Bueno, este mi segundo intento de fic en uno de los mangas que más me cautivó: Hana Yori Dango. Disfruté mucho de la historia y del Dorama pero hasta ahora no puedo evitar pensar en que Rui y Tsukushi merecían terminar juntos. Entonces, este es el primer capitulo de mi versión de la historia...Ojala y lo disfruten! Muchas gracias por leer!

-*-*Flashback 1*-*-

—Si eres la novia de uno de mis mejores amigos, entonces tú y yo podemos ser amigos para siempre.—dijo él.

—Hanazawa Rui, ¿sabías que yo te quería?

—Por supuesto...Llegarás tarde a clase.

-*-*Flashback 2-*-*

—¿Para qué viniste?—preguntó Tsukasa con ojos fríos.

—¿Huh? ¿A qué te refieres? Vine para llevarte de re…

—No voy a volver. Esto no tiene nada que ver con la vieja bruja. Esto lo he decidido yo. Me voy a quedar aquí. Salir del colegio también fue mi decisión. Regresa, ve a casa.

-*-*Flashback 3-*-*

—Vine aquí con el apoyo de todos, tan segura de mí misma. ¿Qué hay de ti, Hanazawa Rui? ¿Por qué viniste? Es toda una sorpresa.

—Vine porque estaba preocupado por ti. Preocupado de que pudieras estar llorando por ahí.

-*-*Flashback 4-*-*

—Ha…Hanazawa Rui…justo ahora…

—¿El beso? De repente quise hacerlo.

—¿Qué quisiste hacerlo?

—Sí, ¿es eso un problema?

—¡Claro que lo es! ¡Es raro! ¡Los amigos no hacen eso entre ellos! Aparte yo sólo soy tu mascota ¿cierto? ¡Deberías guardar tus besos para la persona que amas!

—Ah, lo de la mascota, te lo creíste, jaja. (…) Realmente no me entiendo. ¿Por qué hice eso? ¿Tal vez es amor? Ya veo, eso debe ser.

-*-*Flashback 5*-*-

—Regresemos a Japón. Regresemos juntos.

El sueño desvaneciente que he visto tantas veces, el sonriente Doumyouji, y las palabras que quería oír… ¿Por qué es esta persona quien las está diciendo?

-*-*Fin de flashbacks*-*-

Esta mujer estaba nuevamente frente a ella, orgullosa como siempre.

—Te concederé un deseo, cualquier cosa que quieras. Vamos.

¿Cualquier cosa que desee?

—Hice algunas promesas con él…quiero que las olvide. Sólo dígale eso y entenderá.

—Muy bien, se lo diré—y con esto, se marchó.

—¿Por qué no le pediste que dejara a Doumyouji hacer lo que quisiera?—le preguntó Rui.

—Porque no me corresponde pedir eso. Él dijo que era algo que había decidido por sí mismo. Hanazawa Rui, sé que ya lo he dicho muchas veces, pero muchas gracias.

—Ya deja de decir eso—le dijo con una sonrisa en el rostro. Luego se acercó a ella y le besó la frente. Un conocido latido hizo doler el corazón de Tsukushi.

—Tú y yo tenemos una conexión con los aeropuertos, sea que tú tengas problemas o yo.

—¿Te refieres a esa vez cuando Shizuka-san se fue a París?

—Ajá, tú me apoyaste entonces. Esta vez, yo te apoyaré. Ya casi es hora, vamos a la puerta de embarque.

—Sí—no habían dado ni un solo paso mientras se volteaban para ir hacia el avión cuando vieron a Doumyouji parado frente a ellos.

—¿Qué es lo que están haciendo?—preguntó.

—Tsukasa, me estoy llevando a Makino conmigo a casa.

—Me doy cuenta de ello porque estamos en el aeropuerto. Pero, antes de eso-

Ah, él vio el beso

Su bolso se le resbaló de las manos.

—Rui ¿qué estas intentando hacer?

—Yo quiero a Makino.

Su corazón comenzó a latir rápidamente otra vez. Hacía menos de dos días había decidido ir a buscar a su chico de rizos negros pero al rechazarla dejó una brecha abierta. Y ahora Rui decía algo como eso.

—Había decidido no decir nada, tú eres mi amigo y todo eso…Pensé que si las cosas iban bien entre vosotros entonces eso sería suficiente para mí.

Fue demasiado rápido, antes de que pudiera darse cuenta, Doumyouji lanzó un golpe a la cara de Rui, Tsukushi pudo ver que lo esquivó por poco, pero no pudo evitar un corte en su mejilla. Para lo que no estaba preparada, era para la respuesta de Rui. Un certero, fuerte y sonoro golpe cayó en la cara de Doumyouji dejándolo a él y a ella con la boca abierta.

—¿Qué es lo que tú estás haciendo? Eso es lo que quisiera preguntar. ¿¡Qué mierda estás haciendo!? Dejas a Makino totalmente sola en un lugar así ¿Cómo puedes llamarte su novio? ¿Es así como la proteges? Si es así, entonces me equivoqué contigo, eres de lo peor.

Doumyouji se quedó de una pieza.

Doumyouji, me preguntaba qué sentiría al verte de nuevo, vine aquí con tanta fuerza de voluntad y fui rechazada por esos fríos ojos tuyos, pero ahora que te veo siento tristeza y un gran vacío. No quiero volver a pasar por esto otra vez. Estoy harta de que esta historia se repita.

—Makino, si quieres quedarte, hazlo. Tú decide.

Miró a Doumyouji y luego a Rui, y vio su bolso en el suelo, se había caído el libro en el que estaba guardando las flores que le compró Rui. En ese mismo momento tomó una decisión para ella misma, algo que no hacía hace mucho tiempo.

—Doumyouji—se acercó a él—olvídate de lo que nos prometimos esa última vez. Por favor, olvídalo.

—Makino…—le miró con extrema tristeza, pero ya era muy tarde.

—Entonces, creo que eso es todo. ¡Me voy!—y dándole una sonrisa, alcanzó a Rui. Luego de andar un poco, éste le preguntó.

—¿Realmente es eso lo que quieres?

—Sí, está bien, pero…hay algo que quiero pedirte, Hanazawa Rui. Es algo extremadamente egoísta y comprenderé de inmediato si no quieres hacerlo.

—¿De qué estás hablando?

—Llévame lejos—le dijo—No tengo las fuerzas para regresar a Japón en este momento, no quiero enfrentarme al resto de los chicos ahora, suficiente he tenido estos últimos días. Sé cómo suena esto, y sé que es loco pero…

Se detuvo puesto que Rui había sacado su celular y parecía no estar escuchándole mientras hablaba en inglés con alguien por la otra línea.

Era obvio—pensó—, mi petición era una locura.

Dio media vuelta y decidió salir de allí. Iría sola a cualquier lado. De pronto, sintió que alguien la tomaba del hombro—¿A dónde crees que vas?

—¿Qué?

—¿No me acabas de pedir que quieres que te lleve a un lugar lejano? Acabo de cambiar nuestros pasajes

—Hanaza…—Rui le cubrió la boca con una mano.

—Si vuelves a agradecerme te juro que te regreso a Japón.

Tsukushi asintió con la cabeza y sonrió.

—Tendré que sacar una fuerte cantidad de dinero del cajero de una vez, si no, podrán rastrear fácilmente mis tarjetas si usamos algo.

—No es necesario que gastemos tanto dinero.

—Makino, esta es la primera vez que escucho que pides algo para ti misma, ¿y crees que no lo vamos a celebrar? Anda, sé buena y haz la vista gorda al dinero ¿hecho?

—Está bien—dijo ella sonriendo.

Rui pagó el cambio de viajes hacia Hawai, Tsukushi nunca había estado allí, pero al llegar, sabía que nunca había visto un paisaje tan precioso: el sol, el mar, la arena, el olor, la gente, la música… todo era como salido de un sueño.

—Yo tenía razón—dijo ella.

—¿En qué?

—Debería haber reservado este lugar para mi luna de miel.

—¿Cómo?

—Siempre fue mi sueño venir a conocer Hawai después de casarme, para mi luna de miel. En las películas siempre ponen que este es el paraje perfecto para las parejas, un lugar romántico.

—¿Tú crees? Yo he venido un montón de veces.

—Ustedes los ricos. ¿Acaso no tienen algún sueño romántico? ¿Uno al menos?

Rui se puso a pensar y se quedó callado unos cuantos segundos.

—Si amas a la persona que está a tu lado, no importa que estén en una cabaña o en Hawai ¿no? La cosa es que estén juntos. Creo que lo mejor que puedes esperar, es llegar a pasar el resto de tu vida con esa persona.

Tsukushi se quedó mirándolo, ¿era este el mismo Rui que había conocido en las escaleras de emergencia? ¿El mismo Rui que odiaba hablar con extraños y con los amigos decía sólo lo necesario? Desde que fue a verla a Nueva York y le dijo que había ido por pura preocupación, su corazón había comenzado a doler con cada latido cuando él decía cosas como esa. Más aún, él la había vuelto a besar diciendo que lo más probable era que hubiese sido por amor. ¿Era eso posible?

—Makino, debemos ir a registrarnos en el hotel.

—No, no vayamos a ese hotel.

—¿Hmm? ¿Por qué no?

Tsukushi miró hacia arriba y vio como más de 20 imponentes pisos se levantaban frente a ella en lo que, seguramente, era un hotel 5 estrellas.

—Si Nishikado o Mimasaka intentan buscarte te encontrarán fácilmente de esta manera y vendrían a intentar arruinarlo todo.

—¿Entonces qué propones?

—¿No hay por aquí cerca algún buen lugar en donde dormir? ¿Pero que, no tenga una base de datos que puedan rastrear mediante sus satélites o algo así?

—Mmm…no lo sé. Preguntemos por allí y veremos.

Luego de salir de esa zona de la isla –una de las más lujosas por cierto– encontraron muchos hospedajes, hostales y hasta casas pensiones que daban alojamiento a los extranjeros por una módica suma de dinero, no llegaban a tener lujos 5 estrellas, pero sí los necesarios para pasar una buena estadía.

—¿Seguro que puedes quedarte en un lugar así?

—¿Por qué no? Será una aventura, es la primera vez que lo haré. Será como la limpieza del restaurante, aunque aquí no creo que me den propina.

Entraron entonces a una casona grande y bonita en la que había toda clase de extranjeros: franceses, polacos, canadienses, latinos…no se sintieron mal al ser los únicos japoneses de la zona y el inglés que hablaba Rui fluidamente los ayudó al registro. Su casera era una señora de piel quemada, ojos achinados y fuerte acento, pero que tenía una gran sonrisa y parecía bastante amable.

I do have a room for two left, but with separated beds. (Sí tengo un cuarto para dos, pero con camas separadas.)

That's no problem, we'll take it. (No hay problema, lo tomaremos)

—¿Qué es lo que dice?

—Que sí tiene cuarto, pero es una habitación para dos personas.

Tsukushi se sonrojó furiosamente cuando escuchó esto.

—No te preocupes, es con camas separadas.

Comenzaron a subir a su habitación. Al entrar se encontraron con un cálido cuarto con baño propio completo y una hermosa vista al mar desde un amplio ventanal.

—Bueno, no es tan pequeño como pensé—dijo Rui.

Tsukushi seguía parada en medio de la habitación con el equipaje en la mano, algo ruborizada y sin saber qué decir.

—¿Makino?

—Ehh…sí. ¿Es lindo no? Uau ¿has visto que vista para más hermosa? De seguro que si no tuviera cortinas tan gruesas el sol te despertaría antes de lo que tú quisieras. Pero, si quieres yo puedo dormir en esta cama que está más cerca a la ventana para que no moleste tu sueño, sé que sufres de presión baja en las mañanas ¿verdad? Y además…

—Makino…—Rui la interrumpió y la miraba fijamente a los ojos—¿Por qué estas nerviosa?

—¿N-N-Ne-Ner-Nerviosa yo? ¿Qué te hace pensar algo así?

—Cada vez que estas nerviosa te pones a parlotear como un loro. Si no te gusta que esté aquí simplemente pediré habitaciones separadas.—dijo mientras se dirigía a la puerta.

—¡No es eso!—Tsukushi lo detuvo jalándole un poco el polo—No es…eso, Hanazawa Rui… Sé que para ti tal vez es normal y lógico hacer y decir las cosas que piensas, pero en este momento, como ya te dije antes, estoy muy vulnerable. Amo a Doumyouji, no es algo que se vaya a ir de la noche a la mañana, pero tú… tú siempre fuiste la persona con la que mejor me sentía. Suena tonto… ¿no? Y si sigues comportándote como lo hiciste en el aerop…

Rui no le dijo nada, pero la atrajo hacia él y la besó. Tsukushi intentó empujarlo en un primer momento, pero él la llevó hacia una pared y la mantuvo allí hasta que le correspondió el beso. Se sentía bien compartir ello, hacía que su corazón latiese más rápido, que sus piernas flaquearan un poco y que su mente se quedara en blanco.

—Sé que aún estas enamorada de Tsukasa,—le dijo mientras la abrazaba— no soy tonto, pero lo que le dije en el aeropuerto es cierto, yo te quiero. No estoy seguro de en qué momento comenzó a cambiar lo que sentía por ti, eres una chica rara ¿sabes? Pero siempre estabas dando lo mejor de ti, mientras que yo era un niño rico que todo lo recibía por la familia en la que había nacido. Muchas veces me sentí avergonzado frente tuyo. Escucha, no te estoy pidiendo que salgamos, sólo te pido que intentes hacer todo lo que quieras hacer en este viaje, cualquier cosa, ya cuando regresemos nos enfrentaremos a la realidad, pero por el momento…yo estoy aquí ti. Úsame como mejor te parezca.

—¡Hanazawa Rui! ¡Yo no podría…!

—Puedes, y lo harás.—la soltó un poco y besó su cabello, su frente, sus ojos, sus mejillas y sus labios—si necesitas un abrazo, un beso o lo que sea, no dudes en pedírmelo—le dijo con una pícara sonrisa en los labios. Tsukushi no pudo evitar lanzar humo por cada poro de su cuerpo.

—¡Pasaran mil años antes de que te pida algo así, niño rico!—le dijo ella mientras lo correteaba para darle un golpe.

—¡Jajajajaja! Ya lo veremos—respondió Rui con una extraña sensación cálida en su pecho. Él nunca le había ofrecido algo así a alguien. ¿Era justo que se estuviese aprovechando de la situación para por fin pasar este tiempo con ella? ¿Para besarla y abrazarla cuando él quisiera? ¿Estaba traicionando a Tsukasa al querer así a su novia?—Makino ¿No quieres ir a caminar por la playa?

—Um…bueno.

Rui le extendió la mano y esperó. Todo dependía de ella, podría tomarla o rechazarla, él haría solo lo que ella le permitiese hacer y acallaría las dudas que tenía dentro. La esperanza era algo peligroso, y sin que él se diera cuenta empezaba a crecer en su interior a una velocidad asombrosa. Tsukushi no lo miró directamente, pero posó sus dedos en la mano que se extendía frente a ella y extrañamente se sintió como si ese fuera su hogar, como si ese fuera el lugar correcto para ella, Rui le apretó la mano y salieron juntos de la habitación.