"When you're dreaming with a broken heart
The giving up is the hardest part
She takes you in with her crying eyes
Then all at once you have to say goodbye
Wondering, "Could you stay my love?
Will you wake up by my side?"
No she can't, 'cause she's gone, gone, gone, gone, gone..."

Se encontraba en ese momento decisivo de la vida en el que comprendes que eres la clase de persona que siempre te lastimo, la clase de persona que no te gusta (o si en realidad). Cuando llegas a la conclusión de que probablemente toda mínimo rastro de romance que tenias en tu interior se esfumo. Notas que realmente cambiaste cuando al ver el amor, tu primera reacción es escepticismo, sarcasmo, creer que en el fondo esa no es la verdadera cara de la otra persona. Sabes (o asumes saber) que eres el espectador de una maravillosa y bien actuada obra de teatro, con dos actores tomándose demasiado a pecho el papel, llegando a creer que es cierto cuando en el fondo intuyen que no es así

Y observando cómo se degradan lentamente, tragándose sus mentiras como si tratase de alcohol, capaz de despejarlos de todo sentido común, sientes la bilis subir por tu garganta y el asco te azota hasta casi hacerte vomitar.

Nunca le advierten a la gente en lo que puede llegar a convertirse con un corazón roto y pisoteado. Nadie viene a ti diciendo "Vaya, creo que necesitas cuidar de lo que queda de tu corazón. Podrías perderlo si no." Aunque peor era tenerlo pero no querer ni dejar que decida sobre nada…sobre lo que duele, lo que molesta, sobre si no es demasiado masoquista estar allí adelante viendo como la mujer dueña de tu alma esta desposándose con otro.

Y ahí estaba su castaña cabellera, que había podido acariciar y a la cual había podido hacer y deshacer los rizos incontables veces. Se veía tan hermosa con el vestido blanco, con el velo transparente que no disimulaba lo radiante que estaba ni ocultaba sus ojos brillantes.

Pudo contar tres lunares en su cuello, sabiendo que había cinco más bajando por tu pecho que ahora estaba cubierto por elegante seda bordada con brillantes, aproximadamente diez (doce para ser exactos) en su vientre y una cantidad más, desparramada en su espalda hermosa e impecable de color tostado que el traje que llevaba puesto no dejaba al descubierto.

Y aunque le había roto el corazón, no podía dejar de añorarla. Sabiendo incluso que ella no sentía lo mismo.

Viéndola tomando la mano de su flamante esposo, sabiendo que ahora era Hermione Krum…aún así los trozos rotos que herían en su pecho y a los cuales quería acallar, gritaban por ella.

El amor es como estar envuelto en llamas.

Y Draco Malfoy nunca iba a dejar de arder por ella.


La vida no siempre es feliz ¿Verdad? Al menos esta vez alguien tenía que perder.