Saludos pequeña comunidad de fanfic´s de Steven Universe, aquí posteando algo para pasar el rato y que espero que les agrade. Idea salida de esos pequeños momentos de reflexión; Perla tiene al alcalde, Garnet tiene al cartero y así que me dije ¿y Amatista?
Ya saben, Steven Universe no me pertenece y todo ese rollo.
Como todo un Pro
Una noche como cualquier otra tenía lugar; aquí en este mágico y paradisiaco pedacito de tierra, ciudad playa ¿Qué otro lugar podía ser?
Cierto es que la normalidad no es un concepto que se aplique comúnmente en estas tierras (por no mencionar el hecho de que ciertas piedras antropomórficas son residentes de aquí), pero nada que resaltar en esta peculiar noche…
Nada excepto, escandalosas ovaciones en un concurrido almacén.
—¡Puma Purpura, Puma Purpura, Puma Purpura!
La enorme figura agradecía las ovaciones extendiendo sus fornidos brazos; grande, peludo y valga la redundancia… "purpura" eran sus distintivos.
—¡Y así una vez más, de nuevo coronándose como invicto campeón aquí esta Puma Purpura! —El micrófono resonaba por todo el concurrido almacén, las gradas enardecían de la emoción y no era para menos, la voz del Señor Sonrisas había anunciado al ganador—¡Con la increíble derrota del Elegante Danny cerramos el Vigésimo Tercer Torneo de Lucha Libre!
—¿Algunas palabras antes de terminar Puma Purpura?
El enorme luchador le arrebato el micrófono con singular emoción, la euforia lo consumía y una enorme sonrisa se dibuja en su rostro.
—¡Solo les recuerdo enanos, que yo soy invencible así que piénselo dos veces antes venir a desafiarme! — y una vez dicho su breve discurso, regreso el micrófono.
La gente lentamente se levantaba, la función de hoy por fin había terminado o al menos para la mayoría.
En las últimas gradas, un par de sombras murmuraban entre ellos. Una alta y otra más bajita, parecían estar discutiendo sobre la situación.
—¿Ves eso allá en el cuadrilátero, muchacho? —masculló el más bajito.
—¡Si Jefecito!—Inmediatamente el más alto no tardo en contestar.
—¡Fíjate bien, niño! En ese peludo adonis morado.
—Ok…
—Ese mi niño, es tu objetivo.
—¿Objetivo?
—¡Así es!, ese es el perfecto ejemplo de todo lo que debes ser en este negocio.
—¿Te refieres a eso de tener pelos hasta por donde no me da el sol?
—¡No, tonto!, aunque no caería nada mal, te verías menos afeminado.
—¡Oye!
—No te sulfures muchacho, además eso no es a lo que me refería—El pequeño aclaro su voz un momento—¡Grande, fuerte e intimidante! de eso es de lo que hablo.
—Pensé que ya lo era.
—Jajaja ¿Acaso bromeas, niño?, por eso mismo salimos de la patética ciudad océano, para empezar de nuevo.
—No me lo recuerdes, quiero olvidar ese lugar.
—Dímelo a mí, por eso te digo que esa masa morada de músculos es tu escalón a la fama.
—Bueno… yo creo que eso es exagerar, hablamos de ciudad playa, no es un pueblo muy grande realmente.
—No quieras correr sin siquiera gatear, niño. Tal vez sea pequeña, pero por algo se empieza.
Ambas figuras salieron lentamente del ya vacío almacén, para después subirse a un "poco" maltratado Vocho Volkswagen. Y como era de esperar, tuvieron ciertas dificultades para encenderlo.
—Vaya mierda que tienes por transporte, niño.
—Bueno Jefecito, se hace lo que se puede con lo que se tiene.
—Es más, hasta puedo que asegurar que sería mejor y mucho más ecológico ir a pata, que montado en esta porquería—Y pensándolo mejor, el bajito volvió a hablar—así que por tu propia "salud", me llevare esta cosa a dar una vuelta.
—¡Momentito! Ni siquiera tengo en donde quedarme.
—Pues vete a un hotel.
—¡Pero no tengo ni un centavo conmigo!
—Pues que jodido mi niño, mira te prestaría… pero como buen manager que soy, mejor usare esos pocos centavos para poder meterte en este negocio.
—¿Y me dejas así como así?
—Mira te veré temprano en la mañana en las orillas del mar, así que mientras tanto, tómalo como otro entrenamiento de supervivencia ¿quieres?
El rostro del sujeto alto era todo un poema, era más que obvio que no le gustaba la idea.
—¡Supervivencia tu put…!
Pero justo antes de terminar su frase, una cortina de humo dejaba rastro del pequeño bocho que se había ido.
—…madre—El tipo alto, suspiro un momento sobándose la sien—vaya sí que estoy jodido.
Como todo en la vida a veces se gana y otras… digamos que no te va muy bonito.
Y hablando de lo primero, justamente a kilómetros de ahí. Un común ajetreo tenía lugar en una extraña casucha.
El pequeño y rosado hogar no tenía nada extraño que resaltar, bueno al menos a simple vista. Lo realmente interesante es la gigantesca escultura incrustada en ella. Que si bien podría ser un perfecto ejemplo de zona turística para la ciudad, no es visitada muy a menudo, siendo responsable de ello sus extraños y curiosos habitantes.
A ojo de una persona "común y corriente" parecieran ser nada más y nada menos que una familia muy liberal; conformada de puras figuras maternas, un hombre mayor y un pequeño niño, cosa que para su buena o mala información está muy alejada de la realidad.
En su interior había mucha actividad enérgica, aun a mediados de noche, pareciera que algunos de sus habitantes estaban festejando cierto evento reciente.
—¡Amatista deja de correr y gritar en círculos, por favor!
—Vamos Perla, no seas aguafiestas, ¿acaso no ves que estoy en mi momento de gloria?
—No le veo el porqué.
—¿¡No ves esta preciosidad que llevo en la cintura!? —Una pequeña joven purpura, parecía alardear de su brillante cinturón.
—Si ¿y qué?
—¿¡Cómo que qué!? El cinturón aquí, significa que soy completa y totalmente invencible.
En medio de la discusión, un joven y pequeño niño se dirigía a su habitación.
—¿¡Vaya Amatista, realmente eres campeona otra vez!?
—Así es hombrecito, ¿¡Lo ves Perla!? Hasta el pequeño Steven puede apreciar esto.
La aludida no tardo mucho tiempo antes de poner una mueca de desaprobación.
—No hay ningún mérito en ello, bien le ganaste a unos brutos y primitivos humanos, ¡pero eres una gem! —la joven blanca y delgada hizo especial énfasis en lo último—no es como si tuvieran alguna oportunidad.
—¡Tu no lo entiendes!—Objeto la joven purpura.
—Bueno es obvio que no.
No queriendo continuar con la discusión, la delgada joven se dirigió hacia el pequeño, todavía perplejo de la emoción, seguía admirando el cinturón de su amiga.
—¿Steven, no crees que ya es algo tarde? Deberías irte a dormir.
Al niño pareciendo no agradarle la idea, se acercó a Perla.
—¡Perla, no puedo dormir en un momento como esté!
—¿Y por qué no?
—Tenemos una campeona dentro de la casa, de seguro nadie en toda ciudad playa puede creerlo.
—Steven… yo creo que la gente no ve perturbados sus sueños por la cosa que Amatista lleva en la cintura.
—Yo creo que sí, puedo apostar que incluso hay admiradores en nuestra ventana tratando ver su grandeza.
—No lo creo y menos a esta hora.
Solo para comprobar su error, el pequeño niño corrió rápidamente a las ventanas de su hogar.
—¡Lo vez, Perla!, ese hombre incluso está esperando a las orillas del mar solo para ver a Amatista.
Perla para corroborarlo también se asomó, aunque era claro que la situación era otra.
—Steven, de todas maneras debes irte a dormir.
Bufando al principio, el pequeño no tuvo otra opción más que obedecer a su mentora.
—Está bien.
Perla una vez viendo que el joven Steven se dirigía a su cama, regreso su atención a su compañera purpura.
—Amatista, sabía perfectamente que no debíamos haber quitado la reja hace años.
—¿Por qué lo dices P?
—Los alrededores se están llenando de sucios vagabundos—Y la cara de desagrado no hacía más que reafirmar sus palabras.
—¿¡Vagabundos, en serio!?
De igual manera la joven morada observo por la venta. Mirando fijamente un bulto a las orillas del mar.
—¡Grandioso!
—Es claro que tu concepto de grandioso y mi concepto de grandioso se encuentran en lados opuestos—replico la gema blanca.
—¿Cómo puedes decir eso?, los vagabundos son los humanos más cool del planeta, ¿te imaginas la cantidad de basura que ha pasado por sus manos?
—Sí, y por eso mismo tenemos que irnos a deshacer de él.
Cosa que hubieran hecho en un santiamén, pero antes de hacerlo cierto portal ilumino todo el interior de la casa, deteniéndolas en el acto, la líder de las gems emergió.
—¡Garnet! Qué bueno que estés aquí, estábamos a punto de irnos a deshacer de un pequeño "inconveniente" —exclamo Perla.
La mayor de ellas, miro a su alrededor por un momento y luego dirigió su mirada a sus compañeras.
—Eso puede esperar, tenemos una misión—Dijo fríamente Garnet.
Ninguna objeto la decisión de su líder, total un vago podría simplemente esperar…
Y esperar es lo que precisamente estaba haciendo. Justo en las orillas del mar, recostado cual vil bulto cualquiera, cierto hombre maldecía su suerte.
—Mamacita chula, ¿cómo pude meterme en esta mierda? debí haber terminado mis estudios en lugar jugarle pen…sativo—El joven hombre suspiro un momento, paso toda su mano por el rostro y siguió—En fin ¡Positivo, positivo, positivo! Así debo de pensar, podría estar peor; es una noche despejada, la arena es cálida y las olas parecieran una canción de cuna. Hay muchos lugares aún peores donde dormir.
Y así sin chistar, el hombre durmió cual roca en medio de la playa. Hoy sería una noche larga, pero, para mala o buena fortuna de muchos será el preludio de algo bastante interesante.
FIN DEL CAPITULO
¿Los vagos serán las personas más cool del planeta?
¿A la gente de ciudad playa les tendrá sin cuidado el cinturón?
¿Qué carajo es ciudad océano?
Descúbranlo en el siguiente capítulo (…o tal vez no).
