He aquí mi primera historia "normal" sin duda llena de varios clichés a petición de mi amigo Erick, el muy maldito me reto a hacer una historia que no involucrara magia o fantasía, definitivamente las historias normales no son mi estilo, pero lo intentare, dejen un comentario.

Capítulo 1: Normalidad

Aburrido. Era la única palabra que rondaba por la mente de la chica que se encontraba mirando por la ventana del camión. Se le había hecho un poco tarde pero no le importaba, quería ahorrarse la parte de las presentaciones en su primer día de clases en el instituto.

No era nada nuevo, lo conocía muy bien, después de todo se había inscrito a finales del ciclo escolar pasado y solo estudio dos meses antes de que se terminara, esta vez lo único diferente seria que tendría nuevos compañeros por lo que técnicamente seguiría siendo la nueva del salón ya que se inscribió algo tarde y las clases tenía una semana que ya habían iniciado.

Suspiró, tal vez debió haberse ido a vivir son su madre en lugar de quedarse con su padre y su… pues no había forma de llamarle a esa señora y madrastra no es una palabra que quisiera utilizar, aunque tristemente era la realidad.

Se sacudió la cabeza olvidando esas ideas, no estaba para pensar en problemas familiares, ella eligió quedarse con su padre y tendría que atenerse a las consecuencias, la señora tenía dos hijas que actualmente asistían al mismo instituto que ella, ojala a la mayor no le tocara en el mismo salón.

Cruzó por la escuela haciendo caso omiso de todo su alrededor, ya sabía que salón le tocaba, la primera clase era laboratorios de biología, se paró en la puerta logrando captar la atención del profesor, quien de inmediato se acercó a ella.

-Soy de nuevo ingreso-dijo entregándole un papel.

-Ya veo-dijo echándole un vistazo rápido al papel-¿Por qué no te presentas con tus compañeros?

Justo lo que no quería, pero por desgracia no tena opción.

-Soy Kagami Rin, es un gusto-dijo sin más, pues verdaderamente no tenía ánimos de dar una extensa presentación.

-Bueno Rin… Siéntate al fondo con el joven Kagamine, serán compañeros de laboratorio-la chica volteó a ver dónde señalaba el profesor y se acercó notando al chico algo familiar.

Rin era muy olvidadiza, lo que es memoria relacionada con familiares y amigos es un campo muy pequeño para ella, puede que olvide los rostros muy fácilmente, pero textos y cosas que tienen que ver con el estudio suele permanecer en su cabeza por más tiempo, de hecho hace mucho tiempo que olvido por qué razón exactamente se separaron sus padres, pero piensa que es mejor así, antes sus ojos su madre sigue siendo la mala de la historia solo superada por su terrible madrastra, a menudo se cuestiona como serían las cosas si estuviera viviendo con su mamá, pero no sabe dónde se encuentra o que esté haciendo ella.

Volviendo a la realidad, se sentó en su lugar mirando como el extraño chico rubio esbozaba una sonrisa… ¿De dónde se le hacía tan familiar?

Kagamine… Había escuchado el nombre Kagamine Len muy a menudo en conversaciones que tenían las chicas… parecía bastante popular.

Era apuesto, rubio y de ojos azules, su nombre era Kagamine Len… ¡Lo recordaba! Ese fue el chico al que sacó de la biblioteca cuando se estaba manoseando con una chica, ella estaba realmente indignada por que al dirigirse a la estantería a buscar su libro favorito en la biblioteca se encontró con esos jóvenes besuqueándose en un lugar sagrado para ella. ¿Cómo se atrevían a hacer eso en la biblioteca? Los hecho de ahí indicándoles que buscaran otro lugar, la joven se fue avergonzada y Len algo irritado por que le habían arruinado su momento.

Oh, si Kagamine Len era uno de los cinco chicos rompecorazones más famosos de la escuela, era guapo, venia de una buena familia y era un playboy de primera que solo salía con las chicas más bonitas del instituto, pero al parecer ninguna llenaba sus expectativas ya que no entablaba una relación seria, solo jugaba con ellas y si había algo que Rin aborrecía era esa actitud de "todas caen por mi" en un chico.

-Así que somos compañeros Rin-le dijo él.

-Eso parece, solo espero que no me retrases en las actividades del laboratorio porque si saco una mala nota por tu culpa te hare pedacitos Kagamine-le espetó fríamente, lo último que ella quería era tener una calificación baja debido a la inutilidad de du compañero.

-Para su información señorita, yo soy el mejor promedio de la escuela, en todo caso quien debería decir eso soy yo.

-Lo sé-le dijo entre dientes, pues en el ciclo escolar pasado, de no haber sido por los inconvenientes de su transferencia ella habría sido el promedio más alto de toda la escuela, sin embargo fue superada por un diez perfecto de un tal Len Kagamine, que resultó ser el mismo de los rumores de las chicas, pero jamás le había tomado mucha importancia… hasta ahora, no le molestaba el hecho de que alguien le hubiera ganado, ella sabe perder, le molestaba el hecho de saber que ese maldito playboy le había ganado.

-Puedes llamarme simplemente Len, ahora que somos compañeros de laboratorio deberíamos poder llevarnos mejor entre nosotros-le dijo, ya que él y la señorita perfecta habían tenido un par de roces, nada que la chica se dignara a recordar, pero ella le había ganado al rubio en un par de eventos de la escuela que para ella no representaban gran importancia, de hecho, ni siquiera se había enterado de que había competido con Len debido a que eran trabajos entregados por grupo.

Por supuesto que Len recordaba el proyecto de inglés sobre videos de parodias o el evento de recaudación de fondos para los huérfanos, la recolección de comida para los necesitados y el reciclaje de botellas, demasiados eventos ganados por el salón de ella en los cortos dos meses que llego, desde entonces el chico se había interesado un poco en la presencia de ella, no podía dejarse ser vencido por esa chica sin chiste, por eso disfrutó mucho cuando fue nombrado el mejor promedio del ciclo escolar dejando a la chica en segundo lugar por un mísero punto.

Claro, Rin había sido la que más había aportado en esos eventos y Len era demasiado competitivo, por esa razón tenía que ganarle a toda costa, lo que más le gustaba de ganar era ver a su enemigo humillado y derrotado, pero eso no sucedió en el caso de Rin, cuando la venció en el promedio general ella solo se encogió de hombros y dijo "lo hare mejor la próxima vez" No había frustración, tristeza o enojo simplemente aceptación de la manera más fácil logrando que el objetivo de Len no se viera cumplido.

La presencia de Rin nunca fue importante, ella era aburrida, usa uniforme para ir a la escuela cuando en realidad no es necesario debido a que es una escuela privada y puedes ir como te dé la gana, ella estudia en ese instituto gracias a la beca, no viene de una familia rica, pero más o menos acomodada como para que sus hermanastras estudien en el mismo instituto, es alguien muy simple, sin más y no suele ser muy sociable, pero tiene un numero aceptable de amigos, la mayoría son chicos y solo tiene una amiga.

Lo que desencadenó que Len la notara fue el hecho de que el primer concurso al que la rubia entró, que era él de escribir un ensayo literario, lo ganó ella dejando al joven en segundo lugar, le dio curiosidad saber quién era esa chica, que casualmente estaba en el mismo salón que su amigo Mikuo, otro de los más populares de toda la escuela.

La susodicha era una chica nueva con las mejores calificaciones de su escuela de procedencia, no era muy bonita, sus largos cabellos siempre estaban amarrados en una cola, llevaba lentes y no parecía llamar mucho la atención, pero le molestaba que alguien le ganara y así fue como comenzó a competir con ella, ahora esa joven era su compañera, de esta forma seria más fácil echarle en cara su victoria.

Las chicas odian a Rin, Len no entiende el por qué, o no lo entendía… hasta ahora.

El maestro salió del salón solo por un par de minutos, pues al parecer había una señora en la puerta queriendo hablar con él, probablemente una secretaria y como es normal cada quien se metió en sus asuntos, la rubia se disponía a leer un libro cuando dos chicos se le acercaron, casualmente los amigos de Len y dos de los cinco chicos más populares de la escuela, Kaito y Mikuo.

-¡Rin, estamos en la misma clase!-dijo con algo de alegría el peliazul que se veía mayor.

-Ah, Kaito, no me había dado cuenta-dijo la chica esbozándole una gentil sonrisa.

-De nuevo en el mismo curso Rin-le dijo Mikuo sonriendo.

Len sabía que Mikuo había estado en el mismo salón que ella, pero no tenía ni idea de cómo conocía a Kaito, no tardo en notar las miradas de las chicas celosas alrededor ¿Y cómo no? Si la rubia parecía llevarse muy bien con los dos chicos y le había tocado ser compañera del más guapo de toda la escuela.

-Oh, pero creí que te ibas a mudar a otra ciudad ¿Qué fue lo que sucedió?-le preguntó Mikuo.

-Al final mi padre encontró un trabajo fijo aquí por lo que al parecer nos quedaremos aquí por un buen tiempo.

-Me alegro mucho-le sonrió el peliazul-Ah, por cierto, teníamos planeada una salida al cine ¿Te gustaría venir?

-Por supuesto, veré si puedo ¿Cuándo es?

-Este fin de semana

-Lo intentare, envíame más tarde un mensaje por con los detalles ¿Vale?

Len frunció el ceño, sabía que Mikuo estaba interesado en ella, pero bastaba ver como Kaito le sonreía pare darse cuenta de que también sentía algún tipo de afecto ¿Qué le ven de bueno a una chica como ella? Ni si quiera es la mitad de bonita que Miku, la actual cita del rubio.

-Señorita Rin-le habló el maestro quien había entrado de inmediato al salón-Es necesario que se reporte en la dirección.

Al instante comenzaron los susurros y las chicas decían cosas como "Esta en problemas" "¿Qué habrá hecho?"

Len debe aceptar que la idea de verla en problemas era muy interesante, después de todo ¿Qué hay mejor que ver a la señorita perfecta cometiendo errores? La chica se fue como sin nada mientras el rubio imaginaba los posibles escenarios en los que la chica podía encontrarse, tal vez fue a falta de algún documento en su inscripción o mejor aún, tal vez hizo trampa en los exámenes y será expulsada, el joven no pudo contener una risita, sin ella ya no había nadie que le pudiera hacer competencia.

La clase finalizo y Len se dirigía a la siguiente aula preguntándose el motivo por el que cierta rubia termino en la dirección, por otro lado, Rin caminaba cabizbaja tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando chocó con el rubio ocasionando que sus lentes se cayeran y Len sin darse cuenta lo piso rompiéndolo en fragmentos cuando la rubia se disponía a recogerlo.

-¿Cuál es tú problema?-le espetó furiosa dando se cuenta de los hermosos ojos azules cuyo brillo no era muy notorio debajo de los lentes.

-¡Es tú culpa por andar muy distraída!-le dijo en el mismo tono que ella había utilizado ¿Cómo diablos se atrevía esa chica a levantarle la voz?-¿Qué? ¿Triste porque seguramente descubrieron que hiciste trampa en los exámenes y te expulsaron?

-Yo no hice trampa. En todo caso seguramente tu pagaste por tener altas calificaciones, pero no porque seas un niño rico y de familia quiere decir que eres mejor que yo.

-¿Es un reto señorita perfecta? Bien, entonces apostemos, quien obtenga las mejores calificaciones en los primeros exámenes parciales se gana el derecho de tener de sirviente al otro por un mes ¿Qué te parece?

-¿Una apuesta? No gracias no necesito apostar para saber que soy mejor que tú.

-Si estas tan segura pongámoslo a prueba, no pierdes mucho ¿O sí?

-Muy bien Kagamine tú lo pediste. Sirviente por un mes ¿Cierto?-dijo extendiéndole la mano lo cual sorprendió un poco al rubio.

-Hecho-estrechó su mano, ya se podía imaginar a la chica cumpliendo todos y cada uno de sus caprichos, sería divertido tener una sirvienta personal para variar y ella no estaba nada mal, un momento ¿Estaba pensando en ella como una chica linda? Por supuesto que no, ella no es muy bonita, pero sus ojos son verdaderamente hermosos cuando tienes la oportunidad de observarlos de cerca sin esos feos lentes que utiliza.

-Bien y por cierto me debes unos lentes, agradecería mucho que dejaras de aplastarlos.

Len reaccionó dando un paso para atrás mientras la chica comenzaba a recogerlos fragmentos.

-Ah, pensaba mandarlos a reparar pero parece que necesitare unos nuevos-y al levantar un poco el rostro pudo notar que el rubio también se había inclinado para ayudarla, pero su rostro estaba bastante cerca-Waaa-retrocedió cayendo de sentón algo sonrojada.

Len no había notado esta acción de la chica hasta que levantó la vista.

-¿Por qué usas estos lentes que no sirven para nada?-dijo logrando notar que ni siquiera tenían aumento.

-Me gustan-dijo sin más y luego se puso de pie para tirarlos a la basura-lástima que ya no podre usarlos nunca más.

-Por cierto ¿Cuál fue el motivo por el que te llamo la directora?

-Ah, eso…-la chica suspiró-Odio los deportes, pero ni hablar, al parecer estaré en tenis con Mikuo, supongo que será divertido…

-Je y yo que creía que te habías metido en problemas.

-Pues disculpa por romper tu burbuja-le dijo algo fría sabiendo que sin duda Len hubiera disfrutado ver que le dieran un castigo o mínimo la mandaran a detención, después de todo él la odia y ella lo odia a él-Ahora con tú permiso, tengo un par de cosas que hacer-se fue claramente algo irritada.

Len la miró alejarse, sus ojos le recordaban a alguien…

-Lenny-se acercó a él Miku agarrándolo del brazo e incomodándolo un poco, la peliazul era bonita, pero por desgracia era muy melosa, quizás iba siendo hora de que se consiguiera a otra chica, si, una como la rubia con la coleta de lado que iba por los pasillos.

Y mientras tanto Rin parecía algo indignado por los impulsos que su ira la obligaron a hacer, ahora tendría que esforzarse en estudiar, cosa que nunca hacía ya que la mayoría de las cosas las aprendía fácilmente, para no perder ante el estúpido de Len Kagamine.

Len… era el nombre de su queridísimo amigo de la infancia y su primer amor, aunque justo ahora no podía recordar cómo era o casi nada sobre él, sin duda sabía que esa persona existía, era un niño muy lindo que le gustaba, se preguntaba dónde estaba y que estaría haciendo ese Len, jamás se le pasó por la mente que ese Len podía ser el mismo con el que actualmente interactuaba, porque la personalidad que ella recordaba era muy distinta, no había forma de que ese niño dulce y tierno terminara por convertirse en un playboy.

No la había y ni en sueños podía ser él.

Pero que equivocada estaba…