Examen sorpresa

Disclaimer: Todo pertenece a J. K. Rowling.

Esta historia participa en el reto exámenes finales del foro Hogwarts a través de los años.

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El profesor dice su nombre y Daphne se levanta de su silla para colocarse al frente de la clase. Está nerviosa, muy nerviosa. En otras circunstancias un examen sorpresa no habría conseguido ponerla en ese estado, ella siempre ha llevado al día sus materias, pero esta vez sabe que ni con todo el estudio del mundo podrá aprobar.

El profesor Carrow le dedica una sonrisa torcida, como si disfrutara ver el miedo que reflejan sus ojos. También hay miedo en los ojos de la chica de Hufflepuff, Susan, si Daphne no recuerda mal, que está de pie frente a ella. Anoche la pillaron haciendo una pintada a favor del ejército de dumbledore y el profesor Carrow ha decidido "aprovechar esta circunstancia para poner un pequeño examen sorpresa y comprobar como van los progresos de la clase de séptimo".

Daphne conoce el hechizo que tiene que hacer. Sabe cómo se hace y ha visto a otros hacerlo, pero sabe que ella no será capaz. Hace falta mucho odio para ser capaz de lanzar la maldición cruciatus y Daphne no odia a Susan, no odia a nadie, excepto quizá a los Carrow y ni siquiera cree que pudiera hacerles la maldición a ellos. Aun así hace un intento. Lo hace porque sabe que si no es posible que sea ella quien sufra el castigo o peor, su hermana Astoria. Es la nueva manera de los Carrow de "motivar a los estudiantes para un mejor rendimiento".

Intenta hacerlo por Astoria porque no quiere que le pase lo que a la prima de Millicent, que fue torturada con la maldición cuando ella no pudo hacer el conjuro. Intenta convencerse de que tiene que hacerlo por Astoria, pero no puede. Nada sale de su varita y lo sabe: ha suspendido el examen y por la expresión del profesor Carrow eso no significa una mala nota en su expediente, sino algo mucho peor.