Disclaimer: Harry Potter y sus personajes no me pertenecen, todo ese fantástico mundo es propiedad de J.K. Rowling. Yo solamente escribo por diversión y sin ánimo de lucro.

Este fic participa en el Reto Especial: "De Batallas, héroes caídos y cumpleañeros" del foro "First Generation: The story before books".

La temática que me tocó mediante el sistema es: batallas.


-Molly, cariño. –llamó con voz apenas audible y abrazó a su esposa por la espalda. Ella no se movió, de hecho parecía estar dormida, de no ser porque seguía con los ojos abiertos mirando hacía el frente.

-Arthur. –respondió. –No puedo dormir.

-Lo sé, querida. Yo tampoco.

La pelirroja se incorporó sin apartar el brazo de su marido. Lo miró fijamente a los ojos, sabiendo que ambos tenían en mente. Arthur la envolvió en sus brazos y su gesto fue correspondido. Por primera vez en La Madriguera reinaba el silencio.

Ese maldito y aterrador silencio.

A los pocos segundos, Molly empezó a llorar mientras escondía el rostro entre el cuello y el hombro de su marido. Éste acariciaba su espalda, intentando apaciguar su tormento.

Su hogar ya no era acechado por ningún peligro y ellos por fin podían vivir en paz. Pero el precio había sido muy alto. Hace tan sólo unas semanas que todo el horror había culminado y sin embargo, aún la muerte de Fred seguía sin dejarlos dormir.

-¡Mi pequeño revoltoso! –gimió la pelirroja.

Arthur la estrechó más contra su cuerpo, sintiendo que de un momento a otro se derrumbaría.

La escena era, a los ojos llorosos de Arthur Weasley, como un deja-vú. Cuando sus cuñados, Fabián y Gideon, murieron había sido lo mismo. Aunque para entonces, tenían ya cinco hijos. Dos de ellos gemelos recién nacidos que le recordaban a su madre el porqué seguía llorando cada noche.

Y ahora uno de ellos, otro pedacito de Molly, había muerto. Por la misma causa.

-Flancito mío. –llamó con voz quebrada. -¿Te acuerdas la primera vez que Fred y George compraron su primer artículo de broma?

Molly, entre llantos, sonrió.

-Polvo pica-pica. P-Percy estaba como loco. Tan sólo tenían cuatro años. –se limpió las mejillas. –Y c-cuando B-Bill los c-convirtió en comadrejas.

-Sólo porque le arruinaron el cabello y la barba. –sonrió.

Se quedaron unos segundos en silencio. Recordando y sufriendo, rompiéndose tan sólo un poco más. Tantos momentos felices que conllevaban mucho sufrimiento.

-No es justo. –se quejó Molly. –Fred apenas es… era un niño. Mi niño.

Arthur depositó un dulce beso en la coronilla de su cabeza. Estaba de acuerdo, pero ya no había vuelta atrás. Y esa rutina, que desde ese día habían hecho, de llorar y recordar juntos hasta poder dormir muy entrada la madrugada tendría que continuar.

De nuevo, por un tiempo más.


¡Son exactamente 400 palabras! No saben cuanto me alegra el haber terminado a tiempo.

Adoro a Arthur y Molly. Y sé que George es el que más sufrió –seguramente, ¡era una parte de él! – pero a fin de cuentas, ellos son sus padres. Y quería hacerlo de ellos. :') Espero les haya gustado.

¡Saludos!

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