Fics de Naruto.

Hinata, el Ángel Guardián.
Capítulo Uno: Conociendo a mi ángel.

Naruto era un pequeño niño que había perdido a sus padres durante la invasión de su aldea a manos de un peligroso demonio, para salvar a la misma, su padre había sellado al demonio en su interior, mas el desconocía esto. Lo único que Naruto sabía, es que toda la aldea lo odiaba por algún motivo, desde niño todos lo habían visto como si fuera alguna clase de monstruo, todos… menos su querida amiga y protectora, su Ángel Guardián, Hinata.

—¡Ya llegué! —gritó Naruto al entrar en su casa, aunque nadie habitaba la misma fuera de él, aun así lo hacía con frecuencia—. Hoy pude matricularme en la Academia Ninja, con ayuda de Iruka-sensei y del viejo Hokage —sonrió el pequeño Naruto.

El joven aprendiz de ninja, se sacó su ropa y la dejó tirada en la sala, corrió a la cocina y comenzó a buscar que comer. Ollas, cacerolas y platos era lo único que encontraba en la alacena, en el refrigerador solo había un trozo de carbón y dos shuriken, quien sabe porque guardaba eso ahí.

—No hay nada —el estómago del pequeño rubio comenzó a gruñir—. Iruka-sensei esta aun en la academia, no puedo molestarlo.

Naruto se sentó en el suelo, su casa apenas y tenía lo básico; una nevera vieja que habían tirado, una alacena rota que había encontrado y un futón usado que le servía de cama. Intento no pensar en el hambre que tenía, pero le era imposible, no había comido desde hace dos días y no quería molestar a Iruka, posiblemente el único que lo quería.

—Me muero de hambre —comentó el pequeño muy débil—. Papá, mamá… donde quiera que estén, ya voy a alcanzarlos…

Naruto comenzó a ver borroso, su cuerpo le pesaba cada vez más y sus ojos, ya no los podía abrir; el hambre que tenía le estaba ganando. Por fin el rubio cayó desmayado y fue cuando una presencia sublime apareció frente a este, una hermosa chica de cabello corto azul oscuro, con unos curiosos ojos de color blanco, un abrigo muy grueso que parecía esconder dos preciosas alas tan blancas como sus ojos.

—Naruto-kun —exclamó la pequeña ángel, casi de la misma edad que Naruto—. Solo pude conseguir esto, perdona por no llegar antes.

La pequeña depositó en el suelo un cuenco con ramen preparado, al parecer parecía medio comido o más bien rechazado. El olor que provenía de este, despertó al rubio, quien automáticamente empezó a comer, la pequeña ángel sonrió.

—Me alegra que te gustará Naruto-kun —sonrió la pequeña antes de desaparecer.

—¡RAMEN! —exclamó el rubio devorando el plato—. No se como llegó aquí, pero gracias.

Naruto terminó de devorar el plato de ramen y se dispuso a dormir, tenía aun hambre pero pensó que si dormía, quizás se le quitaría un poco el hambre. Mientras dormís, su querido ángel se le apareció en sueños.

—Naruto-kun, te gusto el ramen —sonrió la pequeña Hinata, Naruto asintió feliz—. Me alegro, no pude traerte nada mejor.

—No te preocupes Hinata-chan, con esto me basta —mintió el rubio, quien aun se moría de hambre—. Por cierto, como hiciste para obtener ramen tan delicioso —Hinata se sonrojo.

—Eto… Eto… —divagaba mientras jugaba con sus dedos índices, Naruto sonrió.

—Te lo robaste, cierto —Hinata asintió apenada—. Hinata-chan, esta bien que me cuides tanto, pero no deberías hacerle eso al viejo Ichiraku.

—Bueno —respondió apenada Hinata—. ¿Pero estaba rico? —preguntó más animada la pequeña Hinata.

—Estaba delicioso, luego veré como pagarle el ramen al viejo Ichiraku —Hinata sonrió—. Gracias por todo Hinata-chan, sin tus cuidados me hubiera muerto hace mucho. Gracias por cuidar de mi.

—Te lo debo Naruto-kun —sonrió Hinata—. Tú salvaste la vida de mi hermanita, aunque nadie más que yo te hubiera visto hacerlo.

—Me hubiera gustado también salvarte, quizás hubiéramos sido buenos amigos —Hinata sonrió ante esa idea.

—Quizás Naruto-kun, solo quizás —Hinata comenzó a hacerse transparente, Naruto ya sabía que significaba esto, el sueño estaba por terminar.

—¡NO TE VAYAS HINATA-CHAN! —gritó Naruto, pero esta solo le dedicó una cálida sonrisa antes de desaparecer del todo. Fue cuando Naruto despertó—. ¡Kuso! Sino tuviera tanta hambre hubiera podido dormir más. Si al menos pudiera hablar con Hinata-chan despierto como en mis sueños.

Hinata quien vigilaba a Naruto muy de cerca, sonrió ante esta declaración. Se acercó al joven ninja aprendiz y luego de inclinarse un poco, le dio un beso en la mejilla. Naruto se sonrojo al sentir el beso, luego se pasó la mano por la mejilla.

—Gra-gracias Hinata-chan —sonrió Naruto luego de levantarse del todo—. ¡Bien! Ahora con el viejo Ichiraku a pagar por el ramen comido.

Continuará.

Notas de Autor.
No suelo hacer fics tan cortos, pero había gente que se quejaba de que "Réquiem de una Kunoichi" era muy largo, así que, decidí escribir uno que lo fuera, este apenas y llega cada capítulo a 2 hojas máximo u hoja y media.

No les mencionaré mucho del fics, para que vallan descubriendo la trama poco a poco, nuevamente, espero les guste, suerte.