Titulo: WITCH CITY

Disclaimer: Los personajes de Shingeki no Kyojin no me pertenecen, más bien estos son obra del gran Hajime Isayama.

Aclaraciones: Bueno, como sabrán yo vivo en USA. Y en algunas ciudades tales como Salem, del estado de Massachusetts, era un lugar donde se efectuaba la caza y quema de brujas. Por lo que leí, la caza y quema de brujas viene de Europa, pero en fin. La ciudad de Salem, en Massachusetts, es conocida como Witch City, mejor dicho como "La Ciudad de las Brujas" Y bueno ya estamos en Octubre, a pocos días de Halloween? Y por ende quise escribir una historia más o menos así, eso y porque hace un mes creo, leí una historia algo parecida. La diferencia era que Levi y Hanji eran primos y se iban a vivir a una casona y bueno… Ya de ahí quede inspirada y decidí escribir mi propia historia, pero empleando sucesos que pasaron en aquel estado. Uh, creo que este fic será EreRi, y habrá una sorpresita… M-preg? Algo de tragedia? Muertes? El tan pulcro vocabulario de Levi? Y tal vez violencia…~!

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Can you hear that?

It's the wind,

Calling your name.

Did you believe in its words?

Maybe you have to…

Or maybe not.

Is your choice.

Oh my sweetheart,

Don't get lost in the dark.

It can be you're allied,

Or your worst nightmare.

It depends.

...If you are strong…

Or not…

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Chapter 1.

El viento soplaba amenamente, llevándose consigo varias hojas. Hacía pocas semanas atrás en que las clases habían empezado, dando así inicio a un nuevo año para muchos estudiantes. En la época moderna, el estado de Massachusetts podía considerarse un lugar tranquilo y hermoso, pero no todo fue así. En el condado de Essex, mas específicamente en la ciudad de Salem o mejor conocido como "La ciudad de las brujas", en ingles conocido como "Witch City." Un lugar con una oscura historia que la mayoría de personas considera un mito, en vez de algo verídico, un lugar donde se llevó acabo la caza de brujas y brujos, en la época actual hay pocos que creen en ello, pocos los familiares de los sobrevivientes de aquellos seres con poderes malignos, pocos los que conocen la verdadera historia, ya que nunca dejaron aquel lugar. Y generación tras generación ha logrado conocer la verdad, algunos deciden quedarse ahí, otros prefieren irse y no saber más del tema.

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La magia, no es un juego para niños.

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La mayoría de las personas de ahí se conocían, después de todo llevaban muchísimos a;os viviendo en aquel lugar. Dando por hecho que al menos tienen más de una generación de vivir ahí. Y por muy pacifico que ese lugar parezca, eso es tan solo una fachada. Salem es conocido por ser una de las ciudades que se encuentra manchada con sangre. Todo por la caza de brujas, aunque claro existieron personas de ahí que no les importaba acabar con la vida de aquellas personas, ya que ni tan siquiera se dignaban a investigar a fondo para saber si en verdad eran brujos o no.

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Muchos murieron, fueran culpables o no.

Se dice que las almas de aquellos que murieron de forma injusta, no han logrado encontrar la paz eterna. Por otro lado, aquellos que en verdad fueron brujos y fueron sentenciados a la muerte, sus almas aún siguen ahí, buscando la forma de vengarse.

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Hermano, en verdad esto es necesario? –Sus ojos azul-verdosos con suaves tonalidades en amarillo, se encontraban enfocados en el otro par de ojos de igual tono, a excepción de que estos poseían en los ojos del mayor resaltaban aún más las tonalidades en amarillo. Era una extraña mezcla de colores, pero no por ello lo habían ver mal. Al contrario, le daban un aire atractivo y místico. Fuera hombre o mujer, estos quedaban encantados con la mirada de aquel joven alemán-

Porque lo preguntas, Eli? –su mirada se enfocó en la de la menor, claramente podía notar algo de temor en ella-

Es solo que… -lentamente fue bajando la mirada, hasta que algunos mechones achocolatados fueron cubriéndole la mirada. No sabía porque, pero por cada segundo que pasaba sentía como una gran opresión en su corazón. Era una enorme y horrible opresión, como si algo malo fuera a pasar-

Es solo que, qué? –Cada tanto iba apartando la mirada del camino para enfocarla en la menor, su rostro caído provoco un pequeño malestar en él. Con toda la delicadeza posible, agarro la mano izquierda de la menor, provocando que esta levantara la mirada- Si no me dices, no podre saber qué es lo que tienes, así que dime.

Tan solo tengo un mal presentimiento –Un pequeño suspiro se escapó de sus labios, en lo que fue soltando el agarre del mayor- Sabes muy bien que nunca me ha gustado venir a la casa de los abuelos.

Lo sé muy bien Eli, pero…

Pero nada, tú sabes muy bien de que siempre han pasado cosas extrañas –su mirada refulgía con gran temor, y eso lo sabía muy bien el otro-

Eli, eso fue hace mucho tiempo. Además, tú tan solo tenías al menos unos cinco años. –Al verse libre del agarre, volvió a tomar el control del volante- Ahora ya eres mayor, y estoy seguro de que has dejado de temerle a la oscuridad.

¡Eren! –Nuevamente volvió a enfocar la vista en el mayor- No es "temor a la oscuridad", como tú dices. –dijo mientras hacia un ademan de hacer comillas con los dedos- Tu bien sabes más que nadie de todas las cosas raras que pasan en esa casa, tu sabes todo lo que paso desde la última vez que vinimos aquí e inclusive las cosas que los vecinos nos dijeron. –un sonoro suspiro fue lo último que se escuchó decir por parte de la menor, ninguno de los dos volvió a decir nada en todo lo restante del camino y eso hacia rabiar a la menor. No le agradaba cuando su hermano se volvía todo un terco, testarudo, oídos sordos-

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Tardaron al menos media hora en llegar a aquel lugar, media hora en la que ninguno de los dos se atrevió a decir algo. O al menos así fue, ya que Eli no pudo evitar soltar un bufido al ver como poco a poco se iban acercando a aquella enorme casona de estilo victoriano. Herencia de sus difuntos abuelos y padres.

Sigo odiando este lugar… -exclamo la menor, mientras sentía como el otro detenía el carro enfrente del lugar- Es enorme y tétrico, más aun si solo son dos personas las que estaremos viviendo en este espantoso lugar…

Eli, no digas eso… -exclamo el mayor con enojo fingido mientras tomaba las llaves del auto y le miraba, aunque en vez de parecer enojado más parecía estar haciendo alguna clase de puchero que lo hacía ver infantil-

Eren, lejos de parecer enojado más bien parece como si estuvieras tratando de hacer un puchero y créeme que no te hace ver para nada maduro –Sus labios volvieron a curvarse, formando una pequeña sonrisa en lo que se desabrochaba el cinturón de seguridad-

Con mucho pesar abrió la puerta del automóvil, era increíble ver como su hermano actuara como si nada, más aun estando a las afueras de esa enorme mansión. Si claro, era bonita eso no lo negaba. El acabado de la madera y los detalles que tenía en esta, los enormes ventanales, así como las tantas habitaciones y el enorme jardín. Si fuera una casa normal era obvio que a nadie le molestaría vivir en esta, pero alguien con todos los sentidos, creyente en las cosas paranormales y más aun con todas las advertencias de los vivos y no vivos, es obvio que abandonaría aquel lugar sin pensárselo dos veces. Pero no, su hermano seguía siendo un completo idiota que no lograba entender aquellos mensajes. Es más, ya lo miraba venir. Otro encuentro paranormal, y el idiota de su hermano ni enterado de ello ya que para todo debía de haber alguna explicación lógica, a veces no entendía si él iba en serio o esa era una faceta de el para ocultar su miedo.

Estúpido hermano… -exclamo en apenas un susurro, que el otro no logro escuchar Y vaya que no le había escuchado, si el otro ya se encontraba a unos pocos pasos de la puerta principal sonriendo como el más grande idiota de todo el planeta tierra- "O universo" –pensó mientras tomaba consigo aquel maletín negro, en el cual tenía sus más valiosas pertenencias-

Eli, acaso no es grandioso este lugar? –Dijo con una enorme sonrisa mientras buscaba las llaves en sus tantos bolsillos- Tan solo mira, este lugar es bonito y enorme…

Claro… Bonito, tan bonito que justamente fue el lugar indicado para llevar acabo múltiples reuniones de hechiceros además de los asesinatos de estos... –El sonido de la puerta abriéndose le provoco retroceder por instinto, mientras tanto Eren había fruncido ligeramente el ceño- Sí que es un hermoso lugar… -exclamo con todo el sarcasmo del mundo, aunque claro esto paso completamente desapercibido para el tonto del ojiverde-

Ninguno de los dos volvió a decir algo, ambos peli castaños se adentraron a la enorme mansión, la cual se encontraba en perfectas condiciones, a diferencia del polvo y las enormes hileras de telas de araña. Lo demás era perfecto, o al menos así lo describía Eren Jaeger, un joven de 21 años, ojos verdeazulados con tonalidades en amarillo, cabello castaño claro, piel ligeramente acanelada, altura de un metro ochenta, lo cual se le podría consideran un perfecto Don Juan. Aunque claro, el alemán no era esa clase de chicos, si era dulce y apasionado en las cosas que le gustaban, además de ser inteligente y hábil en tocar el piano, violín y celo; pero no solo eso también dominaba muy bien el inglés, español, su lengua materna el alemán, francés e italiano. Ah, y otra cosa… el era homosexual.

Mientras tanto, Elizabetha Jaeger tenía el mismo parecido de su hermano. Cabello castaño y hasta la cintura, ojos color verdeazulados con unos ligeros tonalidades en amarillo, tez nívea y estatura de un metro sesenta, claro era la menor. Apenas había cumplido los diecisiete, a diferencia de su hermano, ella era más tranquila mientras que el otro era impulsivo. Ambos tenían una gran pasión por la música, así como por los mismos instrumentos ya antes mencionados. Eli, sabia de la preferencia sexual de su hermano y era algo que ella había aceptado desde un principio (cosa que ella ya venía sospechando pero jamás se había atrevido a decir nada), podía ser simpática, comprensiva tan así que en momentos de consolar a su hermano, esta usaba un tono maternal que a Eren le recordaba a su difunta madre, Carla Jaeger. Otra cosa que los diferenciaba, o eso creían los demás. Esta era el ese extraño sentido que pocos son los privilegiados de tener, el de poder ver, sentir y escuchar cosas que la mayoría de las personas no pueden.

Este lugar esta asqueroso… -exclamo con una mueca de asco mientras miraba las múltiples telas de araña en cada esquina-

Jajaja, descuida Eli, cuando hayamos limpiado este lugar quedara como nuevo –Nuevamente aquella sonrisa bobalicona, hacia presencia en el rostro del mayor-

Si tú lo dices… -bufo molesta mientras se cruzaba de brazos y miraba hacia todos lados, no sabía porque pero desde que entraron a ese lugar, tenía una extraña sensación de sentirse vigilada. Era algo tan horrible, aunque el otro parecía no sentir lo mismo que ella-

Claro, además Mikasa y Armin vendrán ayudarnos…

Genial! –Dijo con emoción fingida- El lindo de Armin y la psicópata de Tukasa… es decir Mikasa…

Eliza… -aquella forma de llamarle y de arrastrar cada una de las letras, le hacía saber que no le gustaba como se expresaba de su amiga pelinegra- Deja de tratar así a Mikasa.

Oye, yo no he dicho nada malo –se excusó, con fingida inocencia- Es más, sabes muy bien que la tipa puede ser tu mejor amiga desde que usaban pañales. Pero debes admitir que la chica tiene un serio problema de obsesión contigo.

Eli no digas…

Oye, sabes que lo que digo es verdad! –La menor soltó un sonoro bufido, sus ojos los tenia ligeramente entre cerrados y con el ceño ligeramente fruncido- Eren… Recapitulemos, la tipa ha espantado a cada uno de tus novios! Sigue pensando que te puede hacer cambiar de sexualidad de la noche a la mañana

No creo que…

Oh créeme ahí no acaba la cosa, recuerdas que hace dos semanas atrás estabas enfermo? Y te habías quedado en casa para descansar algo? –La menor enarco una de sus cejas, mientras que el mayor solo alcanzo a asentir con la cabeza- Pues la tipa esa había entrado a la casa! No me preguntes como entro porque ni yo sé, sabes muy bien que siempre me aseguro de cerrar bien la puerta. Y no creo que tú te hayas atrevido a darle una copia de la llave.

Yo no… -el mayor trato de excusarse y de defender a la asiática, pero no encontraba las palabras adecuadas para ello. Eli tan solo se sobo las sienes, tratando de calmar sus nervios con ello-

Tu no lo sabias verdad? –Pregunto nuevamente, esta vez dándole la espalda al mayor. No quería verle, porque sabía que iba a flaquear si llegaba a ver aquella mirada de cachorro. Prefirió enfocarse en cómo acabar con aquellas malditas telas de araña y toda esa asquerosa suciedad. Tanto polvo y suciedad contenida en un solo lugar la estaba volviendo loca-

No… -Fue la única respuesta del mayor mientras se arrascaba la mejilla derecha-

Pues yo sí, porque justo ese día regrese temprano a casa y créeme que no fue para nada lindo verla ahí.

Está bien, lo entiendo y prometo hablar con Mikasa –La menor solo lo vio por unos breves segundos para después volver a sonreír como siempre lo hacía, provocando con ello que el otro sonriera aún más- Bien, será mejor que pongamos manos a la obra con este lugar.

Aun sigues con la idea de querer vivir aquí? -El más alto tan solo afirmo con la cabeza. Eli no podía entender, como es que su hermano, no entendía la gravedad del asunto, aquella casa era un peligro para cualquier ser viviente- Eren! Tú en verdad estas demente! -Eren tan solo sonrió como solía hacerlo mientras revolvía los cabellos castaños de la menor, cosa que solo provoco que esta se enojara aún más por aquel trato, alegando de que no era una "chiquilla" a lo que el otro respondió que para el siempre iría a ser su chiquilla-

Pero muy a pesar de las quejas y berrinches de la menor, no le quedo de otra más que seguir el plan de su hermano mayor y ponerse manos a la obra y empezar con la mudanza. Pero, primero lo primero. Y eso era limpiar el maldito lugar. Si había algo que Eli no soportaba además de las cosas paranormales, era la mugre. Ver telas de arañas, una mota de polvo o apenas una fina capa de polvo, o alguna cosa fuera de su lugar le provocaban estrés. Y el maldito estrés no se iba hasta que no había terminado de limpiar o de ordenar. Algunas veces aquello lograba estresar al mayor, ya que no podía entender cómo es que su muy dulce hermanita fuera toda "una maniática de la limpieza" pero si no fuera por ella, el seguiría siendo el mismo de antes y viviendo en algún desorden y chiquero.

Pero si vamos a limpiar, por lo menos pongamos algo de música…. –sugirió mientras iba a buscar su iPhone y lo conectaba a unas bocinas que ya se encontraban conectadas al toma corrientes- Juro que este maldito silencio me está volviendo loca…

Uh, buena idea… -contesto- Suerte que ya me había encargado de mandar a arreglar todo esto de la electricidad y demás cosas~

Si… suerte… Yohoooo~ -Eso había sido un voto en su contra, nunca había esperado que su hermano se adelantara tan rápido en mandar a llamar a un electricista, o fontanero, y demás personal para arreglar esas cosas básicas pero importantes de la casa- Hermano idiota...

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Justo habían terminado de limpiar gran parte de la casa. Empezando por la sala, si ya no había nada de suciedad, tampoco en los pasillos de la planta baja, ni en el comedor/cocina, o en los baños de ahí. Tampoco en los pasillos del segundo piso, los techos y las esquinas estaban libres de telas de araña, además de que ya habían decidido que colores pintar o qué clase de papel tapiz irían a usar en cada habitación y pasillo. Y seria mentira si dijera que en todas esas horas que llevaban limpiando, Eli no había soltado más de algún grito o improperio ya fuera en alemán o en algún otro idioma, y todo por el terrible disgusto y asco al encontrarse en cada habitación alguna sorpresita. Desde alguna mendiga mancha que no salía del mendigo suelo, hasta el horrible papel tapiz que había en algunas habitaciones. Pero ja+*más, ni en todos sus años de vida espero encontrarse aquello. Justamente solo les quedaba por limpiar el sótano, ambos hermanos iban preparados con para encontrarse con cualquier cosa. Lentamente Eren fue abriendo la puerta, la cual produjo un horrible chirrido; era obvio las bisagras ya estaban oxidadas, pero lo que ninguno se espero fue aquel maldito hedor. Ese olor era algo demasiado asqueroso, algo que a cualquiera le provocaría vomitar hasta las mismísimas entrañas.

Pero que… -Sin pensárselo dos veces, Eren utilizo aquel pañuelo blanco que llevaba en la cabeza, para cubrir su boca y nariz. Aquello era lo más asqueroso que había olido en toda su vida, inclusive algunas moscas parecieron salir de aquella habitación- Habrá algún animal muer…

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No tuvo tiempo de terminar aquella frase, porque justo en ese entonces el hedor se intensifico, y lo último que paso fue el sonido de algo pesado golpear contra el suelo. Por muy curioso que el mayor fuera, prefirió dejar aquella habitación tal y como estaba, ahora lo que más le importaba era el estado de su hermana. En esos momentos, cualquiera hubiera pensando que el asqueroso olor había provocado que la menor se desmayara. Cualquiera hubiera dicho que, tantas horas de limpieza y casi nada de descanso, aumentándole el olor de los químicos de limpieza había logrado afectar a la menor.

Había muchas teorías, muchas posibilidades de que causaran eso en la más joven, pero ninguna era correcta. Eren no se había dado cuenta de aquello, ya que desde el instante en que abrió por completo la puerta, este cerro los ojos y se protegió de aquella peste, pero la menor. Quien siempre iba con un pañuelo en la cabeza y otro cubriéndole parte de la cara, le habían protegido un poco de aquella peste. Pero nada logro protegerle de lo que sus ojos presenciaron. Fueron pocos los segundos en los que presencio aquello, fueron pocos pero igual le bastaron, sus piernas empezaron a fallarle y de repente todo se volvió oscuro. Lo último que logro escuchar fue un horrible grito desgarrador. Un grito del que estaba segura no fue hecho por su hermano.

Continuara...