Después de terminar la temporada de evaluaciones una idea vino a mí con uno de mis personajes favoritos del manga. Es el primer one-shot que escribo, no estoy acostumbrada a este tipo de historias pero espero que sea de su agrado asi que comenten y digan que les pareció ;D

Promesa

Mis pies estaban cansados y mi respiración se encontraba agitada de tanto correr, pero no por eso me iba a detener. Todavía llevaba mi uniforme escolar cuando comencé esta carrera que parecía ir contra el poco tiempo que tenia pues tan pronto como las clases habían terminado tuve un solo objetivo en la mente y era salir en busca de él. A cada paso que daba el pánico aumentaba y con ello también mis esfuerzos por continuar, corrí desesperadamente hasta llegar al rio que es lugar en donde suelo encontrarlo muy seguido cada vez que tiene un mal día. Repaso el lugar con la mirada pero no hay ni rastro de él. Siento un nudo en la garganta mientras un temblor me recorre el cuerpo, doy media vuelta ignorando aquella sensación y obligo a mis pies seguir moviéndose aunque ya no se a donde más ir, busco en los parques y en las tiendas del centro pero tampoco hay nada y al final corro hacia los últimos lugares que se me ocurren y sin darme cuenta llego hasta el final de de unas calles desiertas donde están las ruinas de una vieja casa, no me gusta nada como luce eso pero algo me dice que debo entrar, doy unos pasos cuidadosamente buscando cualquier cosa que me diga que esta aquí y mi corazón se detiene por un momento cuando diviso una cabellera pelirroja parpadeo muchas veces para comprobar que no es un espejismo, esta recostado sobre unos escombros con la mirada perdida en algún lugar. Un suspiro de alivio escapa de mis labios y unas cuantas lagrimas recorren mis mejillas.

-¡Enma! –sin poder evitarlo grito de alivio su nombre y comienzo a correr hacia él.

Se levanta rápidamente y se sorprende al verme. Suelto una pequeña risa nerviosa al ver su cara de confusión y con euforia me lanzo contra el envolviéndolo en un abrazo que provoca que caigamos al suelo, ensuciando nuestros uniformes con tierra.

-¡Na-Nastsuki-san! ¿Qué esta…?

-No lo hagas otra vez- susurro con mi cara oculta en su cuello- no vuelvas a irte… y desaparecer sin avisarme.

Y es cuando pierdo el poco control que tenía sobre mi y comienzo a llorar fuertemente aferrándome a su camisa. Siento como una de sus manos rodea mi cintura atrayéndome más hacia él y la otra mano acaricia suavemente mi cabeza.

-Te prometo que no lo hare- dice con seriedad.

Esas dos pequeñas pero significativas palabras lograron tranquilizarme un poco, pero no deje de aferrarme a él, con temor a que fuera a romper la promesa.

Pero nunca la rompió.

Bueno…¿Qué les parece?
Estoy pensando en publicar otros que ya tengo escritos, ustedes dirán.