Bien, antes de nada, tengo que hacer el famoso anuncio en el cuál se avisa de que ninguno de los personaje que salen aquí mencionados son de creación propia. Son de Rumiko Takahashi. Y a pesar de todos los posibles estropicios (no hechos a posta) que pueda hacer a sus historias, me encanta. Con esto no saco dinero, sólo diversión
También avisar que esto es una historia bastante sencilla, tan sencilla que cualquiera —excepto yo— podría reducirla a un simple one-shot (que al final es lo que es). Si tuviera que poner una excusa sobre por qué escribir algo tan sencillo, diría que es una bocanada de aire fresco. No obstante, creo que me van a salir unos 6 capítulos o así, por el simple hecho de que, cuando me pongo a escribir, no veo fin (creo que ya se está comprobando). Este es el más corto, creo, pero lo he dejado así porque es una especie de introducción.
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Paso 0: Introducción acelerada.
Bueno, esto es algo difícil de explicar (en realidad, no lo es, pero hasta ahí llegan mis capacidades). ¿Que quién soy? ¿Que qué os tengo que explicar? Pues ahí va: lo primero… bueno, ¿es importante? No quisiera revelar mi identidad a fin de que si alguno de los protagonistas de la historia me encuentra… bueno, que lo más bonito que me puede pasar es que me demanden. No se preocupen, mi identidad está a salvo y sólo me pagan un capítulo… ¿Qué tengo que explicar? Pues ahí va:
Transcurrido un año tras el intento fallido de boda entre Ranma y Akane y a pesar de que la situación poco había cambiado en Nerima (persecuciones, secuestros, demonios sueltos, peleas, insultos…) se decidió que era el momento de volver a intentar una nueva boda.
Sorprendentemente, los prometidos llegaron a dar el consentimiento y a unirse en matrimonio antes de que una horda de jóvenes salvajes tanto por parte del novio como de la novia interrumpieran la boda y arruinaran el posterior banquete que Kazumi había organizado y cualquier intento de mantener la paz.
¿Por qué aquella prisa por volver a revivir aquella catástrofe cuando no todos los problemas habían desaparecido? Bueno, los jóvenes estaban ya apunto de entrar en la universidad y eso era algo que preocupaba a los mayores. Akane había decidido ir a la universidad y no había quien le quitara esa idea. No es que hubiera nadie que estuviera en contra, pero para curarse en salud, mejor era que los dos jóvenes cumplieran su promesa y se casaran.
Intentando atenerse a la verdad, la boda no había sido una catástrofe total, incluso cuando había sido estropeada. No hubo intentos de asesinato, ni malditos de Jusenkyo peleándose por una cura mágica, ni ancianos bebiéndosela… Todos habían salido casi ilesos del acontecimiento. El final de la boda había sido arruinado, sí. ¿Pero quién esperaría lo contrario? Había mucha gente y muy variopinta. Antiguos rivales, antiguos amigos, conocidos, gente que sin conocer a los novios, conocía su historia y quería saber cómo acabaría… Si es que ¡todos los alumnos del instituto Furinkan deseaban saber si la dichosa boda se llevaba a cabo o no! ¡Si hasta Shinosuke había aparecido!
Hubo también alguna baja no predecible. Ukyo no se presentó, quién sabe por qué. Shampoo lo intentó y quizás fue la única que consiguió que todos quedaran inquietos. Llegó justo cuando, legalmente, los novios quedaban unidos. No había nada que pudiera hacer… al menos en aquel momento. No hubo amenazas, de hecho ni una sola palabra. Probablemente aquello no quedaría así para ella. A fin de cuentas, ella, como mínimo, se estaba jugando su honor, así como parte de su corazón.
No obstante, ni Kuno, ni a Kodachi dejaron que fuera una boda aburrida (ni la post-boda, ya que se tuvo que recoger todos aquellos pétalos negros que Kodachi, vestida nuevamente de boda, había ido repartiendo al grito de "Yo te salvaré, mi amado Ranma-sama"). Ellos fueron los principales responsables, junto con que había demasiado gente para intentar mantener el orden, de que la boda tuviera que acabar precipitadamente. ¿Por qué? Bueno, Kodachi, en un alarde de imaginación, había estropeado la comida añadiéndole no sé qué poción que hacía que vomitaras para así, salvar a su prometido del hechizo al que había sido sometido y poder fugarse de é no debería de haber sido tan malo, ya que ella entró en el salón de bodas, junto con su hermano, tras la fría salida de Shampoo, anunciando lo que había hecho. No obstante, parece ser que no todos los invitados estaban atentos en ese momento y se volvió bastante desagradable cuando varios de ellos probaron la comida y sufrieron los efectos. También lo fue para los sensibles de estómago. ¿Y qué decir de Kuno? Con su peculiar interpretación del mundo que le rodea, dio y recibió un par de golpes, lloró y desplegó un gran abanico de emociones.
Ryoga se encontraba en la encrucijada de su vida, con Akari a un lado y Akane casándose con Ranma. ¿Retar a Ranma antes del sí quiero? ¿retarle después? ¿preguntarle a Akane si estaba bien? ¿llorar por la pérdida de su amada? pero... ¿y Akari? Eran demasiadas cuestiones para el chico-cerdo y a pesar de intentar resolverlas todas y de romper un par de mesas en el banquete de bodas a causa de nervios y peleas con la recién pareja, no causó más problemas.
Happosai también animó la velada, aunque todos debían admitir que se había comportado. Quizás se metiera debajo del vestido de la novia (nuevamente al estilo occidental) para ver si llevaba liga y a lo mejor intentara verter agua fría sobre el novio para hacer la boda más interesante. Vale, también levantó la falda del vestido de la novia (¿cómo? se preguntaran algunos, pero eso es algo que sólo él sabe) e hizo que muchos de los asistentes hicieran un par de destrozos en el intento de ver qué había bajo ella.
En fin, no es la boda con la que uno sueña, pero había salido mejor que la anterior. Con haber salido era suficiente.
Tiempo después aún era algo extraño lo de estar casados. No había grandes diferencias entre su vida antes y después de la boda. Bueno, quizás que ahora se les obligaba a dormir en el mismo cuarto pero aquello eran meras formalidades. ¿Dormir juntos? Nunca. De hecho, ni siquiera dormían siempre en la misma habitación (varios resfriados de Ranma causados por dormir en el tejado pueden dar fe de esto). Desde luego, aquello era un matrimonio peculiar.
— ¿No deberías de estar preparando ya tu equipaje? — preguntó Akane entrando en la habitación — ¿o ya se te olvidó que mañana nos vamos a instalar al nuevo piso?
— Pfff — bufó él — hablas cómo si eso me llevara mucho tiempo. Yo me encargo.
— Sí, claro, ¿cómo de levantarte temprano esta mañana para ir a la oficina de correos? — preguntó ella sarcástica.
— Me hubiera despertado aunque tú no lo hubieras hecho, yo no duermo como un hipopótamo, como otras — atacó él, no muy acertadamente.
— ¿Así agradeces la ayuda? — preguntó una Akane ya bastante enfadada, crujiendo nudillos.
— No necesito la ayuda de una marimacho como tú — siguió el chico tentando a la suerte. No intentó apartarse del golpe que —su ahora mujer— le propinó.
— Ni yo sé por qué me molesto a ayudar a un fenómeno como tú — terminó la chica yéndose enfadada.
El chico aún se seguía asombrado de cómo ella estaba consiguiendo moderarse. ¿Un chichón por un insulto? Como si así consiguiera corregirle… Desde luego, ir a la universidad era importante para ella...
Ambos sabían ya desde hacía tiempo suficiente a qué universidad asistir. En realidad, era una no muy lejos de su hogar, sólo lo suficiente para tener que residir fuera del dojo Tendo. Tampoco era una de las mejores universidades del país, pero tenían un nivel aceptable, y lo más importante: los habían aceptado a los dos. Cierto era que el chico había necesitado ayuda con los estudios para aprobar el examen de acceso y digamos que tenía cierto empujón gracias a una beca deportiva que había conseguido.
No fue fácil convencerle para seguir con sus estudios. Bueno, en realidad, se trataba más bien en que tardaron en dar con la táctica para que él los siguiera. A fin de cuentas, su interés son las artes marciales, ¿para qué estudiar? Más aún, le habían comprometido con una chica antes de conocerla solo para poder unir familias y hacerse cargo del dojo. ¿Qué razón había de enviarle a la universidad? Desde luego, la familia tenía que darle las gracias a Nabiki por conseguir que Ranma razonara y fuera. ¿Cómo ocurrió tal milagro? Os preguntaréis muchos. Pues veréis ocurrió de esta manera:
Era una noche tranquila en el dojo Tendo, en el que la familia al completo se encontraba cenando.
— No te vas a arrepentir de tu decisión, hermanita— le dijo la mediana de los Tendo a Akane - ir a la universidad es una experiencia nueva y muy gratificante. Nueva casa, nueva universidad, nuevos amigos, nuevos chicos…—comenzó a enumerar Nabiki poniéndole énfasis a las ventajas y mirando de reojo la reacción de Ranma
— ¡Sí! — contestó Akane con una sonrisa entusiasmada por la idea.
Visto que el joven de la mesa no iba a hacer ningún comentario al respecto, Nabiki adoptó una nueva postura y se dirigió a él:
— ¿Y tú qué Ranma? ¿Te vas a quedar aquí?
— Pfff - bufó Ranma — ¿para qué ir a la universidad?
— Tienes que ir a proteger a mi hijita, Ranma — comenzó pronto a llorar Soun a su yerno. Mientras una Akane, algo enfadada, apartaba a su padre del regazo de Ranma enfatizando que "no necesitaba ninguna protección"
— No te preocupes, papá. Ranma tiene razón. A fin de cuentas, la universidad es un lugar al que tienes que ir porque quieres. No podemos despilfarrar el dinero. No tiene por qué ir si no se siente preparado — pinchó Nabiki
— ¿Qué no me siento preparado? — gritó Ranma enfadado — sencillamente no me parece que me vaya a servir para algo
— ¡Oh, vamos, Ranma! Todos sabemos que si estás ahí es porque Akane te puso las pilas y te obligó a estudiar — expuso la mediana de los Tendo - tú solo no hubieras podido hacerlo
— ¿Es un reto? - preguntó casi con demasiado entusiasmo Ranma
— Yo solo reto cuando hay dinero de por medio — señaló Nabiki guiñándole el ojo — No obstante, Akane te va a dejar atrás mientras sigue con su vida y tú te quedas aquí muriéndote del asco.
Ranma, en un arranque de quien sabe qué (quizás por la búsqueda de un nuevo reto ya que últimamente todo estaba muy tranquilo), replicó lo siguiente:
— ¿Qué estás diciendo? ¿Que esta marimacho va a poder conmigo en algún sentido? ¡Por favor! - se autovanaglorió Ranma señalando a Akane mientras esta comenzaba a enfurecerse. Poco después, el chico se daría cuenta que no había sido una buena idea. Salir volando de noche no era plato de buen gusto. — ¡Ja! Ya verás, si yo quisiera, iría y la vencería en todo.
— Vamos, Ranma, no todo el mundo tiene que ser bueno en todo — dijo la amable Kazumi, sirviéndole otro tazón de arroz
— ¡Ya veréis! ¡Os vais a tragar vuestras palabras! — dijo el chico, añadiendo: Jé, además, ella necesita que yo vaya, ¿quién le hará una comida decente?
Y así, mientras el chico volaba, Nabiki recibió las "gracias" de la familia guardando los billetes en el bolsillo. Había demostrado a su padre que sí era posible que Ranma accediera por voluntad propia a ir a la universidad. ¡ Y eso que no había tenido que recurrir a los celos! pensó la mediana de los Tendo.
En fin, queridos lectores, por algo así había sido que los dos jóvenes fueran a la universidad. ¿Por qué a la misma? Coincidencia sumada a que era una de las opciones más baratas. ¿Misma carrera? ¡Por supuesto que no! ¿Condiciones? Solo una, la siguiente:
El día de partida de los dos jóvenes del ojo, todo el mundo se había levantado muy temprano para ayudarles y para despedirse. A fin de cuentas, tardarían cierto tiempo en verse a pesar de no estar muy lejos.
Akane corría de un lado a otro con miedo a olvidarse algo importante; Kazumi les preparaba algo para llevar; Soun lloraba desconsolado la partida de su hija menor; y Ranma y Genma peleaban por el desayuno.
Finalmente, ese día había llegado, y todos se despidieron con mucha emoción unos de otros. No obstante, fue Nabiki la que les recordó la única condición existente:
— A no ser que tenga una fuente de dinero escondida, procuren que la casa se mantenga en pie.
Así, con esas últimas palabras, los dos jóvenes se sentaron en el taxi que los llevaría a su nuevo hogar.
Ahí queda eso de momento, en breves subiré el capítulo 2, es que lo he tenido que remodelar.
Sí, lo confesaré, hay partes del segundo que he tenido que escribir hasta tres veces porque no termino de encontrarle el punto (muchos dirán, acertadamente, para qué me molesto tanto. Si encuentran la respuesta, ¡por favor, diganmela!)
Finalmente, me gustaría pedir algún tipo de crítica. Por ejemplo: te has extendido demasiado en esta parte (o en general); no intentes hacer gracia, no sirves para ello; esto cae pesado; hija de mi vida, no cometas tal falta de ortografía (he intentado no cometer ninguna, pero nunca se sabe)… Cualquier tipo de crítica será escuchada.
¡Gracias!
