Antes que nada, quiero decir que esto es una sensación que sentí muchas veces. Cuando somos jóvenes, todos perseguimos el amor, pero es a muy pocos, si no es que a nadie, el amor les llega. Después de leer esto, recapaciten, y díganme lo que piensan, o quizás su ideología del amor. Lo que pienso, o pensé, está escrito aquí, y espero sea de su agrado

Pensamientos de la Adolescencia

Ahí estás tú con tu vestido verde, saludándome. Yo me quedo perplejo ante tanta belleza, y me digo ¿La habré encontrado al fin?

Tú te extrañas de mi reacción y vienes hacia mí, con tu cara de pícara y tu pequeño vestido verde ondeando al viento. Pones tus manos por detrás de la espalda y yo solo puedo imaginarme lo que mis hormonas me mandan.

Te acercas a mí y yo siento que me hierve la sangre en toda la cara. No sé cómo no lo notas.

Tú ya estás a una distancia que se podría considerar personal. Me miras con tus ojos azules, atentos e infantiles. Yo ruego por no tragar saliva y mostrar mi nerviosismo. No puedo pensar en nada más que en ti. Tengo la mirada clavada en tus ojos, pues no quiero ser tan cerdo de mirar más abajo.

Al fin abres tu boca. Tus labios relucen al sol. Podría jurar que la cabeza me va a estallar. No puedo aguantar más. Juro que te abrasaría y te besaría hasta la muerte, o hasta que se me acabe el aire, lo que pase primero.

No puedo evitar emocionarme al ver esos labios pálidamente rosados, tus ojos de ensueño, clavados en los míos, medio cerrados, como ocultando un secreto que ambos sabemos, pero que yo no quiero aceptar. Tus brazos y piernas largas cubiertas con una tez entre pálida y rosada. Tu cabello que se mece al viento, junto con ese maldito, ajustado y pequeño vestido verde.

Doy un paso al frente, ya ni si quiera estoy pensando, ya ni siquiera puedo hablar. Nada más quiero contemplarte, abrasarte, hasta besarte. Me siento enamorado, por fin puedo decirlo, me siento enamorado…

-¿En qué estás pensando?

Esa pregunta la hace una amiga, y me saca de mi sueño despierto. Demonios. Odio que pase esto. Por fin me sentía tan feliz. Feliz de tenerte entre mis brazos, pero siempre se me olvida que no eres real. Pero tengo un consuelo: Nadie puede asegurar qué es un sueño y qué es la realidad. Si quiero puedo ser el rey del mundo, puedo tener bajo mi mando a mil esclavas, puedo tener habilidades que el mejor guerrero envidiaría, puedo hacer sufrir a mis enemigos como ningún humano podría… pero nada de eso se compara con tigo.

-Respóndeme!

Me apremia a contestar. Yo, todavía con tigo en mente digo:

-En ella

Mi amiga pone cara de "otra vez con el cuentecito ese" y se me queda mirando seria.

-¿Cuándo vas a conseguir novia para que te libres de "ella"?

Usa cierto énfasis en la última palabra.

-No quiero hacerlo, no me gusta la realidad, prefiero soñar

-Cobarde, huyendo de la pura y santa verdad

-Llámame cobarde

Miro hacia arriba y cierro los ojos. No puedo evitar que media sonrisa se me escape. Ante el silencio que se produjo, continúo.

-Ahora mismo te estás besando apasionadamente con ella

-¿Qué? ¡Pervertido! ¡No te imagines fantasías con migo!

-¡Jajajajajajajajajajajaja! Es que se ven tan tiernas las dos- me defiendo con tono sarcástico

Mi amiga estaba ruborizada, la noté un poco nerviosa. Quizás haya pensado en pegarme una cachetada, pero no lo hizo. Simplemente me gritó y me hizo prometer no volver a hacerlo de nuevo, no con ella, por lo menos

Pero ¿Por qué la imaginé a "ella" con mi amiga? No puedo saberlo. De cuando en cuando acuden a mi cabeza, cortas imágenes, imágenes de cualquier tipo, como el que nombré anteriormente. Esas imágenes a menudo me estremecen. Me dan placer, al mismo tiempo que remordimiento por pensar en cosas que a los demás no les gustaría que pensara (me refiero a quienes imagino, que son "reales"). También siento más cosas, pero eso es otro tema, que quizás exponga.

Mi mente queda en blanco al finalizar mi auto conversación y de inmediato un pensamiento me nubla.

"Ella"

¿Acaso la encontraré algún día?

Quién sabe, puede que nunca encuentre lo que estoy buscando. Puede que llegue el día de mi muerte sin que haya probado sus labios

¿Es eso posible?

El amor no existe. El ser humano, en su afán de encontrar algo superior (como lo hizo en la creación y en la forma de vida) creó el amor, pero nadie puede definir con exactitud lo que es el amor. Digo que no existe porque no es nada más que un disfraz, un hermoso disfraz que cubre el real concepto, el origen del "amor". Ese concepto tiene muchos nombres: Los científicos lo llamarán "instinto de conservación de la especie", las personas ya experimentadas en el tema le dirán "lujuria", las personas muy religiosas le dirán "tentaciones del demonio", y así, varía el significante (y un poco el significado) en cada quién.

Pero yo soy un adolescente, y es normal que me pase todo esto. Mi cuerpo está pasando de ser de niño a adulto. Estoy madurando a cada paso que doy. Me encuentro en una guerra hormonal que durará desde hace algunos años hasta quién sabe cuando.

Lo que mejor puedo hacer ahora es seguir soñando, aprovechar estas confusiones de mi mente para crear mi mundo, un mundo en que solo estemos "ella" y yo, sin las observancias de la demás gente, sin entrometidos que interrumpan nuestros mejores momentos, sin cuerpos materiales que nos limiten, pues nada más necesito un rato de ocio para juntarme con tigo. Mi amor, si te puedo llamar así, seré el hombre más feliz del mundo. De este y de cualquiera.