja de portarte como una boba, has dejado el futbol por él…
-¿Has dejado el futbol por un chico?- soltó Ron sorprendido, golpeado por la noticia.
-¡Sí!- respondió Hugo.
¡No!- respondió Rose al mismo tiempo.
Hubo un minuto de silencio.
-Te he escuchado decirlo- hablo Hugo- si te portaras más como Rose y menos como una boba él te miraría aunque yo le odie- Hugo siguió cruzado de brazos y muy serio miro a Ron.
-¿Por qué has abandonado el futbol, Rose?- pregunto Ron tomando su turno- lo adoras.
-Lo adoraba- corrigió- y si lo he dejado es porque es algo de niñas- respondió Rose mirando por la ventana.
-Sabes que eso no es cierto, además todos vemos cuanto lo extrañas, las chicas de tu equipo aún siguen jugando.
-Sabes que soy mayor que casi todas, además quien te ha dicho que lo extraño, eso no es verdad.
-Si tú lo dices- respondieron Hugo y Ron a la par, en otra ocasión y sobre otro tema quizá reirían de la coincidencia pero los tres callaron esta vez.
-Creo que es tu turno Hugo, dime que quieres saber…- le dolía un poco aceptar que Rose tenía algo de razón y ya no era una niña.
Hugo se quedó pensativo, una luz roja los detuvo de nuevo. Todos siempre hablaban de sus padres, de cuanto se querían, de cómo se habían perdido y vuelto a encontrar, de que nunca hicieron nada como esperaban que lo hicieran y su madre alguna vez les había contado sobre su boda o el nacimiento de Rose o el suyo, o su primer cumpleaños. Pero Hugo quería escuchar de su padre la historia, no por su tía Ginny o sus tíos Fred y George que siempre bromeaban al respecto, así que con mucha decisión pregunto.
-Papa, cuéntame tu historia con mama. ¿Dónde se vieron por primera vez? ¿Es verdad que le odiabas?
-Eso es más de una pregunta- alego Rose, rodando los ojos.
-¿Cómo conociste a mamá?- puntualizo Hugo.
SB
