Prólogo

Era un día soleado. Unos niños de entre cinco a siete años jugaban tranquilamente con una pelota en la plaza Ninamoto, como un día común de verano. A la semana siguiente empezarían las clases, por lo que muchos niños se encontraban disfrutando de los últimos días de paz y quietud antes de las agotadoras clases que se impartían en la escuela de gennins1.

Era la aldea oculta de la Arena2

De repente, las risas y los juegos cesaron. Un chico de seis años, cabello rojo, ojeras marcadas, mirada triste y con un oso bajo el brazo había ingresado a la plaza. Todos los presentes lo miraron con una mezcla de temor y desprecio.

-¿Acaso no es Gaara, el niño shukaku3? -dijo en voz alta un chico de cabellos rizados

-¡Silencio! No lo hagamos enojar. Será mejor que lo ignoremos-dijo un niño de unos siete años, que al parecer, era el mandamás del lugar- ¡Escuchen todos, nadie se acerque ni le hable! ¿Entendido?

-¡Sí! –respondieron

Entre tanto, el chico de la mirada triste, Gaara, fue a sentarse a un columpio, el más alejado del resto. Gruesas lágrimas corrían por su rostro, mientras apretaba fuertemente el osito contra su pecho. Los chicos siguieron jugando como si nada hubiera pasado, lanzándose pases con la pelota.

Repentinamente, el balón cayó y fue a dar a los pies de Gaara.

-¿Es su balón? –dijo la vocecilla temblorosa de Gaara

-¡Vete de aquí demonio! –respondió el líder, envalentonándose- Yo soy el líder, así que te exijo que te largues de aquí

Unos murmullos que se oían como risas recorrieron la plaza.

-¡Demonio! ¡Demonio! ¡Demonio! –repetían los amigos del líder- ¡Lárgate!

Una risa general se oyó en la plaza.

Gaara se agarraba la cabeza con ambas manos, sollozando. Súbitamente se incorporó, preso de una rabia repentina, gritó:

-¡Cállense! –una ira inusitada reemplazó a la voz temblorosa de antes -me hartaron, de verdad, les dolerá.

De su cuerpo empezó a salir un río de arena. Los chicos, antes valientes, empezaron a temblar. Sus rostros mostraban un pánico excepcional.

-¡Todos los días sucede esto! ¿Acaso no me dejarán en paz?

-¡Corr…! –alcanzó a decir el líder, cuando el río de arena le agarró los tobillos y empezó a jalarle hacia Gaara

-¡Líde…! –dijeron los amigos, cuando a ellos les sucedió lo mismo

-¡Mueran! –dijo Gaara, fuera de sí, con los ojos en blanco

Pero en ese momento un hombre de unos veinte años con pelo hasta los hombros, de color castaño claro, se interpuso entre Gaara y los chicos, que estaban a punto de ser asesinados

-¡Gaara, detente por favor! –dijo el hombre de cabellos castaños

- Y-Yashamaru –dijo Gaara, que recuperaba su aspecto normal

La arena se devolvía lentamente a Gaara. Los niños, aprovechando el momento, huyeron de la plaza.

-Vámonos a casa, Gaara, y no vuelvas a hacer esto nunca más –dijo Yashamaru

Cerca de ellos, una niña de ojos azules presenciaba todo escondida entre los matorrales.

1 Ninja de bajo rango.

2 Aldea oculta. Es parte del país del viento, uno de los 5 países (fuego, viento, rayo, tierra y agua). La cantidad de aldeas ocultas es igual a la potencia militar del país (= no influenciable).

3 Demonio de la arena. Es un fantasma de un antiguo sacerdote de la arena que fue sellado en un jarrón de té.