Advertencia:Semi, semi semi AU (Konoha y el mundo ninja de Naruto tal y como se puede ver en la serie, pero con una serie de variaciones, como el heqho de que Sasuke volvió a Konoha después de irse con Orochimaru, y otros...)


Todos los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto

Capitulo 1 – Declaración de Guerra

...

Era una tarde tranquila de primavera en la aldea de la Hoja. El sol brillaba en todo su esplendor sobre un cielo azul totalmente despejado, las aves cantaban una tonada armoniosa, los animales paseaban tranquilamente, y las personas caminaban inocentemente por las calles conversando amenamente.

Sí, ese parecía ser un día de lo más normal, común y corriente como cualquier otro. Y hubiese terminado tal y como comenzó, de no ser por una serie de gritos estridentes que retumbaron en el ambiente, que terminaron arruinando la paz de aquel día. Unos gritos provenientes de la mansión Hyuuga...

–¡¡Como pudo habérsele olvidado!! – gritó una chica de cabellos rosados, totalmente histérica, al momento que golpeaba la pared que tenía al lado y le dejaba una enorme grieta.

Al ver su pared destrozada, Hinata se tensó levemente y lamentó no tener a la mano el número de teléfono de la tienda de cemento.

–Mejor… porqué no te serenas un poquito, Sakura – Sugirió preocupada una joven de cabellos castaños amarrados en dos moñitos, quien estaba sentada en una silla frente al escritorio de la habitación, con los codos apoyados sobre el escritorio y observando con sorpresa la kunoichi de ojos verdes hacía exhibición gratuita de su hiper-fuerza.

–¡Sí, ya cálmate, frente de marquesina! – apoyó a las palabras de la anterior, pero con cierto toque de sarcasmo, una chica de cabellos dorados, quien se encontraba sentada al borde de la cama de Hinata, observando divertida el espectáculo que estaba dando su rival de toda la vida.

–¿¡Qué me calme?! – gritó de nuevo Sakura, más molesta aún. – ¡¿Como puedes pedirme eso?! ¡¿Se le olvidó celebrar nuestro primer mes?!

Las otras tres en la habitación se observaron con sorpresa al escuchar la última oración de la enojada kunoichi. Apenas acababan de descubrir el verdadero motivo del enojo de la Ninja médico. Un motivo más que razonable…

El silencio se hizo presente por unos minutos, hasta que éste terminó siendo de la manera menos sutil posible, por la kunoichi de cabellos dorados.

–No lo culpo, con alguien como tu a su lado quien iba a querer recordar tan desagradable evento.

Si con ese comentario, la rubia pensaba que podría sacarle una sonrisa a alguien, se equivocó.

La Haruno gruñó con furia ante el comentario burlón de su amiga y, con una vena reventando de su frente, le mostró su más terrorífica expresión de sádica.

– Pero como te atreves, ¡¡Ino–puerca!! –

Sakura miró a Ino con ojos de asesina en serie, casi tan aterradora como su inner, y luego levantó el puño y la amenazó con furia, con claras intenciones de mandarla directo al hospital.

Estaba a punto de darle un buen golpe con su puño bañado en chacra, cuando Hinata se levantó de su silla e intentó dialogar con ella, tratando de calmar la situación.

–Sakura, no… no deberías tomártelo ta…tan en serio, ya sabes como es Ino y…

Un par de segundos después Hinata estaba de cabeza en una esquina de su habitación – lo que le pasa a la pobre por meterse donde no la llaman – y Sakura ya había descargado su furia sobre la pobre Yamanaka, quien terminó aplastada en el suelo, con los ojos desorbitados y en estado de semi-inconsciencia, con el pie de Sakura sobre su cabeza.

–¡Como pudiste olvidarte de nuestro primer mes, Sasuke Uchiha! – gritó y volvió a golpear la misma pared, agrandando más la grieta.

Si continuaba así, la familia Hyuuga iba a tener que hacer un pedido especial de cemento para parchar las paredes.

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Hinata había invitado a sus amigas a pasar la tarde en su casa, específicamente en su habitación, con la esperanza de que la ayudaran a resolver sus recientes problemas sentimentales. Últimamente había estado teniendo demasiados problemas en el aspecto amoroso, y en verdad necesitaba un buen consejo que la ayude a salir del apuro.

Lo que no se imaginaba era que sus amigas no acudirían a su llamado precisamente para apoyarla. Ellas llegaron con sus propios problemas amorosos, y apenas llegaron se dedicaron a descargar su furia con todo lo que encontraban a su paso, olvidando por completo el llamado de ayuda de su amiga…

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–Ya deja de quejarte, Sakura – comentó débilmente Tenten, quien parecía verse cada vez más desparramada sobre el escritorio de la habitación de la Hyuuga, de lo triste que se veía. – Al menos no tienes problemas con la reputación de tu Sasuke. – comentó para de pronto llamar la atención de todas. – En cambio yo, ya esto harta de tener que soportar los estúpidos chismes que andan inventando sobre mi Rock Lee.

Sus amigas la observaron totalmente incrédulas, y luego se miraron entre ellas con sospecha en el rostro. "¿Que acaso no se ha dado cuenta?"

– ¿Que tanto se miran? – Los ojos se le agrandaron y unos destellos de luz salieron de ellos, luego se levantó y comenzó a gritar con mucha seguridad, al puro estilo de Gay sensei – ¡Yo estoy segura que él es todo un hombre! –

Sus amigas se quedaron mirándola boquiabiertas. Sí, era definitivo, ella aun no se había dado cuenta.

–Pero Tenten, ¿No has notado nada... "extraño" en el comportamiento de Lee? – le preguntó Sakura, asegurándose de enfatizar la palabra "extraño".

Las palabras de la Haruno lograron bajarle los ánimos a Tenten en menos de un segundo. Volvió a su posición anterior, sentada, con los codos sobre la superficie del escritorio, y sus manos sujetando ambas mejillas, con la mirada más melancólica que nunca.

–Bueno, pues, si es cierto que se la pasa todo el día entrenando con Gay sensei, pero…

–¿Y no has notado nada extraño en esos entrenamientos? – volvió a preguntar con mucha curiosidad y nada de tacto la de cabellos rosados.

–¿Extraño? – la de cabellos castaños observó al techo con aire de duda, para luego continuar. – pues… en los entrenamientos que he estado no he visto nada raro. – comentó, para luego poner cara de preocupación. – aunque lo que más me preocupa son esos entrenamientos nocturnos que tienen en privado y… – comenzó a divagar, recordando a Lee entrando sonriente al dojo de su maestro para entrenar a media noche. – y debo admitir que es muy extraño porque nunca nos invitan ni a Neji ni a mí. – terminó rascándose la cabeza con expresión de confusión.

Todas la miraron con más énfasis que al principio. "En serio, ¿Aun no se da cuenta?"

Sakura se acercó a Tenten y se sentó a su lado, decidida a abrirle los ojos. Ino y Hinata la observaron un tanto desconfiadas, conocedoras del poco tacto de la kunoichi.

– Tenten, amiga. – comenzó a halar la Haruno. – si lo piensas bien, el comportamiento de Lee siempre ha sido extraño. Tú sabes, eso de usar mayas verdes tan ajustadas, las poses raritas que tiene antes de pelear... y sobre todo esa manía de admirar tanto a Gay sensei, casi lo idolatra ¿No? … y… pues… yo creo que entre ellos pasa algo… –

Tenten levantó la mirada con los ojos enrojecidos ante las palabras de Sakura, quien al parecer no notaba el detalle y continuaba hablado. Por detrás, Hinata e Ino intentaron hacerle señales a la Haruno para que se detuviera, pero ella ni se percató del detalle.

–… y bueno, ahora que recuerdo el otro día que pasaba frente al gimnasio de la academia, los vi saliendo de ahí con una expresión de "satisfacción", y podría jurar que Gai sensei se estaba levantando el cierre del pantalón porque… – la joven no pudo continuar porque alguien la interrumpió, a tiempo.

Antes de que Sakura pudiera terminar de destrozarle el corazón a Tenten con aquella historia, Ino ya se había ubicado estratégicamente detrás de su silla y la había sujetado con las manos sobre la boca, para luego amarrarla y amordazarla lo más rápido posible. Eso la mantendría callada, al menos por unos minutos.

Luego de evitar la desgracia, e ignorando completamente los intentos de su amiga por liberarse, Ino se incorporó y comenzó a contarles a sus amigas sus problemas.

–¡No se de que tanto se quejan! Al menos ustedes tienen pareja, y pueden estar seguras de ello – afirmó convencida la rubia – en cambio yo, ¡¡Ni siquiera puedo tener la seguridad de eso!! El muy cobarde de Sai no ha tenido hasta ahora el valor de confirmarme si lo nuestro va en serio o no – suspiró con el rostro triste, pero pronto la fuerza volvió a ella, y continuó con sus quejas – Al menos quisiera saber si en verdad le gusto o no.

Las cuatro kunoichis se quedaron sentadas mirando al suelo con la expresión triste. Pasaron los segundos y nadie habló (algo poco usual considerando que se trataba de cuatro jóvenes adolescentes en una misma habitación), todas estaban demasiado desanimadas como para continuar con la conversación.

Repentinamente, algo rompió ese silencio. Un grito, una voz, una queja. Alguien de quien jamás se hubiesen imaginado oír la más mínima palabra de molestia, causó sorpresa y asombro en las demás presentes, al levantarse y gritar.

–Pu…pues yo creo que todos los hombres son unos… ¡I…i…idiotas! – en aquella frase, Hinata soltó de golpe toda su frustración y cólera, contenidas hasta ese momento.

Sus amigas voltearon a mirarla totalmente sorprendidas e incrédulas. Por un momento, lamentaron no tener a la mano una cámara para grabar aquel evento memorable.

La Hyuuga intentó decir algo más luego de aquel incidente, algo que la redimiera de atreverse a gritar de aquella forma, pero las miradas de todas sobre ella la pusieron más colorada que nunca, y respirando agitado de los nervios, para luego quedarse callada.

–¿Pero que fue lo que pasó Hinata? – Pregunto Tenten preocupara.

–Pues, bu…bueno, lo que paso fue que – intentó explicar su problema, pero fue interrumpida por Sakura.

–¿Qué te hizo ahora el idiota de Naruto? – preguntó molesta la Haruno, asumiendo que todo debía ser, como siempre, culpa del chico rubio hiperactivo –¿Te declaraste y te rechazo? Pero como se atreve en muy infeliz hijo de pu#... –

–Esto es el colmo, ¿Que te haga daño a ti? ¿Tan linda que eres? – La rubia ya había tomado inconscientemente una kunai en la mano derecha y echaba humo por las orejas – ¡No se q rayos le habrás visto al retrazado baka de Naruto, pero ahora me las va a pagar…!

–¡Se merece una lección! – gritó con furia Tenten mientras tomaba en su mano sus pergaminos con todo su armamento listo para la acción.

Hinata las observó más asustada que nunca. Se estaba armando un lío tremendo y no tenía idea de cómo remediarlo. Si no lo detenía a tiempo, las consecuencias podían ser catastróficas.

–Pero es que eso no fue lo que – Intentó aclarar el problema Hinata, y explicarles a sus amigas que estaban equivocadas, pero ellas ya no le estaban prestando atención.

Ellas estaban más concentradas en su propia ira.

–Pues ahora va a ver el muy infeliz, se merece una lección – Ino estuvo a punto de levantarse y salir en busca del portador del Kyubi, cuando fue detenida por Sakura.

–Espérense chicas. – detuvo a la rubia y luego miró a todas, convencida que un motivo común las unía. – Creo que estamos juntas en esto, ¿Cierto?

–Sé a lo que te refieres… y te apoyo. – aseguró Ino, viéndola a los ojos con una seguridad total en los suyos.

–Yo también, las apoyo. – se acercó a ellas Tenten, con el ceño fruncido y la mirada puesta en las otras dos.

Por su parte, Hinata apenas pudo notar que las otras tres estaban tramando algo en mente, algo que en definitiva no iba a ser nada bueno. De pronto, se dio cuenta que la estaban observando y que esperaban una palabra de ella, su apoyo. Apenas atinó a asentir levemente la cabeza, sin saber en lo que se estaba metiendo.

–Listo. – sonrió satisfecha la Haruno. – Si ellos nos tratan mal, ahora nosotras les daremos una lección, porque ahora vamos a dar inicio a la "Guerra de…… – antes que pudiera pronunciarse, algo interrumpió sus palabras.

Unos sonidos estridentes, acompañados de gritos y súplicas provenientes de la calle, las distrajeron.

Se apresuraron en asomarse a la ventana para ver de qué se trataba, si era algún ataque a la aldea o alguna catástrofe natural que atentaba con la vida de los habitantes de su villa, pero no encontraron nada de ello. Lo que vieron las dejó más que sorprendidas. A lo lejos, identificaron a Nara Shikamaru saltando de techo en techo, totalmente aterrado, seguido por una histérica Temari que le gritaba a voces con evidente signos de furia, mientras batía su abanico sin piedad contra él.

–¡¡Ahora vas a ver lo problemática que puedo llegar a ser!! –

Las cuatro kunoichis se miraron entre sí entre asustadas y sorprendidas, preguntándose que habría pasado entre ese par para que Temari estuviera tan molesta. Solo había una manera de averiguarlo. Asintieron al mismo tiempo y partieron discretamente para seguirlos.


Hinata activó su Byakugan para asegurarse no perderlos de vista. Partieron inicialmente hacia donde vieron huir por última vez al Nara y, luego de ubicarlos, esperaron pacientemente a que la kunoichi de Suna lo lograra acorralar, lo que según Ino a lo mucho tardaría unos 2 o 3 minutos.

Al cabo de un minuto y medio, y batiendo su propio record, Temari ya había acorralado a su novio en un callejón oscuro. Las chicas se les acercaron y se sentaron en un una azotea de una casa cercana con buena vista para no perderse ningún detalle de lo que ocurriese.

Ahora imagínense esta escena:

Sakura, Ino, Hinata y Tenten sentadas comiendo canchita y bebiendo de sus gaseosas misma película de cine mientras veían el espectáculo.

Primer acto: Temari usando a Shikamaru como muñeco de entrenamiento.

Segundo acto: Temari puliendo su abanico con Shikamaru.

Tercer acto: Temari verificando que todos los huesos de su amado estén debidamente rotos.

Luego de un par de horas tenían a una Temari más tranquila y dispuesta a hablar (Y a un Shikamaru medio muerto con el cuerpo destrozado)

Luego de asegurarse que Temari estuviese lo suficientemente calmada como para no matar a nadie más, las cuatro más jóvenes se le aproximaron. Shikamaru suplicó por ayuda, pero fue ignorado.

–Temari, ¿Qué hizo ahora el "individuo" este? – le pregunto Ino, ignorando las suplicas de ayuda de su compañero de equipo.

–¿Que hizo? Anda, habla inútil – Dijo mientras levantaba la cabeza de Shikamaru, que apenas podía decir "ayúdenme"– Bueno, si él no se los dice es porque es un cobarde… lo que hizo fue dejarme hace dos días plantada en la entrada de mi aldea ¡¡Esperándolo toda la noche!! Y todo para que ni se apareciera…. claro que yo me vine preocupadísima para averiguar que pasaba y cuando llego me entero que al ¡SEÑORITO! se le había ¡OLVIDADO! que teníamos una ¡CITA! –

El testimonio de Temari fue definitivo. De hecho, los hombres se merecían una lección.

Se miraron entre ellas y asintieron. Todas tenían el mismo pensamiento, la misma idea malévola, los hombres debían pagar por lo mal que las estaban tratando. Invitaron a Temari a unírseles, y la llevaron con ellas a la mansión Hyuuga.

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Unos lamentos se oyeron provenientes del oscuro callejón.

–Pero la cita era para este sábado –

Apenas se le podía escuchar a Shikamaru defenderse, pero las chicas ya se habían ido dejándolo abandonado en medio de la calle con un par de buitres mirándolo con ojos hambrientos.


Regresaron a la habitación de Hinata para continuar con sus planes.

Se encontraban las cinco kunoichis dando vueltas e ideando mil y un formas de hacer sufrir a los chicos. Hinata, por su parte, se encontraba a un lado de su habitación lamentándose por no poder llamar la atención de sus amigas para aclarar el malentendido.

Le explicaron los pormenores a la recién llegada, y la pusieron rápidamente al tanto de todos los acontecimientos con cada una de ellas. No hizo falta decir más para que Temari compartiera los mismos sentimientos de sed de venganza que las demás, y pronto se unió a su causa. Causa que, por cierto, Hinata aún no había captado del todo.

De pronto, todas se detuvieron y gritaron al unísono.

– Ahora si es hora de comenzar la "Guerra de los sexos".

Después de haber descargado verbalmente su furia – lo que normalmente se entendería como haberlos insultado hasta mas no poder – acordaron reunirse al días siguiente a primera hora de la mañana en la casa de Sakura para decidir cual sería la primera medida a tomar, pues ya se les hacia tarde y debían regresar a sus casas, y a Temari la esperaban sus hermanos en el hotel donde se estaban hospedando.

Cuando todas se fueron de la mansion Hyuuga, Hinata se quedo sola en su cuarto y se recostó en su cama, tratando de explicarse como se había terminado metiendo en tremendo lío, y como le haría para salir de él. Pero lo que más le preocupaba en ese momento, era haber terminado metiendo al pobre de Naruto en la discusión, y como haría para poder sacarlo del problema.

"Si supieran que mis problemas están relacionados con otro chico... ni se lo imaginan… "

La noche cayo sobre la ciudad y todos durmieron apaciblemente, aunque los chicos no tenían la menor idea de lo que les esperaba.


/FIN DEL PRIMER CAPITULO/

Ok, ahí tienen mi primer fanfic, espero que les guste. VERSION EDITADA.