- ¿Está mal? – preguntó, vacilante. Él y su absurda conciencia.

- Sí – respondió, sonriente. Ella y su gloriosa rebeldía.

¿Quién pensaría que dos personas así terminarían amándose?


A Alex le encantaba acorralarlo. En un rincón contra la pared, mientras ella lo besaba con pasión él por fin se olvidaba de todo, excepto del dulce roce de su hermana. Ella sonrió, mientras oprimía sus labios contra los de Justin. Él se sonrojó.

La chica se alejó, mirándolo con complicidad; él la miraba con ensimismamiento. Pero, un segundo después, la preocupación destilaba de su rostro.

- ¿Qué pasará si nos descubren, Alex? ¿Y si...? -

Ella acalló su torrente de preguntas posándose otra vez contra sus labios, mientras aferraba su rostro.

- Te amo, Justin. ¿Qué interesa el resto? -

Y, entonces, a Justin no le importó lo que pasara. No le importó si no era correcto. No le importó si corría la misma sangre por sus venas. No le importó nada. Sólo ella... y él.


Espero que les haya gustado leerlo, tanto como a mí escribirlo. xD.

Saludos, abrazos y besos: hasta la próxima, ¡y que viva el JaleX!.

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