Luego de la terrible batalla contra el malvado dios de las tinieblas, Hades, la paz reinaba nuevamente en la Tierra. Reviviendo a cada santo que había muerto durante la Guerra Santa.
Atena, la diosa de la guerra, estaba protegida por sus santos; los Caballeros Dorados, sus Santos de Plata, y sus fieles Caballeros de Bronce.
La joven guerrera comenzaba a sentir que sus santos dorados ya habían dado mucho esfuerzo por ella desde hace años, además tenía a sus siempre fieles y honorables santos de Bronce, en ellos Seiya, Hyoga, Shiryu, Ikki y su tierno hermano Shun.

La joven poco a poco recordaba imágenes en su mente de unos caballeros, ¿quiénes eran? Cada noche soñaba a ciertos santos, se notaba que era de época de antes, por las vestimentas y demás cosas.
Recordaba además a cierta mujer de cabellos lilas, demasiado parecidos a los de ella, ¿era acaso una visión o algo parecido? No sabía que pensar, además esa misteriosa mujer que aparecía en sus sueños tenía el báculo perteneciente a la diosa de la Justicia...

Saori se despierta toda sudada y asustada. Tal vez esos sueños vendrían a ser malos en un futuro, no entendía la razón de esas pesadillas.

- ¿Será acaso...? Debo estar segura, preguntaré a Shion, el sabrá bien esto...- Decía la joven levantándose, para poder asearse, desayunar e ir a la recámara del Patriarca.

Una vez allí dentro, Shion hace una reverencia a su diosa.- Buenos días señorita Saori.

- Buenos días Shion.

- Señorita, ¿a qué se debe su presencia?- A lo que la joven lo mira seria, pero a la vez con curiosidad en sus ojos.

- Seguro recordarás Shion... la anterior Guerra Santa.- Decía mientras el Patriarca la miraba sorprendido.

- Sí, sí lo recuerdo majestad... ¿para qué esa pregunta?

- Cada noche, vienen imágenes a mi mente... y pienso que son los santos de la anterior guerra. Claro sin contarte a ti ni a Dohko.

- Los caballeros de Sasha... ¿Tiene planeado algo señorita?

- Ideas vienen a mi mente Shion. Sabes, los Caballero Dorados ya han estado tiempo protegiéndome, al igual que tú y Dohko, por eso se me han ocurrido dos ideas.

- ¿Cuáles majestad?- Preguntaba curioso el Patriarca, no sabía que ideas se le vendrían su diosa en estos momentos.

- Primero, reviviremos a los Caballeros Dorados de la anterior Guerra Santa, al igual que a la anterior Atena. Y segundo, les quitaré a mis santos dorados su cosmos, al de todos ellos, serán humanos comunes.- Dijo seria y decidida.

- ¡Pero señorita Saori! ¡Puede venir una nueva guerra contra alguien que sea demasiado fuerte! Nuestros Caballeros de oro tienen que estar preparados para tal momento.- Shion estaba totalmente desacuerdo con la idea.

- Tranquilo Shion, Seiya y los demás santos de Bronce han demostrado ser fuertes e inteligentes a la hora de la pelea... ellos tomarán el cargo de Caballeros Dorados.- Dijo sonriente la diosa.

- Pero... como diga señorita.- Mientras se retiraba.

Ha pasado un año desde este suceso. Saori, como lo había dicho, revivió a la antigua Atena y a sus Santos de Oro, y como había prometido, les quitó su cosmos a cada uno, haciéndolos simples mortales. Aunque unos no quisieran, era orden de Atena que tenía que cumplir. Sasha estaba de acuerdo con la propuesta de Saori, por fin se habían conocido y se llevaban muy bien al parecer.
En cuanto a Seiya y los demás santos, él tomó la preciada armadura de Sagitario, Hyoga quedó con la armadura de Acuario, Ikki con la de Leo, Siryu con la de Libra, y por último Shun con la armadura de Virgo.
Los Santos Dorados, de ambas épocas, se llevaban bien, salvo uno que otro joven... algunos haciéndose grandes amigos.
Ahora como simples humanos, Saori los había inscrito en una escuela universitaria, ahora sería el comienzo de una nueva etapa...