Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Rumiko Takahashi. Además, la imagen de dicha historia tampoco es mía, es de Sakuban.

N/A: Sigo viva. No sé por cuánto tiempo, pero sigo aquí. Cambio.

Para más información consultar mi perfil. Cualquier duda o sugerencia PM.

H.


1. Negative

— Por favor, Kag — Susurró al oído Inuyasha mientras una de sus manos se colaba bajo la camiseta de Kagome.

Estaba tan desesperado que ya no le importaba suplicar. ¡El gran Inuyasha suplicando a una simple mortal! Lo había intentado todo, pero cada vez que le respondía era lo mismo.

— No, Inuyasha —. Volvió a repetir la miko.

Llevaba horas intentado convencerla, pero ella seguía enfrascada con los malditos libros e ignorando al hanyô.

La mano de Inuyasha seguía ascendiendo por la espalda de la muchacha, mientras que acariciaba el cuello femenino con su nariz.

—Kagome, venga, no pido mucho —. Ronroneó. Él era el alfa de la manada, ella sería la hembra alfa, ¡pero el macho siempre tenía la última palabra! No podía dejar que tuviese tanto poder sobre él. Suficiente tenía con estar subyugado a ese maldito collar, como para que ella le negase algo que tanto deseaba. Ya habían pasado dos días desde la última vez y las ganas de destrozar cualquier cosa iban en aumento. ¿Y todavía quedaban otros cinco días? Imposible que sobreviviese tanto tiempo. Desde que lo había probado, oh dios, había sido como una bendición de algún kami.

—No, Inuyasha —. Pero no, esa maldita perra se lo estaba volviendo a negar. Pues que no le hubiese dejado desde un primer momento. ¡Qué lo hubiese pensado mejor! El enfado iba en aumento, pero sabía que si demostraba algo de ira, las ínfimas posibilidades que tenía acabarían convirtiéndose en nulas.

Sólo le quedaba un as en la manga, era el último recurso que le quedaba y siempre había funcionado.

Inuyasha bajó sus orejas caninas hasta quedar escondidas bajo su melena plateada, agrandó los ojos tanto como pudo e hizo un puchero con los labios mientras dejaba a la vista uno de sus colmillos. Era una técnica infalible.

—Pero... — Susurró.

La miko vestida con el uniforme escolar de color verde y blanco dirigió la mirada al inuyôkai que estaba frente ella. Por un momento, Inuyasha vio como la duda aparecía en los ojos castaños y creyó que lo había logrado.

—Nada de peros, Inuyasha. No es no —. Fue la rotunda respuesta. —Haberlo pensado antes de haberme dejado sin ropa interior. Ahora tendré que volver a casa y pedirle a mamá que me compre bragas nuevas. ¿En qué estabas pensando? — Kagome arrugó el entrecejo y farfulló— ¿Qué le diré a mamá? Oye, mamá, Inuyasha ha decidido que cada vez que hacemos algo íntimo, mis bragas están en medio y por eso debe romperlas. ¿Me compras más?

Una sonrisa pícara apareció en los labios de Inuyasha. Le encantaba poder romper sus prendas con sus garras. Pero al ver la cara tan seria de Kagome, borró tan pronto como pudo su sonrisa. No era buena idea molestarla más.

Inuyasha se acercó más a Kagome, tanto que sus narices casi se podían tocar, movió su cabeza hacia el cuello de la chica y empezó a lamer bajo la barbilla. Un acto canino expresando su arrepentimiento y buscando el perdón.

Kagome suspiró

—Te perdono, hanyô insaciable —. Dijo tan bajo que a penas era un susurro, pero gracias al agudo sentido del oído, Inuyasha logró captar las palabras.

Los ojos del peliplateado se iluminaron de tal forma que la colegiala creía que el mismo sol estaba saliendo frente a ella. Y sin más, la besó. Un beso intenso y profundo, de esos que te dejan sin aliento. Cuando se separaron, Kagome volvió a hablar.

—Te perdono, pero me mantengo firme con lo que te había dicho. Una semana sin. Por más que lo intentes, sigue siendo no.

El mundo se paró entorno Inuyasha. No lo había conseguido. Ni su última técnica era factible. Se quedó allí parado como si de una estatua se tratase, sólo las orejas se movían de un lado a otro, quizás por el enfado que volvía a surgir en su interior o por los sonidos de los arbustos que habían allí cerca.

No podía ser. ¡No podía ser! Inuyasha se acabaría volviendo loco. ¿No más ramen para él? ¡En toda una semana! ¡Era el fin!


Surprise! He dejado en mi perfil un adelanto de una idea que próximamente será publicada. (Omaigawd).