DISCLAIMER: Los personajes son de Masashi Kishimoto, solamente la historia me pertenece.
ANTES DE LEER: -las respectivas marcas, nombres o lugares que aparezcan no son de mi propiedad.
—Diálogos—
Pensamientos
Palabras sobresalientes
RESUMEN: Pensar que un árbol de cerezo pudo intervenir tanto entre esos dos.
PAREJA: Naruto Uzumaki y Hinata Hyuuga.
RATED: K+.
GÉNERO: Romance, Escolar, Drama.
ADVERTENCIA: AU. Intentaré que no haya Oc. Se podría decir que ninguna advertencia, simplemente que será un Fic algo romanticón, es uno de los pocos que he subido.
Sakura
ESCRITO POR: Nagisa Del Mar.
-_Capítulo 1_-
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Puedo ver perfectamente las flores de Sakura cayendo de los árboles. Es hermoso, y aún más al verlo aquí, parado frente a mí.
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Hinata caminaba alegremente por el parque. Después de todo, era su lugar favorito, ¿cómo no estar alegre? Le encantaba lo verde que era, ver a los niños jugar con sus padres e incluso a parejas caminando juntos. Aunque claro, su lugar favorito de aquel parque era solo uno.
El árbol de cerezo, el árbol de Sakura. Sus pétalos rosas le encantaban, además de ser su color favorito. Aquel árbol tenía un no-sé-qué que la atrapaba. Siempre que salía de colegio, como ahora, antes de ir a su casa pasaba por el parque solamente para sentarse un rato bajo el árbol de cerezo y se quedaba ahí un momento, con los ojos cerrados y disfrutando de los sonidos de la naturaleza. Incluso, a veces, aquel árbol la ayudaba a pensar. Ese día no era diferente. Lo mejor de todo era que ese día era el último que asistiría a la secundaria, pues saldrían de vacaciones de primavera, así que disfrutaría del árbol a lo grande.
Llegó a su árbol favorito y una gran sonrisa se hizo presente en su rostro. Ahí estaba, en todo su esplendor y siendo arrogante al mostrar sus hermosos pétalos. Se acercó hasta él, y cuando estuvo a su lado, tocó su tronco y cerró los ojos, luego los abrió y su sonrisa se hizo más grande, si era posible. Se sentó en el gras con las piernas estiradas, dejando su maletín a su costado derecho y recostando la espalda en el tronco del árbol. Cerró los ojos y respiró profundo.
El árbol de cerezos. La Sakura.
Que paz, la verdad. En lo personal ella quisiera que así fuera en su casa. Pues digamos que el ambiente allá no era el más agradable. La razón era siempre la misma; las peleas de sus padres a causa de ella. Siempre discutían por su culpa. Su padre siempre fue una persona de carácter fuerte, duro y frío. Odiaba a los débiles. En cambio su madre era dulce, pero con carácter, siendo pasable para su padre. El problema era ella; ella era suave, débil, y muy tímida. Su padre siempre culpaba a su madre de su carácter, desatando una pelea entre ambos. Era verdaderamente horrible verlos pelear por su causa. Ella sufría al oír las palabras hirientes de su padre hacia su persona, y odiaba que su madre la defendiera, pues hacía que su padre se enojara aún más. A veces, inconscientemente, desearía ser como su hermana mayor, Hanabi. Su padre siempre le refregaba en la cara que ella era mucho mejor.
Los únicos momentos en los que sentía paz era cuando estaba sentada bajo el árbol de cerezo que se encontraba en el parque a una manzana de su casa. Siempre que era primavera aprovechaba, y cuando no, simplemente observaba sus pétalos cerrados, esperando la primavera para verlos florecer.
Abrió los ojos y miró el reloj de su muñeca. Se sorprendió, ya debería estar en su casa o si no su padre se molestará, ocasionando más peleas. Rápidamente tomó su maletín y se puso de pie, le echó una última mirada brillante al árbol, para después salir corriendo directo a su casa.
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Al estar frente a la puerta de su hogar, rápidamente sacó las llaves de su maletín. Al encontrarlas, las metió en la cerradura y abrió la puerta. Tímidamente asomó la cabeza, observando si estaba su padre cerca. Se tranquilizó al ver que no estaba por ningún lado. Entró por completo a la casa y cerró la puerta, se agacho para quitarse los zapatos, y antes de que pudiera siquiera levantar la vista, una voz profunda y masculina le habló.
—Se supone que deberías haber llegado hace media hora. Mira pues, además de tener un fracaso de hija, ahora se está metiendo en asuntos desconocidos, ocasionando que llegue tarde.
Su padre.
Levantó el cuerpo completo, pero con la cabeza gacha, sin atreverse a mirar los ojos de su padre. Ahora, al parecer, estaba insinuando que estaba metida en asuntos malos solamente por su tardanza. A pesar de ser la primera vez que llega tarde, su padre ya la criticaba.
—Cállate, Hiashi —la voz de su madre llegó a sus oídos. Miró por el rabillo del ojo a su madre, una mujer joven y hermosa, de cabello como el de ella y ojos violetas—. Bienvenida a casa, Hinata. —pudo alcanzar a ver la dulce sonrisa que le dedicaba.
—Yo simplemente digo la verdad. Todo por la culpa de tu estúpida dulzura. —habló Hiashi.
Ese solamente era el comienzo de una clara pelea entre sus padres.
—¡Tonterías Hiashi! ¡Con Hanabi fui igual!
—¡Cállate! ¡No me levantes el tono, Hana!
—¡Entonces tú tampoco lo hagas!
Comenzó el griterío entre sus padres. Hinata cerró los puños fuertemente, tanto que temblaron ligeramente. Su mirada aún estaba directa al piso, pero esta vez cerrando los ojos fuertemente, controlando las ganas de llorar. No lo haría, no quería mostrar su debilidad. Siempre había aguantado el llanto, y esta vez no sería diferente.
Inevitablemente, una lágrima cayó.
Inevitablemente, un sollozo se escapó.
Inevitablemente, su mirada levantó.
—¡Ya cállense!
El grito de la oji-perla tomó por sorpresa a los dos adultos, que voltearon a verla.
—¡Ya cállense, me hace daño oír sus gritos! —Hinata apretaba fuertemente los puños y tenía los ojos abiertos, que miraban a sus padres mientras lágrimas salían de ellos y viajaban hasta su barbilla— ¡Padre, entiende que no es culpa de nadie mi personalidad, mamá no tiene la culpa! —Miró a su padre con el ceño arrugado, pero sin bajar el tono de su voz— ¡Y mamá, deja de defenderme, no lo merezco, así que ya no lo hagas! —Esta vez se dirigió a su madre, que la miraba con los ojos abiertos de la sorpresa al oírla con ese tono de voz—¡Ya dejen de pelear! —No lo soportó más y salió corriendo de ahí, con sus zapatos en las manos, descalza.
Corrió todo lo que pudo hasta el parque, descalza, sin siquiera parar para ponerse los zapatos a pesar de que los pies le dolían.
Llegó al parque, más específicamente al árbol que siempre la ayudaba a pensar. Paró a su lado, observándolo. Su rostro estaba mojado de las lágrimas, su nariz estaba mocosa y sus mejillas con un ligero carmín a causa del llanto. Se dejó caer en el gras, sentada; recogió sus rodillas y escondió su rostro en ellas. Rompió nuevamente en llanto y cerró los ojos fuertemente. No quería volver a su casa, simplemente no podía. No podía volver y escuchar las discusiones de sus padres de nuevo. No se creía capaz de volver y escuchar las palabras hirientes de su padre. No quería, no podía, y no se creía capaz.
Esto siempre era así, siempre se repetía. Lo único diferente es que ella ya no aguantó más y explotó, gritándole a sus padres que abandonaran las peleas de una vez. Ella decía la verdad. Ella nunca eligió su personalidad, incluso le gustaría ser más valiente, pero es lo que hay. No puede cambiar y su padre tiene que aprender a aceptarlo.
No sabe por qué se le ocurrió abrir los ojos, pero al hacerlo, unos ojos azules la observaban muy cerca. Demasiado cerca. Parpadeó, confundida. Incluso limpió las lágrimas con sus manos para mejorar su visión. No era producto de su imaginación. Alguien, para aclarar que de ojos azules, la estaba observando, además de que estaba sentado frente a ella con su rostro muy cerca al suyo.
—¿Por qué lloras? ¿Te puedo ayudar?
Específicamente, era un chico el que estaba cerca. Se dio cuenta al oír su voz.
Ella era Hyuuga Hinata, así que no hizo más que enrojecer. Es que, bueno, que bochornoso. Un chico la estaba viendo llorar, además de que estaba muy cerca de su rostro.
—¡Kya! —Chilló Hinata de lo avergonzada que estaba, cerrando los ojos e incluso empujando con sus dos manos al chico, haciendo que el pobre se fuera hacia atrás, cayendo sentado en el gras.
Hinata aún tenía los ojos cerrados, pero pudo escuchar el quejido de dolor que dio el joven de ojos azules. ¿Lo habrá empujado muy fuerte? Espera no haberle hecho daño, no se perdonaría si fuera así. Abrió un ojo para observar el estado del chico, viéndolo sentado frente a ella.
— P-perdona—Hinata, a pesar de haberse disculpado, no abandonó su posición. Siguió con las rodillas contra su pecho, pero esta vez con las manos sobre estas. Observaba al chico verificando que no se hubiese hecho ningún daño.
—No te preocupes, es normal que reacciones así al ver a un extraño tan cerca—el chico seguía sentado, observándola—. Fue mi culpa. Dime, ¿cómo te llamas?
Ahora que podía ver bien al chico, debería tener más o menos su edad. Su cabello era rubio y a simple vista muy sedoso, combinando con su piel bronceada y sus ojos azules. Tenía unas peculiares marcas en las mejillas, similares a los bigotes de un gato, que le daban un toque infantil a su rostro masculino. Sus ropas era un simple polo blanco junto a unos vaqueros, y en los pies llevaba unas zapatillas negras. A diferencia de ella, que iba descalza.
—Eh… Hinata. —respondió la chica después de dudar un poco sobre sí dar su nombre o no.
—Bueno, yo me llamo Naruto—el rubio, Naruto, le regaló una sonrisa dejando ver sus dientes completamente blancos—. Dime, Hinata, ¿por qué llorabas?
Hinata no podía hablar, de repente su habilidad para hacerlo se había esfumado. La pobre estaba nerviosa, pues todo había pasado muy rápido. Además, ¿era necesario que le dijera sus problemas a un extraño? Bueno, técnicamente, a un conocido. Ya sabía su nombre y están cruzando unas palabras, así que ya no es un extraño. Corrigiendo la pregunta, ¿era necesario que le dijera sus problemas a una persona que recién conocía?
—Etto… problemas familiares…—respondió finalmente, bajando nuevamente la mirada hacia sus rodillas y apretando inconscientemente los puños.
—Oh…—dijo Naruto, para luego continuar—. Si uno de estos días necesitas hablar, puedes venir conmigo. Soy nuevo en la ciudad y no me vendría mal una amiga. ¿Dónde vives, Hinata? —el chico volvió a sonreír, lo único que no sabía era que aquella sonrisa hipnotizaba a la chica.
—V-vivo en…—Hinata dudó un poco en contestarle, pues lo acababa de conocer y no era confiable darle tus datos a una persona que recién conocías. Aunque sinceramente, aquel joven, Naruto, no se veía alguien malo. Más bien, emanaba un aire de confianza—. A una manzana de este parque.
—Bien, entonces, ¿qué tal si mañana vienes a este parque y hablamos? —Naruto no le dio tiempo a responder y continuó—. Te espero mañana a las tres—se puso de pie—. ¡Adiós Hinata!
El chico ni siquiera le dio tiempo a Hinata de contestarle afirmativamente o negativamente, simplemente se fue corriendo, dejándola con la palabra en la boca. Después de unos segundos de no estar en el mundo, una pequeña y casi imperceptible sonrisa se hizo presente en su rostro. Inconscientemente estaba sonriendo, y esta vez no era a causa de su árbol favorito.
Notas de Autor:
Pues…
¡Hola! He vuelto con una nueva historia. Lo sé, aún no acabo con otras dos, pero me creo capaz de llevar tres juntas. Además de que solo tengo que pensar la continuación de una y la otra solamente adaptarla, así que estoy bien. Si alguien que está por aquí y seguía mi historia "Si fueras mía", quiero decir que la he abandonado. No me ha gustado como ha quedado y bueno, la borraré uno de estos días y la volveré a subir cuando la haya revisado bien. Algún día.
Bueno, esta historia se me vino mientras revisaba el perfil de una escritora. Ella publicó un tráiler en Youtube de una de sus historias, entonces cuando terminó el vídeo (que por cierto, me gustó mucho), me aparecieron varios vídeos diferentes, saliendo entre ellos una canción en japonés que creo que se llama "Sakura". No lo sé, porque aparecía así: "Sakura-Ikimoto Gakari". La cosa es que cuando escuché la canción y vi que de fondo tenía un árbol de cerezo, una oleada de creatividad invadió mi mente y salió esto. Sinceramente me ha gustado como me ha quedado el primer capítulo.
Tengo pensado hacer un acercamiento dulce y romántico entre Hinata y Naruto, algo diferente a mi estilo, la verdad. Pero es algo que quería probar y no me pude contener. Además, confío ciegamente en que no fracasaré. Espero sus opiniones.
Perdonen cualquier error ortográfico.
¡Nos leemos!
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(¸.•´ (¸.•` ¤ Nagisa Del Mar
P.D: En el Fic puse que Hanabi era mayor que Hinata. Sé que debería ser al revés, pero era necesario ponerlas así.
¿Reviews? :3
