Titulo: Lazos del destino.
La nueva generación de Cardcaptors.
INTRODUCCIÓN
Hong Kong, ciudad de misteriosas calles llenas de magia y secretos. En esas calles concurren personas normales y corrientes, que andan de un lado a otro sin preocuparse por lo que sucede a su alrededor. Todo es rutina para esas personas y un leve cambio podia trastronarles sin dejarles tiempo a reaccionar. Un medio de un tumulto de gente, un niño de unos 10 años, de cabello castaño, el cual cubría sus ojos, formando una sombra que le envolvía como si fuera una capa de encanto e intriga.
Aquel joven destacaba de los demás porque era el único que no proseguía su camino, estaba detenido en medio de la calle, esperando.
De una de las callejuelas empezaron a correr diferentes sombras, que no pasaron desapercividas para él, como si su alma se la llevara el mismo diablo, el chico corrió tras esas penumbras, hasta llegar a un callejón sin salida.
Al encontrarse allí alzó la vista y se giró, para encontrarse delante de sí al ser que buscaba. No apartó su mirada ni un segundo, seguía cada movimiento de aquel ser que antes era una diafana sombra. Ahora ante él se encontraba un ser ¿humano?. Sí, tenía aspecto humano, pero no, no podía encontrarse ante un ser humano.
Sus miradas se fijaron y a ninguno de los dos se le podía percivir ni un ápice de miedo, más bien se podía notar un gran respeto mutuo.
El muchacho levantó lentamente la mano y la metió dentro de su chaleco, del cual sacó un colgante con una piedra redonda que pendía de ella. La piedra tenía la forma de la pupila del ojo de un gato, la parte externa de un verde muy oscuro y la parte interna negra.
Levantó el objeto hasta la altura de sus ojos, los cerró y mediante unas palabras, una gran luz se formó a su alrededor, dando paso a una majestuosa espada que empuñaba con seguridad y desafío.
La sombra se movió y el muchacho abrió los ojos mostrando el cielo en ellos.
Sin dudar un instante el joven salió a su encuentro, lo siguiente que se pudo sentir fue el sonido del choque de metales, del golpe rápido y firme de los dos oponentes. Una densa nube de polvo cubrió el escenario de la lucha sin poder averiguar el resultado del encuentro.
* * * * *
RINNNNG, RINNNNG.
Se oía una alarma de reloj por toda la casa. Era una casa bastante grande, de colores claros y con un enorme jardín en el cual había plantado un árbol en el que ya empezaba a florecer una flor típica del lugar. Japón, Tomoeda, no había cambiado desde que una hechicera, con poderes mostrados a través de unas cartas, había finalizado su transformación.
En una de las habitaciones de la casa empezaba a entrar la luz de la mañana, por un ventanal. El cuarto tenía las paredes pintadas de un rosa pálido, había un escritorio y al lado un mueble sobre el cual había muchos muñecos. Delante del escritorio estaba la cama donde se hallaba una niña durmiendo. Por el ruidoso sonido del despertador tuvo que sacar una mano de entre las sábanas y lentamente, sin prisas, apagó aquel ensordecedor artilugio y volvio a su dulce sueño.
KNOCK, KNOCK.
Llamaban a la puerta.
¿?
- ¡Despierta ya! Si llegas tarde, el profe te castigará ¡Enana!- Gritó una voz masculina desde el otro lado.Ante aquellas palabras la niña no dudó ni un momento, saltó de la cama y se dirigió a la puerta. La abrió y furiosa le dijo al que la llamó.
¿?
- ¡No soy una ENANA! ¡Eres idiota! ¡Cómo me vuelvas a llamar enana te las verás conmigo!- Todo esto alzando la mano, de la cual le salia una enorme vena.El chico se dirigió despacio hacia las escaleras y sin miedo alguno ante la amenaza. Al llegar a las escaleras se paró y le sacó la lengua a la chica.
¿?
- Anda y deja de berrear ENANA, que vas a llegar tarde.Y tranquilamente bajó las escaleras. A la chica se le habían hinchado varias venas en la frente. Volvió a su cuarto y dio un portazo. Fue a volver a meterse en la cama, cuando miró el reloj,en un momento su cara de enfado se transformó rapidamente en un rostro angustiado.
¿?
- ¡SON LAS 8:10! VOY A LLEGAR TARDE!- Gritó desesperada.Corriendo como una loca de un lado hacia otro, se dirigió al cuarto de baño para cepillarse los dientes y cambiarse de ropa, ya que no le daba tiempo a darse una ducha. Ya vestida, se dirigió a su espajo para peinarse, coger sus cosas y bajar a desayunar.
Antes de bajar se quedó parada ante su reflejo. Se miró fijamente. Ella era una chica de 10 años, de pelo castaño y brillante. No era muy largo, le llegaban hasta los hombros. Siempre llevaba el cabello recogido en una coleta. Sus ojos eran profundos y recordaban al brillo de una esmeralda. Deseaba tanto parecerse a ella, la admiraba, era su ideal de persona. Siempre sonriente, amable, bondadosa, cariñosa, siempre anteponiendo la felicidad de los demás a la suya, quizás por eso jamás había vuelto a sonreir como en aquellas fotos que su tía le había mostrado, de cuando ella tenía su edad y de cuando acababa de entrar en la universidad, en esas fotos si se mostraba aunténtica alegría.
Un grito desde el comedor la despertó de sus pensamientos, agarró sus cosas y salió corriendo escaleras abajo. Como cada día tomaría algo rápido de desayunar y saldría corriendo a la escuela.
Se dirigió al comedor giró para entrar, ahí se encontró con el tránquilo muchacho que la despertó. Era 3 años mayor que ella, de ojos oscuros y pelo negro, su rostro procuraba ser siempre serio, pero aún así seguía metiéndose con ella, por muy serio que fuera, nunca dejaría de molestarla. A la pequeña lo que más le molestaba era que al ser más alto, siempre hacia una burla sobre su estatura.
El muchacho miraba el periódico mientras pacificamente comía.
¿?
- Buenos días a todos- Dijo la chica apuradamente, se sentó enfrente del chico y empezó a comer.¿?
- Ya era hora de que bajaras CANIJA- Siempre resaltaba la entonación de las palabras que mencionaban su estatura. La chica se tornó con una mirada ardiente de ira, que dejó inmovilizado al chico.¿?
- Buenos días Aika. Tatsuki, deja ya de meterte con tu prima- Dijo una hermosa mujer.Llevaba un delantal puesto, era la que acababa de hacer el desayuno para los dos niños. Salía de la cocina, con dos bolsas en sus manos. Dejó sobre la mesa los dos almuerzos. Tenía una sonrisa paciguadora, rostro fino y de pálida de piel, ojos de rubí y cabello de fuego ardiente. Tenía unos 33 años.
Tatsuki
- Mamá, ¿Por qué siempre la apoyas a ella?- Rechistó.Aika
- Porque ella ve lo que veo yo, a un niño maleducado y tonto que no es más que un minimatón del tres al cuarto- Al cabo de los años y diferentes sucesos, habían enseñado a la niña a tener una interminable lista de contestaciones.Como cada mañana estos dos jóvenes se ponían a discutir mientras desayunaban. La madre de Tatsuki veía con ojos tiernos estas monótonas escenas infantiles. Como le recordaban a lo que años atrás vió con dos adolescentes o más exactamente, dos adultos. Como cada día, la mañana transcurría alborotada por las peleas de los chicos. La madre de Tatsuki, Jun, reía y se divertía ante la absurda discusión de los muchachos.
Tatsuki
- No entiendo porque cada mañana te ries. Yo no le veo la gracia- Se dirigía a su madre.Aika
- Yo tampoco- Era una de las pocas cosas que los dos tenían en común, siempre había amigos de sus padres que reían ante sus peleas.Jun solo reía ante la expresión de los dos niños a los que se les había asomado una gota por la cabeza. Tatsuki cogió su chaqueta y comida, y se fue a la entrada a calzarse.
Tatsuki
- Bueno ENANA. Yo me marcho, a diferencia de ti a mi no me gusta llegar tarde.Aika
- Egpela Tagsu- Decía mientras intentaba tragar el desayuno rápidamente. Cogió una tostada y se fue a la entrada a ponerse sus patines- Adiós tía Jun.Jun
- Adiós y tened cuidado. Dijo mientras veía como la pequeña Aika intentaba alcanzar a su primo.La niña salió detrás del chico, todo lo deprisa que pudo. Devoró la tostada, intentando no atragantarse por el camino, mientras cogía de las manos de su tía el almuerzo. Se puso unos patines y salió corriendo para alcanzar a su primo.
Tatsuki
- Date prisa, aún tengo que recoger a Umi- La niña corria con todas sus fuerzas para alcanzar a la bicicleta.Aika
- Qué cara tienes, tú vas en bici.Tatsuki-
Pues comprate una- Aika se enfadó. Iban a iniciar una nueva discusión cuando desde lo lejos una chica agitaba la mano en el aire.¿?
- Buenos dias- Saludó la chica.Tatsuki
- Buenos dias Umi- Aika hizo una reverencia y saludo a la compañera de su primo.Aika
- Buenos dias Katsumi.La chica, Katsumi, era alta, un poco más baja que Tatsuki. Su cabello era largo y de color lavanda, siempre sujeto por una diadema. Era la nueva compañera de Tatsuki, llegó nueva en el curso. Su padre era profesor en el colegio donde se había inscrito. Al igual que su padre la joven siempre tenía dibujado en su rostro una sonrisa.
Katsumi
- Bueno, ¿nos vamos?- La chica cogió su bici y se subió, siguiendo a su compañero y su prima.Katsumi-
Aika, ¿quieres que te lleve?, debe de ser muy cansado ir en patines- Ofreció cortesmente.Tatsuki-
Déjala, a ver si haciendo algo de esfuerzo esta PULGA crece.Aika
- No, gracias. Puedo yo sola- Agradeció- Por lo menos tú eres considerada no como otros que yo conozco- Esto último lo dijo echando una mirada asesina a su primo, que siempre aprovechaba cualquier situación para molestarla.Katsumi-
No hagas caso, si en el fondo Tatsu te quiere mucho- La joven lo miró y este se giró, sonrojado.Tatsuki
- ¡¡Qué dices!!, ¿quién podría querer a ese bichejo?.Aika solo miraba curiosa la reacción de su primo, muchas veces no entendía porque se ponía así, cada vez que alguien decía algo similar, se enfadaba más de lo que ya estaba. Los chicos siguieron su camino, hasta llegar al colegio de Aika donde pararon y la dejaron, ellos ya iban al instituto, acababan de empezar aquel año. Y aunque ella podía llegar sola, Tatsuki estaba acostumbrado a acompañarla, siempre la había protegido desde que la conoció, era algo instintivo. Nunca se iba sin antes asegurarse de que la pequeña entraba sana y salva
Katsumi
- Hoy te veo algo más preocupado de lo normal. ¿Pasa algo?- Preguntó inquieta.Tatsuki-
Ayer tuve un extraño presentimiento. Mi padre me dijo que hoy tuviera cuidado, me dijo que también había notado algo.Kasumi-
Entiendo- Comprendió enseguida de quién se trataba. Los dos amigos vieron a la pequeña entrar alegre mientras sus rostros reflejaban preocupación.Aika dejó los patines en su taquilla y se dirigió a la entrada de su clase. Como cada jornada.
Aika-
Buenos días a todos- Saludó entusiasta a sus compañeros.Una chica se acercó a ella, llevaba el pelo en dos coletas, era corto, de color negro azulado. Sus ojos eran azules, cubiertos por los cristales de sus gafas. Muy sonriente y feliz al ver entrar a su compañera la saludó.
¿?
- Buenos días Aika- La pequeña se giró y le devolvió la sonrisa.Aika
- Buenos días Lily.Las dos niñas se conocían desde que Aika se trasladó a Tomoeda, hacía varios años de aquello. El profesor entró a la sala y todos los alumnos se sentaron. Su profesor de lengua y literatura, el señor Taraka era muy estricto y siempre valoraba la puntualidad.
P. Taraka
- Buenos días alumnos.Alumnos
- Buenos días profesor.Y así, sin cambiar de rutina comenzaban las clases de las pequeñas.
¿Quién será aquel chico de Hong Kong? ¿Contra que se estaba enfrentando? ¿Ganó la lucha? O en cambio perdió.
¿Quiénes son estos nuevos personajes? ¿Dónde se han metido los antiguos Cardcaptors? ¿Y los guardianes, las cartas y la maestra?
Todo ello ira apareciendo poco a poco en siguientes capítulos.
Notas de autora
: Este es mi primer fanfic. Aviso, no he visto la serie, así que no sé muy bien la personalidad de estos personajes. Como buena navegante y aficionada a los animes me he informado y creo saber lo sufiente para haber realizado este fic. Con solo saber de cómo es la historia de Card Captor Sakura, me he enamorado de ella (la serie, no me piensen mal). Ahora por lo menos se puede conseguir el manga. Bueno, antes de que me valla por las ramas, espero recibir sus opiniones para mejorar este fic así como cualquier otra cosa que les parezca.Por favor, les pido no envien virus, e-mails bomba, tomatazos o cualquier tipo de vegetal o fruta. Gracias por leer este fic.
Kasiopea99@hotmail.com
Kassy99
