Breve historia sobre la vida de Umi y Kotori como madres. Fic dedicado a Adri por adivinar en que trabaja Nozomi jajaja. Espero que te guste -w-
Umi se despertó temprano como siempre, era domingo, y como todos los días se levantaría temprano y entrenaría, pero estas últimas semanas había estado muy ocupada, al igual que su esposa, por lo que no habían pasado mucho tiempo de caridad juntas. Giró sobre si misma encontrándose con la espalda de su esposa, parcialmente tapada por su hermosa cabellera gris, su hombro descubierto la tentó.
Un día sin entrenar no me matara, pasar un día más sin Kotori… definitivamente si lo hará.
Se le acercó y rodeo con su brazo la cintura de la peli gris, deposito suaves besos en el hombro descubierto, escuchó un pequeño "Mmmh" por parte de la otra. Lentamente Kotori se volteo, quedando cara a cara con Umi.
-Buenos días –saludo con afecto
-Bu-Buenos días –respondió despertando su esposa- ¿qué hora es?
-Mm… -Umi miró el reloj por sobre su hombro- las 7:35 a.m
-¿No estás entrenando? –dijo media sorprendida la peli gris, aunque aún un poco dormida
-Preferí quedarme en la cama. Contigo –sonrió. Kotori abrió más los ojos, ya despierta, le sonrió y se acercó dándole un leve beso en los labios
-No tenías que hacerlo, pero gracias –la abrazó por el cuello
-Si tenía, no recuerdo la última vez que te vi al despertar –acercó su frente a la de Kotori- te extrañaba, de esta manera, ya sabes
-Me alegra que ahora puedas hacer y decir cosas románticas sin perder la conciencia –se rió con suavidad la peli gris
-Kotori, eso fue hace mucho –Umi cerró sus ojos sonrojada, aún recordaba esos antiguos días de avergonzarse con cualquier acto de cariño en público, incluso a veces en privado
-Sí, ha pasado mucho tiempo –el tono de voz que utilizo hizo que Umi abriera sus ojos de inmediato
-Mucho –susurró Umi, se acercó más a Kotori y la besó- y aún no tengo suficiente de ti
-Halagadora –volvieron a besarse
-Lo siento –dijo Umi- ¿Cómo te puedo compensar?
-Mmm… oh quiero un peluche de un lindo conejito que vi en una tienda cerca de la escuela –sonrió una niña sentada en la cocina, sus ojos amarillos brillaban con entusiasmo
-Está bien –suspiró la peli azul. Había olvidado que los domingos practicaba con su hija y por quedarse en cama con Kotori olvidó decirle, haciendo que la pequeña la esperara en sentada en uno de los sillones por casi una hora- ¿me disculpas?
-Sí –respondió con entusiasmo, se levantó de la silla y la abrazó- no puedo enojarme con mamá
-Me alegra oír eso –abrazó a su hija de vuelta y sonrió- no soportaría que la persona más importante para mí esté molesta
-Creo que me pondré celosa –escucharon la voz de Kotori entrando a la cocina, sonriéndole a su esposa e hija- Aquí, a tomar desayuno
-Gracias –la pequeña se volvió a sentar y se dispuso a comer
-Espera… Kotori, es mucha azúcar para ella –Umi dijo mirando con seriedad el desayuno
-Pero mamá… -empezó a pedir la menor con ojos llorosos, pero Umi se mantuvo firme
-No, demasiada azúcar –repitió, su hija miró de soslayo a Kotori, pidiendo ayuda con la mirada. Kotori sonrió y se dirigió a Umi
-¿Estás diciendo que mis desayunos no son buenos para nuestra hija? –Kotori la miró herida, Umi se alarmó
-C-Claro que no –no estaba segura si Kotori realmente se sentía ofendida o estaba jugando
-Umi… sé que tiene un poco más de azúcar de lo normal, pero es porque también es mi culpa por haberte retenido en la mañana –desvió su mirada fingiendo culpabilidad- solo quería que Suzume…
-Mamá –la nombrada se levantó de la silla y corrió hacia Kotori- no estoy molesta contigo, no te pongas triste
-Eres una muy buena hija –acarició su pelo
-Tú eres muy buena mamá –ambas estaban al borde de las lagrimas
-Esto no es justo –Umi se sentía totalmente culpable y a la vez tonta, sabía que estaban tramando las dos, pero no podía evitar sentirse de esa manera- puedes comerlo, solo…
-Yeii –Suzume se separó de Kotori, se corrió a su puesto y empezó a comer
-Tan llena de energía –sonrió a peli gris
-Kotori… eso fue un golpe bajo –Umi se había acercado a su esposa
-¿De qué hablas? –la miró con su mejor cara de inocencia
-Kotori… -suspiró resignada, no podía ganarle, nunca había podido
Ambas se sentaron también a tomar desayuno. Después de unos minutos Umi se disculpo y salió en dirección a su habitación.
-Mamá, ¿cómo lo haces? –Suzume la miró asombrada- yo no pude hacer que se conmoviera
-Tranquila, ya podrás, solo necesitas más practica –le acarició el azulado pelo de su hija- además tienes mis ojos, no faltará mucho para que lo logres
-Entiendo, debo practicar más –dijo determinada
-Ahora suenas como Umi –sonrió con afecto
-Pues ella dice que si quiero algo debo trabajar por ello –respondió de manera natural
-Sí, igual a ella –se rió
-¿De quién hablan? –Umi regresó
-De ti –la peli gris y le sonrió
-¿Y que hablaban de mi? –inquirió alzando una ceja
-Secreto –respondió su hija
-¿Eh? ¿Kotori? –solo recibió por respuesta la risa de su esposa e hija
-Cálmate – la voz de Umi sonó fuerte en el dojo- si te alteras no podrás ver las cosas con claridad
-Sí –Suzume respiró varias veces antes de volver a atacar, obviamente Umi lo evadió y contraatacó, haciendo que la pequeña cayera al suelo- agh
-Tómalo con calma –dijo una vez más
-Una vez más –se puso de pie y la miró con determinación
-Cuando quieras –levantó su shinai, esta vez la menor estuvo cerca de dar un golpe- bien hecho
-Aún no –dijo mirándola una vez más
-Es suficiente por hoy –la miró con más seriedad- recuerda que debes respetar tus limites
-Lo siento madre –bajó su propia shinai y se arrodillo
-Estas mejorando muy rápido –le sonrió y puso su mano sobre el pelo de su hija- eres ágil y flexible, como Kotori
-¿Mamá sabe kendo? –preguntó sorprendida
-No mucho, pero sé que lo es –se alejó para tomar una toalla y entregársela
-Gracias –la tomó con las dos manos y se secó el sudor de su cara- mamá dice que me parezco a usted, pero usted dice que me parezco a mamá
-Supongo que ambas vemos el reflejo de la otra en ti –sonrió amable
-¿Por qué? –preguntó con una típica curiosidad de una niña de 11 años
-Tal vez porque tienes lo mejor de nosotras, y nosotras generalmente solo vemos lo mejor de la otra –respondió pensándolo un poco- se que suena enredado, pero…
-Entiendo –dijo sonriendo- Madre ve en mí las mejores características de mamá, como el ser flexible y ágil
-Eres inteligente –le sonrió orgullosa
-¿Y eso es de quien? –preguntó
-Ambas –escucharon la voz de Kotori
-Mamá –llamó la pequeña
-Es cierto que vemos lo mejor de la otra en ti, pero también podemos ver los defectos… como por ejemplo –Kotori le tocó la frente con su dedo- lo testaruda que eres, igualita a Umi
-Eso no es cierto –se defendió la peli azul, provocando las risas de su hija y Kotori
-Sí que lo eres –le sonrió con cariño la peli gris
-Madre es muy fuerte y decidida, pero nunca gana contra mamá –murmuró para sí misma Suzume, aprendiendo una nueva cosa sobre sus madres y que le ayudaría en el futuro para conseguir ciertas cosa, claro que no siempre.
Espero que les haya gustado y nos leemos en otra historia :33
Gracias por su apoyo!
