La historia me pertenece, todo es producto de mi imaginación, los personajes pertenecen a la Gran Stephanie Meyer.
Segunda oportunidad
Capítulo 1: "La noticia"
Pov Bella.
Después de 5 años aquí estaba sentada frente a mi computador mirando mi correo, siempre lo reviso para saber noticias de mis amigos, desde que terminamos el instituto pasaba largas horas frente al computador, cosa que no era nada agradable para él. Alice y Jasper después de haber terminado el instituto se fueron a recorrer el mundo hasta que decidieron establecerse en Canadá, donde ambos realizaron sus vidas juntos, Alice estudio Diseño y en cuanto se graduó puso una tienda, sus diseños han adquirido fama y en poco tiempo pondría una tienda en la ciudad. En cambio Jasper termino estudiando Historia del arte, ahora enseñaba en una escuela, cosa que amaba según había dicho Alice.
Rosalie y Emmett se casaron un par de años luego de haber salido del Instituto, aunque muchos no creían en su amor, nosotros quienes conocíamos más profundamente su cariño y su amor, sabíamos que llegarías hasta viejitos, porque Emmett miraba a Rose como si fuera lo más preciado en su vida y la acariciaba como si fuera una muñequita de cristal, ellos eran el amor puro. Su matrimonio fue hermoso, fue lástima que ni Alice, ni Jasper pudieron asistir y mucho menos él. Aclaro mi garganta tratando de deshacer el nudo que se ha formado y que había comenzó a ahogarme una vez más, el dolor seguía recorriendo mi cuerpo hasta alojarse en mi pecho como la primera vez, nada había cambiado, solo tenía un poco de luz en esta oscuridad. No puedo decir su nombre, desde que se fue a estudiar a Inglaterra todo ha sido más difícil y doloroso para mí, porque él decidió en algún momento cortar todo comunicación conmigo diciendo que siguiera mi camino, que hiciera mi vida porque me lo merecía, que fuera feliz, como si eso fuera fácil de hacer.
Ninguno de ellos fue al matrimonio y de alguna forma para mí fue un alivio, de esa forma me ahorre tener que dar muchas explicaciones. Ahora Rosalie está esperando su primer bebe, tan solo tiene 2 meses, fue una verdadera sorpresa ya que según ellos aun querían disfrutar de sus años de recién casados, pero lo que supuestamente sería un virus estomacal se convirtió en un pequeño punto, del cual Emmett está completamente enamorado de aquella diminuta criatura, tan contento esta que parece un niño pequeño que pronto tendrá un juguete nuevo, cada vez que habla de su hijo su rostro se ilumina y sus ojos brillan como un arbolito de navidad.
Fue demasiado difícil el tener que casarme, pero tuve que hacerlo, tuve que seguir con mi vida, tener que aparentar que todo estaba bien cuando en realidad todo se me estaba derrumbando a mí alrededor y mi corazón estaba roto. Me case con Jacob Black, mi mejor amigo de todo el mundo, él hacia que todo fuera más fácil, pero aun así los cálidos abrazos de Jacob no llenaban el vació que hay en mi pecho, aun después de tanto tiempo todavía duele como si fuera ayer cuando nos despedimos en aquel aeropuerto. Para mi esta situación no era grata, tenía que fingir que era feliz, que mi matrimonio iba bien cuando no era así, pero lo que más me duele es que no solo me estoy dañando a mí, sino también a Jacob y él no se merece esto, no cuando ha sido mi refugio cuando más lo he necesitado, pero a pesar que él sabe que jamás podre amarle como amo a Ed... De solo pensar en él una fuerte presión se forma en mi pecho haciendo que deje de respirar, por que duele demasiado, mi corazón está totalmente roto... Una pequeña y aguda voz me saco de mis pensamientos volviéndome al mundo real, donde tengo que seguir fingiendo.
—Mami, ¿puedo comer dulce? —pregunto mi pequeña niña, ahí estaba de pie a mi lado, mi pequeña Antonia de 5 años, mi luz en esta oscuridad, mi hija, mi todo. Ella nació después de 7 meses que él se fuera a Londres. Jacob acepto casarse conmigo aunque llevara un bebe en mi vientre que no fuera suyo, no podía estar más agradecida a Dios por Jacob, él jamás me ha sacado en cara que Antonia no es suya y la ama como si fuera suya. Le puse ese nombre por él. Ella es idéntica a su padre verdadero, su piel blanca, sus ojos verdes esmeraldas, su cabello cobrizo con tonos castaños, tiene rasgos tanto míos como de él, pero nadie podía decir que Edward no era su padre.
—Anto, ya comiste muchos dulce hoy —comenzó a hacerme un puchero, me recordaba tanto a él, que me dolía el alma el negarle cualquier cosa, solo quería darle todo lo que ella quisiera, pero sabía que debía poner un límite—. Además tu papá está por llegar para que cenemos.
—Pucha, pero si me como toda a comida me darías uno, uno sólito —esta niña sabia como negociar me pregunto si saco eso de su tía Alice. La tome en brazos y la senté en mi regazo.
—Solo uno, pero después de la cena, ¿estamos? —su mirada era impagable, jamás me arrepentiría de haberla tenido, de haberme hecho responsable. Su respuesta fue llenarme de besos soltando varias risitas.
—Gracias mami —dijo para luego soltar de mis brazos e irse a la sala a jugar, seguí revisando mi correo pasando los de mi trabajo, solo buscaba el de ella. Entre todos encontré el de Alice, lo abrí y me sorprendí al momento.
"Peque:
Espero que estés bien, yo estoy de maravilla como ya sabes desde hace un año y medio que estoy viviendo en Ontario, Canadá y te puedo decir que soy inmensamente feliz, aprovecho de agradecerte por las fotos que me mandaste, es realmente hermosa tu hija, aunque tú y yo tenemos mucho de qué hablar, hay muchas cosas que explicar.
Bueno lo que quería decir es que en un par de semanas estaremos de vuelta en Forks, como ya sabes pondré una tienda en la ciudad, pero también en Port Angeles y a Jasper lo han trasladado a una escuelita en Port Angeles, así que estaremos más cerca, espero que me vayas a buscar al aeropuerto ya que te tengo una noticia, te quiero amiga y ya sé que estas llorando así que no dejes que Anto te vea así, límpiate esas lágrimas y sonríe. Nos vemos en 3 semanas te quiero mi peque.
Se despide tu amiga Alice C".
Por supuesto que estaba llorando al fin podría abrazar y poder hablar con alguien, la extraño. Sé de lo que quiere hablar, es inevitable ver el parecido que Antonia tiene con su hermano, sabía muy bien que ese momento llegaría tarde o temprano.
—Mami, ¿porque lloras? —pregunto mi pequeña, poniendo su pequeña mano en mi mejilla, no me había dado cuenta que estaba a mi lado mirándome con preocupación.
—Mami, llora porque está feliz —respondí sonriendo, mi mejor amiga volvería y temía su reacción, cuando le conté que Antonia es su sobrina y por supuesto sobre mi matrimonio con Jacob, ella no me lo podía creer y desde entonces me pedía que le contara todo a su hermano, sé que tiene derecho a saber sobre su hija y disfrutar de ella, pero aún me duele todo con respecto a él. A Jacob jamás le molesto que siguiera en contacto con Alice, pero sé que por dentro quería que yo cortara toda comunicación con la familia Cullen. Siempre nos juntábamos con Rosalie aunque no se llevaban bien, se trataban con educación solo por Anto, ella amaba a su tía Rose y a su tío Emmett, ellos no sabían que ella es hija de él, pero sé que lo intuían, sus ojos y sus sonrisas cómplices lo delataban.
Cerré mi correo y apague el computador, me levante del escritorio, bese la frente de Antonia pidiéndole que fuera a jugar, ella se aseguró que yo estuviera bien, me dispuse a hacer la cena justo a tiempo para que comiéramos en cuando Jacob llegara, sería una cena. Mi esposo llego poco después por lo que cenamos apenas estuvo listo todo, los nervios me estaban comiendo viva, tenía que decirle lo de Alice, no sabía cómo iba a tomar, pero teníamos mucha confianza y no me gustaba ocultarle nada así que decidí darle la noticia de una vez por todas.
-—Hoy recibí correo de Alice —mi voz sonó demasiado nerviosa y se quebró al final sonando como un chillido, pero no quite la mirada del rostro de Jake, cada musculo se había tensado y sus ojos se habían endurecidos.
—Me alegra que se halla comunicado y ¿que cuenta? —levanto su comida lentamente y la metió en su boca, su mandíbula estaba completamente tensa.
—Por lo que dice el correo, se viene en 3 semanas —su mirada se intensifico y no dejaba de mirarme, yo sabía que detrás de esa mirada me preguntaba por él, si el también vendría, yo solo moví mi cabeza negativamente y el dolor volvió a mi pecho ahogándome lentamente. El miro su plato sin decir nada, quizás debí de decir que no sabía cuándo Alice volvería o simplemente omitir todo.
—Genial —fue todo lo que dijo, pero mi pequeño ángel no se daba cuenta de lo tenso que estaba el ambiente y decidió unirse a la conversación.
—Papi, ¿quién es Alice? —pregunto inocentemente, Jacob levanto su mirada hacia mí, pero en esa mirada solo había amor, me dolía no poder amarle como se merecía, luego fijo su vista en ella.
—Es una amiga de tu mamá —dijo dulcemente—, que pronto vendrá a visitarla —su voz al final sonó dura, supe que no le gustaba la idea de aquella visita.
La cena termino en un aire denso, era bastante incomodo por lo que fui a limpiar la cocina dejando todo limpio, de esa manera ocuparía mi mente, mientras Jacob y Antonia veían el televisor. No me podía quejar Jake era todo lo que una mujer podía pedir, pero cada vez que nombraba algún Cullen en su rostro notaba el desagrado y tensión, si fuera por él nos hubiéramos ido bien lejos donde nadie nos conociera.
Cuando termine fui a la sala de estar y los vi durmiendo, así que tome con cuidado a mi angelito y Jacob se despertó, pidió llevar a Antonia a su cuarto, me negué y le pedí que se fuera a descansar, insistió en que el llevaba a Antonia a su cuarto, pero cedió cuando le dije que yo quería hacerlo. Le cambie su pijama y la acomode en su cama, ver a mi pequeña dormir le daba un poco de paz a mi vida y sanaba un poquito a i corazón. Volví a mi habitación que compartía con Jake y no sabía qué hacer, así que me cambie el pijama en completo silencio que no duro mucho tiempo.
—¿Cuándo llega Alice? —su voz me asombro ya que se escuchaba tranquila, pero tenia que se cuidadosa, él sabía muy bien como disfrazar las emociones.
—En tres semanas, creo —agregue con voz suave— no me ha dicho el día exacto.
Esa fue toda la conversación que tuvimos y me acomode a su lado pero dándole la espalda, él paso su brazo alrededor de mi cintura podía sentir su respiración en mi nuca, cerré mis ojos con fuerzas esperando a que el sueño llegara pronto a mí, que las horas pasaran para poder levantarme de esta cama.
—Yo protegeré tu corazón —susurro Jacob y no pude aguantar más las lágrimas, era inevitable, toda esta situación me superaba.
—Gracias Jake —era lo único que podía decir, sabía que por dentro me está desmoronando poco a poco y durante todo este tiempo él ha estado allí para poder recorrer los pedazos de mi vida. Entre lágrimas me quede dormida, pero como todas las noches despertaba gritando por mi pesadillas. Jamás podía dormir sin que una pesadilla interrumpiera mis sueños, cada vez que gritaba Jake me abraza me decía que todo estaría bien. Intente conciliar el sueño, pero me fue imposible, fue cuando vi a mi pequeña estaba a un lado de mi cama, mirándome con sus ojitos entre abiertos a causa de su sueño. Mire la hora y eran las 4 de la mañana no era común que ella no pudiera dormir por lo que me preocupo.
—Mami, no puedo dormir —susurro para luego bostezar, en su mano tenía un peluche que era un león, se lo había regalado Emmett para su cumpleaños número tres, ese pequeño juguete me lo recordaba mucho y sé que esa fue la intención de Emmett.
Me solté del agarre del Jacob, la tome en brazos y la lleve a su cuarto juntas nos metimos a la cama, para que se quedara dormida comencé a tararear mi canción de cuna, la que más de una vez me tarareo él, me dolía el alma, pero el dolor me confirmaba que él había real, que lo nuestro fue real poco a poco se quedó dormida y también yo junto a mi pequeño rayo de luz.
Pov Jacob.
Me desperté buscando a Bella, pero mi esposa no estaba, la cama fría, eso quería decir que hacía rato que se había levantado. Pero ¿a dónde iría?, quizás este pegada en la computadora esperando más noticias de la Cullen, esa noticia me cayó como balde de agua fría, yo esperaba que jamás volvieran, solo con su llegada le traerá recuerdos a Bella y ya es difícil tener que luchar todos los días por el amor de Bella, mientras ella sigue pensando en el bastardo de Cullen.
Me levante, me duche y vestí para ir al trabajo poniéndome un traje oscuro, fui a la cocina y me hice un café, Bella no está en la computadora, recorrí el pasillo y abrí la puerta de la habitación de mi hija y allí estaba las dos, dormían plácidamente que no quería despertarlas. Me acerque muy despacio sin hacer el menor ruido y les di un beso a cada una de ellas y Bella abrió los ojos poco a poco.
—Jake, ¿ya te vas? —pregunto Bella un poco adormilada.
—Si ya me voy, no quería despertarte —le dije susurrando para no despertar a mi hija, si Antonia Elizabeth Black Swan es y sera siempre mi hija, aunque yo no la haya engendrado, pero es mi pequeña hija yo la estoy criando.
—Que te vaya bien —se levantó despacio sentándose en la cama. Asentí y Salí de la habitación, como me gustaría que mi matrimonio fuera mejor, que ella me dijera que me amaba, que me abrazara y me llenara de besos, pero la vida no es una fábrica de deseos y no puedo obtener lo que quiero.
Fui directo a mi coche, sabía que con la llegada de Alice Cullen las cosas se complicarían aun mas, pero que puedo hacer, jamás le prohibiría a Bella que la viera por qué de alguna forma ella la quiere y si ella quiere verla yo no me opondré. Pero claramente mi tranquila vida en familia se ira a la alcantarilla con la llegada de Alice a Forks.
