Notas: Ligero AU, los cambios con el manga serán explicados más adelante. Habrán ciertos spoilers de las novelas ligeras.
Disclaimer: Nada me pertenece, salvo la historia, porque no tengo tanto talento para escribir canciones y soy mala dibujando.
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I'll paint it on the walls
'Cause I'm the one at faults
I'll never fight again
And this is how it ends
Breaking the habit – Linkin Park
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Prólogo
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Olía a carne quemada.
Sus articulaciones le pesaban, no estaba seguro de cuánto tiempo había estado luchando, pero no importaba a cuántos matara, los vampiros seguían apareciendo, uno tras otro.
La misión que se les había dado era simple: Rescatar a unos niños que estaban por ser transportados a Sanguinem. Los reportes decían claramente que la base en la que se escondían estaba protegida únicamente por unos cuantos vampiros. Pero cuando llegaron no sólo habían cientos de soldados, sino que también habían un par de nobles ocultos.
Una maldita trampa a la que habían caído.
¿Cuántos habían muerto ya?, entre todo el pánico del ejercito por escapar, y al ver que aún con los vampiros parecían tener cierta ventaja, creyó que sería buena idea buscar a Mika y al fin alejarlo de la vida que se veía reacia a dejarlo ir. Sin embargo, su resolución se esfumó al momento en que vio como los niños comenzaban a ser asesinados.
Lo hacían a propósito, lo sabía. Los tenían encerrados en jaulas y cuando parecía que podían ganar sacaban a uno y lo usaban como escudo. Guren había intentado matar a los nobles que resguardaban las celdas, más fue inútil. Antes que se dieran cuenta, todo había estallado y el lugar se convirtió en un remolino de fuego y sangre.
Cientos de edificios fueron derrumbados en la batalla y el humo no le permitía ver bien a donde iba. Hace mucho que se había separado de sus amigos y estaba demasiado preocupado como para ocultarse de cualquier vampiro que lo quisiera atacar.
Chasqueó la lengua al sentir como Asuramaru palpitaba en su mano a cada minuto que pasaba. Podía sentirlo susurrar dentro de su cabeza para que lo utilice, como la última vez que intentó salvar a Guren, su voz martillaba en su cabeza, intentando aplastar su pequeña resolución. Se mordió el labio fuertemente mientras corría e intentó hacer oídos sordos.
Vamos Yu, si me usas esto terminará mucho más rápido.
Apretó sus nudillos tan fuerte que dolía. Se lo había prometido a Guren, no dejaría que el poder de su demonio lo volviera a dominar, si aceptaba la ayuda de Asuramaru las cosas se pondrían peores.
Pero salvarías a muchos. Recuerda a todos los niños que murieron.
Eso no lo olvidaría incluso si quisiera. La expresión en sus rostros, el miedo y la desesperación que transmitían era tan palpable que la podía sentir como propia. Toda la escena era come ver de nuevo a sus hermanos ser asesinados. Sintió la misma ansiedad que en ese entonces y el saber que no podía ayudarlos por ser tan débil le daban ganas de escupirse a sí mismo.
Malditos, malditos, vampiros.
Cuando al fin pudo visualizar algo, sólo encontró un par de solados muertos o abrasados por las llamas. Pero no a sus amigos, ni tampoco a ningún vampiro. Desde hace varios minutos todo estaba silencioso y más que alegrarlo lo tenía preocupado. Sabía que por ser un serafín los vampiros lo querían ahora, Mika se lo había dicho cuando le dejó beber su sangre, mucho antes que se volvieran a separar por causa del experimento que Kureto hizo con la hermana de Kimizuki.
Era la razón por la que se habían empeñado en separarlo de lo demás, pero ir tras él con vampiros débiles no había sido su mejor idea. Los exterminó de manera rápida y lo que le pareció que era bastante sencillo al principio se volvió fatigoso cuando más y más venían tras él. El lugar se volvió una lluvia de sangre y estaba bastante lastimado pese a que había ganado. Su fuerza de voluntad fue lo que le hizo seguir corriendo hasta el lugar donde todo comenzó, más cuando llegó no había nadie ahí, sólo cadáveres.
Sintió la sangre enfriársele con brutalidad. En el lugar había muerte, y nada más que eso.
Es tu culpa Yu, le susurró Asuramaru, si me hubieras usado nadie estaría muerto. Están muertos por culpa tuya.
—Mentira—dijo apretando los puños—. Mientes, ellos no están muertos. Ellos—
Su voz se quebró.
No podía ser cierto, no quería creerlo, pero el peso de las palabras de Asuramaru no hacía más que caer y retorcer su pecho. No había más que silencio y muertos a su alrededor, ¿Dónde estaban los demás?, ¿Sus amigos, Guren?, ¿Podía ser que volvía a ser manipulado por su demonio? Cuando lo rescataron Yu y él habían hecho la promesa de que nunca dejarían que alguien más los manipulara, no arriesgarían sus vidas y dañarían a las personas importantes para ellos. Pero ahora, viendo que la muerte se arrastraba lentamente a ellos, se preguntaba si Guren ignoró la promesa e hizo lo necesario para salvar a su equipo.
Por favor que estén a salvo.
Escuchó un fuerte grito que le heló la sangre por un momento y después, cogiendo toda la energía que tenía guardada, corrió hacia el lugar lo más rápido que pudo. Un niño pataleaba y se retorcía intentando quitarse de encima al vampiro que lo mordía. Necesitó de un par de segundos para matarlo. El niño automáticamente se desmayó y sólo con verlo supo que había perdido demasiada sangre. Sus manos le temblaban cuando lo cogió y cargó en su espalda, dirigiéndose lo más rápido en busca de alguien que le pudiera ayudar a salvarle la vida.
¿Quién te ayudará? ¿Aún crees que están vivos?
—Cierra la boca—ladró—, los encontraré.
Pero no lo hizo, y cuando el niño estaba completamente frío y tieso, dejó de importarle si se volvía un demonio y al final debían de matarlo por eso. No pensó en el sufrimiento que sus amigos pasarían si era condenado a muerte o en la promesa de salvar a Mika.
Dejó al niño en el suelo y se alejó lo suficiente para que su cuerpo sin vida no fuera afectado por lo que sucedería después.
En el espacio infinito en que siempre se encontraban, Asuramaru estiró la mano para que Yu la cogiera, una sonrisa de satisfacción iluminó su rostro al ver que Yu aceptaba lo inevitable.
Y en ese momento lo escuchó.
Aviones.
Todos despegando de la superficie y perdiéndose en el aire. Contó alrededor de quince, pero lo mandó al olvido cuando vio la figura de alguien corriendo hacia él.
— ¡Yu!
Sintió como su corazón se tranquilizaba y se llenaba de felicidad.
— ¡Kimizuki! —Su amigo jadeaba bastante y era cargado por Yoichi y Mitsuba. Narumi tenía una herida grande, pero no parecía grave— ¡Chicos! Dios que bueno ver que están bien—corrió hacía ellos con una sonrisa de oreja a oreja que comenzó a achicarse a cada paso que se acercaban.
Mitsuba estaba llorando, al igual que Yoichi y, aunque Kimizuki intentaba ocultarlo podía ver las lágrimas escaparse de sus ojos.
Y ahí se dio cuenta de lo más importante.
— ¿Dónde está Shinoa?
Mitsuba se mordió los labios y se tapó el rostro con el dorso de la mano. Yoichi siguió sollozando y Kimizuki no dijo nada.
— ¿Dónde está? —Cogió de los hombros a Kimizuki— ¡Vamos, dímelo!
No otra vez, pensó, no puede estar pasando otra vez.
—Lo siento, Yu—habló Narumi, con sufrimiento—. No sabíamos lo que estaban tramando—apretó los puños—, pero cuando nos dimos cuenta ya era tarde…
Sintió el aura de Asuramaru abrazarlo, regocijándose con la miseria que estaba pasando.
Volviste a perder a tu familia por tu debilidad.
— ¿Qué sucedió? —preguntó con el corazón en la boca. Narumi lo miró con furia y angustia.
—Se la llevaron Yu, a ella y a unos cuantos soldados.
Sintió su cuerpo arder de odio, pero un pequeño rayo de esperanza cruzó su pecho.
—Pero podemos rescatarlos, como la última vez, ¿recuerdan? —comenzaba a hablar con desesperación y su cabeza no le dejaba comprender las miradas que sus amigos tenían. Estaba viva, juntos con los demás soldados, era lo único que importaba—. Tendremos sólo unas horas a lo mucho, pero debería ser suficiente. Nosotros—
—Yu—Kimizuki le dio una mirada que le hizo perder todas las esperanzas—. Los vampiros están llevándolos a Sanguinem, lo más seguro que para… —todos se quedaron callados y él prosiguió—. No todos los soldados están vivos y no tenemos equipos para seguir a todos esos aviones. Además—se mordió los labios antes de seguir—, a Shinoa se la llevó un noble, no entiendo por qué, pero enseguida te separaste de nosotros él vino tras ella.
— ¿Qué quieres decir? —Su respiración se hacía pesada— ¿Pero, por qué tras ella?
—No lo sabemos. El teniente Guren y Shinya intentaron rescatarla, pero enseguida vinieron otros dos. Les fue imposible.
No es verdad, quiso creer mientras sentía que todo se caía a sus pies, esto no puede ser verdad.
—Espera—preguntó preocupado— ¿Qué noble fue tras ella?
Kimizuki deformó su rostro en una mueca de cólera.
—Al que hemos estado enfrentándonos ya varias veces—los ojos de Yu se abrieron—. El décimo tercer progenitor, Crowley Eusford.
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Para ser sinceros iba a dejar que esta idea muriera en mi cabeza, porque era muy ociosa para escribirla, pero después me dio un ataque de inspiración y necesitaba sacarla.
No será muy largo, le doy unos cuatro capítulos, quizás menos, no estoy muy segura. Será especialmente MikaNoa, con Crowley de colado porque amo los cracks. Espero poder subir el próximo la otra semana. Todos los reviews son bien recibidos, así que no duden en dejar uno (¿?)
Hasta la otra! :DD
