Renuncia: Todo a Horikoshi.

Notas: Finalmente me estreno en este fandom, esperemos que el Ooc no me pegue muy fuerte, socorro. Hace tiempo que quería escribir Kiribaku porque estos dorks me tienen mal desde hace tiempo, así que hice un Bakugo!centric porque me gusta el angst y los crushes imposibles, saben.


Crush-crush-crush


I.

Cuando lo vuelve a ver, no hace otra cosa más que despreciar su ingenuidad.

Es que han pasado por tanta crueldad en tan poco tiempo, que no puede ignorar cómo Kirishima siempre logra sonreír torcido (pero tan sincero) hacia el futuro. Su optimismo a veces le causa escalofríos y le calan los huesos que se rompen con un crujido sordo y un agh.

Es que, hombre.

Kirishima era un idiota.

Un idiota optimista.

II.

Y Kirishima, además de ser un idiota, le mira cálido.

Y le quema quema quema de una forma que le hace sudar frío. Estúpido (es que parece que te quiero tanto tanto que me está empezando a doler mirarte).

Era una situación comparable a-

Una roca. Cayéndole encima.

Porque está él, Bakugou Katsuki con su ceño fruncido y los colmillos apretados. Entonces aparece Kirishima Eijirou en la ecuación y su universo sufre un terremoto. Una sacudida que le recuerda que observarlo hace que el mundo se le venga encima.

A la final, quiera o no, Bakugou lo aprecia.

III.

Entonces Katsuki lo vuelve a analizar. Así tipo, la situación entera, sabes. (Pero al final del recorrido termina regresando a la sonrisa de sal marina de Eijirou y lo vuelve a maldecir bajito).

Y él sabe que Uraraka lo nota cuando se le acerca por la espalda y (casi la manda volando a Júpiter, maldita nerd) le toca el hombro. Y le pregunta que le sucede y si necesita algo, que ha estado —demasiado— callado, para variar.

Que se vaya al demonio, ella también.

Solo que no sucede así y Ochaco insiste insiste insiste hasta que-

—Es que Kirishima es un imbécil por pensar que no volverán por nosotros.

Sucede tan fugaz como un rayo. Bakugou ahorra un gruñido. Están los dos en la sala común recostados en el sofá como si fuesen amigos de toda la vida.

IV.

—¿Y a ti te preocupa que vengan por la Yuuei?

Katsuki se queda en silencio. Uraraka se limita a mirarlo, y debe comerse una sonrisa a la fuerza, sólo para no resultar tan obvio que no era por todos ellos que estaba preocupado ¿o sí?.

V.

Es batalla perdida, por supuesto.

Porque Bakugou es un bomba atómica que hacía Ka-boom cuando Kirishima le rozaba el brazo en los entrenamientos. Y se prendía fuego cuando le sonreía (todavía lo detestaba por eso, bastardo alegre) y-

—Oi Bakugou, las manos te sudan.

—¿Y qué mierda haces mirándome las manos?

Aunque en el fondo es más un

¿Podrías no dejar de hacerlo, nunca jamás?

Kirishima tiembla un poco. Se ríe y le muestra la larga fila de colmillos.

—Que no te enojes, hombre. Sólo decía.

Vete al demonio —susurra. Y se va antes de que alguien note sus mejillas de hojas en otoño.

VI.

Vaya infierno era Kirishima con sus sonrisas de catástrofe embotellada.

Y es que hombre, le quiere.